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Se muestran los artículos pertenecientes a Diciembre de 2009.

LA HOJARASCA OTOÑAL

 Bajo los árboles caducifolios se congregan, cada otoño, todas las hojas que nacieron la pasada primavera. Es un rito de inmolación colectiva de la parte más frágil y cambiante de esos esbeltos seres vivos que causan admiración y nos proporcionan tantos beneficios. Las raíces, el tronco y las ramas van creciendo, en un caso ganando profundidad y en otros, grosor y altura casi ininterrumpidamente, contribuyendo a que el árbol tenga un porte más esbelto y distinguido… Las hojas, en cambio, son apéndices de vida efímera. Ponen una nota de color, visten al árbol en primavera y trabajan denodadamente para fabricar alimento y oxigenar el ambiente, sin saber que su existencia quedará reducida a seis o siete meses, después de los cuales, los designios de la naturaleza y la ley de la gravedad, las irá depositando –tras una lluvia vegetal avivada por el viento y por el tiempo- bajo el esqueleto transparente del árbol o el arbusto en el que nacieron y crecieron.

 

1.- Pasear por el monte, en estos días primeros de diciembre, con una benigna temperatura y con un sol espléndido es, realmente, un ejercicio gozoso. Me gustan especialmente los bosquecillos de robles (el entrañable “caixigo”, en lengua aragonesa), limpios de otros arbustos que conforman un suelo totalmente alfombrado con las hojas caídas: hojas lobuladas, en algunos casos con tintes amarillentos o ya obscurecidas por el incipiente proceso de descomposición. Hay toda un fauna invisible e inaudible que vive en los suelos montesinos, que se refugia debajo de esa capa protectora de hojas y que contribuye, junto con la humedad, a la descomposición gradual de estos restos vegetales que acabarán incorporados al humus del suelo y servirán de alimento, a su vez, a los mismos árboles o arbustos en los que nacieron y se desarrollaron: una aportación extraordinariamente fraternal, pues las hijas alimentan en parte a sus padres, si se me permite este símil.

 

Recorriendo estos días decembrinos, de anochecer temprano, los campos y los montes, uno va poniéndose en contacto con hojarascas diferentes. Cada árbol produce la suya. Por un lado, en los huertos y campos puedes ver la del almendro, la del manzano, peral o melocotonero; incluso la del avellano; también la del nogal o la de la morera… Cerca del río, los chopos ya hace días que soltaron las últimas hojas amarillas y algunas jóvenes hayas, crecidas en latitudes inhabitúales, debido al transporte fluvial de los hayucos, también han desprendido sus coloridas hojas, con tonalidades anaranjadas… En el monte, el roble es el rey de la hojarasca, pero también el rosal silvestre quedó desnudo y lo mismo le pasó al serbal y a los jóvenes arces… Y debajo de las perennes encinas hay una ligera alfombra de las hojas que se van renovando imperceptiblemente; lo mismo que ocurre con las sabinas, los enebros y los pinos… Y en ese humus fértil, cubierto ahora de hojas, está saliendo una cosecha espectacular de setas, en un tiempo poco habitual, pues a estas alturas del año, lo propio es que algunas heladas nocturnas hubieran acelerado todo el proceso descrito y los hongos se hubieran quedado sin pretexto para asomar sus vistosos sombreros que causan tanta admiración y tanto deseo.

Hemos disfrutado recorriendo el monte, armados de cesta y navaja (y, en mi caso, de máquina de fotos), porque hacía muchos años que no se producía una cosecha de robellones tan espectacular (incluidos tamaño, apariencia y sana constitución), así que además de comerlos acompañando variados guisos, es necesario poner algunos en conserva para reencontrarnos con ese sabor a monte con el discurrir del tiempo. Las fotos, por su parte, podrán convertirse en uno o varios bonitos álbumes en ese territorio universal y compartido que ha definido el sorprendente facebook.

 

2.- Otra tipo de hojarasca la forman las hojas de los periódicos que al ser de publicación diaria se acumulan de manera casi imperceptible pero constante. Estas hojas caducan cada día, por lo que hablando de prensa o de hojas de periódicos, estamos en un otoño permanente. Es cierto que se trata de una hojarasca especial porque, aunque haya pasado el tiempo, si revisamos ejemplares antiguos es fácil que encontremos un artículo, una fotografía, una viñeta, un titular que nos llama la atención y que, con el paso del tiempo, ya no recordamos si leímos en su día, pero que ahora tenemos una nueva oportunidad de recortar o de leer.

 

 

2A.- Aprovechando esta circunstancia, quería comentar un par de noticias, de las que he tenido noticia estos días de diciembre, extraídas o rescatadas de esa gran “hojarasca periodística”, aunque en este caso de reciente publicación. Por un lado, una que hace referencia a Víctor Jara, el cantautor chileno que nos dejó hermosas canciones y que pagó con su vida su compromiso inequívoco con la libertad y la justicia. Víctor fue asesinado en 1973 por los sicarios del inefable dictador chileno Pinochet (y con el consentimiento de éste), en las salas lúgubres del Estadio Nacional de Santiago de Chile. La casualidad de que un admirador suyo reconociera su cadáver acribillado y torturado, hizo posible que su viuda Joan Turner pudiera inhumarlo, de manera casi clandestina y en la más absoluta soledad, el 18 de septiembre de 1973, siete días después del golpe.

 

El pasado 4 de junio, la detención de uno de sus posibles asesinos obligó a  exhumar sus restos y proceder a la realización de una nueva autopsia de la que se ha derivado un informe brutal que no quiero pormenorizar, pero que se resume en 44 heridas de entrada y 32 de salida; heridas de bala, se entiende, que acribillaron su cuerpo de manera salvaje. El pasado 5 de diciembre  se celebró el entierro multitudinario de los restos (36 años después de aquel entierro clandestino). Esta vez, su viuda y sus dos hijas estuvieron acompañadas por miles de chilenos que no olvidan el dolor y la rabia, la brutal represión de una dictadura salvaje y consentida (como tantas otras) por las grandes potencias del mundo que, como en otras ocasiones, miraron hacia otro lado. Gervasio Sánchez habla de ello en su serie “Los desastres de la guerra” que publica en el Heraldo de Aragón y aporta un emotivo testimonio: “Durante la dictadura militar algunos autores populares cantaban sus canciones más emblemáticas en los autobuses de línea de Santiago. El silencio siempre era estremecedor y puedo asegurar que nunca escuché quejarse a un solo pasajero en mis múltiples viajes a Chile desde noviembre de 1986. En su tumba siempre se renovaban las flores colocadas por manos anónimas”.

 

Cuando escribo esto, no dejan de acudir a mi mente algunos de sus versos: “Te recuerdo, Amanda, / la calle mojada /corriendo a la fábrica / donde trabajaba Manuel. / La sonrisa ancha, / la lluvia en el pelo, / no importaba nada / ibas a encontrarte con él, / con él, con él…” Y suenan como un presentimiento macabro aquellos otros de su canción “Preguntas por Puerto Montt”, que dicen: “Murió sin saber por qué / le acribillaron el pecho / luchando por el derecho / de un suelo donde vivir.“¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!”, dice en su canción “Estadio Chile”, pocos días antes de su muerte. ¡La muerte!..., que se había llevado ya a Salvador Allende y que, en pocos días visitaría también a Pablo Neruda… ¡La muerte! que dejó un país con cicatrices imposibles de cerrar en mucho tiempo.

 

He recortado esa hoja de periódico (rescatada de la “hojarasca periodística”) y, cuidadosamente doblada, la he depositado dentro del libro “Víctor Jara” escrito por Galvarino Plaza en 1976 y publicado por Ediciones Júcar en Madrid, que compré en Barcelona el 28 de enero de 1978.

 

2B.- La otra noticia se refiere al fallecimiento de Jordi Solé Tura, el pasado 4 de diciembre, enfermo desde hacía ya unos años de alzheimer. Nacido en 1930 en Mollet del Vallés (Barcelona), hijo de una familia de panaderos fue un hombre clave en el proceso de transición política española y uno de los siete padres de la Constitución. Activo militante comunista desde el PSUC (Partido Socialista Unificado de Catalunya), dirigió Radio España Independiente, fundó la formación Bandera Roja y conoció el rigor de las cárceles franquistas. Fue diputado en varias legislaturas y, bajo el Gobierno de Felipe González, fue Ministro de Cultura.

 

Siempre me pareció una persona de verbo inteligente y respetuoso y un hombre de honesta trayectoria política. Leí, en El País, los artículos que escribieron sus compañeros de aventura constitucional: Miquel Roca, Gregorio Peces-Barca y Miguel Herrero y, aunque ya se sabe que cuando uno se muere aumenta de valor para quienes lo recuerdan, no eran palabras desmesuradas ni alabanzas gratuitas.

 

Lo recuerdo especialmente en este post porque, el día 16 de agosto de 1991 compartió unas horas con la gente de Labuerda y de la comarca de Sobrarbe, con motivo de la inauguración de la emisora de Radio Sobrarbe. Hay pues, además, una razón de proximidad, estimulada en mi caso por la contemplación del álbum de fotos que guardo desde aquel día. Resulta que por aquellas fechas –era ya Ministro de Cultura- estaba pasando unas jornadas de descanso en el Parador Nacional de Pineta y los socialistas de la comarca lo invitaron a la citada inauguración, de modo que a media mañana se presentó en Labuerda, donde fue recibido por distintas autoridades y público en general. En la Casa-Escuela, en el segundo piso, se celebraron los parlamentos, el corte de la cinta y las entrevistas en la emisora comarcal. Posteriormente, fue acompañado hasta el primer piso (donde hoy se sitúa la Biblioteca Municipal) para visitar una exposición que habíamos montado, titulada “La escuela del ayer”, recreando un aula de los años sesenta. Le expliqué al Ministro lo que allí había y le invité a sentarse en uno de los pupitres y a escribir en el cuaderno de visitas, con la plumilla y la tinta de tintero de plomo. Puso interés en revisar cuadernos de distintos alumnos y alumnas, álbumes de labores, libros viejos, enciclopedias, estampas religiosas y algunos materiales escolares antiguos: medidas de capacidad, esfera del mundo, mapas murales, etc. Un buen puñado de fotos recogen algunos de esos momentos y ahora que leo los escritos que le recuerdan en vida y lo azarosa que le resultó en los últimos tiempos, privado de su memoria y de la posibilidad de reconocer a los suyos, también recuerdo su visita a Sobrarbe y a Labuerda y le veo en las fotos, con 18 años menos y pienso, una vez más, en lo rápido que pasa el tiempo.

 

Por cierto, la hojarasca, cuando alfombra los suelos de los montes, de los campos, de los huertos… esconde debajo formas de vida, rugosidades del terreno, frutos caídos…que pugnan por hacerse visibles de alguna manera. El tiempo también actúa como la hojarasca y sume en el olvido fragmentos de la vida personal, acontecimientos significativos, personas relevantes… Y luego, buceando en él (me refiero al "tiempo-hojarasca"), es posible que encontremos la forma de revivir aquellas sensaciones, de volver a recordar a personas que fueron importantes, de recuperar vivencias que parecían olvidadas… Porque de la hojarasca que siempre creímos unida a la muerte, en muchas ocasiones, surge la vida. Que tengan un buen mes de diciembre.

 

 

07/12/2009 13:04 gurrion #. sin tema Hay 11 comentarios.

CASABLANCA

Casablanca es una película estadounidense de 1942, dirigida por Michael Curtiz. Protagonizada, entre otros, por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman en los papeles principales. Narra una historia romántica durante la Segunda Guerra Mundial, en la ciudad marroquí de Casablanca, bajo el control del gobierno de Vichy… La película se rodó completamente en estudios y no en la ciudad marroquí, como podría parecer… Pero no voy a hablar de la citada película, a pesar de que el título pudiera darlo a entender. Simplemente me ha parecido sugerente alimentar ese equívoco, para empezar.

Objetivo: Instituto Cervantes de Casablanca. Invitación a dar una charla-conferencia con el título: “Cómo hacer al niño lector”, en la biblioteca de dicho centro.

El viaje, una aventura en solitario hacia un país desconocido, con una cultura diferente y también con una organización de la vida distinta a lo que uno está acostumbrado. Los viajes en avión, con la RAM (que, en contra de lo que pudiera parecer, no es una marca de leche, sino la compañía aérea Royal Air Maroc). Tras la llegada al aeropuerto de la ciudad, paso los controles de pasaportes y busco al taxista que debe llevar una hoja de papel con mi nombre, pero al que no encuentro, en medio de una muchedumbre de gente que espera la salida de los pasajeros. Deambulo por entre los que esperan hasta que encuentro a un hombre alto y moreno con la hoja en la que está escrito mi nombre a la altura del muslo (y no levantada como estaban otras). Salimos de la sala y otra muchedumbre mayor se aglomera, formando dos extensas filas de personas, en la salida a la calle (son familiares de los peregrinos que están regresando de La Meca, me entero). Subimos a un viejo mercedes de gran tamaño y enfilamos la carretera y ¿autopista?, que desembocará en la ciudad. Las imágenes que voy viendo me hacen sonreír, en algunos casos y preocuparme en otros: rebaños de ovejas pastan en las cunetas de la citada autopista, pudiendo entrar en ella en cualquier momento… La entrada a la ciudad se ralentiza por el tráfico intenso y bastante caótico… Después de una hora llegamos al hotel…Y así será el regreso.

Javier C. también ha llegado desde Valencia para dar una conferencia sobre el músico  Ruperto Chapí. Nos presentamos y decidimos formar una “sociedad limitada” mientras dure la estancia. Él ha llegado por la mañana y ha encontrado un “italiano” para comer que está muy bien. Cenamos el primer día y comemos el segundo en el mismo restaurante. Damos un largo paseo que nos lleva hasta “La Grande Mosquée Hassan II” (La Gran Mezquita Hassan II), construida al lado del mar. Las aguas violentas del Océano Atlántico golpean los muros de la misma. Impresiona el monumento, con capacidad para 25.000 personas y la tercera más grande del islam. Su minarete tiene una altura de 200 metros y el recinto es tremendamente grande y maravilloso en los detalles: filigranas, arcos, columnas, azulejos y mosaicos… Todo es esplendoroso, una demostración tremenda de poder y de obra bien hecha… Contrasta que nada más bajar del nivel de la plaza, a un supuesto paseo marítimo, éste se halle sin asfaltar, con charcos y basura. La línea que separa la pobreza de la opulencia, como en tantos otros sitios es extremadamente delgada y poco racional.

Por otro lado, llaman la atención: terrazas llenas de antenas parabólicas; muchos mercedes viejos utilizados como taxis; los “petit taxi” más populares, son la mayoría de la marca peugeot, modelo 205, de color rojo; talleres mecánicos y de chapistería muy frecuentes; tráfico intenso y un punto caótico; peligrosos pasos cebra; convivencia de gentes de muy distinto nivel económico (al menos, en apariencia); los boulevares o calles importante contrastan enormemente con las estrechas calles que unen unos con otros; mucha gente por la calle; ningún problema; gente mostrándose con mucha amabilidad; el francés se escucha constantemente, (lo mismo que el árabe, claro); hay que pagar en dirham (DH), no aceptan euros. Y me enteré de lo que gasta un móvil...

En el Instituto Cervantes, me reciben Lucía, Laura y Rosa (la directora) y la charla transcurre de manera muy agradable, con mucho interés y muchas preguntas en francés (necesito traducción en algún caso) o en castellano, de modo que alargamos media hora más, pero no da tiempo a repasar todo lo escrito y preparado… Al poco de finalizar, comienza la otra en un salón de actos, sobre Chapí, alternando las palabras de Javier, con la actuación de un trío lírico, formado por María, Abel y Pablo. Una delicia escucharlos a los cuatro. Al finalizar, la cena, las risas, las anécdotas y el “after” posterior en una casa próxima… No desvelo más secretos de esta aventura marroquí. Este post lo termino con la inclusión de una parte de la introducción y otra del colofón de la conferencia que escribí:

A modo de introducción:

 “A los padres y a las madres, a las maestras y los maestros y a los representantes de otros grupos sociales relacionados con la infancia, nos gustaría que los niños y las niñas se hicieran lectores y lectoras sin ningún esfuerzo ni dedicación especial y con mucho contento; tal como, la mayoría de ellos y ellas, se hacen amantes de las golosinas, del chocolate en tableta, de los juegos callejeros, de los dibujos animados, incluso del desorden en su habitación… sin mediar recomendación alguna y sin dedicar un “día” al año a recordar la actividad… Pero sabemos que nuestro íntimo deseo está muy lejos de la realidad. Por eso, lamento decir, ya desde el comienzo, que este esperanzador título no tiene un final muy feliz.

 

La lectura, como el amor, no puede imponerse. Sobre por qué leemos o cómo nos enamoramos no sé si se ha escrito mucho, pero se sabe poco… Sobre ambas cuestiones tenemos poco control. Desconocemos qué se activa en nuestro interior pero un día nos enamoramos irremediablemente y desconocemos qué tecla y qué o quién la debe tocar para que nos hagamos lectores de por vida.

 

No es necesario gastar mucha saliva o dedicar mucho tiempo a predicar las virtudes de esta práctica. Los adultos, si estamos íntimamente comprometidos con la causa, debemos ejercer de modelos lectores, leerles en voz alta, sugerirles libros, ofrecerles espacios y tiempos para comentarlos… comportarnos con naturalidad ante un fenómeno, la adquisición de hábitos lectores, que nunca fue ni será multitudinario. Y no perder de vista la educación de la sensibilidad, habituándoles, desde pequeños, a otras lecturas, que no requieren libros, pero que preparan para la curiosidad, el respeto y la interpretación: “Leer una amplia sonrisa, leer una mirada, leer las arrugas de las manos, leer una caricia, leer un abrazo, leer una puesta de sol o la acogedora sombra de un árbol, leer el canto de los pájaros, leer una noche estrellada, leer la fuerza del río, leer la rebeldía, leer la alfombra amarillenta del otoño, leer un trabajo solidario, leer los sueños nocturnos, leer la salida del sol, leer la brisa fresca de la mañana, leer un apretón de manos, leer el fruto del árbol, leer la fertilidad de la hojarasca, leer la esperanza de la lluvia, leer la suavidad de una caricia, leer unas manos que han trabajado … 

 

A propósito de todo ello, como feliz coincidencia, encontré no hace mucho una cita del escritor recientemente fallecido, Francisco Ayala que me gustaría compartir, porque enlaza perfectamente con lo anterior:

 - “Nunca sentí yo esa contraposición de lo vital y lo libresco que parecen encontrar otros. Una lectura ha sido en todo instante para mi experiencia, de calidad análoga a la de un paseo por el campo, la visita de un museo, el viaje a la ciudad desconocida, una comida en compañía o en soledad, quizá alguna enfermedad y su consiguiente convalecencia, un concierto, una conversación amistosa… cosas todas que pueden ser tan memorables o tan triviales como la lectura de tal o cual libro…”

 

(…) (un paréntesis de 19 folios...)

 

 

Y ya, como colofón

 

Soy hijo de agricultores y quiero terminar tocando con los pies en la tierra. Aprendí de mis padres muchas cosas que no quisieron conscientemente enseñarme. No estuvieron repitiendo todo el día: deberías aprender esto o lo otro, fíjate aquí o allá… Acompañé, desde niño, algunos de sus trabajos, viendo lo que hacían y colaborando en algunas faenas, sintiendo el frío o el viento en el rostro y en las manos, el calor en todo el cuerpo; soportando el cansancio de una larga caminata hasta el monte; comprendí el significado del esfuerzo y del sudor, compartí las ilusiones de la siembra o de la plantación y la alegría o la decepción de las cosechas; supe que las cosas había que hacerlas siempre bien, porque ya había factores o personas que se ocupaban de enredarlas… A pesar del cuidado y el esmero, de la dedicación y del compromiso con la tierra; a pesar de enterrar las mejores semillas en una tierra acariciada y bien abonada, algunos años, la cosecha era desoladora, mientras que otros años, con el mismo tratamiento, invitaba a la fiesta y a la alegría. Pero nunca hubo un desmayo; cada nuevo año agrícola se trabajaba con el mismo interés, con igual ímpetu, con parecida esperanza de obtener, al final, la recompensa justa de una buena cosecha. Esa fue una buena lección que no he olvidado: el tesón, la constancia, el esfuerzo necesario…

 

No nos queda otra con el tema de la lectura. Sabemos ya que no es bueno obsesionarse; que hay que predicar menos y dar más ejemplo; que no hay que contraponer el ejercicio de la lectura con el cultivo de otras aficiones; que no es una actividad siempre divertida; que desde que los niños y las niñas son pequeños debemos estimular su práctica; que debemos regalarles lecturas en voz alta en casa y en la escuela; que debemos atender a las nuevas tecnologías y al futuro, que el libro puede ser un alargamiento de nuestra mano que lo deposita amablemente en otra mano; que es mejor tomar el asunto con naturalidad… Sabemos que podemos hacer algunas cosas que nadie juzgaría como contraproducentes, pero también sabemos –como el agricultor- que antes de recoger la cosecha puede cruzarse un elemento desestabilizador que la arruine y haya que volver a empezar. Nuestro papel como mediadores: padres, madres, maestros y maestras, bibliotecarios y bibliotecarias y demás personas en contacto con la población infantil es importante, pero no debemos nunca perder de vista que, al final, la decisión de engrosar la nómina de personas lectoras o no, está exclusivamente en manos de cada niño, de cada niña, de cada adolescente, de cada persona. Y que así será, nos traiga el futuro lo que nos traiga.”

 

18/12/2009 16:54 gurrion #. sin tema Hay 14 comentarios.

VIEJOS PAPELES (VI)

Antes de que finalice el año, quería yo dar un paso más en el asunto de reseñar esta serie de revistas escolares que publicamos en el curso escolar 83-84 con el nombre de LA FIGA. Supuso realmente una pequeña, pero muy interesante, (y, desde luego, costosa) aventura editorial. Editamos seis números y hoy quiero dedicar mi atención al número 5 cargadito de páginas (28, nada menos, en formato folio) y, por tanto, de noticias, textos, poemas, ilustraciones, refranes, etc. Materiales todos que nos refrescan la memoria y que nos permiten reconstruir lo que hicimos hace 25 años… De no haberlo escrito, casi todo estaría ya enterrado en el baúl negro del olvido. Por tanto, pedagógicamente, escribir viene a significar “luchar contra el olvido” y dar una segunda oportunidad o muchas más de que las cosas que se hicieron puedan recordarse de manera más exacta.

 

Este número 5 se publicó en abril de 1984: portada en cartulina azul con cinco grandes círculos que nos recuerdan temas de su contenido: primavera, vacaciones, semana santa y 23 de abril; además de la identificación de la revista.

Hay una página entera dedicada a los trabalenguas inventados: “Un tratante de tractores trató de tratar con tres tractoristas tratantes sobre trece tractores bien tratados…” (Julio). “Una teja muy teja dijo a un tejo muy tejo: ¡Hola, don Tejo! Y éste contestó: ¡Hola, doña Teja!, y los dos se fueron tejando por el tejado” (Santi). “Un yugoslavo yugoslavito se rompió un dedito. ¿Cómo le arreglarán el dedito al pobre yugoslavo yugoslavito? (Óscar)…

Según nuestras mediciones y nuestros cálculos, durante el mes de marzo de 1984 la temperatura media total (considerando las máximas y las mínimas) fue de 9´5 ºC.

Los juegos con la rima, dieron algunos refranes o frases como éstos: “La primavera llegó a y a mí me acatarró”. “Un año, un siglo, una era… y siempre, la primavera”. “Un árbol, una flor… Una primavera de amor”. Cantando viene la PRIMA; llorando se va de tu VERA”. “En marzo llega la primavera y hasta junio, ésta, se queda”…

 

El capítulo de “Noticias de la clase” se abre con la correspondencia y se reseña que desde el número anterior se ha recibido información de la embajada de Bulgaria (que entonces era un país lejano y desconocido). No podíamos imaginar, en aquel lejano 1984 (por otra parte, título de una novela muy celebrada, escrita por George Orwell) que, 25 años después, muchas personas de ese país vendrían a vivir y a trabajar a Fraga y sus hijos e hijas asistirían en número considerable a nuestra escuela. También dejamos constancia de la llegada de dos revistas o periódicos escolares de Torrente de Cinca y de Pont de Montañana, con quienes hacíamos intercambio.

 

Durante aquel segundo trimestre “estuvimos haciendo trabajos con cartón, marquetería, motores… Había que hacer algo que tuviese movimiento. Todavía no lo hemos terminado pero por la clase pueden verse: muñecos articulados, coches, una noria, aviones, robots…” “Estamos haciendo la colección de cromos de Willy Fog y ya casi la tenemos terminada. Nos faltan los números 21, 49, 53, 62 y 91, así que si alguien tiene alguno de esos, que se ponga en contacto con nosotros”. “Desde hace ya varios días, hemos ido trayendo a clase libros viejos y otros materiales que se emplearon hace años en la escuela. Una vez hecha la ficha de cada libro u objeto, los hemos ordenado y hecho una pequeña exposición”. “Esta última semana del trimestre van subiendo al colegio nuestras madres y padres para ser informados de nuestro trabajo y rendimiento por parte de Mariano”

La página 6 de ese número, hoy también resulta sorprendente, puesto que está compuesta por un diálogo en francés, entre François Miterrand y Philippe González (Presidentes entonces de Francia y de España), ilustrado. Una página preciosa compuesta por Julio (Jules, claro). La página resulta sorprendente porque hace ya muchos años que se desterró el francés de nuestra escuela.

 

A continuación, se ofrecen veinte páginas especiales. Como el número de la revista salía en el mes de abril, dedicamos buena parte del mismo al Día del Libro, de modo que todos los niños y niñas de la clase escribieron un texto literario o un poema para participar en él. Hago un repaso por algunas colaboraciones.

Amaya escribe “El futuro en sueños”: “…Una vez que llegó se instaló allí construyendo una casa de cristal. Pasaron los años y el astronauta seguía viviendo en al luna. En la Tierra se le daba por desaparecido. Durante los años que había permanecido en la Luna, el astronauta había hecho exploraciones e investigaciones en ella…”. Gloria escribe “La rosa, el musgo y la niña”: “Había una vez una niña que imaginaba que hablaba con una flor. Su madre la llamó para almorzar y mientras almorzaba, le contaba a su madre aquel sueño. Su madre le respondió que cómo era posible que soñara tales barbaridades…” Teresa y su “Cuento fantástico”: “… Cuando pasaron esos años, yo ya iba a sexto B y las actividades ya eran más difíciles… Así que un sábado estaba yo sola en casa y estaba fregando los platos y por la tele apareció una mujer que dijo: - Teresa, ya sé que tienes problemas y te vengo a ayudar, por eso te concedo siete deseos…

Rafa titula su aportación con un onomatopéyico: “¡…UUUUUUUUUUUhhhh! Y dice “Cuando estoy en la cama pienso, a veces, que si saco algún pie por debajo de la manta, vendrá algún monstruo a mordérmelo o comérselo…” Evelyn prefirió escribir un poema que comienza así: “Lluvia cristalina / que mojas los extensos campos, / que das de beber a las flores / y que alegras a los agricultores /…”

En casi todos mis sueños yo soy el protagonista. Siempre soñamos lo que no somos, lo que no podemos hacer…” Así comienza su texto “Sueños”, Santi y éste es el poema sentido y siempre actual de Esther: “Canta un pájaro. / ¿Será un gorrión o un ruiseñor? / ¿Dónde estará?, ¿en un árbol?, / ¿en el río bebiendo? / El apreciado pajarillo no aparece. / Si no fuera por la avecilla / no sé qué haríamos. / Él nos da ánimos y alegría / con su trino. / Pero la industria avanza… / Hasta que sólo quede uno / con una mascarilla de oxígeno / en una sombría jaula”. Loli también confecciona un poemita, más festivo que el anterior, con el título de “Mi amiga y yo”: “Tengo una amiga / que se llama Maribel / y tiene once años / como mi prima Esther…” Y termina con esta estrofa: “Vamos al colegio / Miguel Servet / porque stá muy cerca / y se pasa muy bien”.

 

Julio hace gala de su sentido del humor y de su atención a la actualidad con esta larga poesía que narra los problemas fronterizos entre España y Francia. Empieza así: “Los franceses y españoles / siempre están destrozando camiones, / y después dicen los ministros / que cada uno tiene sus razones. / Pasan sigilosamente / la frontera / y después van / por la carretera/…” Continúa con un “El otro día nos llevamos un chasco / por el ametrallamiento / de un pesquero vasco…” Y termina con un juicio severo: “Toda la culpa la tienen los franceses / los de los camiones / y los que se meten / con nuestras embarcaciones”. Con un título muy expresivo despacha su colaboración Miguel Ángel: “Aventuras que no hay quien se las crea”. Para muestra un botón: “De allí volamos a Bombay y menuda sorpresa cuando nos encontramos a Gandhi leyendo un libro en una cantina. A Eusebio (el mono que acompaña al protagonista multimillonario) le dio mucha alegría porque hacía tiempo que no lo leía. Lo entrevistamos, nos tomamos una naranjada y de regalo nos dio las gafas, ya que le caímos muy bien. Nosotros le regalamos un sombrero para que no tuviera frío en su gran calva…”

 

Antonia dice, en lo que titula “Adivinanza difícil”: Mi padre nos cuenta a menudo historias que sabe y que nos gustan mucho. Era una reina que estaba soltera y quería casarse. Para ello se comprometió a que todo el quisiera podía hacerle una pregunta; en el momento en que no supiera contestar se casaría con el que había hecho la pregunta. Pasaban los días y muchos hombres le iban preguntando cosas bien difíciles, pero la reina tenía contestación para todo tipo de preguntas, consultando libros, pensando, etc.

Un día apareció por allí un albañil que le recitó lo siguiente para que se lo explicase:

 

“Rosa, ¡qué triste fuiste! / Al primer paso que diste / tropezaste con la muerte. /Si te corto es cosa triste / y dejarte con la vida / es dejarte con la muerte”.

 

La reina empezó a pensar y no hallaba solución. Tampoco en los libros encontró la respuesta. Como tenía gran curiosidad, le pidió al albañil que le explicara el significado y esto fue lo que le contó: “Un día encontré una vieja calavera cubierta de tierra. Encima había nacido una rosa. Entonces pensé, si la corto es cosa triste, porque le quito la vida y si la dejo con vida, como se halla encima de una calavera, la dejo con la muerte”.

Lo que no sabemos es si la reina se casó con el albañil después de comprobar su ingenio”.

 

La vieja fuente” es el poema escrito por Amaya: “La fuente, / la vieja fuente del pueblo / ha visto risas y tristezas, / mozas con cántaros, / mozos a la espera. / ¡Cuántos sueños…! / ¡Cuántos amores…! / ¡Cuántas quimeras…! / Todas las conoce, / la vieja y sabia / fuente de piedra”. Toni, escribe unos versos dedicados a la amistad o al amor, describiendo un proceso totalmente natural como se puede leer… “Junto a un árbol / estaba yo, / en las orillas del río / viendo correr las cristalinas aguas. / Por la cabeza me pasaba una idea, / y pensaba en ella / aquel día de verano. / De repente, ella apreció por allí / y yo sin saber qué hacer. / Se me pusieron los carrillos rojos / igual que a ella / y los dos nos quedamos / sin saber qué decir. / Al cabo de un rato / nos pusimos ya de acuerdo los dos / y con una fuerte sonrisa / ya éramos nuevos amigos”. Un relato de “Ecología-ficción” es el compuesto por Alberto: “… Un día al amanecer se vio que toda la gente corría mucho pues decían que habían invadido la tierra. Todo el mundo abandonó la ciudad, todas las calles estaban desoladas. De pronto, una nave bajó del cielo, los dos árboles observaban… Minutos más tarde aparecieron unos seres y en un abrir y cerrar de ojos…

 

No es posible seguir por la extensión que está tomando este texto, pero debo decir que he pasado un buen rato releyendo estos escritos que compusimos con gran esfuerzo, para darles forma de revista escolar, hace un cuarto de siglo. Quedan aquí esbozados unos cuantos para significar, como decía al principio, la importancia de realizar este tipo de trabajos con los chicos. Hoy todo puede resultar más rápido y más cómodo, por la utilización de webs, blogs y demás instrumentos electrónicos, pero en el pasado, componer una revista o una monografía requería una buena inversión de tiempo. Precisamente con el paso del tiempo, todo aquello adquiere más valor. De todos modos, realizar este tipo de trabajos en el aula, requiere concebir la escuela y el trabajo a desarrollar en ella de una manera especial; sin esa concepción, la aparente facilidad de los nuevos medios no servirá de nada. Buen año 2010.

27/12/2009 11:17 gurrion #. sin tema Hay 2 comentarios.

HORIZONTES PARA UN NUEVO AÑO

Ya sabemos cuánto de tópica y utópica es esa costumbre de participar a los demás con buenos deseos cuando se acerca un nuevo fin de año. Normalmente los deseos van por un lado y la tozuda realidad sigue su camino. No obstante, como desear es gratis, seguimos haciéndolo, aunque sí es verdad que nos hemos encasillado en fórmulas que de tanto repetirlas nos suenan un poco vacías… Lo de “felices pascuas” y lo de “próspero año nuevo” tienen ya tintes un poco rancios, de modo que lo que tenemos que hacer es renovar nuestra particular lista de deseos, ampliarla y pormenorizarla convenientemente. De esa manera, es posible que contribuyamos a exorcizar los malos augurios y pongamos un poco de nuestra fuerza en el camino de las conquistas deseadas.

Personalmente es lo que he tratado de hacer con la relación que viene a continuación. No es mi objetivo dar ideas a nadie; más bien, ver si aumentando la lista y haciéndola más concreta hay algo que se haya cumplido cuando este nuevo año esté ya agonizando dentro de 365 días. Dicho todo lo cual, paso a pormenorizar los 100 deseos que le pido al 2010:

 

Que sea un año muy saludable. Que todos y todas podamos celebrar un nuevo cumpleaños. Que tengamos para comer y para vivir. Que las cabras sigan tirando al monte. Que los cabrones sufran fuertes y diarios dolores de estómago. Que cada mañana podamos ponernos en pie. Que podamos seguir saliendo a la calle con la cabeza bien alta. Que no olvidemos cultivar la amistad. Que vuelva la gente a escribir cartas. Que aumenten los puestos de trabajo. Que muchos “parados” empiecen a “caminar”. Que encontremos de una vez el camino de la remontada económica. Que en la vida política española desaparezca la crispación y se instale el respeto.

 

Que los “dioses particulares” dejen de inspirar tantas guerras. Que las ayudas a los bancos pasen directamente a los ciudadanos. Que los investigadores y científicos sean más conocidos. Que los “famosillos televisivos” se diluyan en el olvido. Que la televisión programe menos basura y más cordura. Que la justicia gane en velocidad y sentido común. Que los deportistas tramposos sean desenmascarados. Que haya más controles antidoping. Que en el Vaticano y en otras curias particulares caigan tremendos chaparrones de respeto, compromiso y sentido común. Que los curas y los obispos hablen sólo de lo que saben y, sobre todo, que nos dejen en paz. Que en los anuncios de coches y colonias dejen de salir adornos femeninos.

 

Que el amor sea patrimonio de la humanidad. Que España gane el mundial de fútbol de una vez. Que disminuya el número de exámenes y aumente el deseo de aprender. Que la lectura sea tan habitual que no haya que animarla. Que se sigan haciendo canciones hermosas. Que se continúen haciendo películas sorprendentes. Que se escriban libros emocionantes. Que no haya que hablar más de las bibliotecas escolares porque ya funcionan en todos los colegios. Que nadie se funcionarice. Que todos los días encontremos motivos para ir a desempeñar nuestro trabajo con ganas e intensidad. Que no nos falte ni el pan ni la sal. Que los que gritan hablando por los móviles se queden roncos. Que la educación y la cultura pasen a un primer plano de las preocupaciones generales. Que practiquemos más conductas saludables.

Que ayudemos a la naturaleza a recuperar su esplendor. Que disfrutemos del sonido y la fuerza de los ríos. Que sepamos escuchar el silencio del bosque. Que la intolerancia quede neutralizada por la inteligencia. Que a los tiranos les caigan el pelo y los dientes. Que a los maltratadores les den continuos ataques de arrepentimiento y respeto. Que siga saliendo el sol cada mañana y nos despida la luna por la noche. Que los potenciales asesinos se suiciden previamente. Que los terroristas se aterroricen y desistan. Que los ríos sigan llevando agua. Que nieve mucho en invierno y llueva mucho en primavera y otoño. Que haga calor en verano y que haga frío en invierno. Que vuelvan las golondrinas, los aviones y los vencejos. Que, poco a poco, los coches se vayan electrificando para que “se les bajen los humos”.

 

Que esté muy bien visto contemplar un atardecer, leer poesía, pasear sin rumbo y llevar un libro en las manos. Que los periódicos sigan saliendo a la calle cada día. Que todos los pueblos celebren su fiesta mayor y todas las fiestas pequeñas. Que todos los que roban dinero público estén obligados a devolverlo. Que sea más justa la justicia. Que los sinvergüenzas no salgan en los medios de comunicación. Que se cuenten también las buenas noticias en radio, prensa y televisión. Que los acosadores morales se pongan rojos de vergüenza cada vez que se acerquen a su víctima hasta llegar a reparar su impresentable actitud. Que en las competiciones deportivas gane el que lo haga mejor y sin trampas. Que podamos vivir con alegría varios “alcorconazos”.

 

Que los cafres del fin de semana estén de baja permanente. Que los conductores suicidas se conviertan en peatones asustados. Que se fomenten los viajes y los intercambios para superar la intolerancia. Que las escuelas tengan vacaciones. Que madres y padres sigan dejándose aconsejar por maestras y maestros. Que los centros de enseñanza sean focos de cultura y lugares respetados. Que las lenguas sirvan para entendernos. Que pierdan importancia los libros de texto. Que se premie el trabajo bien hecho. Que vivir con dignidad sea objetivo importante para todos. Que la sociedad sea más permeable. Que la tolerancia venza a la intolerancia. Que estrechar una mano signifique ensanchar la esperanza. Que las bajas laborales sean justas y estén justificadas. Que se destierre definitivamente “la cultura del ladrillo”. Que los pueblos y las ciudades vayan creciendo de modo razonable.

 

Que las olas del mar golpeen menos hormigón. Que no se desequen las zonas húmedas. Que mejore el nivel de vida de los desfavorecidos. Que disminuya o desaparezca la rapiña de los recursos naturales. Que los nuevos líderes mundiales sean referentes morales. Que nadie muera de hambre o de frío. Que no haya más expolios de vidas ni de recursos. Que los indígenas de todo el mundo recuperen su tierra y puedan vivir en ella sin sobresaltos. Que los preservativos preserven del sida y de la superpoblación. Que los laboratorios prefieran ganar menos dinero a costa de que sus productos se universalicen. Que los “piscinazos” en el área sean claramente castigados. Que la hipocresía se manifieste en los hipócritas con granos gordos en la nariz. Que salgan de la lista roja varias especies, animales y vegetales, en peligro de extinción.

 

Que aumente el número de escuelas en el mundo para que todos los niños y niñas puedan aprender a leer y a escribir. Que los derechos fundamentales vayan conquistando geografías. Que nadie se inmole buscando el paraíso, que el paraíso está aquí. Que aumenten las acciones de conservación de los mares. Que no se construyan más muros. Que seamos solidarios con los inmigrantes. Que sigamos viendo el arco iris después de llover. Que las manos den consuelo, calor y afecto. Que todos vivamos con fuerza y honor…

 

Y aquí me detengo para tomar aliento. Ahora invito, a quienes lean estas líneas (doy por hecho, con no poca presunción por mi parte, que habrá alguien que perderá algunos minutos de su tiempo en leer este divertimento), a ampliar la lista de horizontes a alcanzar o hacia los que caminar en este nuevo año. En ocasiones, puede ir bien tener anotados algunos objetivos para no olvidarse de ellos y caminar con decisión hacia la consecución de los mismos. Me daré con un canto en los dientes, si en el 10% de lo anotado se visualiza claramente una mejora. Con esa esperanza voy a despedir este año, deseándoles que no les falten horizontes hacia los que mirar y con los que soñar sin reservas. Desde Labuerda, un saludo afectuoso a quienes entráis, de vez en cuando, en estas páginas.    

30/12/2009 23:04 gurrion #. sin tema Hay 13 comentarios.


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