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Autoedición en la Biblioteca

Esta tarde he tenido clase en la biblioteca con el alumnado de 5º A, la primera hora y con el de 5º B a segunda. Hoy he querido sorprenderles con una colección de libros especiales que no pueden encontrarse en las librerías ni en las bibliotecas. Son los “libros libres”, producto de la autoedición. Producto del trabajo de algunos maestros y maestras que fomentan la creatividad de una manera abierta y que posibilitan la confección, la edición de documentos para leer y coleccionar…

 La primera sorpresa ha sido cuando les he desvelado mis intenciones de hacer una clase especial con lecturas de libros realizados en el colegio por otros niños y niñas que estuvieron en las aulas antes que ellos y ellas.

La segunda sorpresa ha tenido que ver con el descubrimiento de las intenciones de quienes los escribieron, de los temas desarrollados o de los resultados sorprendentes… La cantidad de “juegos de palabras”, la intención tan distinta de unas composiciones poéticas y de otras; los puntos de partida que originaron cada uno de ellos; la sencillez de los documentos, especialmente de los “desplegables”... Cuando les he comentado que muchos maestros y maestras también “alucinan” un poco cuando ven por primera vez que en un DIN-A3 puede caber tanta información y que resulta un formato ágil y muy manejable.

 He presentado primero cuatro ejemplos en formato vertical, doblados por la mitad (29,5 X 10, 5 cm): “¿Qué quieres ser de mayor?” (abril de 2004): “Cuando era pequeño me gustaba ser ASTRONAUTA, pero ya no me gusta; ahora quiero ser CIENTÍFICO. A mí me gusta descubrir y aprender cosas nuevas. Me gustaría descubrir y conocer a otros seres de otro planeta y adaptarme a su forma de ser…”, decía Daniel.

Te recuerdo, abuela. Te recuerdo, abuelo” (enero de 2006): “Mi abuela se llama María y ahora ya no vive conmigo. Yo recuerdo que por las noches, cuando era más pequeño, siempre me contaba un cuento. También, a veces, historias de terror o de fantasía. Pero siempre me decía que durmiese con los angelitos y eso me gustaba mucho. También había ocasiones en que jugaba conmigo y lo pasábamos bien. Ella también contaba chistes que me hacían reír y me gustaban. Lo que más me gustaba de ella es que yo sabía que me quería mucho”, escribe Santiago.

Cuentos cortos de cerdos” (curso 2004-2005): La cerdita presumida. “Había una vez una cerdita que se llamaba Rosalía. Rosalía era muy presumida, los domingos siempre se ponía una falda o un vestido. Un día, Rosalía fue a mirar qué ropa se podía poner al día siguiente y vio que todos los vestidos tenían una o dos manchas y gritó: - ¡Socorro, socorro! Una vecina se asomó a la ventana y dijo: - ¿Qué te pasa, Rosalía? Al final, resultó que todo había sido un sueño”, escribe Anna.

Siguiendo la estela…” (mayo de 2009). Se toman cuatro versos de un poema como modelo para repetir estructura. Por ejemplo: “Había una vez una vaca / en la Quebrada de Humahuaca. / Como era muy vieja, muy vieja / estaba sorda de una oreja” (de María Elena Walsh. Y los chicos de sexto continúan con propuestas como éstas: “Había una vez un caballo / en la casa de un uruguayo. / Había nacido en Toronto / hijo de padres muy tontos”. “Había una vez una jirafa / en medio de una gran plaza. / Como era muy divertida / jugaba con los niños todo el día”…

 A continuación, he presentado seis libros libres de tamaño cuartilla (15 X 21 cm) y he ido, como con los anteriores, explicando y leyéndoles parte de su contenido:

ABECEDARIOS” (mayo de 2000) y hemos leído algunas propuestas, como éste de nombres de persona: “Ana tiene una hermana. Bartola juega a los bolos. Carolina se come una piña. David tiene una cicatriz…” Éste otro de oficios: “… la Maestra enseña a los niños la suma y la resta. El Nadador se tira a la piscina con bañador. El Oficinista haciendo recibos se deja la vista. La Peluquera hace peinados a su manera…” O sobre verbos finalizadores: “Pilar me dice que vayamos a ANDAR. Esther me acompaña a la fuente a BEBER. Javier me invita a su casa a COMER…

El mar de Rafael” (noviembre de 1999) lo dedicamos a Rafael Alberti la semana después de su muerte: “El mar de Rafael / lo soñamos con él. / El mar de Rafael / de agua azul y de miel. / El mar de Rafael / huele a rosa y a clavel. / El mar de Rafael / sabe a sal y sabe bien…” O bien “¿Dónde está Rafael? / En el campo buscando miel. / ¿Dónde está Rafael? / Pintando con su mujer. / ¿Dónde está Rafael? / Ni lo sé yo ni lo sabe él. / ¿Dónde está Rafael? / Durmiendo la mar de bien…

Brujas pirujas, hechizos, conjuros y brujerías” (marzo de 2002), relacionado con la actividad impulsada en aquel momento por la biblioteca escolar. “Hechizo para hacer que llueva: Olvida el paraguas / canta bien alto / da media vuelta / y ya estás mojado” o aquel otro “para que se recoja sola la habitación: Canta una canción. / Ráscate la nariz. / Mete todo en un cajón / y serás feliz”. Se han reído con esta pequeña retahíla: “Conozco a una bruja de Utrillas / que tiene rotas las zapatillas. / Conozco a una bruja de Monzón / que bebe la leche en porrón. / Conozco a una bruja de Huesca / que en lugar de escoba, conduce una vespa…

Para estar en la luna” (noviembre de 2001): “Te reflejas, luna, en el río / haga calor o haga frío. / Te reflejas, luna, en el mar / haga lluvia o malestar. / Te reflejas, luna en mis ojos / como dos brillantes focos…” O un juego de iniciales únicas: “La luna lunera lee los libros, levanta ligeras lechuzas, limpia los límites, labra los latifundios, lame lastimosas lágrimas, liba los labios, liga lazos, lía…”

D de dragón” (febrero de 2004): “En la ciudad de Daroca / dicen que vive un dragón / que come carne de niño / y bebe vino en porrón”.  “Yo conocí a un dragón / que había nacido en Barbastro / y que en vez de caminar / iba con el culo arrastro”… Hemos leído trabalenguas: “Tres dragones traviesos y otros tres dragones tranquilos tramaban trampas terroríficas detrás del trípode” o aprendido el significado de algunas siglas: “ODCC, Organización Dragonil Contra la Cerveza”; “UDE: Unión de Dragones Estúpidos”; “DCBPA: Dragones Chinos Buscan Princesas Alemanas”…

El libro de los nombres” (septiembre de 2005). En cada página, una rima (o burla) con su nombre, un autorretrato y unas líneas averiguando por qué le pusieron a cada uno y cada una el nombre que tenían.

 Seguidamente, he leído en voz alta el texto poético de Juan Farias, titulado “El hombre, el árbol y el camino”, muy propio para el tema de árboles y bosques que estamos trabajando y han podido ver las ilustraciones de una ex alumna a ese precioso texto…

Por último, he presentado 10 ejemplares de Libritos desplegables: “En recuerdo de Ana Pelegrín”; “Poesías plegables y desplegables”; “El libro de los meacuerdos”; “José Antonio Labordeta”; “Pequeños animalillos en cuartetas y “redondillos”; “Meacuerdos”; “Cuentos de bichos”; “Yo de mayor…”; “Las golondrinas regresaron a África… Nosotras y nosotros volvimos al colegio…” y, en último lugar, el recién publicado: “Contraseñas poéticas arboladas”…

 En definitiva, una colección de textos, poemas, juegos con palabras, recopilación de refranes, abecedarios, textos informativos y biográficos, recopilaciones, retahílas, acrósticos, citas textuales y citas bibliográficas… Trabajos realizados con todo el rigor necesario que, guardados convenientemente, han servido esta tarde para sorprender a dos clases de chicos y chicas de quinto de primaria. No podían imaginar que otros niños y niñas hubieran hecho lo que escuchaban, primero, y lo que han podido leer después.

 Yo he disfrutado mostrándoles estos documentos, leyéndoles algunos pasajes y contándoles algunas anécdotas de cuando fueron concebidos o que ocurrieron en el proceso de creación. Les he dicho que yo he participado en todos los libros, no solo en la gestación de los mismos y en las tareas de mecanografiar los textos, etc., sino que siempre he escrito algo, en la línea que estaba definida la idea y les he leído especialmente uno de los poemas-juego que escribí para Ana Pelegrín (a quien dedicamos uno de esos “plegables” o “desplegables”, poco después de su fallecimiento):

 “Cada cual aprenda su juego…

El guapo con la guapa,

la fea con el feo.

Cada cual aprenda su juego…

El sastre con la sastra,

Carmela con Mateo.

Cada cual aprenda su juego…

Tú con la primera,

yo con el primero.

Cada cual aprenda su juego…

Vosotros en noviembre,

nosotros en enero.

Cada cual aprenda su juego…

En las plazas y los parques

o en los patios de recreo.

Cada cual aprenda su juego…

Ana con Pelegrín

y Coronas con Cabrero”.

 Y como el tiempo es inexorable y el reloj no se detiene, cuando nos hemos dado cuenta, la hora había terminado y tendremos que buscar otro día para seguir explorando estas manifestaciones colectivas de la creatividad y de la fantasía, porque los chicos han dicho que les había gustado la clase y que querían repetir… Y a mí todo ello, me ha servido de excusa para poder escribir este texto (que ya hace días que debería haberlo hecho).

2 comentarios

Mariano -

Y a mí me ha gustado que mi alumna (Mónica Satorres Álvarez), desde su casa, haya abierto el blog, haya leído el post y haya escrito este primer comentario del curso. Las niñas y los niños también son capaces de imaginar y escribir cosas sorprendentes, curiosas, humorísticas... Con esa clase especial, quería motivaros y deciros que vosotros y vosotras también podéis hacerlo. Hasta mañana, Mónica

Mónica Satorres Álvarez -

Me ha gustado que mi profesor, (Mariano Coronas Cabrero) nos haya enseñado la cantidad de libros hechos por los niños que han estado en el colegio antes que nosotros. Había muchos títulos curiosos, pero adecuados. Títulos como: ``D de dragón. ´´ , ``Brujas pirujas, hechizos, conjuros y brujerías. ´´, El libro de los nombres. ´´, ``Siguiendo la estela…´´, ``Cuentos cortos de cerdos. ´´ `` , Te recuerdo, abuela. Te recuerdo, abuelo ´´...
Mónica Satorres Álvarez.