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Postales de agosto II

Postales de agosto. 5. “Barzas”                              

He escrito varias veces, en esta red y en mis blogs sobre las zarzas (“barzas”, en aragonés). He expuesto mis razones para justificar esa falta de cariño que les tengo… (aunque debo reconocer que soy casi adicto a su negro fruto, las dulces moras, y su potencial mermelada).

El caso es que he estado, nuevamente, un par de ratos por las mañanas cortándolas y limpiando suelos y paredes colonizadas por ellas y quiero añadir un razonamiento no utilizado hasta el momento, para persistir en esa falta de cariño… Estoy convencido de que las “barzas” no son exclusivamente vegetales. Yo creo que habría que colocarlas en un grupo que podríamos denominar “vegetanimal”, pues cuando te rozas con ellas, no se cimbrean grácilmente y regresan a su posición original una vez que has pasado, como ocurre con un vegetal convencional: rama de árbol, arbusto o planta; no, no; te agarran y solo te sueltan si se llevan como trofeo un trozo de tu piel, te dejan un pedazo de arañazo que te dejará vistosa cicatriz o provocan que te salgan unas gotas de sangre… Un vegetal, no agarra y las “barzas” sí, por tanto estamos ante un híbrido peligroso, una especie no bien clasificada…

Y jugando con las palabras… Zarza, barza y “barse o barsa” (aquí en Figols de Tremp, provincia de Lleida), ahora entiendo lo del Barça; esa afición a agarrar la pelota y no soltarla, hasta que consiguen hacerle un roto (cicatriz futbolística en forma de gol) al equipo contrario… ¡Y es que todo tiene relación; solo hay que saber encontrarla!

 

Postales de agosto. 6. El Gurrión

 

El Gurrión nace en Labuerda,

lo imprimen con mimo en Fraga;

y lo “enjaulo” en Figols de Tremp

para que llegue, presto, a tu casa…

 

Y no va de broma. Para este número, el 140, esa es la secuencia exacta. Confieso que experimento una grande y singular alegría cada vez que acabo el proceso completo y dejo todos los “gurriones” en la oficina de correos, con las instrucciones precisas, para que inicien sus respectivos vuelos.

Esta vez, la revista sale con 52 páginas bien aprovechadas. Las colaboradoras y colaboradores se han esmerado, una vez más, para sumar sus esfuerzos, su imaginación y su capacidad y poder hacer aportaciones de nivel a un proyecto colectivo. Al final, un total de 40 personas han hecho posible esta revista. A mí, como coordinador del invento, eso es lo que más me satisface: esa respuesta generosa y desinteresada de tanta gente. Por eso, también desde aquí –puesto que algunos de ellos son amigos feisbuseros- les agradezco su apoyo y dedicación. Y no me olvido de los de casa (MAD) que me acompañan a la imprenta, que recogen y ayudan en la distribución; sin su ayuda tampoco sería posible, tal como es…

Durante la semana del 10 al 14 de agosto, la recibirán en sus domicilios quienes estén suscritos y más adelante estará disponible en la página web para quien quiera leerla.

Desde este mismo momento, empieza  a tomar forma ya el número 141; un nuevo número capicúa… Siempre resulta agradable trabajar con estos juegos numéricos. Si estás animado o animada a escribir alguna “historia de vida” o prefieres proponer una sección para varios ejemplares o enviar una fotografía leyendo la revista en algún lugar de vacaciones o en tu lugar de trabajo, estaremos encantados de recibirte.

 

Postales de agosto. 7. Escribir en prensa

Cada año, desde 2005, escribo un artículo (por invitación de su Director) para uno de los suplementos que el Diario del Altoaragón edita de manera especial con motivo de las fiestas de San Lorenzo de Huesca y que se publica cada 10 de agosto. Cuando hojeo u ojeo esos suplementos y veo el contenido temático, me digo que igual debería declinar la amable invitación de Javier García Antón porque suelo escribir de temas que nada tienen que ver con la fiesta laurentina (exaltación del patrón, actividad taurina, etc.) ni con asuntos religiosos que abundan en el citado suplemento. Por otra parte, veo que algunos colaboradores, nos salimos de esos temas y abordamos otros que tienen que ver con asuntos relacionados con la investigación científica, la naturaleza, la enseñanza, lo popular… A veces, como este año, me digo que para el próximo haré lo que he sugerido, pero luego, cuando llega el mes de junio y recibo la carta de Javier, ya no me acuerdo con intensidad de los sentimientos experimentados el año anterior y busco la manera de complacerle en su invitación.

Este año, he escrito sobre la autoedición en la escuela y he visto como mi artículo se quedaba cortado bruscamente, sin las 17 últimas líneas del mismo. Imagino que la culpa debió ser mía porque sobrepasé la longitud recomendada (aunque veo que algunos colaboradores sí ocupan página y media o dos páginas del suplemento), pero al recibir el beneplácito de quien me lo pidió y no pedirme que lo redujera como fue mi ofrecimiento, me he quedado un poco sorprendido. Cuando uno escribe un artículo, suele presentar mínimamente el contexto y, después de desarrollar el tema, suele despedirse, cerrándolo convenientemente. En este caso, ni se termina de desarrollar el tema, ni se cierra convenientemente. ¡Bueno, tampoco tiene tanta importancia, aunque a uno le gusta que el tratamiento de sus escritos sea el adecuado! Y aquí acaba este pensamiento en voz alta, que se convierte en la séptima postal de agosto…, un mes de bonito rostro. Me  consuela el hecho de que mi artículo, publicado en la página 81 (derecha) es vecino de la página 80 (izquierda), donde firma Luis Buisán, veterano colaborador de El Gurrión.

 

Postales de agosto. 8. Coleccionismo

Hace 110 años, alguien escribió estos versos para felicitar a una niña (no sabemos si se llamaba Irene, Elena, Aurora, Radegunda o Vitalina, que celebran este día su onomástica). El autor quiso, con esos versos hacer un conjuro para desactivar el supuesto efecto negativo del número 13… Reparé en ellos gracias  a la exposición de coleccionismo de hace un par de veranos. En uno de los álbumes, en este caso, de fotos viejas, encontré esta postal y la fotografié. Ahí están los versos, por si los originales manuscritos no se vieran bien en el muro de Facebook.

Hoy día trece de agosto;

día de tu santo es;

aunque dicen es mal número,

deseo lo celebres bien.

(13.8.905)

Este año, los días 15 y 16, expondremos en el Salón Social de Labuerda, algunos objetos que esperamos agraden a quienes acudan a visitar la muestra: placas metálicas de anuncios, cajas metálicas de alimentación, chapas de bebidas, placas de cava, álbumes de cromos y una muestra de cincuenta ejemplares de periódicos de diferentes lugares, + las sorpresas de última hora. Los coleccionistas es posible que estemos un poco locos, pero no somos tan raros. Gracias  a las personas que han trabajado para construir museos de tantas cosas, podemos reconstruir algunas épocas de la historia, oficios desaparecidos, historias cotidianas; podemos admirar obras artísticas; rememorar nuestra infancia; conocer obras desconocidas que hicieron quienes nos precedieron; aproximarnos a la vida de quienes nos precedieron…; deleitarnos, instruirnos, sorprendernos, maravillarnos,… Igual os parece exagerado, pero a mí no, je, je.

 

Postales de agosto. 9. Incen ¡Dios!

Cuando un bosque arde

en unas horas,

toda la naturaleza

se siente más sola.

Un árbol es un proyecto

que apunta al futuro;

quien nos priva de ellos

es un salvaje inmundo.

¡Qué pena de país!, la mitad sin árboles y donde los hay, los queman. Pocas cosas me producen tanta desolación como un incendio provocado. Acepto los desastres naturales. La naturaleza debe hacerse respetar; es la mejor garantía de conservación y durabilidad. Y si un incendio se produce tras la caída de un rayo, hay que apechugar con sus consecuencias sin echarle la culpa a nadie; pero, no puedo entender que haya especímenes tan miserables, tan cobardes e indeseables que enciendan el bosque. No sé qué haría con ellos, pero seguro que algo gordo… Un bosque quemado nos priva de una larga lista de beneficios… Cuando se quema un monte, un bosque, quienes estamos vivos en ese momento, ya no volveremos a verlo nunca más como estaba, aunque vivamos muchos años… La herida es demasiado profunda.

En ocasiones, cuando tomamos un sendero y nos internamos en un bosque, encontramos viejos árboles, de grueso tronco y gran altura que han muerto de pie, de viejos o por la caía de un rayo. Son un monumento a la dignidad y una metáfora de la misma. Recuerden: “es preferible morir de pie que vivir de rodillas”.

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