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123 gurriones y un puñado de indignaciones

Este mayo reivindicativo que, a algunos, nos llena de esperanza, ha parido un nuevo gurrión que ya deben tener en sus manos las personas que abonan la cuota anual de suscripción, o les llegará en breve. Cuarenta y cuatro páginas componen este ejemplar, cuyo número corresponde al formado por las tres primeras cifras significativas, ordenadas de menor a mayor: 1 2 3 = ¡123!

Hablaba de este mayo reivindicativo, de esa explosión social que quiere llamar la atención de quienes gobiernan o de quienes pretenden gobernar. Una explosión social protagonizada por miles de jóvenes y no tan jóvenes que han tomado las plazas de las ciudades y van recogiendo y articulando algunas necesidades, algunas exigencias, algunas medidas que podrían modificar sustancialmente el futuro, en caso de que puedan salir adelante.

 Recientemente, hemos vivido unas elecciones que han puesto sobre la mesa algunos asuntos deplorables: la inclusión en las listas electorales de personas imputadas por diferentes asuntos de corrupción, en varios partidos, sin que estos den muestras de limpiar dichas listas de sospechosos y corruptos, enerva al más pintado, a la vez que muestra cuál es la intención ejemplificadora y regeneradora de los políticos: ninguna. Y este país lo que necesita es precisamente un profundo ejercicio de regeneración, que quienes participan activamente en la vida pública sean ejemplos de honestidad, de vergüenza y de trabajo y no tengamos que soportar actitudes y personajes delincuentes que aprovechan su estancia en las esferas del poder para enriquecerse de manera escandalosa o colocar a su extensa familia en puestos con poco trabajo y menos responsabilidad, pero con buen sueldo. No es de recibo que quienes optan a un puesto de trabajo deban sufrir entrevistas (a veces humillantes), dudosos “castings”, oposiciones feroces y los políticos puedan nombrar a un montón de personas “de su confianza” aunque sean claramente ineptos, pero muy ávidos para tetar de la “vaca estado” o de la “ternera autonomía”. Los partidos políticos se han convertido en agencias de colocación a dedo y eso, en un país con las dificultades económicas, laborales y personales que padece la gente es un agravio que indigna, que nos indigna.

 No sabemos cómo acabará todo este movimiento, pero sabemos que el poder establecido, el sistema, los mercaderes no se lo van a poner, no nos lo van a poner fácil. Ojalá se articule alguna alternativa y se siga trabajando para definirla en condiciones y pode hacer frente a lo que tenemos y no nos gusta. Algunos desalojos de plazas, usando la violencia indiscriminada por parte de las fuerzas del ¿orden o del desorden? producen vergüenza y aumentan la indignación y escuchar las palabras de los responsables, hablando de acción mesurada y razonable nos hacen pensar en el escaso juicio y el bajo componente moral de algunos “irresponsables” políticos. Ante una manera pacífica de ocupar los espacios públicos, un comportamiento respetuoso y responsable y una ausencia de provocaciones, la violencia institucional es un acto fascista intolerable. Sabemos que las utopías están para eso, para avanzar y parafraseando a Labordeta, es posible que “habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra con mucha más igualdad…”, aunque no será fácil viendo ya lo que hemos visto desde hace tantos años…

Volviendo a la revista, para mí que soy el afortunado receptor de las colaboraciones desinteresadas de quienes quieren echar una mano para dar vida a cada “gurrión”, es un placer recibirlas y saber que un amplio número de personas se esfuerzan cada trimestre por aportar su grano de arena para que este pequeño milagro sea posible. Es posible que me repita, pero no me importa. Hacer una revista trimestral es cualquier cosa menos fácil. El tiempo pasa muy deprisa y casi no se puede saborear el último número publicado porque ya hay que estar organizando el siguiente. El tiempo necesario para escribir, contestar, recibir, leer y corregir, ilustrar, montar, recoger, distribuir… es importante y aunque algunas de esas funciones se realizan con placer, otras cuestan esfuerzo y uno debe compaginarlo con el trabajo cotidiano que es, ya de por sí, suficientemente complicado como sabe cualquiera que trabaje.

 Como la mejor manera de agradecer estas colaboraciones es nombrar a las personas que las han hecho posible, ahí van sus nombres y sus aportaciones. En este número, el 123, vas a encontrar las recomendaciones lectoras de Rosa Pardina; las noticias del Ayuntamiento de Emilio Lanau; los textos frescos y sorprendentes de Luis Buisán; el resumen de un viaje extraordinario por las tierras australes de Francia: archipiélagos de Krozet y Kerguelen e isla de Ámsterdam, a bordo del Marion Dufresne, realizado y contado por Anny Anselin y Luc Vanhercke; el paseo de Victoria trigo por Pineta y Añisclo; el periplo de los Ballabriga o Vallabriga, de la mano de Jesús Cardiel; los rincones de Asín de Broto, dibujados y contados por Paco Sierra; algunas viejas publicaciones de Sobrarbe, reseñadas por quien esto escribe; las próximas caminatas del CAS, contadas por José Mari Lafuerza; un texto indignado de Carmen I. García; el descubrimiento de un espacio geográfico y cultural especial: Sobrepuerto, por Pablo Founaud; la belleza del trepador azul, escrita y fotografiada por Javier Milla; las noticias de amigos y suscriptores; unas reflexiones sobre el teatro y unas consideraciones sobre el azar de Julián Olivera; las ocurrencias involuntarias de Jaime del Olmo; el poema de Jessica Arias; las reflexiones sobre el coleccionismo; un viaje a la aldea ya deshabitada de Muro de Bellos, contado por Joaquín castillo; el dibujo de la iglesia y esconjuradera de San Vicente de Labuerda realizado por Jesús Castiella o el de Ramón Bosch sobre la ermita de San Miguel; los juegos de navaja explicados por José Luis Ara… Y los correos electrónicos recibidos, la Galería de Lectoras y Lectores…Todo junto, formando una propuesta lectora que esperamos sea de vuestro agrado. Un número de la revista que puedes leer en Internet: http://www.elgurrion.com, lugar donde también puedes consultar los índices de todas las revistas (gracias al trabajo realizado por Anny Anselin y por Luc Vanhercke; un trabajo que nos tiene maravillados, por el esfuerzo y la dimensión). Y ya para terminar, os dejo con la presentación del citado número, que abunda un poco en el tema desarrollado en la primera parte de este texto.

  Presentación: Cuando salga publicado este número de la revista…

 Cuando salga publicado este número de la revista, ya llevará bastantes días de vigencia el movimiento popular de protesta ciudadana, conocido como 15-M y “Democracia real, ya”. Movimiento que ha sorprendido y descolocado a políticos de cualquier bando, a sesudos contertulios que todo lo saben, a periodistas bien informados y al público en general. Era razonable que explotase esa caldera formada por el paro rampante, la falta de salidas profesionales, los problemas de la vivienda, la ausencia de un futuro halagüeño para quienes han dedicado un montón de años de su vida al estudio y la preparación científica y profesional… Asistir con curiosidad, agrado y esperanza a las manifestaciones de protesta y revolución en distintos países del norte de África y de Asia, (y quede claro que no son escenarios comparables) debería de habernos preparado para aceptar que aquí también podría ocurrir algo que pusiese encima de la mesa una situación delicada para unos y, poco menos que insostenible para otros; que aquí también son necesarios cambios de verdad; que sobra palabrería y se necesitan soluciones nuevas para tiempos nuevos.

 Cuando salga publicado este número de la revista es muy probable que la indignación haya crecido. Llevamos años escuchando calamidades, insultos, despropósitos, descalificaciones continuas; llevamos años soportando largas listas de cargos públicos acusados de corrupción que torean a la justicia con chulería, dilatando o evitando su entrada en prisión. Personajes que no muestran ningún signo de regeneración moral; ellos que deberían ser los principales ejemplos y los impulsores de la misma. Llevamos años amenazados por unos tipos que –por lo visto- nunca conoceremos: los criminales mercados y los oscuros poderes financieros, que seguro que deben tener rostro y apellidos y padre y madre…, porque son ellos los que nos hacen la vida imposible (o eso nos explican) desde hace tiempo; llevamos años salvando bancos que luego nos hunden a nosotros cobrándonos hasta el saludo y anulando los intereses que deberían pagarnos por dejarles el dinero (tan amables, por cierto, hace poco tiempo), mientras los ciudadanos y ciudadanas se sienten golpeados y hundidos por una cadena de recortes que unos aplican y otros celebran en la sombra…

 Ojalá, cuando salga publicado este número de la revista, después de la celebración de una nueva contienda electoral, no se hable de que todos los partidos (como siempre) ganaron las elecciones, sino que, por primera vez, las ganaron los ciudadanos, porque los políticos decidieron de una vez por todas ponerse a trabajar para solucionar sus (los de los ciudadanos, se entiende) problemas… Claro que, eso sería creer en “Utopilandia”, y teniendo lo que tenemos sabemos que será difícil.

 De todos modos, cuando salga publicado este número de la revista, quizá estemos en condiciones de sentir que esta primavera ha sido diferente, porque, después de mucho tiempo, es posible que se alumbre algún camino nuevo, se abra una rendija en este muro financiero y mercantil que deshumaniza, que esclaviza, que desespera a tantas personas… Y empiecen a barajarse otras opciones diferentes de organización política, económica y social en las que el centro lo ocupen siempre las personas. Esta indignación ciudadana no es una explosión repentina, es el final de un largo camino de amargura y desesperanza, ante la visión nada edificante de este país.

 Y lo que sí está claro es que, cuando salga publicado este número de la revista, quedaremos citados para el mes de agosto. Será entonces cuando regresemos con otro “gurrión”, con otro vuelo. Esperamos que sea para celebrar un tiempo nuevo, presidido por la regeneración moral, la dignidad, el respeto y la honestidad de las personas y de la vida. Salud y buena lectura.

2 comentarios

Mariano -

Como bien dices, al final, “compartimos injusticias”. Estamos hartos (algunos, claro) de escuchar sandeces cotidianas y ausencia de propuestas alternativas por parte de una derecha que puede ser democrática, pero bastante retrógrada. Cuando ganan ellos, es porque el pueblo así lo ha decidido; cuando pierden no piensan lo mismo y arremeten contra los ganadores con todo tipo de artimañas, descréditos, insultos, etc. Resulta vergonzoso escuchar a sus voceros radiofónicos y televisivos: una jauría de bárbaros inventando complots, desarrollando las teorías más absurdas e hirientes y salpicando de mierda al partido gobernante.
Esta es la derecha política que tenemos en este país: mirada torva, disimuladas intenciones, lobos con piel de cordero, gente autoritaria, sin escrúpulos… Queda una larga travesía del desierto hasta que alguna nueva alternativa los desbanque. Saludamos a estos jóvenes, agrupados en el movimiento 15-M, que nos hacen pensar e imaginar alguna salida más justa y razonable a este callejón os curo en el que andamos metidos… Un abrazo

Silvia Luz -

Hola Mariano!
No tenés idea cuánto te entiendo con tu rabia y tu impotencia, ya nos tocó una y otra vez la misma cantinela de "que se vayan todos" y acá están, como si nada. Y todos esos que no querían a nadie, que criticaban el gobierno a más no poder y gritaban a los cuatro vientos para quien quiera oír, terminaron votando lo mismo, porque si no es así, ¿ de dónde salieron los votos que obtuvieron? En mi provincia hace como treinta años que gobierna el mismo partido político, con todas las quejas y críticas habidas y por haber, pero siguen ganando elecciones. He votado a todos los partidos y partiditos que encontré en las boletas para ver si algo cambiaba, ellos siempre obtienen la mayoría, entonces me pregunto: ¿son tan pocos los que protestan que no se nota en las urnas? o es que a la hora de sufragar cierran los ojos y olvidan?
Sujetos con conocidos prontuarios, borrachines, estafadores y defraudadores integran las listas. Las personas honradas y con buenas intenciones no aguantan ni una campaña, abandonan por cansancio, soledad y desprestigio. ¿Es el cuento de nunca acabar? Qué tiene que ocurrir? He confrontado ideas con gente joven que dice que ellos no, pero estoy harta de ver cómo cambian con el tiempo.
Hoy estoy muy decepcionada y te comprendo muy bien, tendré que hacer como dicen los psicólogos y psiquiatras: "está en tus manos resolver la situación? ¿no? pues entonces no te preocupes y sigue tu vida mirando a otro lado y lo mejor que puedas"
Lo siento, no soy de mucha ayuda hoy, un abrazo de consolación compartiendo injusticias.