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Memoria de aquel silencio

He terminado la lectura del libro “Memoria de aquel silencio”, escrito por Jorge Cortés Pellicer. Merece la pena ser leído porque Jorge escribe muy claro y muy bien. Su prosa es rica en matices, minuciosa en descripciones, comprometida con lo que cuenta. El tema desarrollado es una inmersión (y no es la primera vez que lo hace el autor) en la actividad guerrillera del maquis. Ramiro, que prefiere definirse como guerrillero, desde su exilio de Praga, hace un repaso de aquella actividad en la que entregaron sus ilusiones, sus energías y sus vidas miles de personas: unas en la acción directa y otras apoyando la supervivencia de la gente del monte. Estos últimos, como consecuencia de esa relación clandestina, sufrieron delaciones y como consecuencia fueron detenidos y sometidos a torturas brutales, palizas desmedidas y para muchos y muchas, el preludio de una muerte anunciada. La ley de fugas se aplicaba para eliminar a unos y amedrentar a los demás, señalando el final que les esperaba si los detenían colaborando.

La represión y el ensañamiento fueron el pan de cada día. Ramiro recuerda, en sus entrevistas con el autor, la entrega a la causa y la obediencia a las directrices que llegaban desde Francia, desde el exterior, y cómo asumían un riesgo y unas privaciones al límite. Reconoce, con el paso del tiempo, las enormes limitaciones con las que actuaban, el hambre; sobre todo el hambre, el frío, el enorme cansancio de recorrer distancias por sendas, pedregales, cargados con mochilas, armamento, víveres... Y con la tristeza de saber que iban cayendo compañeros o que el destino de quienes les ayudaban, cuando eran detenidos, les costaba brutales torturas y la muerte...

Carmen, su descubrimiento del amor, ayudó a la guerrilla por él y sufrió las consecuencias, y desde su casa con huerto recuerda especialmente aquellos meses de 1945 cuando lo ocultó, y sus cuerpos fueron el refugio frente a la hostilidad que les rodeaba.

Una historia contada desde una perspectiva nada heroica. Los ideales y el cumplimiento de las misiones encomendadas sufrieron el desgaste de tantos años a la intemperie, las delaciones y caída de guerrilleros, la tensión y alerta permanente en la que vivían... Esas circunstancias fueron mermando fuerzas y haciendo imposible conseguir aquello para lo que luchaban. Se dieron cuenta que su actividad no estaba sirviendo para animar un levantamiento de la población contra el franquismo y empezaron a tener noticias de que su lucha estaba alejada del discurrir de la vida de la gente, que daba muestras de vivir aceptando lo que había...Reconoce Ramiro en sus conversaciones los errores cometidos por los guerrilleros en algunas acciones y el error de la dirección de no haberlos desmovilizado con anterioridad, antes de que el goteo de desánimo y de muertos llegase donde llegó...

El libro pone voz a los recuerdos de un tiempo que existió y que siempre ha estado más silenciado de lo que debería. Aunque es una novela y no un libro de historia, lo que se cuenta tuvo recorrido y es historia de buena parte de la década de los cuarenta del siglo pasado. Gracias, Jorge, por el esfuerzo de escribirlo.

Muy interesante la lectura de la entrevista que los amigos de Cazarabet le hacen al autor del libro y que se puede leer en este enlace:

https://www.cazarabet.com/conversacon/fichas2/memoriadeaquelsilencio.htm

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Memoria de aquel silencio. Jorge Cortés Pellicer. Zaragoza: Editorial Comuniter – 2022 – 259 páginas.

 

2 comentarios

Mariano -

Me ha hecho gracia que hayas recordado aquellos tiempos. Y eran tal como los cuentas. Yo no era muy optimista. No refiero específicamente a esos cursos, sino a las actividades de formación en general. Se malearon mucho con aquello de la carrera docente y había gente que asistía para obtener los puntos que justificaran que se estaba formando y cobrar los sexenios. Yo solía ofrecerme a mandarles algunos de los materiales que les hubieran llamado la atención, siempre y cuando me escribieran y me los pidieran... ¡Mira que hablé en sitios!, pero recibí muy pocas cartas pidiéndolos. Es verdad que hacían muchas fotos con los móviles de muchas de las cosas que mostraba... La maleta con materiales era el recurso definitivo para dar credibilidad a lo que contaba... Por si no te lo crees, aquí traigo una muestra, ja, ja.
Buen documental hicisteis, Enrique. Un abrazo.

Enrique Satué -

Hace ya unos cuantos años, cuando me ocupaba de la dirección del CPR, tenía que organizar todos los años un curso para los maestros que habían tenido la suerte de aprobar las oposiciones, titulado "La voz de la experiencia". Intervenían profesionales de madera probada y uno de ellos era Mariano. Llegaba con su maleta y comenzaba a sacar producción real de su colegio y de la biblioteca que dinamizaba, y lo explicaba con tanta fuerza, claridad y fe, que de allí siempre salían noveles forjadores de bibliotecas escolares.
En tiempos de revisionismo para placas de colegios, calles y parques, con la de Mariano, en el futuro, no habrá problemas. Dicho esto, recomiendo que los lectores vean este pequeño documental que, en aquellos años, también trenzamos con nuestro amigo:
https://wp.catedu.es/magisterioymemoria/plan-67/