CANTAVIEJA EN TERUEL
El día 11 de marzo, salimos de viaje con Mercè en dirección a Cantavieja. Cada vez que debemos viajar hacia tierras turolenses, lo hacemos con un nudo en el estómago porque las carreteras en esa provincia mejoran muy lentamente. Desde Fraga, pasamos por Mequinenza, Caspe, Alcañiz, Calanda y Mas de las Matas. Llevamos dos horas de viaje y paramos en un bar del pueblo a tomar un refresco y a preguntar por lo que nos queda. La dueña del local nos sirve los refrescos y nos trae, con las manos llenas, unos cacahuetes que desparrama por encima del mostrador, ante nuestra evidente sorpresa por la naturaleza del recipiente. Preguntamos, como decía, por lo que nos queda y por la carretera que debemos coger, ya que el mapa permite dos posibilidades de recorrer el tramo Mas de las Matas Cantavieja. Dudan mirando el mapa y al final nos mandan por Castellote. Al principio, la vía por la que circulamos es asequible, luego se convierte en un tramo en obras, sin asfaltar que ralentiza nuestra circulación y posteriormente en una carreterita estrecha con cientos de curvas. La velocidad recomendada es de 30-50 y la línea del centro indica simplemente el centro, como se nos advierte en un cartel. Es noche oscura y no se ve una luz por ningún sitio. Fuera debe hacer un frío del diablo, se divisan fugazmente manchas de nieve en las orillas de la carretera, cuando los faros enfocan los terraplenes en las curvas. Sentimos que no sabemos dónde estamos ni dónde nos llevará aquella endiablada carretera en la que no nos cruzamos con ningún otro coche, mientras la aguja de la temperatura del coche apunta alto y nos tiene preocupados. Tras buen rato conduciendo salimos a un empalme que nos lleva hasta Mirambel. La carretera sigue del mismo nivel. Posteriormente se anuncia a unos 17 kilómetros, Cantavieja. Esos últimos kilómetros, con noche cerrada, se hacen eternos. Recordamos que hace 16 años pasamos también por estos parajes y constatamos que las comunicaciones en esta zona están igual o peor que entonces. Cuando por fin paramos el coche delante del hotel de Cantavieja nos felicitamos de haber llegado y de que no haya pasado nada.
Uno ya sabe que Teruel existe, además de saber que hay una plataforma reivindicativa del mismo nombre que pide y grita un mejor trato de los gobiernos hacia su territorio. Un trato que se merecen; un trato de justicia. Las comunicaciones por el Maestrazgo turolense, separan más que unen y eso a pesar que están jalonadas por pueblos de claro interés paisajístico y arquitectónico; pueblos con pasado que quieren y exigen tener futuro.
Allí nos esperaban Rodrigo y Samuel, con quienes compartimos las peripecias del viaje. Luego cenamos juntos en el retaurante del hotel y charlamos animadamente en la pre-cena, en la cena y en la post-cena. Samuel Alonso había estado por la tarde charlando con un grupo de maestras y maestros que asistían a un curso sobre animación a la lectura. Ese era el motivo por el que estábamos allí.Cuando hablo de Rodrigo, me refiero a Rodrigo Escuder, Director del Centro de Profesores y de Recursos de Utrillas, organizador del curso en Cantavieja.
El día 12, tras un copioso desayuno en una terraza acristalada, con vistas a la sierra cubierta de nieve, me acerqué con Rodrigo hasta el colegio y allí departimos con el grupo de maestros y maestras, por espacio de cuatro horas sobre libros, lecturas, escritura, animación a todo ello, bibliotecas escolares, etc. Hicimos una breve parada a media mañana y en el bar donde tomábamos cafés, cafés con leche y cosas parecidas, unos cuantos lugareños de recio porte rodeaban un par de mesas con grandes bandejas llenas de chuletas de carne de dimensiones que superaban lo razonable. Casi nos daba vergüenza estar tan cerca y confrontar nuestra oferta alimentaria.
Tras la comida, en la que Rodrigo nos contó multitud de cosas (recuerdo al maestro D. José, que tenía el porrón encima de la mesa de clase y que cuando se le terminaba el vino, mandaba a un chaval a su casa a la del chaval, se entiende- a que lo trajera lleno de nuevo) vuelta al cole, y dos horas más para terminar la actividad. Visitamos este blog y les enseñé a los maestros y maestras cómo vamos escribiendo, leyendo y comentando los textos que figuran en este cuaderno de bitácora que tanto nos está aportando este año.
A las cinco, volvíamos a la carretera y desandábamos el camino. Elegíamos ruta alternativa para el tramo desde Mirambel hasta Mas de las Matas y aunque en algunos puntos la carretera era mejor (sobre todo la que estaba situada en la provincia de Castellón), como el recorrido es algo más largo, el tiempo empleado fue parecido. La tarde del sábado iba perdiendo intensidad luminosa y la noche, de nuevo, nos sorprendió en el tramo final del viaje, desde Caspe hasta Fraga.
Y aquí dejo esta crónica de un viaje propiciado, una vez más, por la animación a la lectura y la escritura y las bibliotecas escolares. Nunca pensé que esas cuestiones me harían viajar tanto...
Uno ya sabe que Teruel existe, además de saber que hay una plataforma reivindicativa del mismo nombre que pide y grita un mejor trato de los gobiernos hacia su territorio. Un trato que se merecen; un trato de justicia. Las comunicaciones por el Maestrazgo turolense, separan más que unen y eso a pesar que están jalonadas por pueblos de claro interés paisajístico y arquitectónico; pueblos con pasado que quieren y exigen tener futuro.
Allí nos esperaban Rodrigo y Samuel, con quienes compartimos las peripecias del viaje. Luego cenamos juntos en el retaurante del hotel y charlamos animadamente en la pre-cena, en la cena y en la post-cena. Samuel Alonso había estado por la tarde charlando con un grupo de maestras y maestros que asistían a un curso sobre animación a la lectura. Ese era el motivo por el que estábamos allí.Cuando hablo de Rodrigo, me refiero a Rodrigo Escuder, Director del Centro de Profesores y de Recursos de Utrillas, organizador del curso en Cantavieja.
El día 12, tras un copioso desayuno en una terraza acristalada, con vistas a la sierra cubierta de nieve, me acerqué con Rodrigo hasta el colegio y allí departimos con el grupo de maestros y maestras, por espacio de cuatro horas sobre libros, lecturas, escritura, animación a todo ello, bibliotecas escolares, etc. Hicimos una breve parada a media mañana y en el bar donde tomábamos cafés, cafés con leche y cosas parecidas, unos cuantos lugareños de recio porte rodeaban un par de mesas con grandes bandejas llenas de chuletas de carne de dimensiones que superaban lo razonable. Casi nos daba vergüenza estar tan cerca y confrontar nuestra oferta alimentaria.
Tras la comida, en la que Rodrigo nos contó multitud de cosas (recuerdo al maestro D. José, que tenía el porrón encima de la mesa de clase y que cuando se le terminaba el vino, mandaba a un chaval a su casa a la del chaval, se entiende- a que lo trajera lleno de nuevo) vuelta al cole, y dos horas más para terminar la actividad. Visitamos este blog y les enseñé a los maestros y maestras cómo vamos escribiendo, leyendo y comentando los textos que figuran en este cuaderno de bitácora que tanto nos está aportando este año.
A las cinco, volvíamos a la carretera y desandábamos el camino. Elegíamos ruta alternativa para el tramo desde Mirambel hasta Mas de las Matas y aunque en algunos puntos la carretera era mejor (sobre todo la que estaba situada en la provincia de Castellón), como el recorrido es algo más largo, el tiempo empleado fue parecido. La tarde del sábado iba perdiendo intensidad luminosa y la noche, de nuevo, nos sorprendió en el tramo final del viaje, desde Caspe hasta Fraga.
Y aquí dejo esta crónica de un viaje propiciado, una vez más, por la animación a la lectura y la escritura y las bibliotecas escolares. Nunca pensé que esas cuestiones me harían viajar tanto...
4 comentarios
antonia -
antonia -
DANIEL -
javier simon -
De mayor tambìén viajaré por muchos sitios.
Espero que lo hayas pasado bien.
Adiós