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LA PLANA DE LABUERDA

La Plana es el nombre con el que conocemos en Labuerda a una parte del término municipal. Como su nombre indica es una zona llana, al pie de montes que rondan los mil metros de altitud. En la Plana hay campos de cultivo rodeados de setos naturales. En éstos encontramos una interesante variedad de arbustos y árboles: bojes, aliagas, coscollos, endrinos, zarzas…entre los primeros; junto a robles, encinas y pinos que constituyen fundamentalmente la masa arbórea. Es frecuente ver y escuchar mirlos, zorzales, arrendajos, pájaros diversos, palomas torcaces y distinguir en el suelo los excrementos del zorro, las patadas del jabalí y los rastros del corzo o de los pocos conejos y liebres que todavía habitan los bosques.
La Plana es un buen lugar para caminar, oír, oler y mirar. Cuando llevo muchos días sin subir desde Fraga (donde trabajo) a Labuerda, pienso en ese espacio natural y siento enormes deseos de darme un paseo por sus campos y bosquecillos. La poca distancia que hay desde el pueblo hasta la Plana no permite llamarle excursión a un paseo hasta ella. La recorrí muchas veces con mis hijos, mis sobrinos y sobrinas cuando eran pequeños con el afán de que les gustase caminar y de descubrirles algunos secretos: la identificación de los cantos de las aves, las huellas en el barro, los nombres de los arbustos, de los árboles y de los frutos silvestres…; mirábamos el musgo, la hiedra que abrazaba a los árboles, recogíamos piñas y bellotas y nos fijábamos en la variedad de setas que cada otoño nacían al pie de los árboles o en las manchas de colores que los líquenes dejaban en los troncos de encinas y robles; les contaba algunos recuerdos de aventuras vividas cuando yo era niño y con otros compañeros andábamos por esos parajes (algo más salvajes que ahora) plantando “losetas” para cazar pájaros o paseando medio asustados por los gritos del arrendajo, por el sonido del viento que agitaba las copas de los pinos o por las sombras que proyectaba el sol de la tarde.

Hoy, día 2 de enero de 2005, hemos subido con Mercè a darnos un paseo, aprovechando un día maravillosamente soleado para estas fechas. Hemos subido con el coche y luego hemos paseado por los caminos y por los campos. Hemos fotografiado el roble (“caixigo”) más gordo de todo el término y lo hemos vuelto a mirar asombrados por la circunferencia de su tronco y el porte centenario de su silueta desnuda. Hemos caminado por uno de los campos grandes y observado los esqueletos de varias ovejas, abandonadas allí tras su muerte para ser pasto de los buitres: restos de lana, de cráneos, de costillas… se hallaban esparcidas por encima de la hierba; hierba muy corta que en las zonas sombrías tapaba una capa blanca de escarcha.
Desde cualquier punto nos observaba, callada y enigmática, la mole caliza de la majestuosa Peña Montañesa. Hoy, recortada en un cielo intensamente azul y visible con una nitidez completa; sin un gramo de nieve en la cara por nosotros observada.
Aún hemos llenado una bolsa de piñas secas de pino para encender el fogaril, antes de comenzar el regreso. Las sensaciones de aire limpio, de mirada alta, de olor a humedad y de silencio son el mejor regalo de este paseo que repetimos con frecuencia. En el segundo día del año nuevo queríamos renovar este rito de subir a la Plana, de pasear sus entrañas para decirle que volveremos a lo largo del año a hacerle algunas visitas.

2 comentarios

Julia Cruz Sese -

Este texto me ha parecido muy interesante, pero tambien muy triste.
No es muy agradable pensar que podría haberlo pasado a cualquiera de nosotros, pensar que ahora tenemos un techo para refugiarnos de la lluvia, de el frío, etc, y tenemos mucha comida y alguien que nos quiere... pero, aun queremos más.
Cuando piensas en esa situación, de no tener padres, o no saberlo debe resultar muy dificil para esos niños. Lo mínimo que podemos hacer por ellos es no reirnos de su pobreza, y ayudar en todo lo posible.
me despido,con un simple beso. Julia

Daniel -

Hola Mariano: Siempre me ha gustado oír a los pájaros y pasear por el campo ,le e dicho a mi madre que cuando tenga tiempo le enseñare todo el recorrido que nosotros recurrimos el pasado año ,unos de mis deseos ha sido poder viajar a estos paisajes, espero tener una vida a ellos, poder verlos y lo mas importante para mi vivirlos, lo de subir a una montaña algunas para personas es una tontería, pero cuando llego arriba me espera un bello paisaje que mi vista agradece ,espero viajar pronto a sobrabe porque fue unos de los viajes que mas me ha gustado en toda mi vida