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LAS CONFERENCIAS MUNDIALES

Durante el siglo XX y en este joven XXI se han celebrado, a lo largo y ancho del mundo, un buen número de conferencias que han reunido a muchos representantes de países de los cinco continentes para intentar ponerse acuerdo sobre temas sociales, ecológicos, pacíficos, económicos, etc. En general ha habido buenas intenciones, pero pocos resultados prácticos.

 El pasado 6 de noviembre comenzó en Nairobi (capital de Kenia) la 12ª Conferencia sobre Cambio Climático. Hoy, día 17 del mismo mes, las distintas delegaciones pondrán punto y final a las sesiones y trabajos. Desde que se estableció el Protocolo de Kioto, con un acuerdo (no firmado por EE.UU., que es el país más contaminante del planeta) de reducir los gases de efecto invernadero a partir de 2012, al menos, la cuestión está frecuentemente en las conversaciones cotidianas, en los informativos de televisión y radio y en las páginas de los periódicos y empieza a haber una conciencia social que, es posible, acabe presionando a los políticos para que tomen decisiones fuertes y comprometidas. Algunos ya “han movido ficha”, como suele decirse: el Primer Ministro Tony Blair dice: “El cambio climático costará al mundo tanto como una guerra mundial” y presenta un informe de seiscientas páginas alertando de los riesgos catastróficos de la emisión de gases de invernadero... Al Gore (ex vicepresidente de los USA) desde su documental “Una verdad incómoda” niega que haya dudas entre los científicos sobre el calentamiento y denuncia la desinformación social debido a la presión de grupos petrolíferos... Asegura que “La subida del mar puede afectar a Holanda o Florida” y que “Somos testigos del conflicto entre nuestra civilización y la Tierra”.

 Hemos seguido un poco la Conferencia de Nairobi a través de la prensa (colocamos en un expositor acristalado las noticias que van surgiendo sobre el tema) y  en clase, paralelamente, hemos leído “La conferencia de los animales”: un libro que escribió el alemán Erich Kästner. El libro es una fábula que pone en solfa la poca capacidad que tiene el ser humano para ponerse de acuerdo con otros como él y terminar con algunas lacras mundiales. En Ciudad del Cabo va a celebrarse la octogesimoséptima conferencia para buscar la paz en el mundo. Los animales hartos de tantos fracasos humanos organizan una conferencia paralela en el Rascacielos de los Animales. Presionan de diferentes formas a los representantes de los países reunidos en Sudáfrica y ante el más que posible fracaso de la citada 87ª conferencia, deciden secuestrar a todos los niños del mundo para obligar a los seres humanos a ponerse de acuerdo. Al final, firman un tratado que incluye los siguientes cinco puntos: 1.- Se suprimen todas las fronteras. 2.- Se suprimen los ejércitos y las armas de fuego. 3.- La policía vigilará solamente que la ciencia y la técnica estén al servicio de la paz. 4.- El número de oficinas y funcionarios será reducido al mínimo imprescindible. 5.- Los funcionarios mejor pagados serán los maestros porque la tarea de educar a los niños para hacer de ellos verdaderas personas es la más alta y la más difícil.

 

Los chicos y chicas de la clase han escrito sus opiniones y éstos son algunos fragmentos de las mismas: Dice Gianluca: “No deberían existir tantas fronteras que nos dividen y separan porque todas las personas somos exactamente iguales. Una frontera quiere separar las diferentes culturas y por ello no debería existir”. Dice Álex: “Las personas deberíamos tomar ejemplo muchas veces de las actitudes de los animales que parecen ser más humanas que las nuestras. Por ejemplo, las leonas sólo matan para alimentar a sus cachorros y al resto de la familia. Los toros vivirían más tranquilos si no fueran perseguidos para ser utilizados en las grandes corridas de toros que se hacen en las plazas y donde lo único que se pretende es entretener al público clavándole al animal banderillas y espadas hasta que muere. El oso polar es seguramente un animal en peligro de extinción, los polos se van deshaciendo por las altas temperaturas...” Kamile piensa que “este libro nos quiere decir que dejemos de hacer todo lo malo: guerras, injusticias, contaminación... Como todos los libros, éste nos anima a leer. Me gustaría que no hubiese guerras, pero creo que eso no va a ser posible...”

Tiffany asegura que “lo que me ha encantado y ha sido muy bonito es que todos los padres (animales) les leían a sus hijos en voz alta y eso es algo que pocos seres humanos hacen con sus hijos”. A Roberta lo que más le sorprendió es que “los animales ya no querían más guerras porque ya estaban hartos de tantas”. Noelia dice: “Opino que este libro se lo tendrían que leer algunos políticos o personas relacionadas con eso. También me gustaría que todo lo que firmaron se cumpliera”.

Este libro me parece raro, porque no se me hace a la idea de que unos animales hagan una conferencia, sólo para que los niños humanos no mueran en las guerras”, comenta Silvia. “Este libro me ha parecido creativo porque los animales son capaces de hacer llegar a las personas a un acuerdo para detener la guerra y destruir las armas. Ahora se me ocurre una poesía: Corriendo bajo las bombas / que caen del cielo/ ¿por qué no nos dan libros / para poder ir al colegio?”, escribe Guillem. “Este libro, este problema, me ha enseñado que, tarde o temprano, deberemos rectificar nuestros errores, siendo siempre justos para convertirnos en buenas personas, que no sólo debemos atender nuestras opiniones, sino también las de los demás”, concluye Santi.

2 comentarios

Elena -

Este libro me ha parecido realmente extraordinario. Las personas, tenemos que darnos cuenta , de que si no cuidamos el mundo , el nivel del mar , subirá, y algunos paises como Holanda,se inundarán.Si seguimos contaminándolo,dejaremos a nuestros hijos , un planeta con muchos problemas , donde no será agradable vivir.Debemos luchar,para dejarles, como herencia un mundo mejor.Cada uno, a pequeño nivel,debemos colaborar,en lo que podamos:Por ejemplo reciclando,plantando,después de Navidad,los árboles que han adornado nuestra casa ,evitando encender fuego en nuestras excursiones etc.. Al mundo tenemos que cuidar, para mejor poder vivir, no debemos contaminar, para disfrutar en un mundo feliz.

Santiago -

Enseñarnos, leernos este libro ha sido maravilloso, con este libro, hemos aprendido cosas que en la vida del presente, del futuro, o en distintos problemas, nos ayudará mucho.
De repente cuando seamos ancianos, al recordar las palabras de este libro y lo que nos enseña, nos apetecerá muchísimo, leérselo a nuestros nietos, para que podamos ayudarles a ser buenas personas.