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IDA Y VUELTA A ORIHUELA

He regresado de Orihuela (“su pueblo y el mío”). Me invitaron Mari Carmen y Paqui, desde el CEFIRE de la ciudad, a participar en las X Jornadas de Animación a la Lectura, dentro del IV Salón del Libro Infantil Ciudad de Orihuela. Era la tercera vez que viajaba a esa ciudad del interior de la provincia de Alicante, a realizar una pequeña intervención dentro de alguna actividad de fomento de la lectura, biblioteca escolar, etc. De modo que viajaba a territorio conocido y sabía que me iba a encontrar con gente también conocida y muy apreciada: Félix, Vicenta, Francisco… Un viaje mucho más plácido porque no lo hice solo, me acompañó Mercè y en su compañía quedó muy aminorado el cansancio que produce viajar nueve horas y media para llegar al destino y otras tantas para regresar al punto de partida.

 Cuando me pidieron un título para la conferencia, me encontré –como siempre me pasa- con algunas dudas. Al final, opté por una especie de solución lúdica y  “rodariana”; me explico. Gianni Rodari escribió tres finales para cada uno de los cuentos de su libro “Cuentos para jugar”. Imitando su proceder, yo iba a proponer tres principios (tres títulos) para mi intervención y que fueran las organizadoras quienes los eligieran: “El discreto encanto de la lectura”; “El desánimo de animar a leer” y “Conjuguemos el verbo leer”…

 El primero hacía referencia a la soledad, el recogimiento y la concentración del acto personal de la lectura y también, en los casos de práctica emocionada y frecuente, al posible placer experimentado por sus practicantes; ¡lo que sería ideal, vaya! El segundo título se refería a asuntos más mundanos, a la cruda realidad en la que vivimos, al esfuerzo y convicción necesarios para fomentar una práctica que tiene bastantes inercias en contra; al cúmulo de dificultades que encontramos para inocular el virus de la curiosidad, de la lectura y de la búsqueda de conocimientos nuevos entre los chicos y chicas que pueblan las aulas. La parte contratante (parafraseando a los hermanos Marx) eligió el tercer título y por eso empecé conjugando el presente de indicativo del verbo leer:

 “Yo leo libros, periódicos, revistas en papel y en formato digital.

Tú lees libros y otros materiales en clase y en la biblioteca escolar.

El o ella ¿leen alguna vez en casa?

Nosotras y nosotros leemos y escuchamos textos leídos en voz alta.

Vosotros y vosotras leéis textos en los blogs y noticias en ediciones de prensa digital.

Ellos y ellas leen y escriben mensajes con palabras imposibles en las redes sociales internáuticas”.

 Después de esa broma inicial (nada graciosa, por otra parte) que dibujaba un pequeño “croquis lector”, leí tres documentos. En primer lugar (y aprovechando que estábamos en Orihuela), un pequeño homenaje a mi admirado Miguel Hernández, leyendo un ABCdario de sus versos, que puedes ver en este enlace de este mismo blog:

http://gurrion.blogia.com/2010/012901-abcdarios-de-versos.php

 En segundo lugar expuse algunas opiniones de niños y niñas de mi clase sobre su compromiso con la lectura. En estas sesiones formativas no siempre está presente la voz de los chicos y siempre que puedo la rescato y la pongo sobre la mesa para no perder de vista dónde estamos. En tercer lugar, leí un documento escrito por mí y que ya publiqué en su día y se puede consultar en el siguiente enlace de “La cadiera de Macoca”: http://macoca.org/leer-con-las-manos-en-la-masa. El texto se titula “Leer con las manos en la masa” y tiene un subtítulo que dice: “El libro y el pan, con la mano se dan”.

 Recompuesto, tras saber que no era posible la conexión a Internet en el amplio, nuevo y aparentemente bien dotado salón de actos donde se celebraban las conferencias, fui contando a las personas asistentes la andadura de algunos años trabajando en el fomento de la lectura, de la escritura, de la autoedición, del trabajo con la información obtenida de distintas fuentes, etc. Como siempre (y esta vez, diría que fue mi salvación) llevé una muestra o colección de materiales elaborados desde el aula o desde la biblioteca escolar: álbumes de cromos, póster, ABCdarios publicados en imprenta, boletines de la biblioteca escolar, libritos desplegables, libros libres de distintos formatos y variados contenidos, libritos de recopilación de folklore oral, guías de lectura o de la biblioteca escolar, poemas ilustrados… ¡No falla!, mostrar todo ese caudal de trabajo y explicarlo con algo de detalle lleva tiempo (un tiempo del que no se suele disponer en este tipo de encuentros), pero suele ser siempre un tiempo bien acogido por quienes participan en estos foros, ya que ven ideas plasmadas, realizaciones concretas, finalizaciones naturales realizadas por unos chicos y unas chicas que son, más o menos, como los que ellos tiene en sus respectivos centros.

 Finalmente, la sesión se desarrolló sin más incidencias. Aún pudimos ver algunas presentaciones, con la colaboración de Lucía y las personas asistentes aún pudieron, mientras se iba acondicionando el escenario para el acto siguiente, remover, mirar, tomar notas o fotografiar los materiales de la exposición que había preparado en el suelo del escenario. Siempre me hace gracia ese afán y esa curiosidad que muestran algunas y algunos de los presentes por fotografiar ideas que descubren en las páginas de los libritos, utilizando para ello la cámara digital o el teléfono móvil. Me recuerdan –salvando las evidentes distancias- algunas imágenes de películas de los tiempos de la “guerra fría”, cuando espías soviéticos u occidentales fotografiaban o microfilmaban legajos, planos y documentos secretamente, con la única diferencia que aquí lo hacen a plena luz y con total consentimiento.

 Tuvimos tiempo, con Mercè, de visitar la casa natal de Miguel Hernández y sentir de nuevo esa pequeña emoción de pisar suelo “sagrado”, al menos simbólicamente. Me acordé de mi amigo Julián Olivera, lector de la poesía de Miguel y devoto admirador –como yo- de su legado poético y humano. Paseando por el interior de la casa, recorriendo las humildes estancias, acudían a la cabeza los versos y las canciones de Serrat… Para algunas generaciones de este país, la poesía de Miguel y las canciones de Joan Manuel estarán siempre unidas; de modo, que uno no recita los poemas del poeta, los tararea con las melodías que inventó el cantautor:

 “Eres la noche, esposa: la noche en el instante

mayor de su potencia lunar y femenina.

Eres la medianoche: la sombra culminante

Donde culmina el sueño, donde el amor culmina. (…)”

“Tus cartas son un vino

que me trastorna y son

el único alimento

para mi corazón. (…)”

“El mundo es como aparece

ante mis cinco sentidos,

y ante los tuyos que son

las orillas de los míos. (…)”

 Santi, trabajadora del Ayuntamiento (coorganizador del Salón y las Jornadas), me regaló una bolsa de libros que me hicieron feliz: los ejemplares de los tres poemarios a los que se les ha concedido el Premio de Poesía para niños Ciudad de Orihuela: “El secreto del oso hormiguero”, “Ciudad laberinto” y “Los versos del libro tonto”; también una preciosa edición de “Miguel Hernández. 25 poemas ilustrados”: Leo: “Aquí estoy para vivir / mientras el alma me suene, / y aquí estoy para morir, / cuando la hora me llegue…” o “.El palomar de las cartas / abre su imposible vuelo / desde las trémulas mesas / donde se apoya el recuerdo, / la gravedad de la ausencia, / el corazón, el silencio…” y otras publicaciones igualen te interesantes.

Con Félix y Vicenta disfrutamos de su generosa hospitalidad, recorrimos la ciudad y recibimos todas las explicaciones posibles; anduvimos el perímetro del precioso colegio público que lleva el nombre del poeta y que alberga en su interior un bonito huerto escolar: “Volverás a mi huerto y a mi higuera”, decía Miguel en su Elegía, después de comenzar diciendo aquello de “Yo quiero ser llorando el hortelano…” Francisco, otro maestro entusiasta que siempre acude a estas citas, también vino a saludarme con su esposa y a charlar un rato… Son gozosos estos encuentros y merecedores de viajes tan exigentes…

 Y en la cena del primer día y en la comida del segundo compartimos mantel y conversación con algunas maestras comprometidas con eso tan difuso que se engloba bajo la denominación de actividades de animación a la lectura; con Antonio R. Almodóvar, con Julián Montesinos, Antonio Rubio, Lucía, Santi, Paqui, Mari Carmen… Y en la mañana del domingo, saludos con Dolors Insa y con Juan José Lage que también participaban en las jornadas. Momentos para la conversación seria y también para la risa franca y reparadora.

 Ya en Fraga, tras un par de días de recomposición y ordenación de lo cotidiano, cuando ya la noche me deja un par de horas para la reflexión y la escritura, trato de anotar algunas vivencias convertidas ya en recuerdos, para que el olvido no se lo lleve todo…

Y aún releo lo que escribí hace casi seis años, cuando realicé mi primer viaje por esas tierras, en un post que puede leerse en el siguiente enlace de mi blog. Un blog que tenía entonces algo más de un año de vida y que camina hacia el séptimo. Con ese enlace termino, cuando a marzo le queda un suspiro y dicen que ya ha llegado la primavera (aunque por aquí no acabemos de verla ni disfrutarla):

http://gurrion.blogia.com/2005/110601-la-casa-de-miguel-hernandez-el-poeta.php#comentarios

 Mientras, “¿Quién encierra una sonrisa?

¿Quién amuralla una voz?”, sigue preguntando Miguel.

P.D.: Y mi amigo Félix me regaló un ejemplar de una publicación especial: el "Cuaderno de Miguel Hernández"; una suerte de edición facsímil del cuaderno rayado original en el que escribió sus poemas a aprincipios de los años 30.

4 comentarios

Mariano -

Un saludo y un abrazo, Silvia. Siempre me gusta que leas y escribas algún comentario. Es agradable este tipo de comunicación. Reconozco que me cuesta más escribir en el blog, con “La cadiera…”, a la que también tengo que atender y con el último blog que vamos alimentando en esta dirección: http://servetbiblio.blogspot.com. Cuídate y hasta la próxima “intercomunicación”…

Silvialuz -

Hola Mariano! a pesar de no estar mucho "internetizada" siempre leo tus post, son una llamada de atención para que no olvide que un día fui maestra. Me gustaron mucho las fotos que tomaste y como dices: "para que el olvido no se lleve todo" vale la pena leerte y verlas. Un abrazote otoñal. (En esta época estamos casi iguales de temperaturas)

Mariano -

Así es Evaristo. Además, quienes nos dedicamos simplemente a trabajar (¿conoces aquella canción de La Bullonera, titulada PONGO MI VOZ?: “Venimos simplemente a trabajar, como uno más, a arrimar el hombro al tajo…”) y no tenemos tiempo para hacer diseños teóricos ni elaborados PowerPoint, lo mejor que podemos hacer es mostrar directamente los resultados de algunas de las iniciativas que ponemos en práctica. Es una manera de transmitir autenticidad y de ofrecer ideas realizadas con todas sus imperfecciones… esta vez sí puedo decir aquello de “menos mal que a última hora decidí coger la maleta de los libros libres… Un abrazo, amigo.

Evaristo -

Menos mal que no abandonas tus costumbres. La maleta con colección de materiales elaborados en el aula o en la biblioteca escolar nunca falla. Las conexiones a Internet, los proyectoeres, los power,... fallan muchas veces.