Realmente, en asuntos de predicción de futuro no tengo el más mínimo idem (o sea, futuro). Estos días pasados, previos a que se jugasen los octavos de final del Campeonato Mundial de fútbol, hice un pleno decepcionante que finalizó con la derrota de españa, a manos de Francia, en la noche de ayer, sin ir más lejos. De los ocho emparejamientos posibles, no ha ganado ninguno de los equipos con los que me puse a favor; ninguno de los que yo deseaba que ganaran, sobre todo porque eso le hubiera dado al campeonato un aire diferente. Visto lo visto, pido excusas, desde este rinconcito, a las aficiones de Suecia, México, Australia, Suiza, Ecuador, Holanda, Ghana y España. Ya sé que las razones por las que se pierde un partido de fútbol pueden ser múltiples (sobre todo si se explican, claro, a posteriori) y que también se contempla la existencia de “gafes”. Ya sé que no han perdido por mi culpa, pero que lo hayan hecho, día a día, aquellos equipos que a mí me hubiera gustado que ganaran, no deja de ser todo un éxito negativo en predicciones para el que esto suscribe. “Pues ponte a favor de los otros...” me decía mi hijo y algún otro bienintencionado... “Sí, pero es que no puedo... ¡Cómo si fuera tan fácil!” Voy con los que voy porque no puedo ir con el contrario: no vale fingir... En el futuro, no obstante, procuraré comprar un número de lotería que termine en una cifra diferente de la que piense; procuraré pedir en el restaurante un plato distinto del que me apetezca al leer el menú o la carta... y procuraré tomar en consideración la posibilidad de que lo contrario de lo que voy a hacer, puede que acabe mejor y antes de hacerlo, cambie de opinión y elija justo lo contrario. (Bueno, todo esto son conjeturas y ceremonias mentales o aplicación de aquel viejo refrán que dice que: el que no tiene faena, con el culo caza moscas).
Así a todo pasado, diría que, después de muchos años de uso inadecuado, poco respetuoso e insultante de la palabra: ROJO, como se ha escuchado en este país, de boca de personas pertenecientes al lado contrario de la izquierda, hemos podido escuchar diariamente en los medios de comunicación del país, hasta qué punto se ha reivindicado (en otro contexto, desde luego) ese término: LA MAREA ROJA; EL COLOR ROJO; EL ROJO, LA ROJA (refiriéndose a la camiseta)... Los ROJOS, los REPUBLICANOS llevaron el estigma de ese color porque los autores y seguidores del Golpe de Estado del 36 los nombraron con ese término despectivamente y humillaron a sus descendientes con un término usado en tono hiriente... Somos muchos, al margen de esta coyuntura futbolística, que sentimos tener “el alma roja”, en el sentido más republicano del término y estos días, repito, en contexto futbolístico, hemos escuchado muchas veces la palabra en sentido positivo, ¡lástima que al final no pudimos ganar a Francia! Pero siguiendo con el juego, queda el consuelo de que nuestros vecinos tienen también una bandera tricolor.Y el segundo consuelo es que no nos veremos en la necesidad de hacer un importante desembolso económico para premiar a los campeones del mundo, porque esta vez tampoco lo vamos a ser. Ayer, sin ir más lejos, “íbamos a jubilar a Zidane” y él jubiló a nosotros; así de cruel es el fútbol y el deporte de equipo en general; siempre que se juega un partido como el de ayer, una afición acaba exultante y victoriosa y la otra sumida en la tristeza y derrotada.Comentarios » Ir a formulario
Autor: Alex y Elena (Roble Joven y Luz Floreciente)
Fecha: 02/07/2006 20:44.
Autor: kamile
Fecha: 05/07/2006 09:50.
Autor: Aquí, Mente Despejada
Fecha: 06/07/2006 22:56.
Autor: Mariano
Fecha: 06/07/2006 23:00.
Autor: Gianluca
Fecha: 25/08/2006 17:05.
Autor: rama pequeña
Fecha: 27/06/2007 16:53.
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