EL GURRIÓN 118
Esta semana he dejado en la “incubadora” un nuevo “gurrión”. Y hoy quiero hablar de ello, antes incluso de que salga de máquinas y pueda desplegar sus alas en las manos de cualquier suscriptor o suscriptora, de cualquier lector o lectora.
Anuncio que el “pajarico” viene crecido y que tiene 52 páginas, repletas de textos y fotografías de las más de treinta personas que han participado en su confección. Probablemente ése sea una de sus valores más sólidos: que es una obra claramente colectiva en la que muchas personas aúnan su creatividad y su esfuerzo para cooperar en la realización de una “obra”. Cada número de “El Gurrión” es un ejemplo claro de lo que era trabajar “a vecinal”; eso sí, con un enfoque un poco diferente, puesto que los “vecinales” se realizaban obligatoriamente, porque eran contribuciones de trabajo que todos los vecinos del pueblo debían realizar para sacar adelante una obra o una faena de índole municipal y aquí las aportaciones son voluntarias.
También resulta curioso el hecho de que la revista sea un territorio de encuentro, de personas bien distintas, que mandan sus breves o extensas colaboraciones desde distintos puntos geográficos, con la particularidad –en un buen número de casos- de no conocerse entre ellas, de no conocernos entre nosotros. Un territorio de encuentro, pero también una posibilidad real y trimestral de poner en las manos de una comunidad de lectoras y lectores, unas reflexiones, unas historias que esas personas quieren contar, quieren divulgar. Por tanto, “El Gurrión” es claramente una tribuna o un altavoz desde el que quienes escribimos en él, damos a conocer nuestro trabajo. Como, además, la revista puede leerse en Internet, la comunidad de lectores y lectoras ha aumentado considerablemente.
Como director-coordinador-animador o lo que sea, de este vehículo de comunicación alternativo, siento especial respeto y admiración por las personas que, sin haber nacido en Labuerda ni en Sobrarbe, se han enamorado de este territorio y, una manera de mostrar su amor a esta tierra es escribiendo sobre ella y para ella, de manera regular e incansable, sin ninguna retribución económica ni esperanza de que la haya en el futuro… Esas aportaciones, no tienen precio y son realmente dignas del mayor de los elogios.
Y hoy quería aprovechar esta circunstancia para nombrar a algunas de esas personas colaboradoras y comprometidas con la causa; aquellas que todavía están activas, porque hubo otras que nos dejaron para siempre, aportando un buen número de colaboraciones valiosas y otro número importante que estuvieron un tiempo comprometidas con la revista, pero que, por propia iniciativa, dejaron de escribir cuando lo consideraron oportuno. Victoria Trigo sería ahora mismo quien ostenta el record de constancia, pues sus textos han aparecido en todos los números de la revista, desde el número 34 (febrero de 1989). Su contribución ha puesto en valor muchísimos rincones de la comarca e invitado indirectamente a lectoras y lectores a seguir su camino; al margen de otras colaboraciones relacionadas con su militancia en defensa de la naturaleza o de sus viajes por otros puntos del país. Carmen I. García comenzó en el número 65 (noviembre de 1996) y, aunque con intermitencias debido a esos episodios vitales que tanto nos comprometen, sigue presente entre la nómina de fieles colaboradoras. En el número 71 (mayo de 1998) comenzó Irene Abad sus aportaciones y sus trabajos de investigación y sus entrevistas siempre han encontrado acomodo en estas páginas, hablando de arqueología u homenajeando a las mujeres de Sobrarbe. Luis Buisán es también un ferviente colaborador y un extraordinario divulgador de vivencias personales y colectivas en el entorno rural de La Solana, conde nació y transcurrió parte de su vida; así mismo, con frecuencia nos ofrece sus mesuradas opiniones y observaciones, las de un hombre excelente conocedor de su tierra. He encontrado su primera aparición en el número 76 (agosto de 1999), coincidiendo con la de Emilio Lanau quien, desde entonces, se ha convertido en el cronista detallado de la acción municipal de gobierno y, durante un tiempo, de la vida de la Asociación Cultural Cocullón que, de esa manera, ve recogidos por escrito sus proyectos y sus logros. Luis Romay escribe sonetos desde el número 85 (noviembre de 2001) y José Luis Ara viene ocupándose de los juegos tradicionales aragoneses desde el número 90 (febrero de 2003)…
Bueno, pues, cuando tengas oportunidad de hojear el número 118 de EL GURRIÓN te encontrarás con las nuevas aportaciones de casi todos los nombrados: Victoria nos lleva “De Bielsa a Tella por el Portiello” y nos cuenta su recorrido de “Más de mil kilómetros a golpe de mochila” por la Vía de la Plata. Carmen, trae noticias de “Los Torren de Labuerda y Guaso”; Luis B. homenajea a los “Antepasados presentes”, nos regala un catálogo de citas personales y recuerda a un personaje popular: Miguel Capalbo de Ginuábel. Emilio aportará la crónica municipal del ayuntamiento, Luis R. el soneto de cada trimestre y José Luis nos describirá el “lanzamiento de albarca”, en el apartado de juegos tradicionales aragoneses… Pero hay más, mucho más, porque dos colaboradores de reciente y contundente irrupción en la revista, fieles y con artículos de gran calado, como son Anny Anselin y Luc Vanhercke, nos ilustran con generosidad sobre las aves: “Contamos pájaros porque los pájaros cuentan”; Miguel Ángel Buil escribe unas líneas recordando al fallecido Miguel Cortés; Rosa Pardina, que ya se ha convertido en colaboradora habitual desde hace unos cuantos números, recomienda los dos libros de cada “gurrión” y nos desgrana sus “Lecturas de invierno”; Gorka Bilbao nos explica cómo se fraguó su colección de esquelas y Blanca Sanz nos manda un relato relacionado con gorriones, basado en un hecho real; Esteban Trigo nos hace reír con sus “Travesuras de antaño” y Jesús Castiella inicia una serie de colaboraciones dibujadas que se titularán “Viajando por la provincia”. Ramón Bosch, por su parte, dibuja una “barana” de San Vicente de Labuerda; Javier Milla, en su serie “El fotógrafo y los pajaricos” nos habla de la lavandera blanca y de la cascadeña y Eleuterio Pueyo nos trae noticias de la reunión folklórica anual que se produce en Tella, al lado del dolmen. Antonio Pla desvela algunos “¿Porqués? por el Valle de La Fueva y también hay correos electrónicos recibidos y ocho personas que completan una doble -esta vez- Galería de lectoras y lectores (Alicia y Manel, Mercè y Mariano, SilviaLuz, Luc, Mercedes, Marisa y José María), mostrando la revista en lugares tan alejados como Vietnam, Londres, la Patagonia, Ushuaia, Montevideo, Cartagena de Indias y más próximos como Sádaba, en la provincia de Zaragoza... En mi caso me ocupo de algunas crónicas de acontecimientos sociales como la presentación en Plan de los actos relacionados con el 25 aniversario de la caravana, las fiestas de San Sebastián y Santa Águeda de Labuerda o de escribir un recuerdo sobre la visita que hizo Jordi Solé a Labuerda; de igual manera, el relato de las "Noticias de amigos y suscriptores" o la de los "Latidos comarcales", la reseña de dos libros relacionados con la comarca y ofrecer unas pinceladas de humor en la recuperada sección “Tras el muro”, entre otras cosas…
Y ya para terminar este post os copio debajo la presentación de este número, que es un recordatorio del papel importante que juegan las fiestas de invierno como lugares de encuentro y cohesión social en los pueblos de Sobrarbe y hasta de lucha contra el frío que nos “acotola” estos días. Veamos:
“Las fiestas de invierno hacen de esta estación un tiempo más llevadero. Es posible que la climatología no esté siendo excesivamente virulenta por nuestro territorio, en cuanto a bajas temperaturas, nevadas y otras demostraciones de potencia de la naturaleza, pero, no cabe duda que, las fiestas que se organizan en los pueblos de Sobrarbe por estas fechas, la dulcifican. San Antón, San Sebastián, San Pablo, Santa Águeda, la Ferieta, Carnaval… vienen con hogueras y parrillas, con reuniones y bailes, con personas que viajan y se desplazan para compartir una comida, una cena, un reencuentro, varias conversaciones… Ante el acoso de la noche temprana y de la “bruxina” que “corta el hipo y la mayonesa”, las gentes de ésta y otras comarcas “inventaron la fiesta” que pone plazos amables a la vida: cuando se termina una, ya se piensa en la organización y desarrollo de la siguiente y así sucesivamente… hasta que la primavera ofrezca horizontes más amables y cálidos de tiempo y otras alternativas en las que ocuparse (preparando los huertos, comenzando las tareas de siembra y plantación, invitando al paseo y la excursión…)
No hay más que echar un vistazo estos días a la prensa provincial o regional y ver la cantidad de pueblos que ofrecen su cara más festiva: reuniones, hogueras, bailes, expresiones risueñas, “carrillos rusientes”… Es la mejor alternativa a lo feo que nos rodea, a esa retahíla diaria de noticias que nos hablan de desastres, de asaltos a la inteligencia, de corrupciones varias, de desmembramiento de los pilares éticos de la sociedad, de comportamientos incívicos, de guerras y violencia, de abusos y acosos miserables… Que la fiesta sea noticia, es una buena noticia, y desde El Gurrión, lo celebramos con mucho entusiasmo…”
Espero, de verdad, que si tienes la oportunidad de tomar esta revista en tus manos, puedas mostrar un rostro de satisfacción tras haberla leído, por haberte adentrado en un territorio curioso y sorprendente que es lo que pretende ser cada trimestre el nuevo número de El Gurrión. Justo en ese momento en el que acabes tu lectura, una buena parte de las personas nombradas con anterioridad estarán ya pensado, tomando notas o escribiendo las colaboraciones del número 119 que saldrá, si nadie lo remedia, el próximo mes de mayo. http://www.elgurrion.com
P.D. Esta noche habrá fiesta de carnaval en mucho sitios y también en otros se celebrará la fiesta la semana próxima o más adelante. Que lo pases bien si participas en algún sarao carnavalero. Y no olvides que mañana es San Valentín, por si tienes alguna cuenta pendiente...
6 comentarios
Mariano -
Silvialuz -
Mariano -
Gracias por mantenerte ahí, Victoria, y por escribir como escribes.
Mª. Victoria -
Mariano -
Sobre el nacimiento y la vida de los gorriones seguro que tú sabes mucho más que yo, porque eres una ilustre pajarera, después de tantos años observando las aves, ahora si necesitas un experto en un ave especial, llamada El Gurrión, ahí estoy yo, ja, ja.
De vez en cuando conviene recordar que la revista es, evidentemente, una obra colectiva y, por tanto con muchos autores y autoras. Y, aunque cualquier artículo es bienvenido y todo esfuerzo de participación se agradece y mucho, es de justicia nombrar a quienes llevan ya mucho tiempo, trimestre a trimestre, aportando su dosis de alimento para que la revista crezca. Del mismo modo a quienes habéis empezado un poco más tarde, pero habéis encontrado una línea de colaboración que espero os vaya convirtiendo en colaboradores veteranos con el paso del tiempo. De algún modo, este post último del blog es un pequeño homenaje y un agradecimiento a todas las personas que hacen posible la existencia y continuidad de esta revista.
Anny -
Es una buena noticia que otra vez, un gurrión está en la incubadora. Pero seguro que tendremos que tener un poco de paciencia más, porque la incubación del huevo de gorriones dura al menos 12 días y hasta que el nuevo gorrioncito puede desplegar sus alitas, necesita 14 días más. Sin embargo sabemos que aquí hablamos de otra cosa, de un gurrión especial, uno de Labuerda, pero uno que sobrevuelo muchos territorios. Aunque como lo hagan los pajaros, tiene también cuatro puestos por año (pero no todos en la primavera y el verano), está todavía muy vivo y eso desde ya casi 30 años, mientras que el noventa por ciento de los gorrioncitos apenas sobrevive unos meses...
Por cierto este poste es una buena oportunidad para nombrar a esos colaboradores fieles durante muchos años, que aportaron tanto a la revista. Se lo merecen!
Tienes razón de que la fiesta sea noticia es buena noticía. Es verdad que muchos días las buenas noticias se hacen un poco escasos, y la fiesta puede ser una buena alternativa para cargar las pilas de nuestro cuerpo para poder mejor afrontar este mundo a veces amenazador.
Y nosotros, seguro que ya estamos escribiendo para el 119...
Un abrazo