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gurrion

Septiembre jubiloso

Como nunca antes había estado jubilado, no sabía qué se sentía... El caso es que las dos primeras fechas emblemáticas (por decirlo de alguna manera) han pasado ya y no han dejado excesiva huella en mis sentimientos. Tengo la sensación de que, a pesar de no terminar el pasado curso de una manera normal, no he dejado nada por hacer. Siempre procuré entregarme a la faena con cierta intensidad, al margen de hacerlo con una mirada renovada e innovadora, en la medida en que pude hacerlo. Esa actitud hace que me sienta muy tranquilo –en líneas generales, claro (siempre modificaría o cambiaría u omitiría algo que no me gustó excesivamente)- y que no necesite tener sentimientos de deuda hacia ese tiempo largo de trabajo en la escuela. Estoy, en el mejor sentido de la palabra, feliz.

 Ayer subí al colegio a bajarme las últimas cosas (de lo que queda, que dispongan quienes se quedan) y entré en un aula a saludar a las personas componentes del Tercer Ciclo de Primaria. Lo primero que me aclaró la coordinadora de este año es que ya no se llaman “tercer ciclo”; ahora son “Equipo didáctico”. Me dio la risa y me dio pena que vayan borrando tu historia incluso cambiando algunos nombres... Los que vivimos en los tiempos en que había tres ciclos de primaria, hemos “muerto” con la LOMCE; ya no nos reconocemos en los organigramas actuales. ¡Gran contribución del ministro y su equipo ministerial a la reforma de la enseñanza o de la educación!... La verdad es que, con anterioridad, hubo otros que se cargaron la hermosa palabra “público” y convirtieron la expresión “Colegio Público”, en un amasijo impronunciable de siglas: CEIP...

 Creo que me estoy yendo de un sitio a otro. En realidad, quería decir que el pasado día 1 de septiembre (primera fecha emblemática) no acudí al colegio como solía hacer y hoy, tampoco he ido a recibir al alumnado y me he quedado tan tranquilo. No he tenido ni deseo ni nostalgia de hacerlo. Lo único que se me ha ocurrido, ha sido escribir unos versos relacionados con este primer día de colegio para chicos y chicas. Un día en el que se mezclan los deseos de encontrarse con los amigos y las amigas, con la curiosidad por saber qué tutor o tutora les ha tocado o si alguno de los maestros o de las maestras del año pasado habrá vuelto de nuevo...

 Volverán las oscuras golondrinas / en tu balcón, los nidos a colgar...

Hoy volverán a llenarse las aulas y los patios de recreo...

Volverán a escucharse en el aire, 
gritos de alegre reencuentro.
Hoy, maestros y maestras,
empiezan un reto nuevo:
Intercambiarán miradas,
con algo de desconcierto;
se escucharán voces nuevas
y algunos registros viejos.
Habrá que hacer compatibles
la realidad y el deseo,
lo que te habían contado
con lo que te cuenta el eco.

La tarea es gigante,
nunca la minimicemos:
veinte chicos y chicas
esperan que nos vaciemos,
que nuestra voz y mirada
les abra caminos nuevos...

Eso pasará hoy en las aulas,
tal vez sea así, más o menos;
eso pensamos en este día
los que ya no volveremos...

Buen curso, buena travesía
por el mar del conocimiento.

 Dicho lo anterior, tras cuarenta años trabajando en la escuela, con algunos mínimos parones: dos cursos con 2/3 de jornada y dos cursos más disfrutando licencias por estudios, debo añadir que no estoy prevenido ante nada de lo que pueda venir o pasar. Hace un rato, una amiga de facebook, escribía una palabra como comentario al poemita de arriba: “Nostalgia...” y yo le he contestado:

- “No, no es nostalgia, Celia. Uno piensa en las cosas de la vida y escribe sobre ellas y no tiene por qué encuadrar ese sentimiento que le ha movido a hacerlo. Yo ya hice lo que tenía que hacer cuando me tocó hacerlo... Seguro que pude hacerlo mejor, pero no tengo deseos de volver ni de revisar el pasado. Es una reflexión cargada de optimismo y de ánimo para quienes están ahora en la escuela, que son quienes tienen que resolver los problemas y disfrutar de los buenos momentos que les tocará vivir.”

 Seguiremos reflexionando sobre estos temas, sobre estos tiempos y sobre estas situaciones personales nuevas...

2 comentarios

Mariano -

Buenos días, Silvia:
Después de cuarenta años de trabajo, estaba muy claro que lo que más me apetecía era descansar un poco de esa tensión diaria. Poder dedicar el tiempo a perderlo y, algunos ratos a practicar el ocio creativo... Empiezo a preguntarme, cómo me las he arreglado todos estos años para trabajar en el colegio e ir haciendo algunas cosas que he hecho al margen de ese trabajo, cómo me organizaba o de dónde sacaba el tiempo... Poco a poco, a medida que pase el tiempo (soy todavía un tierno jubilado), tal vez encuentre las respuestas, je, je. Y si no las encuentro, tampoco importa. Nostalgia, cero; visión y planteamientos nuevos de la vida... Voy a ocuparme, precisamente, en esto. Un abrazo.

Silvia Luz -

Hola Mariano!
Me alegro que hayas pasado la "prueba de fuego" sin chamuscaduras, hay personas que sufren mucho, creo que es porque no saben o no pueden hacer otra cosa. Con la imaginación y la voluntad que posees sé que habrá mil cosas interesantes que puedas hacer y con mucho gusto. Son etapas de la vida y hay que saber cuándo se terminan unas y cuándo empiezan otras. Nos mantenemos en contacto. Abrazo de oso!