Es muy probable que, este Campeonato del Mundo de Sudáfrica, sea recordado por estas dos palabras de nuevo cuño. Jabulani suena a nombre de ministro iraní, pero si se pronuncia junto a Vuvuzela, da la sensación de que nos referimos a una pareja de cómicos, a dos personajes de animación infantil o a los protagonistas de una de esas historias de amor imposible. Seguramente acabarán siendo eso: dos protagonistas inseparables del Campeonato Mundial de Sudárica 2010, aunque es posible que el amor no acabe de florecer entre ambos. “Jabulani” es el nombre del polémico “balón de playa” (al decir de algunos) con el que se juega este campeonato y “Vuvuzela” es esa trompeta que no cesa de sonar en los estadios y que recuerda a un enorme moscardón; aunque, en realidad, sea la mosca cojonera más molesta que se ha inventado nunca.
Desde 1930, cada cuatro años, el Campeonato del Mundo de Fútbol, genera múltiples expectativas y dispara la curiosidad por ver el comportamiento de algunos combinados nacionales, el emerger de nuevas figuras o la consagración de jugadores que, con una trayectoria notable o sobresaliente en sus clubes de origen, esperan a este evento para realizar actuaciones memorables. Aprovechando que se está celebrando la decimonovena repetición de este mundial acontecimiento, quería dedicarme a hacer un pequeño recorrido por todos los campeonatos mundiales de los que he sido testigo y de los que guardo algún recuerdo en mi memoria. Como se verá, unos dejaron mayor huella que otros y hay un progresivo adelgazamiento de recuerdos, ¿por qué será?
El primero del que tengo recuerdos directos y que vi en televisión fue el de 1966, celebrado en Inglaterra. Lo que sé de los anteriores es por haberlo leído en diferentes documentos. Aquel año, las gaseosas La Casera editaron un álbum con 240 cromos, de las 16 selecciones que llegaron a la fase final (15 cromos por país). Guardo todavía el álbum completo y recuerdo que recitaba los nombres de todos los seleccionados, país por país, y por el orden en el que los tenía pegados en el álbum. También ese año, los chicles Bazooka enviaban los retratos de 41 jugadores españoles más el seleccionador, de seis en seis, a cambio de mandarles 10 historietas de las que salían en cada chicle y un sello de 1 peseta para la respuesta. Guardo todos esos retratos junto con la tarjeta de socio del “Club Bazooka Joe”, número 2987 y otras cartas y regalos. En el primer envío, recibías los retratos de Neme, Suárez, Amancio, Olivella, José María e Iríbar, ¿los recuerdan?
Bueno, pues en 1966, me acuerdo de ver los partidos (algunos) televisados en el bar de casa Carrera de Labuerda. Me acuerdo que España perdió con Argentina y Alemania en la fase previa. Me acuerdo que sólo ganamos el partido contra Suiza, con un gol de Sanchís que deshacía un empate a uno. Me acuerdo que Corea del Norte le ganó a Italia y que le ganaba 3 a 0 a Portugal, aunque acabó perdiendo. Me acuerdo de Eusebio, la estrella portuguesa, una gacela, capaz de marca 4 goles seguidos a Corea del Norte. Me acuerdo de algunos errores arbitrales en las semifinales entre Portugal e Inglaterra que facilitaron a ésta llegar a la final. Me acuerdo que la señal de televisión iba y venía y nos perdimos algunos goles importantes. Me acuerdo del gol fantasma de Inglaterra, en la prórroga de la final. Me acuerdo que Inglaterra fue campeona del mundo y que en esa selección jugaba, con las medias bajadas, un “carnicero” de apellido Stiles, aunque también lo hacían B. Moore y B. Charlton.
En 1970, el mundial se fue a México. Yo estudiaba bachillerato en Huesca y allí me pilló el comienzo. Me acuerdo que los partidos se retransmitían a horas intempestivas. Me acuerdo que una noche bajamos a ver un partido a la sala de televisión del internado, sigilosamente, para que no se enteraran los curas. Me acuerdo que nos pillaron. Me acuerdo de una semifinal, Alemania contra Italia. Me acuerdo que empató Alemania, por medio de Schnellinger en el último minuto. Me acuerdo que la prórroga fue apoteósica. Me acuerdo que se marcaron cinco goles en ese tiempo añadido. Me acuerdo que la ganó Italia por 4 a 3. Me acuerdo que ya destacó un futbolista alemán, de apellido Beckenbauer. Me acuerdo que no vi la final. Me acuerdo que estaba en Labuerda de vacaciones. Me acuerdo que esa tarde- noche, llegábamos de bailar de la “explanada” cuando Brasíl le metía el cuarto a Italia. Me acuerdo que todo fueron elogios para los brasileños. Me acuerdo que en aquel equipo jugaban Pelé, Tostao, Gerson, Carlos Alberto, Jairzinho…
En 1974, el mundial se jugó en Alemania. Me acuerdo de Holanda. Me acuerdo que maravilló su fútbol y sus futbolistas. Me acuerdo que se enfrentaban la RDA y la RFA. Me acuerdo que ganó la primera. Me acuerdo que el favorito era Holanda. Me acuerdo que Alemania ganó el mundial. Me acuerdo que consideramos a Holanda como vencedor moral de aquel mundial. Aún hoy día se recuerda a Holanda como la selección que hizo el mejor fútbol con ventajas. Me acuerdo que a aquel equipo se le recuerda como “la naranja mecánica”. Me acuerdo de Polonia, que hizo un gran torneo. Me acuerdo de Cruiff, de Muller y de que España no estuvo presente porque un gol de Katalinski nos dejó sin esa posibilidad en la clasificación con Yugoslavia.
En 1978, el mundial volvió a América y se jugó en Argentina. Me acuerdo que Argentina había sufrido un asalto a las instituciones y los milicos habías instaurado una dictadura militar. Me acuerdo que Kubala era el seleccionador español. Me acuerdo que nuestro verdugo fue Austria. Me acuerdo del pobre Cardeñosa. Me acuerdo de los seis goles que Argentina le metió a Perú. Me acuerdo que para pasar debía meter esos goles. Me acuerdo de Kempes. Me acuerdo de la fatalidad de Holanda, jugando una segunda final consecutiva contra el país anfitrión. Me acuerdo que la final se ganó en la prórroga. Me acuerdo que el campo estaba todo cubierto de papelitos blancos. Me acuerdo que el campeón fue Argentina. Me acuerdo que aquello generó más de una duda.
En 1982, el mundial llegó a España. Me acuerdo de Naranjito. Me acuerdo de la patética primera fase de nuestra selección. Me acuerdo que la pasamos con ayudas arbitrales. Me acuerdo que en la segunda fase: liguilla entre tres, empatamos con Inglaterra y perdimos con Alemania. Me acuerdo que Alemania y Austria jugaron vergonzosamente a empatar para eliminar a Argelia. Me acuerdo que Italia no ganó ninguno de los tres partidos de la primera fase. Me acuerdo, en cambio, que ganó los de la segunda (nada menos que a Brasil y a Argentina). Me acuerdo que Brasil llegaba con un equipazo. Me acuerdo que algunos partidos los íbamos a ver al camping de Boltaña. Me acuerdo de Sócrates, Eder, Falcao, Zico... Me acuerdo que Francia hizo un gran campeonato: Tigana, Platini, Giresse, Rochetau... Me acuerdo que perdió la semifinal con Alemania incomprensiblemente. Me acuerdo que Italia se plantó en la final. Me acuerdo que Italia fue campeona del mundo. Me acuerdo de la alegría de Sandro Pertini, presidente de Italia, en el palco del Bernabeu. Me acuerdo que completé un cuaderno con resultados, estadísticas, curiosidades… que todavía conservo.
En 1986, el mundial vuelve a México. Me acuerdo del gol legal de Michel contra Brasil que nunca subió al marcador. Me acuerdo de la paliza a Dinamarca, con cuatro goles de Butragueño. Me acuerdo de la triste eliminación a manos de Bélgica en los penaltis. Me acuerdo de la trayectoria de Maradona. Me acuerdo de los dos goles que les metió a los ingleses. Me acuerdo del invento de la ola en los estadios; aún dura. Me acuerdo de la final Argentina con Alemania. Me acuerdo que Francia volvió a quedarse sin jugar la final, teniendo un gran equipo. Me acuerdo que ganó Argentina y que Diego fue dios. Me acuerdo que Lineker, seguramente por aquel entonces, hizo una sorprendente y curiosa definición del fútbol: “es un juego de once contra once, que inventaron los ingleses y en el siempre gana Alemania”.
En 1990 se juega en Italia. Me acuerdo que España perdió con Yugoslavia en octavos de final. Me acuerdo que Argentina se enfrentó con Brasil. Me acuerdo que a Maradona se le leían en los labios gruesos insultos contra la afición italiana que silbaba el himno de su país. Me acuerdo que la final la ganó Alemania de penalti. Me acuerdo que Alemania jugaba su tercera final consecutiva. Me acuerdo que aquí sí fue verdad lo de que “a la tercera será la vencida”.
En 1994, el mundial cambió de continente de nuevo y se jugó en los EE.UU. Me acuerdo de las cosas de Clemente. Me acuerdo de la nariz rota y sangrante de Luis Enrique. Me acuerdo del fallo de Salinas ante Italia. Me acuerdo del acierto in extremis de Baggio para eliminarnos en cuartos de final. Me acuerdo de la fea nariz del maldito Tassotti. Me acuerdo que, de fútbol, nada de nada. Me acuerdo que, cuando vi la final, quise sugerir que no le entregaran la copa a nadie porque ninguno merecía ganarla. Me acuerdo que no recuerdo a ningún futbolista de interés. Me acuerdo que no tengo ningún recuerdo futbolístico interesante de ese mundial.
En 1998, el campeonato lo teníamos cerca, pues se celebró en Francia. Me acuerdo del fallo de Zubizarreta. Me acuerdo de la impotencia ante Paraguay. Me acuerdo de la inútil goleada a Bulgaria. Me acuerdo que estaba harto de Clemente. Me acuerdo de la final entre Francia y Brasil. Me acuerdo que me alegré que ganara Francia. Me acuerdo de Zidane y Dessailly. Me acuerdo del triunfo de la Francia intercultural o multiétnica.
En 2002, el Campeonato Mundial de Fútbol llega por vez primera al continente asiático, con una sede compartida: Corea y Japón. Me acuerdo de la excelente primera fase de España. Me acuerdo de las mancha de sudor en la camisa de Camacho. Me acuerdo del sufrimiento en octavos para ganar a Irlanda por penaltis. Me acuerdo del robo descarado del árbitro egipcio Gandhour. Me acuerdo de la derrota inmerecida ante Corea, en los penaltis. Me acuerdo que Brasilganó la final a Alemania.
En 2006 vuelve el mundial a Europa y se instala en Alemania. Me acuerdo que España dominó la primera fase. Me acuerdo que en octavos nos cruzamos con Francia. Me acuerdo que nos eliminaron los franceses. Me acuerdo que nuestros vecinos llegaron a la final. Me acuerdo que Zidane hizo un gran campeonato. Me acuerdo que Italia ganó la final por penaltis. Me acuerdo que Zidane le dio un cabezazo inexplicable a Materazzi.
Se observa fácilmente cómo, a medida que nos acercamos al presente, los recuerdos adelgazan de manera evidente. Ahí lo dejo, pero es cierto que los últimos campeonatos, a mí particularmente, casi no me han dejado recuerdos de interés. Y, me temo que, como no mejore el nivel futbolístico que hasta ahora hemos podido ver en este mundial sudafricano, sólo recordaremos de él, el grito estridente de las Vuvuzelas y los vuelos “extraños” de los “Jabulanis”. De todos modos, vamos a confiar en que algunos “bajitos”,como Agüero, Messi, Iniesta o Xavi, entre otros, hagan oídos sordos a las citadas “vuvuzelas”, domen convenientemente a los citados “jabulanis” y nos regalen algo memorable que pase a engrosar nuestra particular lista de recuerdos inolvidables de los mundiales de fútbol.
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Autor: Evaristo
Fecha: 20/06/2010 20:04.
Autor: Mariano
Fecha: 21/06/2010 12:31.
Autor: Mercè
Fecha: 23/06/2010 09:23.
Autor: Mariano
Fecha: 23/06/2010 12:27.
Autor: Silvialuz
Fecha: 24/06/2010 20:24.
Autor: Mariano
Fecha: 25/06/2010 16:04.
Autor: Anny
Fecha: 26/06/2010 18:40.
Autor: Mariano
Fecha: 27/06/2010 01:07.
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