LA FLOR DE LA MARAVILLA TODAVÍA BRILLA EN RECUERDO DE ANA PELEGRÍN
Se ha muerto Ana Pelegrín cuando amanecía el día 11 de septiembre. Me lo ha comunicado Sara M. con un escueto mail. “La Flor de la maravilla” (y no sólo porque ya casi estamos en otoño) ha quedado momentáneamente marchita por la tristeza y las “Letras para armar poemas” se han desordenado sorprendidas y afectadas por la noticia, pero rápidamente se han reordenado, emocionadas, para recordarla:
(P de poesía, E de expresión corporal, L de libro, E de escritora, G de gran corazón, R de recopiladora de folklore, I de investigadora, N de niña grande ).
Conocí a Ana a través de sus libros y me acerqué a ella por algunas preocupaciones o aficiones comunes. Se ocupó con esmero y dedicación de recopilar actividades lúdicas y folklóricas de la infancia (y varios de sus libros hablan de ello), ofreciéndonos un rico legado cultural que, sin su intervención habría quedado, muy probablemente, mutilado. Me puse en contacto con ella, cuando yo hice la recopilación de juegos y actividades lúdicas de mi infancia (“Así nos divertíamos, así jugábamos…”) y me pidió que le enviara el libro y me felicitó por el trabajo. Personalmente me sirvieron de gran estímulo sus palabras. Unos cuantos años después, desde la biblioteca escolar, impulsamos en el colegio, la recogida de materiales de tradición oral y publicamos cuatro libritos: “Una bolita de algodón”, “El patio de mi casa”, “De ayer a hoy”, “Así nos lo han contado”. Le envié estos libritos a Ana, en parte como reconocimiento al estímulo permanente que suponía su trabajo e investigación para los demás y también porque sabía que le haría ilusión tener en sus manos un sencillo trabajo de investigación de la tradición oral, hecho en la escuela.
Nos conocimos “en carne mortal” en Madrid. Felicidad Orquín (buena amiga suya) me invitó a presentar una ponencia en el IX Simposio de la FGSR (“Leer en casa. Espacio privado. Espacios públicos”, llevaba por título el evento, en el otoño de 2003). Allí, en uno de los salones de la Casa de América, pudimos darnos un gran abrazo y charlar un rato. No he olvidado la viveza de sus ojos y la cadencia de su voz… El segundo día, me trajo un regalo, un ejemplar de un libro editado por el Instituto Nacional de Educación Física, titulado “Museo del INEF de Madrid” con preciosas fotografías de una colección de aparatos de Educación Física del siglo XIX; de una colección de juegos tradicionales españoles y de una colección de libros antiguos (reproduciendo láminas sobre diversos juegos). El libro tiene una dedicatoria larga y pensada, que me gusta mucho.
Coincidimos en algunos otros eventos de parecida índole y en uno de ellos (de nuevo un Simposio en la Casa de América) nos hicimos algunas fotos con Juan Mata, Luismi Cencerrado, Mª Ángeles Fernández, Ana y un servidor; la que disparaba la cámara era Mª Jesús Rodríguez que también estaba en la distendida y amable tertulia. Aquel día bromeaba con la actitud de exhibición del cuerpo que mostraban algunos jóvenes estudiantes de INEF… y que ella ya tenía una edad, nos decía…
Otra de las “coincidencias”, también muy agradable, fue la que nos reunió en la portada del número nº 160 de la revista Educación y Biblioteca. De los tres temas que se anuncian en dicha portada, el segundo se refiere a: “Bibliotecas escolares. Desde la biblioteca escolar: vivir, sentir, convivir” (un artículo de tres páginas que escribí hace poco más de un año y que relataba una de las actuaciones en nuestra biblioteca escolar). El siguiente tema era: “Dossier: Los repertorios de Ana Pelegrín”, un conjunto de páginas dedicadas a glosar su trabajo y escritas por personas que la conocieron bien o que trabajaron con ella. Una coincidencia, muy agradable, como decía, y una manera de quedar unidos para siempre en las páginas de esa apreciada revista.
Conocía su labor en “Acción Educativa”, un Movimiento de Renovación Pedagógica con el que manteníamos (desde “Aula Libre”, otro MRP de Aragón) un intercambio regular de publicaciones. También allí dejó su impronta de persona creativa, original, inteligente y trabajadora.
Desde hace ya unos cuantos años, he presentado regularmente al alumnado de mi clase una pequeña parte del trabajo de Ana. Los chicos y chicas, de quienes soy tutor, conocen los libros de Ana Pelegrín, porque me ven frecuentemente con ellos en las manos y han escuchado muchas lecturas de los poemas que guardan. En varias ocasiones, le enviamos a ella materiales escritos y dibujados, opiniones, agradecimientos, etc. y nos contestó muy amablemente agradeciendo los envíos. Muchas de las “contraseñas poéticas” que manejamos estos últimos cursos están sacadas de los libros prologados y seleccionados por Ana Pelegrín.
Hoy por la mañana (12 de septiembre) hemos dedicado la clase de lengua a recordarla y a leer algunos poemas y algunas palabras dedicadas por diversas personas en ese número ya nombrado de Educación y Biblioteca; hemos dibujado y decorado su nombre y hemos compuesto algunas coplitas en su memoria:
“Adiós Ana / Ana Pelegrín / no te olvidaremos / aunque haya llegado tu fin”. “Ana escritora / Ana poeta / Ana viajera / Ana maestra”.
Para terminar, reproduzco un articulito publicado el pasado curso en el Heraldo Escolar. Corresponde a la serie de textos que escribo quincenalmente “Con sentido del humor” y está dedicado a Ana; es un reconocimiento de admiración a su trabajo. Desde luego, en aquel momento no pasó por mi cabeza que tres meses y medio después volvería a escribir sobre ella lamentando su desaparición. Se publicó el día 31 de mayo:
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ANA PELEGRÍN
Quiero dedicar esta columnita quincenal a Ana Pelegrín por su extraordinaria contribución a la recuperación del folklore oral y por ocuparse, con dedicación, imaginación y esmero a divulgar la poesía. Algunos de los libros que ha ido publicando a lo largo del tiempo y aquellos otros (antologías poéticas) que ha prologado y para los que ha seleccionado materiales, son fuentes inagotables de lectura, inspiración y posibilidades de recreación.
La recopilación folclórica y el trabajo investigador y analítico que ha ido haciendo Ana a lo largo de su vida se ha traducido en la publicación de diversos libros: Cada cual atienda su juego; Repertorio de antiguos juegos infantiles; La flor de la maravilla: juegos, romances, retahílas… que contienen singulares y hermosas muestras de la riqueza y variedad de nuestro folclore oral, donde no faltan ejemplos evidentes del humor popular, el más genuino, el más auténtico posiblemente.
Leer los libros de esta española de origen argentino, de verbo pausado, musical e inteligente también puede servir a nuestros propósitos de tomar contacto con el sentido del humor e implementarlo. Lo mismo que los libros antológicos de poesía española para niños o para jóvenes, donde nos ofrece muestras para la lectura, la recitación o la recreación: “Cuando se murió el canario, / puse en la jaula un limón: / ¡Soy un caso extraordinario / de imaginación!”. “El día que yo nací / dijo una verdad mi abuela: / esta niña ha de vivir, / hasta el día que se muera”. “Tengo que pasar el río / a caballo en un mosquito, / y que me digan tus padres / ¡qué caballo tan bonito!”. ”Mira usted con la gracia / que mira un tuerto, / con un ojo cerrado / y el otro abierto”.
Y encontramos muestras de poetas conocidos y de otros que no habíamos oído nombrar; su lectura, en algunos casos, puede que nos haga sonreír, pero seguro que afina algo nuestra sensibilidad, porque, como dice Lorca: “Detrás de los cristales / turbios, todos los niños / ven convertirse en pájaros / un árbol amarillo”.
P.D. “La flor de la maravilla” y “Letras para armar poemas” son dos títulos de libros escritos por Ana Pelegrín. El primero lo publicó la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, dentro de la colección “El árbol de la memoria” y se subtitula “juegos, recreos, retahílas”; el segundo está publicado por Alfaguara y al igual que en “Poesía española para niños” o “Poesía española para jóvenes”, Ana escribe el prólogo y hace la selección de poemas, de juegos rimados que contienen esos libros.
7 comentarios
Mariano -
Datos de la Exposición:
"Infancia, literatura y exilio del 39. Libros de la colección de Ana Pelegrín"
Del 28 de abril al 30 de junio de 2009
Lugar: Biblioteca Central de la Universidad Nacional de Educación a Distancia
Dirección: Paseo Senda del Rey nº 5. Madrid 28040
Inauguración: a las 19:00 horas del día 28 de abril
(Del blog de Pedro Villar)
Mariano -
Ana escritora
Ana poeta
Ana viajera
Ana maestra
Ana que mira
Ana que enreda
Ana que dice
Ana que juega
Ana pregunta
Ana contesta
Ana sonríe
Ana recuerda
José Luis -
Y en ABC de Jon Juaristi:
http://www.abc.es/20080921/opinion-firmas/pelegrin-20080921.html
Un abrazo.
Mariano -
Anónimo -
Mil gracias por el hermoso homenaje que le haces a nuestra amada Ana. Tuve, como tú, la suerte de conocerla, incluso de frecuentarla y el fulgor de su sabiduría siempre nos iluminaba. Y su generosidad, su dulzura, su sentido del humor, sus saberes antiguos. Aparte de una persona extraordinaria nos hemos quedado sin su hermosa sencillez que albergaba varias bibliotecas de esas que ya serán irrecuperables. La quise mucho. Mientras nos acordemos de ella seguirá con nosotros. Y te aseguro que la echaré muchísimo de menos.
Cuando nos veamos, ojalá que nos veamos tú y yo, hablaremos de ella.
Besos.
Mariángeles.
Alfredo Larraz -
Conocí a Ana Pelegrín en las Escuelas de Expresión que Carmen Aymerich organizaba con enorme ilusión en Barcelona. Estamos hablando de los veranos de 1971 y 1972. Eran mis primeros años de maestro en la escuela. Ana impartía allí clases de expresión oral y corporal. Con ella descubrí una nueva forma de hacer y entender la expresión, que luego llevé a mis clases con rapidez y mucha ilusión.
Su libro Poesía española para niños lo conservo bastante deteriorado por el uso. Otra joya olvidada que aún utilizo en las clases de educación física y en las actividades de tiempo libre, son una serie de 3 libros denominados Los Picotes. En ellos hay propuestas muy variadas en torno a la expresión oral, teatro, expresión corporal... Una pena que sólo se publicaran para los tres primeros cursos de la EGB. Son un material excelente. Lo más interesante era verla a ella explotar todo lo que allí había. La estructura del juego dramático que aprendí de Ana, no tiene desperdicio, la he utilizado mucho a lo largo de mi vida profesional.
En el verano de 2000 tuve la posibilidad, gracias al amigo Galo Sánchez, fundador y organizador de Escuelas de Verano Expresión, creatividad y movimiento de la Universidad de Salamanca en el Campus de Zamora, de reencontrarme con Ana, compartir una mesa redonda, comer juntos en Trefacio y pasar una tarde de tertulia maravillosa. Posteriormente en el I Congreso Internacional de Expresión Corporal, me vuelvo a encontrar con ella y asisto con ilusión al homenaje que allí le realizan sus fieles preferidos alumnos, me refiero a AFYEC (Asociación de profesionales de la Educación Física constituida para la investigación y desarrollo de la Expresión Corporal en el ámbito escolar.)
Este verano hemos realizado el II Congreso Internacional de Expresión Corporal, Ana ya no pudo venir La tuvimos muy presente .
He querido evocar brevemente mis recuerdos de Ana. Ella era una de esas personas que no te dejaban igual. Su sabiduría te enganchaba. Siento mucho que ya se haya ido.
Nuestros mayores se van. Habrá que administrar y repartir su herencia, para que todos podamos enriquecernos más de su paso por aquí.
Un abrazo.
Alfredo
José Luis -
Siento su muerte.
Yo conocía a esta autora gracias a Alfredo, que la ha nombrado en cursos y charlas.
Gracias a maestros como vosotros podremos otros utilizar en la escuela sus textos.
Un abrazo.