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EL PANTANO DE MEDIANO

 Es indudable que los pantanos han acercado el mar a los Pirineos. La nieve blanca de los picos se funde en azul y discurre por torrenteras y ríos hasta el primer pantano que, como si se tratara de una trampa, la atrapa y la retiene.

 Con el paso del tiempo y, cuando la preocupación por el volumen de las reservas de agua se convierte en noticia de prensa, de radio o de informativo de televisión, se va olvidando el dolor de quienes tuvieron que irse a otro lugar porque las aguas regeneradoras del secano fueron aguas-sepultura de sus tierras y hasta de su pueblo en la montaña.

 Con el paso del tiempo, a medida que ese dolor está más diluido, uno llega a apreciar la belleza de esa masa de agua rizada por el viento, coloreada de verde o de azul intenso; transformada en gigantesco espejo donde se miran las montañas, se inclinan algunos árboles que sobreviven en sus orillas; es territorio amable para diferentes especies de aves que nadan, escrutan, pescan directamente y se ha convertido en espacio “natural” que congrega a un indeterminado número de turistas y curiosos que, armados de inofensivas cámaras fotográficas, descubren reflejos, sombras, panorámicas realmente atractivas…

 Ayer, 10 de marzo, subíamos a Labuerda desde Fraga y el pantano de Mediano se hallaba casi en plenitud, casi lleno. El agua presentaba una coloración verde y su superficie era azotada por un fuerte vendaval que asolaba toda la comarca de Sobrarbe por igual. La superficie del agua estaba rizada, por un violento oleaje y el blanco de la espuma contrastaba con el verde de fondo de una manera sorprendente y atractiva. Detuvimos el coche y bajé a realizar algunas fotos.

 

Hoy, 11 de marzo, hemos realizado el viaje de regreso. No hacía nada de viento y el día era claro y soleado, así que hemos decidido aparcar el coche y acercarnos hasta las orillas del pantano de Mediano caminando. Resulta difícil describir algunas sensaciones cuando se está en contacto con algo cautivador, hermoso e inesperado. Tanto a Mercè como a mí, nos ha ocurrido eso esta tarde. Hemos hecho un importante número de fotografías y ya en casa, descargadas en el ordenador, hemos revivido, viéndolas: el paseo por la orilla del pantano; la potencia visual de la masa de agua (hoy de una tonalidad azul turquesa y azul, azul); el contraste entre el verdor de los campos sembrados en sus orillas, el agua y las nieves de la Peña Montañesa o de Treserols; los materiales depositados por las crecidas y el oleaje del pantano en sus orillas, como aportación caótica y curiosa; el sol radiante resaltando los colores y aumentando la nitidez de los mismos…Y delante de nosotros, la imagen de la punta de la torre, como único vestigio visible de la existencia en otro tiempo de un pueblo habitado. Y ahí está la parte dolorosa de esta historia. Para que algunas personas sobrevivan en la “Tierra baja”, con medios de vida propios y rentables, hubo que pagar en la montaña un duro precio; en muchas ocasiones, la destrucción de uno o varios pueblos, la anegación de tierras, casas, calles, cementerio, recuerdos, algunos sueños y otras cosas intangibles que perecieron con la vitola del dudoso “interés común” pegada a las lágrimas y el desaliento.

Puede ser cierto que el progreso se cobra un precio alto en muchas ocasiones, pero también es cierto que la cuerda siempre se rompe por el punto más delgado y las comunidades rurales cedieron a la fuerza para que estas ingentes balsas de agua fuesen fuentes de energía, motor de desarrollo agrícola y alimento de depósitos ciudadanos… Personalmente, cada vez que paso por Mediano (esté lleno o vacío el pantano) no olvido nunca que en el fondo del mismo, duerme un pueblo que fue desalojado a la fuerza y destruido para siempre y me invade un sentimiento de intranquilidad.

 

P.D.: Hoy, precisamente, se cumplen tres años de los atentados del 11 de marzo en Madrid. Hay un recuerdo y un respeto profundos hacia las víctimas de aquel terrible atentado que causó tanto dolor.

 Paralelamente, siento una enorme vergüenza al escuchar lo que dicen los miembros de toda esa pandilla que anda atizando el fuego del enfrentamiento y persisten en las mentiras que ellos generaron, que reniegan de los nacionalismos y ellos proclaman el suyo como el auténtico y han encontrado en la calle (que nunca pisaron en los tiempos duros, que denostaron y descalificaron a quienes se manifestaban una y otra vez) su lugar preferido para pasar parte de los fines de semana. ¡Incalificable!

4 comentarios

Alba: -

Hola chicos y chicas de 6-A.Soy Alba de Asturias.Mis corresponsales de Fraga son Tiffany y Maika del colegio Migel Servet de huesca.Si leen este mensaje quiero que sepan que sus cartas.Bueno hasta la proxima, amigos lectores.Alba 6º.

Ana J. -

Hola Mariano:
Tengo unas cuantas cosas que contarte y no se por dónde empezar. El artículo está tan bien escrito que sólo quiero decirte que nos estás acostumbrando a tus paseos de fin de semana y a mi me entra mucha nostalgia de cuando yo podía caminar por el monte y disfrutar de la naturaleza. Ahora ¡tengo que conformarme con menos pero lo valoro mas!.
Otra cosa: esta semana hemos propuesto para la contraseña del cuento de los viernes un trocito de una poesía tuya "Para escribir un cuento..." y todo el cole te conoce ya (si entras en nuestro blog hay un comentario de Laura que te gustará). Además la profe de Asturiano la ha traducido y queda bien bonita. Te la copio:
PA ESCRIBIR UN CUENTU...
Pa escribir un cuentu
necesito daqué de tiempu...

Un llugar nel qu'ocurren
trepidantes aventures;
seis o siete personaxes
vestios con bonos traxes;
un ríu o un barrancu
onde haya agua y charcos;
unes montañes nevaes
onde vivan muches fades;
una biesca con flores
pa que nun falten amores;
unos cuantos animales
que nun viven nos corrales;
un castiellu ventiláu
con pantasme encadenáu;
un caballu bien guapu
onde monte el señoritu;
unos neños peleones
que se den cien revolcones...

Y un cielu, grande y azul,
pa que los sueñes tú.


¿Te gusta?
Un abrazo:
Ana J.

Santiago -

Recuerdo que en el viaje de fin de curso vi esa imagen tan triste. Un hermoso pantano con un gran secreto ya desvelado. Me pregunto, como fue aquel pueblo en el pasado. Lo ves como algo trágico pero también las cosas malas tienen su lado bueno. Imagina los niños jugando y riéndose alegremente, cuando un día eso desaparece. Me en canta la naturaleza y me encantaría que trajeses esas fotos. Si, es una inmensa injusticia que por una guerra entre políticos, tengan que morir personas inocentes.

Sobrarbenses -

Hola Mariano, me he tomado la libertad de poner este precioso texto en el blog de sobrarbenses, haciendo referencia a tu persona y a tu blog. Saludos y gracias por escribir tan bien.
Saludos