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Nuestro paso por la biblioteca escolar tiene, entre otras, esa finalidad: leer para escribir (también escribir para leer, claro). El aprendizaje y recitación de la “contraseña poética diaria” predispone al alumnado, poco a poco, a aceptar la poesía como si formara parte de sus actividades diarias de vida y, poco a poco también, algo que les era ajeno (la lectura de poemas) se va incorporando a sus registros personales.
Hace pocos días, escuchaban la lectura en voz alta de unos cuantos poemas -escritos por el poeta gallego Antonio García Teijeiro-, de su libro “Versos con alas”. Tras la citada lectura, seleccionamos los dos primeros versos de uno de ellos y, haciéndolos servir de estructura generadora, iniciamos la construcción de un poema colectivo:
"Yo tengo un deseo
guardado en el alma”.
Que toda mi familia
esté siempre sana...
Tener un hermanito
o tener una hermana...
Que cuando sea mayor,
juegue en el Barça...
Que un día en el mundo
no haya noticias malas...
Ser médica, cuando crezca,
para dejar a la gente sana...
Que no haya más guerras,
que acaban en matanzas...
Yo tengo un deseo
guardado en el alma...
Que siga saliendo el sol
todas las mañanas...
Con otro grupo de alumnos y alumnas, la lectura nos llevó hasta la escritora argentina Mª Elena Walsh, con una rica y variada producción poética entroncada también con el folklore y lo popular, por tanto.
Una de sus celebradas poesías nos sirvió igualmente de detonante para estirarla a nuestro antojo y escribir esta retahíla colectiva:
“La mona Jacinta
se ha puesto una cinta”.
El elefante Ramón
ha sido el campeón.
La hormiga Margarita
tenía esta tarde una cita.
La araña Marina
duerme siempre en la cocina.
La jirafa Isabel
hoy se ha puesto un cascabel.
El cerdito Nicolás
camina mejor hacia atrás.
El caballo Federico
usa gafas y abanico.
Y la gata Yanina
nunca toma cafeína.
Con animales así
no paramos de reír.
Y siguiendo con la poesía...Para el próximo lunes, hemos elegido unos versos de corte popular, como “contraseña poética” que dicen así:
“A los árboles altos
los lleva el viento
y a los enamorados
el pensamiento”.
Y a mí se me ocurre regalaros otros versos escritos esta tarde de noviembre, viernes de gozo, después de compartir una charla sosegada con Mercè:
Palabra a palabra,
verso a verso
desnudo mi alma
y mi pensamiento.
Palabra a palabra,
verso a verso,
me ofreces ayuda
cariño y aliento.
Palabra a palabra,
verso a verso,
los dos compartimos
vida y sentimientos.
Esta semana que ya termina he participado en dos encuentros con maestras y maestros; encuentros formativos organizados por sendos Centros de Profesores. Personalmente son experiencias gratificantes, de reconocimiento, pero que me producen cierto nivel de cansancio por los desplazamientos que, como en estos casos, son bastante largos y, en ocasiones, comienzan cuando termina uno la jornada normal de clase y trabajo, por lo que algunos días, se convierten en días “doblemente laborables”.
El miércoles, día 7 viajé hasta Alcañiz, en la provincia de Teruel. Teníamos la primera sesión de un curso, titulado ”El valor educativo de las Bibliotecas Escolares”. El curso se desarrollará en tres sesiones de tres horas cada una y, a lo largo del mismo, iremos abordando temas relacionados con: la participación de la comunidad educativa en la Biblioteca Escolar; la integración de Biblioteca y currículo; el fomento de la lectura y la escritura desde la Biblioteca Escolar; estrategias de dinamización cultural del centro, a partir de propuestas realizadas desde la B.E.; la educación documental; la escritura de libros libres colectivos, libros monográficos; leer y escribir “con sentido del humor”; leer y escribir utilizando la prensa; el blog, como herramienta de lectura, reflexión y escritura... A lo largo de tres horas y un poco más, sin pausa ninguna, expuse el trabajo realizado en Biblioteca Escolar durante los últimos diecinueve años por parte de quienes nos hemos ido involucrando en esas tareas en el centro donde trabajo. Sólo dio tiempo de mostrar físicamente algunos materiales, pero en las próximas sesiones profundizaremos en ello. El curso tiene un perfil similar al que se desarrolló hace algo más de un mes en el CPR de Ejea de los Caballeros.
Ayer sábado, viajamos con Mercè hasta Javierrelatre, pequeño núcleo de población próximo a Sabiñánigo. Tenía lugar allí la segunda jornada (de un total de tres) de un “Curso para maestros y maestras en prácticas”, con el título de LA VOZ DE LA EXPERIENCIA. Alrededor de setenta personas (maestras y maestros que este año pasado había aprobado las oposiciones, más asesores y asesoras de los CPRs de Huesca y Sabiñánigo) visualizaron la película “Ser y tener” y participaron luego en un interesante e intenso debate sobre la misma y sobre aspectos educativos de actualidad. La comida “de alforja”, se realizó a cubierto, en una antigua ermita del pueblo y, tras los cafés en el bar, nos reunimos todos en el Museo donde debía yo impartir una charla. El tema sugerido por Enrique Satué tenía que ver con el oficio de maestro; el maestro como motor educativo y cultural; vigencias biográficas y la pasión de educar a través de la lectura y las bibliotecas escolares.
Por espacio de casi dos horas fui relatando algunas peripecias vitales: maestros que influyeron significativamente en mi vida; el trabajo de animador cultural voluntario en Labuerda, con la edición trimestral de la revista El Gurrión (108 números desde 1980) y el mantenimiento de la biblioteca municipal (desde su fundación en 1979); mi primer año de trabajo (en el 74, con 20 años y en Boltaña); mi destino a Canovelles (Barcelona), una estancia de cuatro años en un gran laboratorio de aprendizaje, funcionando con las responsabilidades directivas repartidas entre todos los miembros del claustro del colegio Jacinto Verdaguer. Coincidencia con Mercè (con la que tantas coincidencias hemos tenido desde entonces); llegada a Fraga, lo que significó en muchos aspectos educativos un paso atrás, pero también un reto, el de participar intensamente en la vida del centro para mejorar algunos aspectos educativos: revistas escolares, huerto y museo escolar, participación de las familias, biblioteca escolar... Coincidencia con personas de ideas parecidas e impulso del MRP Aula Libre como espacio de encuentro, como grupo de referencia y de terapia y como colectivo con capacidad de editar y divulgar opiniones, planteamientos y experiencias...
Para mí fue especialmente emotivo que Mercè asistiera a la reunión y que interviniera en ella aportando su agudo análisis de algunos aspectos educativos. Hubo diversas preguntas y otras intervenciones y, sobre todo, fue una jornada (me atrevería a decir) para recordar: celebrada en sábado, con gran asistencia y un ambiente extraordinariamente agradable.
Antes de despedirnos, los responsable de los CPRs organizadores, entregaron a cada participante un sobre, en cuyo interior se hallaba impreso un “recuerdo para los maestros y maestras que empiezan”, una carta que escribí hace algunos años animando y reconociendo el trabajo que entre todos y todas hacemos en las escuelas. Un trabajo, tan poco reconocido por la sociedad como necesario para asegurar la convivencia, practicar la tolerancia, fomentar la idea de cultura y sembrar el deseo de aprender, entre otras cosas.
Para el texto de hoy, echo mano de Mercè, que me ha preparado este documento para la lectura detenida, la reflexión y el debate. Desde hace tiempo, los adultos hemos decidido pensar en las niñas y en los niños y para organizar su vida hemos llenado su tiempo de ocio con tiempo ocupado: apertura temprana de los centros, monitores y monitoras para antes de comer, a la hora de comer, para después de comer, para las actividades de la tarde, para las de los sábados, para los días de vacaciones... ¡Yo no sería ahora niño por nada del mundo!
EL DOCUMENTO
Me llamo Angelito. Ahora estoy en clase de lengua, hago 4º de primaria en el colegio X de (cualquier nombre de ciudad vale). Mi maestra me ha pedido que cuente lo que hice ayer y eso es lo que voy a hacer:
Me levanté a las 7,30, me lavé, me vestí y mi madre me llevó al colegio.
En el colegio hice esto:
- De 8 a 9 desayune y jugué un poco, estaba con Pili la monitora.
- De 9 a 9,50 hice matemáticas con María, mi tutora.
- De 9,50 a 10,40 hice inglés con Julián, el profesor de inglés.
- De 10,40 a 11,10 fui al patio con mis compañeros, tuve algún problema y me ayudó a solucionarlo Mª Luz, la profesora de apoyo.
- De 11,10 a 12 hice Música con Carmen, la profesora de música.
- De 12 a 13 hice la actividad extraescolar de manuales con Marisa.
- De 13 a 14 comí en el comedor escolar, con Laura, la monitora de comedor.
- De 14 a 15 hice juegos organizados en el patio con Paloma.
- De 15 a 16 hice informática con Conchita.
- De 16 a 17 hice educación física con Esmeralda.
- De 17 a 17,30 merendé en el patio del colegio.
- De 17,30 a 18,30 estuve haciendo deberes con Germán, el monitor del programa de apertura de centros.
- A las 18,30 me vino a buscar mi abuela y me acompañó al polideportivo.
- De 19 a 20 entrené futbito con Pepe, el monitor.
- A las 20 horas me recogió mi padre, llegué a casa, me duché, cené, vi un poco la tele y a las 21,30 me fui a dormir.
Hoy haré más o menos lo mismo que ayer, y mañana, y pasado mañana...Menos mal que luego llega el fin de semana y mis padres me llevan el sábado por la mañana a natación y luego voy, toda la tarde, con un grupo de actividades al aire libre, que llevan unos monitores que se llaman: Pedro, Luisa, Mª José y Raúl.
PREGUNTAS ABIERTAS PARA LA REFLEXIÓN Y EL DEBATE:
¿Cuántas horas pasa el niño fuera de casa?
¿Cuántas personas le han atendido durante el día?
¿Te gustaría llevar este horario de trabajo?
¿Crees que este niño puede estar contento por ir “ a toque de pito”?
¿Quién tiene más influencia en el niño: el profesorado o los/as monitores/as?
¿Qué persona o personas crees que pueden ser la referencia para él?
¿De qué “momentos” dispone este niño para la concentración, la reflexión, el estudio...?
¿Se coordinarán todas las personas que intervienen en la educación de este niño en temas como: el desarrollo personal, la gestión de la autoridad, los límites que se tienen que establecer,...?
¿A esto es a lo que llaman “conciliación de la vida laboral y familiar”? ¿Quién se concilia con quién?
¿Cómo podría establecerse un horario razonable para el niño?
Bueno, si alguien tiene respuestas para alguno de estos interrogantes, que no dude ni un instante, que aproveche para escribir algún comentario en el blog, aunque sea de manera anónima.
He viajado a Palencia para hablar de bibliotecas escolares y lectura al alumnado de la escuela Universitaria de Educación: a las futuras y futuros maestras y maestros. La anfitriona era la profesora Mariemma García, directora del curso denominado “Leer para vivir y ser leyendo”.
En estos casos, ya cuando te contratan suelen pedirte el título de la conferencia (sin tener en ese momento una idea clara del tema y de la orientación de la misma), por lo que se procura poner un título indefinido que dé cobijo a un amplio abanico de ideas y planteamientos (por si acaso, claro). En mi caso, no podía sospechar cuánto de “aventura” (como se señala en el título) iba a haber en esta experiencia.
Inicié el viaje el domingo, 25 de noviembre, por la noche, desde Lleida. El tren salió a las 23 horas, con 40 minutos de retraso, debido a las obras y desaguisados del entramado de cercanías en los alrededores de Barcelona. La noche fue “toledana”. Aunque en el vagón estaba escrita la expresión “Gran Clase”, no tenía esa pinta y la habitación menos. Me coloqué en la cama “enchufado” al último disco de Maná para intentar conciliar el sueño o, cuando menos, descansar un poco y mitigar el ruido constante del tren que, a ratos, era ensordecedor. La verdad es que no pude dormir; tuve algo de frío y llegué, por fin, a Palencia, cerca de las cinco de la madrugada. Salí de la estación cuando partía el último (¿o único?) taxi y allí quedé solo, esperando. ¡Qué frío! Decidí volver sobre mis pasos y entrar en el recinto cerrado de la estación para llamar por teléfono al hotel y rogarles que pidieran un taxi para que me recogiera donde estaba y me llevara, precisamente, al establecimiento hotelero... Tardó en entenderlo quien atendió mi llamada, pero, finalmente, pude montar en el taxi enviado, llegar al hotel y meterme directamente en la cama.
Avanzada la mañana, volví a levantarme, almorcé y llamé a Mariemma, quien vino a buscarme con rapidez. Salimos en su coche dirección campus Universitario de Palencia, pero por razones desconocidas, la ciudadana García se despistó en la rotonda y enfilamos la autovía hacia Santander... Yo no podía creerme lo que me estaba pasando... Salíamos de Palencia y mi compañera y conductora no sabía por dónde había que ir para llegar al recinto universitario... Nos echamos unas buenas risas ante situación tan kafkiana. Yo le decía que indudablemente la lectura de un buen libro es una fascinante aventura, pero que subirse al coche con Mariemma también lo era. Tras preguntar a una brigada de cortadores de setos de autovía (quienes confesaron no ser de la zona) y en una gasolinera, pudimos dar la vuelta, reconducir la situación y llegar al campus universitario. Al rato llegó también el amigo Samuel Alonso y volvimos a reírnos con lo vivido durante la mañana. (Recordé intensamente una tarde noche en Madrid, hace unos seis o siete años, en la que no conseguíamos encontrar el hotel donde nos hospedábamos media docena de personas de los MRPs aragoneses y estuvimos dos horas dando vueltas por la capital y cogiendo todas las Ms posibles: la M-30, la M-40, la M-50 y caminos vecinales... Al final, me bajé del coche, me monté en un taxi y con el taxista indicando y los compañeros siguiéndonos en el otro coche, llegamos a nuestro incierto destino).
Por la tarde, tras la inauguración del curso, intervine por espacio de hora y cuarto hablando de biblioteca escolar y de lectura, tratando de acercar a chicos y chicas de 1º y 2º de Magisterio algunas ideas y algunas sugerencias de trabajo. Tras una breve parada, intervino Samuel Alonso, con un discurso fresco y divertido, hablando de “la geometría de la lectura” (otro título puesto el día de la contratación y con amplio espectro, aunque pudiera no parecerlo) y allí quedó finalizada la primera jornada del curso. Samuel se fue a su pueblo, yo me fui al hotel, cené y me dirigí a la estación para iniciar el viaje de vuelta. Como el tren no venía de Barcelona, esta vez salió sin retraso. Me introduje en el camarote, ordené las cosas y con prontitud me metí en la cama, pues la llegada a Lleida estaba anunciada para las 6:30 de la madrugada. La odisea de la vuelta tiene que ver con el frío glaciar que se respiraba en el habitáculo: se había estropeado la calefacción, pero no se había detenido el generador de aire del aparato. Como no se calentaba, salía “acondicionado”, o sea helado, así que he pasado una noche terrorífica hasta que he llegado y he podido meterme en la cama en mi casa (por espacio de una hora escasa) para entrar en calor.
Y tras este apresurado relato, ¿hay alguien que dude que la biblioteca y la lectura constituyen una fantástica aventura?
Plantilla basada en http://blogtemplates.noipo.org/
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