Facebook Twitter Google +1     Admin
Este es un espacio para leer y escribir, para reflexionar y opinar; es una ventana abierta, un orificio en el muro. ¡Asómate!

Temas

Enlaces

Archivos

gurrion

Se muestran los artículos pertenecientes a Noviembre de 2009.

NOVIEMBRE: TIEMPO DE SEMENTERA, TIEMPO DE CONTEMPLACIÓN...

Noviembre tiene refrán largo: “Noviembre dichoso mes, qu´en tosantos escomienza y remata en San Andrés”. Noviembre huele a sementera, a tierra labrada, también a cosecha, a sol amarillo, a tardes escasas y noches tempranas, a fogaril encendido, a mundo rural, a faenas familiares y colectivas… Para mí, noviembre es uno de los meses de la memoria; es un tiempo en el que evoco con facilidad mi infancia (seguro que si me pongo a pensar, me pasa con otros meses) y me veo, también con facilidad, haciendo labores de niño o de hombre, en aquella incorporación natural al mundo del trabajo de la mano de los padres.

 

Este pasado fin de semana estuvimos en Figols de Tremp y la meteorología nos ofreció un par de días de tiempo muy inestable y cambiante: algo de lluvia racheada, un poquito de sol, nubes veloces que atravesaban el cielo en pocos minutos, fuertes ráfagas de viento que, en ausencia de sol, era extremadamente frío para la época.

 

A pesar de todo, en un pueblo pequeño todo lo que pasa es extraordinario y así solemos vivirlo. ¿Cómo calificar sino el despegue de media docena de buitres leonados, delante de nuestras narices, desde un posadero soleado que nunca antes habíamos visto, a cinco minutos de la casa familiar? ¿Y la recolección de unas cuantas granadas (las maravillosas “minglanas” de mi infancia, repletas de rubíes tallados con mil caras, que explotan refrescantes en la boca) de un árbol-arbusto amarillento? ¿Y los viajes hasta el “leñero” para alimentar al insaciable fogaril que favorece nuestra quietud de miradas y palabras? ¿Y ese silencio creativo para la lectura y la escritura, con la música intermitente que ponen las ráfagas de viento? ¿Y esa posibilidad de escuchar cómo se acerca una bandada de pájaros que acabarán posándose en las amarillentas parras del huerto cercano?...

 

Cuando el frío arrecia y el viento enloquece la tarde, te sientas al lado de la ventana y miras a través de los cristales las baqueteadas copas de los árboles, el peinado que, a ras de suelo, sufren las pequeñas hierbas o los brotes de los tempranos sembrados, contemplas las enormes dificultades que tienen los cuervos, las palomas y algunas aves rapaces para poder mantener un vuelo equilibrado; te fijas en las formaciones de nubes que atraviesan el cielo a toda velocidad, empujadas por las ventoleras que se hacen presentes por el ruido que generan al chocar con las paredes de la casa o que se cuelan por la chimenea produciendo sonidos de espanto…

 

Noviembre es tiempo de sementera, pero también de tardía recolección, sobre todo, si uno vive alejado de la tierra y recoge, si queda algo, cuando viaja hasta ella. Es una sensación muy placentera la de “ordeñar” olivos y almendros suavemente, sin prisa, para tomar del árbol los frutos que han tardado todo un año en madurar: aceitunas y almendras; unas para macerar y tomar más adelante y las otras para cascar ya y degustar el fruto; o vendimiar los últimos racimos, pasados de tiempo es verdad, pero dulces como si contuvieran gotas de miel envasada o la posibilidad de hacer acopio de un buen puñado de gordas bellotas de encina para sembrar en tiestos y recogerlas en un suelo alfombrado que seguro hará las delicias de algún jabalí en sus correrías nocturnas…

 

El tiempo de recolección es tiempo de memoria. A mí me resulta muy fácil acordarme de mi infancia y de mis padres, que eran quienes capitaneaban la cuadrilla cuando íbamos a realizar alguno de esos menesteres de otoño, recolectar: judías secas, uvas, maíz, nueces, almendras, aceitunas, bellotas, leña… Era un tiempo de enseñanzas indirectas, un tiempo de economía productiva: una nuez se podía comer o se podía vender; era algo tangible y material, algo que tenía un principio y un final, un fruto al que se le podía seguir la pista desde el nogal a la mesa, desde el nogal hasta el postre que adornaba… Y lo mismo podríamos decir de todos los demás, anteriormente nombrados. Compartimos con Mercè esa forma de ver la vida y esos recuerdos, florecidos a kilómetros de distancia, pero tan parecidos, tan intensos… No lo puedo evitar, en este tiempo sufro un amontonamiento de imágenes en mi cerebro o donde quiera que se formen; imágenes unidas a sensaciones muy a flor de piel que me ponen triste por las ausencias o que me hacen sonreír por lo cálidas y agradables que resultan.

 

Así es la vida, un constante ir y venir del pasado al presente y de éste al pasado, con pequeñas y furtivas miradas a la incertidumbre con la que se ofrece el futuro. Vivimos el pasado, la infancia en nuestro respectivos pueblos, no como un tiempo antiguo, sino como un humus que nos alimenta, del que extraemos energía y ánimo porque tuvimos a nuestro lado personas importantes que nos indujeron a ser respetuosos, tener un orgullo razonable, valorar el esfuerzo, cultivar la paciencia, experimentar e innovar y mantener los pies pegados a la tierra, aunque la imaginación pueda volar por los lugares más remotos…, realizando una fecunda labor de sementera. Mi padre y su padre: Mariano y Josep, están muy presentes en estos tiempos del calendario, ahora que los dos nos acompañan desde esa ausencia definitiva que se acepta a regañadientes.

 

Noviembre es también un tiempo de contemplación… Cuando éramos pequeños y luego jóvenes caminábamos por los campos y los montes para acceder a los tajos de trabajo y no recuerdo que sintiéramos nada especial contemplando copas de árboles, tonalidades de hojas, soles y reflejos… ¿Quién inventó ese otoño amarillo y rojizo que tanto admiramos actualmente? Desconozco la respuesta –si es que esa pregunta puede responderse-, pero da igual, por mi parte, felicidades a quien miró por primera vez a la hilera de chopos que jalonaban el río de su pueblo y vio una formación hermosa de “árboles encendidos”.

 

El primer fin de semana de noviembre estuvimos en Labuerda y nos acercamos unas horas hasta Escuaín. No es la primera vez que hablo de este enclave pintoresco de Sobrarbe en este blog. Recuerdo que es una de la cuatro entradas naturales del parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, y probablemente la menos transitada. También he dicho ya que cuesta imaginar la vida en invierno en pueblos como éste, a mediados del siglo pasado, por poner una fecha. Las condiciones humildes de las viviendas, las intensas nevadas, las deficientes o nulas comunicaciones… condicionaban la vida diaria y de qué manera. Hoy día, sigue siendo un pequeño núcleo que se va reconstruyendo con esfuerzo y que acoge a un muy reducido grupo de personas que viven allí buena parte del año… Pero Escuaín, en otoño, es algo especial; el pueblo y su entorno, se entiende. Uno no sabe dónde mirar porque en cualquier dirección que lo haga, va a encontrarse con un paraje maravilloso, que ningún pintor será capaz de reproducir con tantas tonalidades, con tanto brillo y con tanta perfección. Si alguien pudiera imaginar una gigantesca exposición de cuadros otoñales, ésta sería la pinacoteca donde ubicarla, con la ventaja de que los cuadros no habría que pintarlos, bastaría con enfocar la vista en distintas direcciones y a diferentes distancias.

 

La variedad de especies vegetales, la gran diversidad de las mismas, favorece esa mezcla de tonalidades que, siendo yo una calamidad para ponerles nombre, no voy a desmenuzar, aunque hablaré de tonos amarillos, anaranjados, marrones, rojizos… Tonalidades que confieren a los caminos, las laderas de los montes, los barrancos, los setos naturales poblados de arbustos o los árboles que han crecido en antiguos terrenos de cultivo, al amparo del abandono de tantos años de soledad, una belleza especial; un disfraz llamativo que nos conmueve con solo mirar a: encinas, robles, pinos, abetos, acacias, chopos, álamos, arces, avellanos, fresnos, nogales, serbales…

 

La máquina fotográfica es el mejor aliado para intentar apresar en un momento fugaz, una mirada llena de luz amarilla que, al cabo de unos pocos días será imposible repetir y ayudado de la cámara, disparo a diestro y siniestro, a sabiendas de que algunas imágenes no estarán ni mucho menos a la altura de lo que yo estoy viendo con mis propios ojos, pero sabiendo también que, cuando las lluvias y los vientos más inclementes despojen a todos los árboles y arbustos de hoja caduca de sus atractivas vestimentas, sentado en casa, podré encender el ordenador y hacer un recorrido virtual por un bosque que, año tras año, se viste y se desnuda; se disfraza con una amplia gama de verdes o lo hace agotando todos los tonos del amarillo.

 

Por cierto, no cogimos setas, pero tomamos una sobredosis de otoño en todo su esplendor… Y uno vuelve a la normalidad cargado de sensaciones hermosas, con fuerza redoblada para capear cualquier temporal, incluido el que pretenden desatar los miembros y miembras de la tribu de los conspiradores y envidiosos, en cuanto tienen ocasión; esos que te pone la vida alrededor y que durante años han empujado para que otras aventuras memorables con otras hojas (las de los libros) no tuvieran la más mínima importancia. Su estulticia perenne siempre nos ha fortalecido y el reconocimiento de fuera del corralito que crearon ha sido tan grande y generoso que estamos más contentos que unas pascuas.

 

Noviembre se derrama sobre la naturaleza, apagando antes la luz del día y alargando la noche, pero sin saber que nos ha llenado los ojos de luz y los recuerdos de esperanza.

 

 

09/11/2009 21:55 gurrion #. sin tema Hay 14 comentarios.

TRES EN UNO: CURSO, CARTAS, HUMOR...

 

1.- Esta semana que se cierra hoy, participé en el curso que deben hacer las maestras y maestros que aprobaron el pasado año las oposiciones. Son gente de variada edad, de composición intergeneracional, me parece a mí, puesto que algunos y algunas da la sensación de que no hace mucho que terminaron los estudios y han trabajado muy poco en la escuela, mientras que otros y otras ya llevaban un buen puñado de años en el tajo, por tanto ya saben de qué va el asunto.

 

El curso tiene un título sugerente “La voz de la experiencia”. Sugerente porque da la sensación de que quienes lo han pensado han apostado decididamente porque transmitir la experiencia personal puede resultar beneficioso para quien escucha. Cierto que la experiencia suele estar bastante denostada en nuestra sociedad occidental (a veces, utilizada como sinónimo de viejo o anticuado) y que suele servir de bien poco, porque cuanta más experiencia tienes, menos oportunidades te quedan de beneficiarte de ella. De todos modos, no es lo mismo tener experiencia (que puede ser sinónimo simplemente de tener muchos años), que tener experiencia significativa, que es la que acumula alguien que dedicó su vida a un trabajo activo y estuvo siempre en la pomada de la innovación, del aprendizaje, del intercambio (sea el campo que sea).

 

Mi misión era la de ofrecer a las personas asistentes unos datos personales y de vida y luego incidir en el tema de las bibliotecas escolares. Aproveché, de paso, para darles algunos consejos, relacionados con la profesión: que guarden muestras de lo que hacen, que lean y escriban, que intercambien materiales, que divulguen su trabajo, que no se funcionaricen, que sean innovadores, que no se rindan fácilmente, que no sean invisibles, que se sientan orgullosos del oficio elegido, que vayan conformando un itinerario pedagógico personal…

 

Sobre Bibliotecas Escolares poner de manifiesto, una vez más, las carencias formativas en origen (primer problema) que impiden, ya de entrada, que las personas que terminan la carrera lo hagan con un conocimiento y una práctica del equipamiento que ¿van a encontrar en el centro? ¡Segundo problema! Es muy probable que dicha instalación no se halle en la mejor situación, que nadie quiera saber nada o que no haya habido un trabajo constante con suficientes referencias y ejemplificaciones que sirvan de punto de mira o de banco de experiencias desde donde “reiniciar”… El trabajo voluntarioso que se nos exige para ocuparnos de dignificar la biblioteca escolar requiere una buena dosis de militancia, de convencimiento ético… Pero luego, mostré una amplia gama de trabajos y actividades que podemos hacer a partir de las potencialidades documentales de la Biblioteca Escolar. Por enumerados ya en anteriores ocasiones, no lo hago esta vez; sólo señalar el interés de muchos asistentes por tener en las manos “libros libres”, álbumes de cromos”, recopilaciones de folklore oral, pósteres, boletines informativos, cuadernillos de trabajo, repertorios alfabéticos, recortables… documentos que nacieron de trabajos íntimamente relacionados con la biblioteca escolar: centro de dinamización cultural del colegio, lugar donde se anima a escribir, se fomenta la lectura y se practica la educación documental… Si se quiere, claro.

 

2.- Llegaron, una vez más, esta semana las cartas de Nicaragua. Me encargo de mantener activo el intercambio epistolar con el colegio Doris María Morales Tijerino de Managua, por propia iniciativa; colegio con el que hay un hermanamiento establecido. Cada cierto tiempo, un par de veces al año normalmente, sale un paquete hacia Managua conteniendo material sensible para el profesorado y los chicos del citado colegio y llega otro de vuelta, con cartas nicaragüenses. La asimetría de los cursos, nos perjudica un poco. Por ejemplo, allí tiene las vacaciones de verano para estas fechas; eso significa que hasta primeros de febrero del próximo año no volverán al colegio. Por el contrario, cuando llega junio somos nosotros quienes nos vamos de vacaciones y ellos siguen el curso con normalidad. Como todas las cosas requieren tiempo, entre que se envía el paquete, llega, leen las cartas los chicos y chicas, elaboran otras de respuesta, esperamos un poco más para tener más materiales para enviar, etc. pues eso, que el tiempo pasa rápido y gracias que podemos mantener esos dos envíos anuales para refrescar esa relación epistolar y transoceánica.

 

 Envié el último sobre a finales del mes de junio pasado. Contenía cartas escritas por el alumnado de sexto y una selección de materiales realizados en el colegio desde el anterior envío: ejemplares de la revista escolar “Mírame”, kit completo de los materiales elaborados en la biblioteca para desarrollar el trabajo sobre “maletas de poesía y de poetas”: el póster para los pequeños y el álbum de cromos y antología poética para el resto; los dos “Bibliotelandias” del curso; los “libros libres” realizados: “Meacuerdos”, “Todos nosotros”, “Siguiendo la estela”, “Cinco lobitos tiene el recuerdo”, “Nuestras poesías”… Y una amplia muestra del glorioso final de temporada del Barça. Fui recogiendo las páginas de los periódicos generales: El País, La Vanguardia, Público… que reflejaban las victorias en la Copa, Liga y Liga de Campeones, porque en las cartas que habíamos recibido con antelación, muchos niños y niñas se declaraban seguidores del Barça… En definitiva, todo aquello que uno piensa, puede resultar curioso y motivador para unos chicos y un profesorado que vive en otro lugar y padece, en general, algunas carencias materiales.

 

Esta semana, como digo, ha llegado una nueva remesa de cartas y también algunas sorpresas. Una de las más agradables ha sido una pequeña muestra de fotos en la que se ven chicos y chicas del “Doris” leyendo las revistas o los “libros libres” o las páginas de los periódicos que he nombrado. Emma y Karen son las dos personas adultas que se encargan de recibir y de enviar. Emma trabaja de administrativa y su entusiasmo lo muestra en las comunicaciones que nos intercambiamos y en lo cuidado que llega todo y Karen es la profesora que debe convencer a los chavales para que escriban las cartas-respuesta a las que han recibido de España. Emma nos ha enviado un tríptico del Centro Educativo Doris María Morales Tijerino, encabezado por un lema que dice: “Por una educación plena e integral” y un triángulo jalonado por tres palabras (tantas como lados) que son: “Patriotismo, Estudio, Disciplina”. En la contraportada del tríptico aparecen tres fotografías en color, entre las que está la de nuestra clase del pasado año, que certifican los intercambios culturales que mantienen con Noruega y con España.

 

Esas cartas “subirán” el lunes al colegio para que alguna compañera posibilite que las lean los chicos y chicas de quinto o de sexto y poder empezar ya a escribir otras que serán enviadas a finales de trimestre para que cuando nuestros amigos empiecen el nuevo curso las tengan ya sobre la mesa y comience la relación con un grupo nuevo. Palabras que van y vienen sobrevolando el océano; palabras y dibujos; curiosidad y esperanza.

 

3.- “Con sentido del humor” es el título de una sección quincenal que mantengo y alimento en el Escolar del Heraldo de Aragón. Este es el sexto año consecutivo que escribo intentando proponer actividades de lectura y de escritura que tengan, como denominador común, el humor.

 

Creo que no había escrito sobre este tema en el blog y el hecho de que lo haga hoy tiene una raíz futbolística. Ayer por la noche, tuvo lugar un partido internacional de fútbol entre las selecciones de España y Argentina. El portero español, Iker Casillas, jugó el partido número 100 como internacional y ya por la mañana, cuando fui al quisco a comprar el periódico, lo vi en la portada de un diario deportivo ataviado con una indumentaria de mediados del pasado siglo, al estilo de Ricardo Zamora, el primer gran portero de la historia de nuestra selección… Total que ese ambiente y esa efeméride personal del amigo Casillas, me llevó casi inconscientemente a sumar los artículos que he escrito “con sentido del humor,” en estos cinco años y algo más, que llevo con ello y el resultado es que este miércoles pasado se publicó el número 91 y, por tanto –si todo va bien- a lo largo de este curso cumpliré yo también los cien artículos (cifra a la que, por cierto, ya ha llegado mi amigo Pepe López escribiendo la sección “P&R”, con preguntas y respuestas relacionadas con los padres y los niños y que se alterna con la mía del humor en el mismo espacio del periódico).

No voy a contar mucho más, porque quedo citado con ustedes para cuando se cumpla ese artículo número cien que, más o menos coincidirá con la llegada de la próxima primavera.

 

En todo caso, una reflexión final podría tener que ver con las dificultades progresivas que uno va teniendo para encontrar argumentos, filones por explorar, después de tanto tiempo. Al principio de la aventura, tienes tanto donde elegir que te muestras excesivamente generoso, ofreciendo tres estrategias en cada artículo (y eso que son necesariamente cortos). El segundo año, reduces las propuestas  a dos por artículo, por si no llegas al final del curso con material suficiente y el tercer año, explicas una y la vas alargando para que pueda hacerse sosegadamente y quede bien explicada… El sexto año estás todo el día con una libretita en el bolsillo trasero del pantalón, para anotar cualquier idea que surja al mirar un escaparate, al leer un libro, la prensa o una revista, al ver la televisión, al mantener una conversación con un amigo o con una amiga, en el momento de las comidas con la familia, …

 

Y ya con esto, lo dejo por hoy. Espero que les haya gustado esta fórmula del “tres en uno” y que les resulte un post de lectura agradable y distendida.

 

P.D.: El número 117 de EL GURRIÓN se está cociendo en la imprenta. Con esa revista, por cierto, tuve la ocasión de disfrutar de la llegada al número 100. De hecho, como no tengo ninguna esperanza de cumplir cien años, me conformaré con haber convertido en centenarias algunas ideas o algunos esfuerzos individuales y colectivos.

15/11/2009 13:59 gurrion #. sin tema Hay 21 comentarios.


VIAJE A TIERRA ASTURIANA

Hemos vuelto de Oviedo, capital del Principado de Asturias, después de vivir una experiencia singular. El jueves pasado tras una secuencia de viaje que podríamos resumir así: casa-taxi-tren-taxi-avión-taxi-hotel, llegamos a la hora de comer, a la ciudad de Oviedo, muy nombrada y celebrada hace pocas fechas en los medios de comunicación, con motivo de la entrega de los premios Príncipe de Asturias.

 

A lo largo de los días 19, 20 y 21 de noviembre se celebraban las VII Jornadas de Animación a la Lectura, con el tema de “Bibliotecas escolares. Recursos y materiales”. A pesar de que el título de las jornadas contenía esa rima espontánea, no era la poesía el tema central de las mismas, aunque también estuvo presente.

Para mí, decía, ha sido una nueva experiencia porque he viajado acompañado de dos mujeres que son madres de niños o niñas del colegio y que colaboran en el funcionamiento de la biblioteca escolar. El hecho de poder desplazarnos fuera de la comunidad autónoma y participar en una actividad de formación del profesorado siempre es un acto de reconocimiento de un trabajo realizado a lo largo del tiempo. En este caso, no estamos hablando de un experimento o de una experiencia (¡estamos incomprensiblemente rodeados de supuestas experiencias que, como han funcionado tan bien y así se suelen contar…, ya no se repiten!), sino del desarrollo constante de un equipamiento que quiere mejorar las condiciones de enseñanza-aprendizaje del alumnado del centro y el centro mismo.

 

Habíamos sido invitados a dar un taller y, en este caso, los “talleristas” éramos tres personas: dos madres (que aún podrían ser maestras, si retomaran los estudios) y un maestro (que nunca podrá ser madre). Titulamos el taller: “Biblioteca escolar. Un puente entre la palabra y la mente” y allí nos presentamos con una maletita de materiales escritos e ilustrados y dos grandes cajas, enviadas previamente por recadero, con otros materiales de mucho interés.

 

Debíamos realizar tres veces el taller: viernes por la mañana, viernes por la tarde y sábado por la mañana; tres horas seguidas para cada uno de ellos. En contra de lo que podría parecer, un tiempo escaso que suele dar para presentar muchas cosas, pero no poder profundizar más que en unas pocas.

El taller lo iniciaba con una presentación (de la que utilizaba unas pocas diapositivas) para centrar el tiempo del que venimos y la situación en la que nos encontramos; algunos documentos electrónicos que mostraban posibilidades de escribir partiendo de fotografías o hacer pequeños trabajos de investigación; alguna referencia a este blog que es ya un cuaderno de vida, un orificio por donde mirar y comunicarnos (de boca a oreja) y una permanente invitación a la lectura, la reflexión y la escritura… Continuaba con la descripción del protocolo que seguimos para realizar dos actividades de dinamización cultural del colegio al año, partiendo de la biblioteca escolar, e iba mostrando materiales impresos o electrónicos que confirmaran y certificaran lo que estaba diciendo.

Mostrar, explicar y colocar en las manos de las personas asistentes, para promover el contagio (esperemos que no el de la jodía gripe alfabética): libros libres: plegables y desplegables, de tamaño cuartilla, de tamaña folio y estrechos, de tamaño folio sin doblar; álbumes de cromos o pósteres para completar en el desarrollo de algunas actividades; libros con los que habíamos finalizado algunas de las actuaciones y que llegaban a todas las familias como recordatorio, resumen y con expresa invitación a ser leídos; publicaciones monográficas que recopilaban folklore oral infantil; repertorios alfabéticos para trabajar la búsqueda documental; varios ejemplares del boletín Bibliotelandia que recoge la memoria de todo lo que se gesta en la B.E. o se genera a partir de la misma; libritos construidos a partir de la lectura de un libro y el intercambio de opiniones con el autor o autora del mismo con quien nos habíamos puesto en contacto a través del correo electrónico o del blog… Todo ello, aderezado con las palabras que deben ser el hilo conductor de todo lo que se muestra, se explica y se justifica. En cada taller propuse una pequeña actividad de escritura para mostrar qué poco cuesta producir “libros libres colectivos”, cuya lectura posterior, por habernos aportado datos de interés, puede darnos pie a establecer sorprendentes debates. Una lista de “meacuerdos”, una interesante “cabreoterapia” o un texto resumen de un tiempo pasado, usando solamente parejas de palabras “nombre-adjetivo calificativo” fueron las estrategias empleadas, junto con la invitación a los presentes a afinar el sentido de búsqueda en las lecturas de libros, de poemas, de periódicos y encontrar algunas “fórmulas” que podemos desarrollar en el aula.

 

Tras ocuparme, por espacio de dos horas de todo lo anterior. Fina E. y Nati I. (las dos madres) contaban a los presentes cómo y desde cuándo colaboraban activamente con la biblioteca escolar; qué pasó por su cabeza cuando dieron ese paso; qué razones consideran aún válidas para hacer ese esfuerzo; cómo ha sido la trayectoria de este grupo, después de siete años de funcionamiento; la importancia de que uno o varios maestros y maestras apoyen decididamente su trabajo para contrarrestar los efectos de quienes pueden no ver con buenos ojos su presencia en el colegio; El gran valor que tiene el hecho de que los miércoles de tres a cinco de la tarde tengan reservada la biblioteca para uso exclusivo de las madres; hablaron también del trabajo que hacen las madres que ornamentan la biblioteca y mostraron la página web nueva  http://www.madrescuentacuentos.com/ en la que van colocando los diferentes capítulos de su ya importante trayectoria. Mostraron algunos materiales que habían traído, que ellas mismas dibujan, pintan, visten, etc., como soportes necesarios para contar los libros, siempre dentro de la biblioteca, y contaron cuentos al profesorado asistente. Contestaron todas las dudas que el profesorado planteaba y ya en la fase final del taller, mostrábamos unas fotografías que hice el pasado miércoles en la biblioteca, en la que diez madres estuvieron trabajando para dejarla casi lista, con el tema de “animales salvajes”; unas fotos que mostraban un lugar de encuentro y de trabajo, en el que nadie posaba, simplemente era sorprendida haciendo una tarea: una arrodillada en el suelo pintada, otra también sentada en el suelo recortando una silueta; dos o tres colgando una enorme serpiente enroscada en una cuerda; otras colocando animales de peluche en los huecos de las ventanas… Al final, recogíamos los aplausos que nos dedicaron siempre y nos íbamos de la sala algo cansados, pero muy contentos. En todas las sesiones hubo quien se quedó un rato la final para tomar una dirección, dedicarnos unas amables palabras, reconocer las muchas ideas nuevas con las que se iban a casa, felicitarnos, ofrecernos su dirección de contacto, etc.

 

Elvira N. fue quien nos llamó para participar en ese evento y quien nos atendió en todo momento. Con Emilio U., ilustrador de primer orden, charlamos mucho (recordábamos nuestro encuentro en Cuenca, el pasado mes de julio), escuchamos su charla sobre ilustración y asistimos al nacimientos de “nuevos manolitos” en cada libro que nos firmó. Maryta B., venida de Argentina, contó cuentos tras el acto inaugural y ofreció también tres talleres con el título de  La palabra, base de la animación a la lectura”; Mar M. y César M. se ocuparon del tercer bloque de talleres, centrados en la creatividad y la expresión, como posibles caminos hacia la literatura. Ramón L. habló de la LIJ en la RED; Juan José L., con Paco A. y Elvira N., en una mesa “rectangular”, comentaron aspectos de la LIJ en la actualidad y Dolors I. se ocupó de blogs y de Webs que invitan a leer y escribir.

 

Las comidas y cenas, en compañía de esas y otras personas fueron momentos memorables. Conversaciones, sentido del humor, comentarios sobre el trabajo que habíamos venido a desarrollar o el que hacemos habitualmente,  descubrimientos sorprendentes… Osvaldo B., argentino, con una dialéctica brillante, con sentido del humor, ojos de pillastre, expresión de felicidad y una buena mano para improvisar caricaturas y textos breves acompañándolas, amenizó esas reuniones gastronómicas, en las que participó con tanta fruición que nos animaba a todos. No me olvido de Daniel, de su cadenciosa "habla argentina", que se ocupó de los asuntos administrativos y de intendencia con mucha eficacia. Probamos “tablones” con embutidos y quesos, “buey a trocitos”, pixín, chipirones encebollados, cecinas… regados con sidra escanciada con todo el arte imaginable en la zona de la Gascona, pisando los suelos húmedos de sidrerías como “El Pigüeña” o “Tierra Astur”… Poco turismo pudimos hacer porque los horarios eran apretados y no había tiempos muertos para poder salir a caminar…

 

Tiempo también para el reencuentro personal con amigas asturianas con las que ya hace años tenemos relación y hemos tejido una consistente red de afectos e intercambios: Rosa P., Leticia S., Rosa S. Ana Jesús F. Cuando viajas o regresas a una tierra y puedes hilar una conversación sosegada con personas con las que te unen algunos lazos afectivos es un regalo añadido e impagable y con todas ellas, maestras con definido criterio, larga experiencia bibliotecaria, itinerario pedagógico significativo, sentido común, dilatada experiencia y mucho trabajo a sus espaldas, la conversación no es banal, sino un peldaño más de aprendizaje, salpicada de risas y de guiños afectivos.

 

El sábado, 21 de noviembre, hicimos la secuencia de viaje inversa: hotel-taxi-avión-taxi-tren-taxi-casa y pusimos fin a una aventura bibliotecaria de tres días en tierras astures. Fuimos con la idea de aportar una visión constructiva y razonable de cómo puede actuarse desde una biblioteca escolar para favorecer algunas prácticas o algunas modificaciones metodológica (si hay voluntad de hacerlo) y cómo crear canales de participación para las familias. Ojalá lo hayamos conseguido, al menos en parte, porque, en definitiva, hemos tratado de ofrecer algunas estrategias, mostrar algunos materiales, definir algunos itinerarios para que el personal se ponga a trabajar ya, porque nunca es bueno esperar tiempos mejores, ya que corremos el gravísimo riesgo de que no lleguen. Creo que Nati y Fina podrían contar las mismas u otras impresiones y espero que lo hagan en los comentarios, pero me parece que han vivido una experiencia muy especial; también lo ha sido para mí, compartir el tiempo de trabajo con ellas (sobre todo porque es una situación inhabitual, esa de juntarse un maestro y dos madres e ir a un lugar a “dar clase”) y por eso me alegro mucho de haber contribuido a que haya sido posible este viaje y esta pequeña aventura. Regresamos con un buen recuerdo de Asturias.

 

P.D.:

1.- El Gurrión 117 ya está en mis manos y espero que esta semana lo esté en las de suscriptoras y suscriptores.

2.- Fuerza para mi amigo Kepa O,, que hoy pasaba por el quirófano; por tanto: “¡San Perico de los Palotes, que se cure bien y pueda pegar botes!”

 

 

23/11/2009 09:45 gurrion #. sin tema Hay 22 comentarios.

VIEJOS PAPELES (V)

 

Acompaña la tarde… Cuando comienzo este texto, está lloviendo de manera suave y pausada y yo creo que la lluvia y la nostalgia casan muy bien; como el pan con chocolate, el huevo frito y el chorizo o el hogar encendido y la lectura de un libro… Creo que es el momento adecuado para retomar la serie de  VIEJOS PAPELES y abordar el capítulo cinco de la misma.

 

Hace ya unos días, me había quedado hablando del periódico escolar LA FIGA (números 1 y 2). Hoy tengo delante de mí el número 3, que igual que el 4, tienen tamaño cuartilla. Corresponde a los meses de enero/febrero de 1984 y comienza con un curioso diagrama de barras con los datos de la presión atmosférica correspondientes al mes de diciembre de 1983, tomados en el exterior de la ventana de la clase. Tomábamos datos con termómetros y barómetros con el fin de manejar mediciones reales a la hora de calcular medias o de construir gráficas.

Una página está dedicada a “Las cuentas de la clase”, con un movimiento de caja (en el que se anotan como cantidades totales) 19.081 pesetas de ingresos y 18.040 pesetas de gastos. La partida más grande en uno y otro apartado correspondía a la compra de libros de lectura para la biblioteca de aula. Me resultaba más cómodo acudir a la librería y comprar tantos libros (todos diferentes y de diferentes precios) como niños o niñas hubiera en clase, dividir el total por el número de chavales y que todos pagaran lo mismo. Al final de curso, tras sorteo, cada cual se llevaba un libro a su casa. Dentro del capítulo de ingresos, anotamos una cantidad de 1.695 pesetas que correspondía a la venta de postales. Con ese dinero comprábamos también libros para la clase. Elegíamos tres o cuatro modelos de postales diseñadas por los chicos y hacíamos copias en cartulina blanca, utilizando la “gelatina” como técnica de impresión. Luego, poníamos cada una en un sobre amarillo y las vendían en casa o por la calle en vísperas de Navidad, puesto que podían utilizarse para felicitar a la familia o a los amigos en esas fechas.

 

La revista narra la celebración a mediados de enero de la fiesta de San Antón, con bendición de los animales y encendido de hogueras (unas sesenta, se aporta en la noticia). Se dice que la Peña Fragatita entregaba la noche de las hogueras, cinco kilos de longaniza en cada una de las que se habían encendido y en la ilustración del texto, se recuerda al “saltador de hogueras” que suele aparecer cuando ya las llamas han decaído y que suele contagiar su ejercicio a algunos presentes que se animan también a atravesar de un salto las pequeñas llamas o la extensión de brasas… En otra página se recogen algunos aspectos de la tradición, como que se adornaba a los animales, que ese día no se les sacaba al campo a trabajar y que, en ocasiones, se les daba un trozo de pan bendecido previamente, entre otras cosas.

 

Antonia ilustra un poema suyo, con un dibujo silueteado en sombra. El poema se titula “bonitos recuerdos” y dice así: “Qué bonito es / lo que estoy recordando: / cuando tú me mirabas / y el sol nos enviaba un rayo. / Cuando estábamos juntos / el cielo nos alumbraba / y cuando nos separábamos / éste se apagaba”.

Hay más poemas en este ejemplar de veinte páginas. Veamos qué dice Amaya sobre LA NOCHE: “Silenciosa, con paso callado / llega la noche / cuajada de estrellas / apagando sonidos / del diario trajinar. / Desde mi ventana, / también yo en silencio, / presencio esa llegada / que en mi alma infunde / ideas y anhelos / de amor y de paz”.

Alberto, por su parte, nos habla de “El Parque”: “Niebla. Soledad. / Bancos vacíos. / Y junto a todo eso, / la tristeza./ Tristeza del anciano / porque los niños no están. / ¿Qué ha pasado? / La época invernal / ha hecho que los niños… / no corran por allí, / no griten por allí. / Los niños han marchado, / como los pájaros / a lugares cálidos”.

Curioso, cuando menos, que los nombres de los tres poetas comiencen por la letra “A”.

 

Hay una página llena de eslóganes que hablan de la guerra y de la paz. El 30 de enero es el Día Escolar de la No Violencia y de la Paz y, seguramente, estuvimos reflexionando sobre ello y decidimos escribir algo: “Las personas que viven la guerra se desesperan, mientras que las que viven en paz, contentas están”. “Vida a la paz y muerte a la guerra; ese es el principio de una nueva era”. “La guerra ha llegado y yo me he marchado”. “La paz es bonita y ojalá sea infinita”. “Cuando te vi con la bomba, pensé que llevabas una zambomba”. “Palomita de la paz, tienes que trinar y con la rama en el pico no lo conseguirás”

 

Tres páginas ocupa un precioso dibujo y unos textos sobre la visita al taller de cerámica Arellano de Fraga. La visita la realizamos el día 13 de enero, entre las cuatro y las cinco de la tarde: “… El Señor Arellano nos hizo demostraciones con un torno eléctrico de cómo se manejaba el barro. Nos hizo tres figuras: una vasija, un cenicero y una especie de jarrón; también nos demostró la diferencia entre las figuras hechas a mano y las que se hacen con moldes (…)  Hablando con él anotamos las siguientes cosas: La tradición alfarera en la familia viene de muchísimos años, por lo menos cuatro generaciones. Para que puedan cocerse las figuras, la temperatura del horno tiene que llegar a unos mil grados. Para hacer el modelo de “la fragatina” (la escultura de bronce que hay en el centro de la Plaza de España de Fraga) estuvieron trabajando durante dos meses. Venden piezas en países europeos y en EE.UU. La decoración de las piezas se hace con barnices y esmaltes especiales. (…) En una de las paredes del taller hay un cuadro de cerámica con una poesía que dice: “Oficio noble y bizarro, /entre todos el primero. / Porque en el trajín del barro / Dios fue el primer alfarero / y el hombre el primer cacharro”.

 

Ha dejado de llover, pero la bruma asoma por el horizonte. El cielo sigue nublado, las últimas hojas otoñales se han desprendido en silencio y yacen mojadas alfombrando el suelo. La noche abre su enorme boca para tragar con rapidez los últimos minutos de luz que le quedan a este domingo que casi pone fin al mes de noviembre…

 

Tomo en mis manos el número 4 de LA FIGA, dedicado, casi monográficamente, a la fiesta de carnaval. El ejemplar tiene fecha de marzo de 1984. Leo una especie de editorial que escribí para iniciar el número: “… A lo largo de la historia, el carnaval ha sido una fiesta extraordinariamente controvertida y ha gozado intermitentemente de ardientes defensores y frecuentes prohibiciones (¡cuántas palabras largas, ¿no?!). A pesar de todo, ha sido y es una fiesta que se ha conservado en casi todas las culturas del planeta, prueba de ello son las múltiples manifestaciones que podemos contemplar de la misma…”

En ocasiones, me hace gracia releer lo que escribí hace tantos años y calibrar si hoy escribiría lo mismo o lo rompería directamente…

 

Esta es la crónica que cuenta cómo se desarrolló la segunda celebración del carnaval en el colegio: “Un día se propuso celebrar el carnaval como lo habíamos hecho el año anterior. Días más tarde hicimos una asamblea para ver de qué nos disfrazábamos. Al final, y tras varias propuestas, hicimos una votación, decidiendo disfrazarnos de personajes de terror o de trogloditas. Llegó el día y algunos vinieron de casa disfrazados. Cuando ya estábamos todos listos, salimos al patio y fuimos viendo cómo desfilaban los demás cursos que también iban disfrazados: unos de abuelos, otros de cocineros, de indios, de payasos, de brujas, de robots, de cartas de baraja… Cuando terminó el desfile quemamos un muñeco que habíamos hecho en nuestra clase y los cuatro cabezudos que también habíamos hecho, participaron en el desfile. Al final hubo una gran chocolatada que fue preparada por las madres”.

 

Una página recoge un bonito dibujo del patio con el “rei carnestoltes” ardiendo, los cabezudos y algunas personas disfrazadas y otra página reproduce la letra de una canción que “se cantaba o recitaba durante el carnaval por las calles, antes de la pasada Guerra Civil” y que finaliza con una enigmática estrofa: “¡Adiós, Pepe, que me voy!, / tengo otro que me espera, / si quieres saber quién soy, / soy tu amante verdadera”.

 

Se recogen anotaciones del ayer y del hoy del carnaval en Fraga, así como una lista de refranes y dichos de la fiesta y también se dedica un pequeño informe a ”La rifa del tocino”, costumbre veterana en la que se sortea uno o dos cerdos entre los poseedores de un boleto que han comprado con anterioridad. La rifa se suele hacer en la Plaza se San Pedro de Fraga, momentos antes de comenzar la fiesta de Carnaval…. Otra página ofrece detalles de cómo construimos cuatro cabezudos en clase; un trabajo realizado en grupos y que dio resultados muy vistosos. Pone el punto y final al tema central, Esther con esta poesía: “Fraga es hermosa en carnaval, / pues nada en un mar de alegría. / Los fragatinos se transforman en personajes imaginarios. /Todo son burlas de los humanos serios. / Nadie piensa en la avaricia. / Todos corren y saltan, / van a quemar a carnestoltes / y, junto a él, las tristezas. / Pasados esos días, todo es serio, / y se sumergen en un mundo de monotonía”.

 

Otra página describe nuestro trabajo realizando mosaicos de verdad, con las teselas en que, el padre de un niño de la clase (albañil), convirtió unas cuantas baldosas de colores. Buscamos información sobre los mosaicos romanos de la cercana Villa Fortunatus y realizamos ese trabajo plástico aprovechando que en la asignatura de Sociales estudiábamos el Imperio Romano.

 

Amaya vuelve a escribir un poema titulado “La ciudad”: “La ciudad es agobiante, / llena de coches, / de humo / y de edificios / hasta las nubes. / De noche / es un espectáculo / digno de ver. / Todas las calles / están iluminadas / por grandes farolas. / Bancos, tiendas, / fábricas y parques / se quedan vacíos. / La ciudad / está en silencio / hasta que despierte/ del profundo sueño.”

Una página de pasatiempos; otra que nos recuerda el tiempo del mes de febrero de aquel año, otra que guarda un poema y una ilustración de Óscar, el cómic de la última: “Rigo celebra el carnaval” y la de las noticias de clase:

..“Hemos enviado varias cartas a distintas embajadas de países extranjeros en España. De momento hemos recibido contestación de Estados Unidos, Checoslovaquia, República Democrática Alemana, Austria, República Federal Alemana y la URSS” (evidentemente, eran otros tiempos).

.. “Estamos barnizando los cabezudos para que no se les pegue el polvo de la clase. Ahora quedan mejor y ya estamos terminando los mosaicos”.

.. “El pasado día 15, jueves, tres alumnos de la clase, elegidos por votación, se trasladaron al pueblo de Alcolea de Cinca para participar en una mesa redonda en la que se habló de la escuela: trabajo, deberes, exámenes, notas, experiencia escolar… fueron algunos temas. Antes se habían debatido en la clase, en asambleas”. Curioso que en 1984 hasta los chavales pudiesen hablar y cuestionar NOTAS, EXÁMENES, DEBERES… Hoy día ni los maestros y maestras (salvo una pequeña minoría) se atreverían con ello. Yo hace tiempo que digo que AVANZAMOS HACIA ATRÁS; curiosa forma de avanzar, sin duda…

 

La noche ya es cerrada y todo lo anterior, el trabajo de esta tarde de domingo. Trabajo que me gustaría ofrecer a los posibles lectores y lectoras de este blog, como un testimonio de algunos fragmentos de vida escolar de hace más de 25 años. Una mirada al pasado suele informarnos de dónde venimos y centrar las coordenadas de por dónde andamos, no lo olvides. Buena semana.

29/11/2009 18:11 gurrion #. sin tema Hay 6 comentarios.


Plantilla basada en http://blogtemplates.noipo.org/

Blog creado con Blogia. Esta web utiliza cookies para adaptarse a tus preferencias y analítica web.
Blogia apoya a la Fundación Josep Carreras.

Contrato Coloriuris