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Se muestran los artículos pertenecientes a Julio de 2013.

Autobiografía fragmentada (II)

Hemos retomado la estrategia de los “meacuerdos” para hablar de nosotros mismos, en plan autobiográfico. Es una estrategia de largo recorrido porque cada breve recuerdo tiene, en ocasiones una sorprendente explicación o justificación y podríamos estar horas y horas contando historias a partir de estos recuerdos puntuales y fragmentarios... Es una manera rápida de rescatar unos cuantos recuerdos y poder hablar de la vida de uno con una base “textual”. Es evidente que no hemos tenido tiempo material para explicarlos todos, pero en este documento, al que seguirán otros en los próximos días, he recogido unos cuantos del centenar de “meacuerdos” que marcaba el reto individual. En esta segunda entrega, aparecen los de cuatro niñas/os de la clase: Yolanda, Sanae, Iván y Rocío.

 .. "Me acuerdo de cuando nació Noelia, mi hermana. Me acuerdo del día que empecé el colegio. Me acuerdo de cuando cambié de una casa vieja a un piso. Me acuerdo de cuando fui por primera vez al circo, me encantó. Me acuerdo de cuando mi madre montó un negocio. Me acuerdo de cuando mis padres compraron un perro llamado Fox. Me acuerdo de la primera vez que monté en un avión; fue para ir a Colombia. Me acuerdo de cuando conocí a la familia que tengo en Colombia. Me acuerdo de mi primer día estudiando  en el colegio “Sagrado Corazón de Jesús”, en Colombia. Me acuerdo de cuando visité el cementerio de Cali. Me acuerdo de mi vuelta a España. Me acuerdo de mis primeros días en Fraga, después de cinco años fuera. Me acuerdo de mi primer cuentacuentos. Me acuerdo de cuando me compraron mi primer móvil. Me acuerdo de cuando me alojé por primera vez en un hotel. Me acuerdo del día en el que toqué por primera vez en mi vida restos volcánicos. Me acuerdo de cuando empecé el colegio en Canarias, era muy distinto. Me acuerdo de cuando volví a Fraga después de tres meses en Tenerife. Me acuerdo de cuando fui a vivir a Cervera. Me acuerdo del miedo que les tenía a los fuegos artificiales. Me acuerdo de mi última muñeca, Diana. Me acuerdo de mi primer baño en un río. Me acuerdo de un proyecto que realizamos en clase, llamado “La caja de la memoria”; fue genial. Me acuerdo de cuando fuimos a recoger el Premio Félix de Azara. Me acuerdo de cuando empezamos a hacer un libro grande para la biblioteca. Me acuerdo de cuando vinieron distintas clases del colegio a la nuestra a entregar los libros grandes..."  (Yolanda)

.. Me acuerdo cuando mi madre cuidaba a mi primo de 9 meses, dejé que ella se fuera a la cocina y le empecé a meter galletas en la boca y casi se ahoga. Me acuerdo de un día que mi madre estaba haciendo té y cogí la tetera como si fuese un bolso y me quemé el brazo. Me acuerdo del día en que fui al bosque con mi tía a buscar leña con el caballo.  Me acuerdo que todas las mañanas y las tardes iba con mi abuela al monte, a llevar las vacas y allí nos quedábamos haciendo cestas.  Me acuerdo de cuando mi abuelo y mi abuela, por la noche cuando nos sentábamos todos, nos empezaban a contar historias. Me acuerdo que mi primer vestido para ir a una boda, me lo hizo mi abuela.. Me acuerdo cuando subía a los árboles, cogía pájaros, los ponía en una jaula y los cuidaba. Me acuerdo de cuando mis abuelos fueron a Casablanca y me regalaron un “super peluche”. Me acuerdo cuando fui a Marrakech y visitamos la plaza “Yamaa el Fna”, donde hay personas que cuentas chistes, historias, cuentos y otras que juegan con las serpientes. Me acuerdo cuando me apuntaron al colegio de Marruecos y el primer días, me escapé. Me acuerdo de cuando iba a venir a España y no quería. Me acuerdo de cuando cayó nieve en la Granja d´Escarp. Me acuerdo de la primera vez que monté en bicicleta. Me acuerdo de cuando vinimos a vivir a Fraga. Me acuerdo de cuando me disfracé por primera vez de “Super woman”. Me acuerdo de la primera canción que aprendí en catalán. Me acuerdo de cuando mi madre me contaba cosas de cuando era pequeña. Me acuerdo cuando guardaba cajas de zapatos, luego las pegaba una encima de otra y formaba como una estantería. Me acuerdo del día que me castigó mi madre por tirar la pelota por la ventana…  (Sanae)

.. Me acuerdo de mi primera bicicleta: era azul y con el piolín en la cestita. Me acuerdo de la primera vez que me subí al tractor de mi padre. Me acuerdo de mi primera excursión a una granja escuela, con tan solo cuatro años; me subí a un pony, pero lo malo es que bajé por el otro lado. Me acuerdo de mi primer día en 1º de Primaria; era todo muy grande y ya no estaba la casita de las bolas; ni eso, ni los dos recreos. Me sentí muy raro pero  bueno, ahora estoy en sexto y vivo. Me acuerdo del primer día que entré en la biblioteca; entonces la bibliotecaria de los patios era Oliva. Me acuerdo de la primera vez que vi el rebaño de ovejas de mi padre. Me acuerdo de las monas que me traía mi padrino José, ¡qué ricas! Me acuerdo de mi primer caballo balancín de madera, hecho por mi tío. Me acuerdo de la primera vez que me vestí de cazador con la escopeta de mi padre. Me acuerdo de la primera vez que planté una olivera. Me acuerdo de cuando vi los cerdos en la plaza para el sorteo de carnaval. Me acuerdo de la primera vez que subí a las motos de mi vecino Antonio, un motorista de pura cepa. Me acuerdo de la primera vez que participé en el belén viviente. Me acuerdo de la primera vez que recogí una cuerna de ciervo en el monte de Fraga. Me acuerdo de la primera vez que me compraron un traje, ¡qué majo! Me acuerdo de la primera vez que llevé el motocultor de mi padre. Me acuerdo de los domingos de ramos que llevaba la palma a misa. Me acuerdo de cuando teníamos dos iguanas y las sacábamos a pasear todos los días. Me acuerdo de mi primera nevada con sus correspondientes peleas de bolas y la construcción de un muñeco de nieve. Me acuerdo de mi primer triciclo; era el Fernando Alonso de la terraza. Me acuerdo de la exposición del aniversario de la biblioteca escolar… (Iván)

 .. Me acuerdo de cuando íbamos de camping y mi bisabuela decía que no quería ir y al día siguiente, a las 5 de la mañana, era la primera que estaba preparada, aunque no salíamos hasta las siete. Me acuerdo del perro de mi primo Isaac, siempre me mordía en el dedo meñique de la mano derecha. Me acuerdo de que cada dos por tres, me quedaba a dormir en casa de mi tía Isabel. Me acuerdo de que en la boda de mi madrina, llevé los anillos. Me acuerdo de cuando nació mi hermano Diego. Me acuerdo de cuando íbamos a pescar y me metía en el pantano con mi antigua perrita Lulú. Me acuerdo de cuando se murió mi abuelo. Me acuerdo que cuando era pequeña veía las tortugas Ninja con mi padre. Me acuerdo que el vestido de sevillana que más me gusta, de los que me ha hecho mi madre, es uno verde y rosa. Me acuerdo de cuando mi bisabuela se quedó en cama. Me acuerdo de cuando mi madre nos dijo que tenía un bebé en la tripa y mi hermana preguntó si se lo había comido. Me acuerdo de la primera vez que mis abuelos vinieron a Fraga. Me acuerdo de la última vez que nos mudamos. Me acuerdo de las canciones que nos cantaba mi madre para dormir. Me acuerdo de la primera vez que me regalaron una hucha y empecé a ahorrar. Me acuerdo de cuando me subí por primera vez a un caballo. Me acuerdo que para el Pilar fui al concierto de Melendi. Me acuerdo de cuando Mariano perdió las hojas de papel con las que adornamos los árboles en el colegio. Me acuerdo de cuando Gloria me enseñó a bailar las cuatro sevillanas. Me acuerdo cuando mi tía me enseñó a hacerme un facebook… (Rocío)

 

02/07/2013 10:21 gurrion #. sin tema No hay comentarios. Comentar.

Álbumes de cromos

Uno de los recuerdos que no me han abandonado de mi infancia es el afán por coleccionar cromos. Milagrosamente, guardé algunas muestras de ello y hoy puedo disfrutarlas, aunque sean colecciones incompletas. Nadie me animó a guardar los álbumes (ni otras cosas relacionadas con ese tiempo fundacional que es la infancia), pero ahora no me desharía de ellos fácilmente.

Por cierto, yo sí animo a los chavales de mi tutoría a que guarden todos aquellos materiales que van desarrollando o recibiendo como recuerdo, a lo largo de su escolaridad. Suelo decirles que destinen una caja (“la caja de la memoria”) para guardarlos hasta que cumplan unos veinte o más años y que entonces, vuelvan a encontrarse con ellos. Si en ese momento no les dicen nada, pueden deshacerse sin problemas de fotos, cuadernillos, marcapáginas, libritos, etc. Generalmente, a esas edades, el punto de mira ha cambiado; uno ya empieza a tener un pasado significativo (al menos en recorrido) y algunos objetos le ayudan a organizar su biografía, je, je; por lo que suele agradecer reencontrarse con ellos.

Este año celebraremos la V Muestra de Coleccionismo de Labuerda, con motivo de las fiestas de agosto y el tema central, decretado el pasado año es, precisamente, el de los álbumes de cromos. A través de la revista El Gurrión, ya se ha anunciado la cuestión y he preparado también-al igual que hice el pasado año- un tríptico en color para animar el tema y dejar constancia de lo que vamos haciendo.

Según leemos en un librito precioso, auspiciado por la Biblioteca Pública Municipal Torrente Ballester de Salamanca,que lleva por título “El papel del chocolate” y publicado en 2009, con motivo de la 17 Feria del Libro Antiguo y de Ocasión: “El coleccionismo empieza a desarrollarse en Europa a partir demediados del siglo XIX con la proliferación de estampas que acompañaban a muchos de los productos que llegaban de ultramar, pero es a principios del siglo XX cuando su divulgación se incrementó notablemente. En la década de los años veinte, tas tiradas de cromos alcanzaron cifras realmente exorbitantes”.

Me situaré yo a mediados de siglo XX, principio de los años sesenta que es cuando empieza mi infancia consciente y hablaré de mis sentimientos de expectación cada vez que en mi casa se empezaba “una pastilla de chocolate” y aparecía en su interior el esperado cromo, y de alegría si el cromo no era de los que ya tenía. Que un producto tan dulce y tan atractivo para los niños y niñas, como el chocolate, guardase en su interior aquel regalo era un doble argumento de dulzura. Normalmente, las fábricas de chocolate o las empresas que lo comercializaban: Hueso, Torras, Elgorriaga, Acín, Zahor… regalaban el álbum, a través de las tiendas de venta de las tabletas, y el resto lo poníamos los chavales.

En un tiempo en el que los libros escolares eran en blanco y negro, los cromos aportaban color a nuestra infancia. Los álbumes, además, estaban diseñados con ciertos criterios pedagógicos; eran libros paralelos con los que adquirir ciertos conocimientos de ciencias naturales, de geografía, de historia, de actividades deportivas,  de fauna y flora, de oficios, de guerras, de ciudades y países, etc. El álbum, en sí, ya era un libro, puesto que cada cromo tenía debajo una descripción y uno podía “leer el álbum” antes de tener los cromos y aprender algunas cosas.

Aquella práctica de colocar un cromo en el interior de un producto para publicitarlo, iniciada por el chocolate, fue seguida por otros productos: chiclés, pipas de girasol, leche, cervezas, gaseosa, yogures… Como el afán coleccionista aumentaba las ventas, la industria del cromo tomó otros caminos y empezaron a aparecer en el mercado álbumes y colecciones que ya no iban unidas a ningún producto, sino que había que comprar sobres, dentro de los cuales salían unos pocos cromos. Desde hace ya unos años, ésta es la fórmula más habitual del coleccionismo: series televisivas; películas de dibujos animados y, por descontado, futbolistas de los equipos de la liga o de la Champions League suelen protagonizar las nuevas colecciones que incorporan a los diseños, técnicas nuevas que quieren convertir a los cromos en objetos aún más atractivos y estimulantes para los chavales. En los mercadillos semanales de muchas ciudades son visibles corros de padres y madres o de abuelas y abuelos con las listas de los que les faltan, cambiando cromos con otros como ellos, aunque en realidad la colección es para el hijo pequeño o la hija pequeña, para el nieto o la nieta. Hay una nostalgia atávica de otros tiempos y de otras aficiones que el paso del tiempo no ha podido borrar del todo.

Hay un libro, escrito por Javier Conde y publicado por Espasa que se titula “Lo tengo, no lo tengo” (1998) y que se subtitula: “Los cromos: historia de una ilusión”, que –para quienes estén interesados en el tema- es básico y muy curioso.

Hace unos años, escribí un pequeño artículo, que se publicó en el número 60 de la revista El Gurrión (páginas 26-28) de agosto de 1995, titulado “Cuando salían cromos en las pastillas de chocolate” y en él recordaba el beneficioso efecto que el chocolate y los cromos que ofrecía causaron en nuestra infancia.

Para terminar, he relacionado seguidamente, todos los álbumes de cromos que tenemos guardados en casa: de mi infancia y de la de mis hijos Ana y Daniel que llevaremos a la exposición de la V Muestra de Coleccionismo de este 2013. Tres de ellos son muy singulares: están animados desde el Seminario de Biblioteca y Literatura Infantil del colegio. Son álbumes de reducido radio de acción (de cada uno se hicieron unos 400 ejemplares), pero querían recuperar aquella función pedagógica de la que he hablado anteriormente; en este caso  puesta al servicio del fomento de la lectura.

Relación de álbumes de cromos que expondremos en la V Muestra de Coleccionismo de Labuerda:

.. El deporte visto por sus ases. Álbum 10: Ciclismo. Editado por Nestle (colección “Chocosport”) en 1968. El álbum era de 24 cromos.

.. Figuras del deporte. Fútbol. No hay referencias de año ni marca. La colección era de 40 cromos y estaba editado por una marca de “pipas”.

.. Ídolos de la canción. Colección Pop 70. Colección de 33 cromos. Sin especificación de año ni de marca comercial, aunque era una marca de “pipas”.

.. África. El mundo a través de sus continentes. Colección de 76 cromos y de 41 banderas. Editado por la empresa RAM.

.. Grandes expediciones. Colección de 96 cromos patrocinada por los chicles Dunkin. Editado en 1969.

.. Oceanía. Colección de 96 cromos, de chicles Dunkin. Editado en 1968

.. Homenaje a la conquista del espacio. Colección de 82 cromos. Álbum editado por cervezas DAMM, en 1970.

.. Héroes legendarios. Colección ce 162 cromos, patrocinada por chocolates Hueso, en 1962.

.. Campeonato mundial de fútbol 1966, por gentileza de gaseosas La Casera. Colección de 240 cromos.

.. Campeonato de Liga 1966/67. Álbum con 272 cromos, editados por Editorial Fher, en 1966.

.. Vida y color. Editado por Álbumes españoles, S.S., en 1965. Colección de 380 cromos.

.. Visión de Asia. Editado por chocolates Torras en 1961. Colección de 202 cromos.

.. Panorámica de América Latina. Editado por chocolates Torras, en 1963. Colección de 216 cromos.

.. Fauna amenazada. Editado conjuntamente por WWF-Adena y el Banco Central Hispano (BCH), editado en 1999. Colección de 48 cromos.

.. David el Gnomo. Editado por Danone en 1985. Colección de 64 cromos.

.. El libro de Lisa. Editado por Danone en 1985. Colección de 64 cromos.

.. La vuelta al mundo de Willy Fog. Editado por Danone en 1983. Colección de 96 cromos.

.. Tortugas Ninja. Editado por Panini, en 1990, con 252 cromos.

.. Pocahontas. Editado por Panini en 1995. Cromos sin numerar.

.. Fíchalos a todos. Liga fútbol 2001. Editado por chicles Boomer en el año 2000,con 220 cromos.

.. Harry Potter y la cámara secreta. Editado por Panini. No figura año de edición ni están los cromos numerados exteriormente.

.. UEFA Champions League. Editado por Panini en 2000. Con 304 cromos.

.. El rey León. Editado por Panini, en 1994. Colección de 230 cromos.

.. Pokémon. Editado por Merlin Collections en 1999. 276 cromos, por lo menos…

.. Dragon Ball-Z. Editado por Panini. Colección de 240 cromos. No figura año de edición.

.. Campeonato Nacional de Liga 2004/2005. Primera División. Edita Colecciones Este. 448 cromos.

.. The Simpsons. La colección de cromos de Springfield. Edita Panini en 1999. Colección de 150 cromos.

.. El Jorobado de Notre Dame. Edita Panini, en 1996.

.. Harry Potter y la piedra filosofal. Edita Panini, en 2001.

.. Equipos de Europa 1999. Edita Panini. Colección de 378 cromos.

.. Un océano de palabras en un mar de libros. Edita Seminario de Biblioteca y Literatura Infantil. CEIP Miguel Servet de Fraga, en 2003. Colección de 25 cromos.

.. Vivir, sentir y convivir. Edita Seminario de Biblioteca y Literatura Infantil. CEIP Miguel Servet de Fraga, en 2007. Colección de 30 cromos.

.. Antología poética y álbum de cromos. Edita Seminario de Biblioteca y Literatura Infantil. CEIP Miguel Servet de Fraga, en 2009. Colección de 24 cromos.

.. 45 cromos sueltos de la colección “Juanito Zahor en los mares de Oriente”, de chocolates Zahor. La colección era de 160 cromos y desconozco el año en que se editó. No dispongo de álbum.

31/07/2013 17:57 gurrion #. sin tema No hay comentarios. Comentar.


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