Facebook Twitter Google +1     Admin
Este es un espacio para leer y escribir, para reflexionar y opinar; es una ventana abierta, un orificio en el muro. ¡Asómate!

Temas

Enlaces

Archivos

gurrion

Se muestran los artículos pertenecientes a Marzo de 2011.

POR LOS INTRINCADOS CAMINOS DE LA LECTURA

1.Aún leo”, me dijo hace unos días una exalumna que ya hace cuatro años que abandonó mi jurisdicción escolar. “Y cuando nombran a algunos poetas en la clase, me acuerdo de ti”, añadió generosa. Engordé momentáneamente unos gramos… ¿Será verdad, por lo tanto, que en algunos chicos y chicas dejamos alguna impronta, una pequeña muesca? ¡Hacía tanto tiempo que no nos veíamos!, que ese encuentro casual, seguido de una breve conversación me arregló la tarde. No en vano, fue la protagonista de uno de los post que más veces he leído en algunos foros, como ejemplo de que la lectura puede producir, en ocasiones, efectos no previstos. Es posible que todo comenzara con el suceso que conté hace ya unos años en mi blog y que podéis leer en el siguiente enlace:

 http://gurrion.blogia.com/2005/111601-la-lectura-emocionada.php .

No es frecuente percibir grandes avances en este tema. No es fácil  modificar sensibilidades o contrarrestar insensibilidades hacia los libros y la lectura (hoy hacia otros soportes también, que requieren de la lectura para ser interpretados); por eso, ese encuentro y esa espontánea confesión me llenaron de ánimo.

 

2. Antes de finalizar febrero, salió a la luz el número 63 de Bibliotelandia: el boletín periódico que editamos desde la biblioteca escolar del colegio. Se repartió entre todas las familias y ya ha llegado a casi un centenar de amigos y amigas con quienes estamos en RED (en realidad, quiero decir que estamos “enREDados” en una malla natural y no subvencionada de contactos, de intercambios y afectos que nos ayuda a crecer en ganas y en experiencia). Uno de los destinatarios de nuestros envíos es la Fundación Germán Sánchez Ruipérez con quien tenemos, como ya he dicho muchas veces, viejos, frecuentes y enriquecedores contactos. Marta García tuvo la idea de enviar a todos los contactos de la Fundación, una nota recomendando su lectura, en estos términos:

…………………………………………………………………………………………

Desde noviembre de 1989, el Seminario de Biblioteca y Literatura Infantil del C.E.I.P. Miguel Servet de Fraga (Huesca), edita el boletín Bibliotelandia, publicación coordinada por Mariano Coronas Cabrero, maestro, bibliotecario y responsable de dicho seminario desde su creación en 1988.

El último número de este boletín, el 63, corresponde al número de Febrero de 2011 y contiene información sobre la actividad desarrollada en la biblioteca escolar Animales de andar por casa, noticias varias sobre la biblioteca, una muestra de marcapáginas realizados por alumnos del centro, un espacio de recuerdo a José Saramago, José Antonio Labordeta y María Elena Walsh, recomendaciones del grupo de lectura y otros apuntes culturales.

Podéis consultar algunos de los últimos números editados, en formato pdf, en la siguiente dirección:

http://macoca.org/bibliotelandia

..................................................................................................................

Como consecuencia de ello, se dispararon las visitas a “La Cadiera de Macoca” y otras webs y blogs difundieron también la nota. A todos les agradecemos esa ayuda para que podamos llegar a más personas.

 

3. Invité a los chicos y chicas de mi clase a reflexionar sobre su relación o su compromiso con la lectura y estos son algunos textos que merecen la pena ser tenidos en cuenta:

.. “Yo y la lectura no nos vemos muy a menudo, pero cuando leo algún libro, me engancho. Eso sí, el libro tiene que ser interesante. En cuanto a preferencias, me gustan los libros de ciento y pico páginas de aventuras, misterio, acción, humor… Esos son los que más me gustan. Yo no leo todos los días. El año pasado estaba apuntado a un grupo de lectura en la biblioteca pública y cada semana nos hacían leer un libro diferente; no pudimos leer todos los libros que tenía la profesora para que leyéramos…” (Víctor M.)

.. “Para mí, la lectura, es lo que dice  Mariano. Que te lo imaginas todo y se desarrolla tu imaginación. Pero yo tengo un problema, que me lo imagino y todo se me queda en la mente… Luego, me pierdo y ya no sé por dónde voy… A mi madre también le gusta leer mucho, pero es que yo no estoy tan acostumbrado a leer como mi madre. A veces, cuando está en el sofá leyendo, pasa de página y al momento, pasa una nueva página y le digo: “mamá, tú si que leer rápido, ¿no?” y me dice: “es que yo ya tengo mucha práctica”, y se ríe un poco, pero yo me quedo flipando de su manera tan rápida de leer. También la lectura me lleva a lugares que ni me podrí imaginar. Por ejemplo, estoy leyendo un libro de la Segunda Guerra Mundial y me imagino a algún general diciendo: “¡Venga, los francotiradores a sus puestos!, ¡venga, venga, venga!” Bueno, yo es que la lectura no la sabría explicar, porque la lectura es de todo: interesante, de aventuras, de terror, de guerras, de cosas que ni nos podríamos imaginar, como cosas mitológicas…” (Jorge B.)

.. Para mí, creo, la lectura es algo importante porque nos aporta conocimiento y nos enseña cada día cosas nuevas, como historias, noticias y cuentos. Mi compromiso con la lectura es leer más libros. Porque antes no leía nada, ya que no me interesaba, pero he descubierto que hay historias muy buenas y que merecen ser leídas”. (Cristian A.)

.. Creo que la lectura te puede llevar a muchos sitios, en según qué cosas. A mí no me gusta leer, pero siempre se tiene que leer. En algún momento determinado debe estar la lectura como referencia. Cuando empiezo a leer ya no paro hasta que me termino el libro o hasta que llego a un capítulo determinado que cuando vuelva a leer me pueda acordar de qué iba en lo que me quedé…” (Eva I.)

.. Yo pienso que la lectura es muy importante, pues sirve para enseñarte, para darnos experiencias, para hacerte pensar, para aprender, para agilizar la mente, para expresarte… Leer sirve para muchas cosas, pero sin embargo la razón que más me gusta es que con la lectura siempre aprendemos algo nuevo y siempre sentimos sentimientos relacionados con lo que estamos leyendo; algunas veces, te hace reír, otras alegrarte, otras incluso te hacen llorar… Yo no suelo leer mucho, pero cuando empiezo a leer un libro siempre procuro terminarlo. Cuando lo termino de leer, siempre se me queda en la mente lo que más me ha gustado del libro…” (Alba C.)

.. A mí no me gusta mucho la lectura, pero cuando me aburro, a veces me pongo a leer y si me gusta el libro, me dan ganas de seguir leyendo. Si no me gusta, dejo el libro abandonado en la estantería y hasta otro día que me aburro y no tengo nada que hacer, que me pongo a leer, pero otro libro diferente al anterior que había empezado… Cuando era más pequeña, me encantaba leer. Cuando tenía un libro, lo disfrutaba mucho y me lo leía muchísimas veces. Todos los libros que tengo de cuando era más pequeña, me los sé de memoria y de los de ahora, de la mayoría no me acuerdo de qué iban, sólo del título de algunos… la verdad es que si han sacado un libro y la película y quiero saber de qué va, prefiero ir a ver la película, porque cuesta menos tiempo y no te cansas tanto…” (Ester B.)

..Yo la verdad es que no suelo leer mucho. Hay veces que leo en mi rato libre y hay veces que en vacaciones. Hay libros que me gustan mucho y entonces se me hace imposible dejar de leer, pero otras vceces, si un libro no me gusta, no me centro en al lectura y ese libro se me hace eterno. A mí me gusta leer libros de misterio, de risa y de adivinanzas. No me gustan los libros de fantasía porque llega un momento que ya no sé por dónde voy ni qué cuenta. Para reyes me trajeron un libro de jeroglíficos y salían momias y cómo las enterraban… esa noche tuve pesadillas y me levanté con un dolor de cabeza terrible…” (Lucía M.)

.. Suelo leer de noche, antes de irme a dormir. Me acomodo en la cama, cojo un libro y lo voy leyendo hasta que me entra el sueño. Me pongo una lucecita para ver mejor. Me gustan los libros de risa, aventuras, ciencia-ficción… Un autor que me gusta mucho es Roald Dahl porque tiene mucha imaginación… En los libros, primero doy una ojeada y después me lo leo si veo que me gusta. Y miro qué tal están hechos los dibujos y el formato. Voy a un grupo de lectura y cada mes nos dan un libro para leer y luego nos reunimos, lo comentamos y la profesora nos hace preguntas. Es divertido porque voy con niños de todos los colegios y nos lo pasamos muy bien y los libros son muy buenos. Y cada vez leo más”. (Inés P.)

.. “Para mí la lectura es un conjunto de sensaciones. Yo leo porque quiero saber las cosas que le están pasando al protagonista; ya sea el protagonista un perro, un gato o un ser humano. Leyendo, depende de qué trate lo que lees, te profundiza una sensación u otra: si estás leyendo un libro de aventuras, lo más probable es que te dé una sensación de curiosidad o de miedo a que al protagonista le pueda pasar algo en el siguiente capítulo. Por otra parte, si lo que estás leyendo –que puede ser cualquier cosa- es de amor o de muerte, te puede dar una sensación de pena, tristeza…; incluso te puedes poner a llorar como mi madre con la telenovela. A mí me gusta mucho leer. Me gusta más leer en voz baja que en voz alta, pero eso a mí no me importa mucho… En fin, que me ha gustado y me gusta leer y hasta otra vez”. (Hugo L.)

.. Para mí la lectura es importante porque ayuda a tener mucha imaginación. Yo practico la lectura los días de fiesta y algunos más. Cada fin de semana me leo un cuarto o más de un libro, aunque depende de lo largo que sea el libro…” (Xavier E.)

Yo creo que todo lo anterior constituye una declaración de principios que deben ser tenidos en cuenta. No son precisamente una loa a la lectura (ni falta que hace) y sí unas reflexiones salidas de dentro que nos permiten debatir y opinar sobre los razonamientos utilizados para estar a favor de la lectura o un tanto distraídos hacia esa actividad. Aprovecharemos que podemos leerlos todos a la vez para incidir en lo anterior: en la opinión personal y en el debate colectivo.

07/03/2011 19:42 gurrion #. sin tema Hay 12 comentarios.

AQUÍ JAPÓN

1. Ver las imágenes que proyectan las televisiones o las fotografías que publican los periódicos sobre las consecuencias del terremoto de Japón y el posterior tsunami, me producen como a la inmensa mayoría de la gente impotencia, tristeza y horror. El mismo que experimentamos hace algo más de un año cuando vimos lo ocurrido en Haití o hace algunos años más (2004) en los países del Índico: Sumatra, Indonesia, Malasia, etc. o el producido en la ciudad iraní de Bam (2003) y tantos otros. El mismo horror, en realidad que se repite con frecuencia cada vez que una catástrofe natural llega por sorpresa a un enclave geográfico y arrasa viviendas, construcciones de todo tipo, vías de comunicación, instalaciones industriales o energéticas y cientos o miles de vidas humanas que ven cercenada bruscamente su existencia por efecto de ese fenómeno natural convertido en azote mortal.

 Es cierto que hay otras catástrofes más silenciosas o más lentas que padecen millones de personas de manera casi permanente: guerras, hambre, enfermedades, esclavitudes diversas, expulsión de sus países… Es cierto que vivimos en un mundo lleno de injusticias, en el que una minoría disfrutamos de unas condiciones de vida envidiables y que una mayoría deben vivir conviviendo con estrecheces de todo tipo y, en muchos casos, con carencias graves o totales de lo fundamental… Pero también es cierto que ver en directo la destrucción, la fuerza del mar desatado, el efecto brutal de que la Tierra se mueva y todos los efectos derivados de esos devastadores golpes nos dejan sobrecogidos y sin saber qué hacer, qué decir, cómo levantarnos al día siguiente…

 Japón siempre ha sido visto desde este lado como un país curioso: gente educada, silenciosa, amables y risueños, tranquilos y pacientes…Un país cuidado y equilibrado entre la presencia y el respeto de lo tradicional y estar, por otro lado, en la vanguardia de la tecnología más puntera. Ese equilibrio podríamos verlo simbolizado en la silueta perfecta del monte Fuji…  Aunque quizás la percepción que teníamos de sus gentes era otra cuando éramos jóvenes y leíamos con fruición los tebeos de Hazañas Bélicas, en los que los soldados japoneses salían siempre malparados porque se suponía que eran el enemigo (al menos para quien componía aquellos fancines que tanto nos gustaban). Recuerdo, como único ejemplo, el titulado “Desembarco en Okinawa” (no acierto a entender por qué se me ha quedado ese único título en la memoria), con aquella estética bélica y aquel perfil heroico y glorioso de los protagonistas de cada historieta.

 2. Leo en el cuaderno de noticias que vamos escribiendo en el aula, que hace pocas fechas nos hicimos eco de dos de ellas, relacionadas con el país del Sol Naciente. El día 15 de febrero, en El País se publicaba un pequeño artículo que hablaba del compromiso del primer ministro japonés de encontrar y desenterrar los restos de más de doce mil soldados japoneses: casi la mitad de los que murieron en una de las batallas más sangrientas de la Segunda Guerra Mundial, la librada con los estadounidenses en la isla de Iwo Jima (aquella en la que el fotógrafo Joe Rosenthal hizo la mítica foto, en la que un grupo de marines izaban la bandera en el monte Suribachi). Iwo Jima, una isla cementerio en la Guerra del Pacífico; una batalla que dejó 21.600 soldados japoneses muertos por 6.800 estadounidenses, entre febrero y marzo de 1945. Pensar ahora en ello, tras la tragedia de la semana pasada, produce cierto desánimo y una sensación de acumulación de sucesos luctuosos que la historia y el azar se han encargado de unir de una manera dramática.

 Dos días después, el 17 de febrero, la noticia tenía que ver con la suspensión de la caza de ballenas en la Antártica, por parte de Japón. Un asunto largamente controvertido por las excusas y las dudosas justificaciones que se han puesto para su caza: “por motivos científicos” (¡vaya manera más curiosa de llamar ahora a cazar ballenas para comercializarlas!). Parece que las presiones ecologistas por un lado y, sobre todo, la poca rentabilidad de la flota ballenera, podrían explicar esta suspensión. Suspensión que ha sido muy bien recibida por quienes llevan años luchando por la protección de estos cetáceos gigantes.

 3. Tras este paréntesis de noticias previas a la gran tragedia, es obligado recordar que Japón acumula ya las dos experiencias más extremas y brutales relacionadas con la energía nuclear. No debemos olvidar que es el único país del mundo que soportó la explosión de dos bombas atómicas en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki (http://gurrion.blogia.com/2005/080901-nagasaki.php); explosiones que causaron una enorme devastación y miles de víctimas. Allí se puso en práctica, a prueba o en funcionamiento la cara oscura de uno más de los descubrimientos humanos que, como casi todos, tienen una cara amable y otra perversa. La energía nuclear que parecía un filón energético sin fondo, se usaba con fines bélicos, altamente destructivos, con consecuencias que nadie podía prever con exactitud y que se prolongaron en el tiempo de manera altamente dramática… ¡Quién le iba a decir a este país, tan sensibilizado con todo ello que, 66 años más tarde, iba a sufrir en sus carnes, los efectos de la supuesta cara amable de la energía nuclear que, cuando se desborda resulta imparable, impredecible y casi incontrolable… Ahí está Fukushima (como antes fue Chernóbil) para recordarnos que algunas fuerzas nos superan y pueden autodestruirnos y que el uso, en este caso, de la energía nuclear con fines pacíficos esconde un elevado riesgo que se torna desesperante, desolador, doloroso y hasta mortal para quienes se ven obligados a vivir episodios  de exposición a las invisibles radiaciones. Es necesario aprender algo de estas sorprendentes e indeseadas lecciones…

 4. Hoy, 17 de marzo, he comenzado a leer en clase, en voz alta, el libro de Samuel Alonso, El grito de la grulla. Me ha parecido que podía ser un aceptable gesto de reconocimiento y reflexión ante el dolor generalizado del pueblo japonés y que entre hoy y mañana, que es cuando pienso terminar la lectura de las 88 páginas del libro, tendremos tiempo de hablar y aprender algo más sobre la geografía del dolor y sobre las claves de la esperanza. No sé, pero en todo caso, la atención que ha mostrado el alumnado ante la lectura de hoy ha sido realmente especial… Paralelamente a este comienzo, hemos estado leyendo un texto de invitación a “doblar grullas” de papel, símbolo de  buena suerte en Japón:

“Makiko, una joven japonesa residente en Madrid, ha recuperado la leyenda de las mil grullas de papel para pedir a los internautas que se unan a esta iniciativa de abrazo y ánimo a Japón que simboliza la paz.

A través de una página web llamada ’Las 1.000 grullas’, Makiko pide ayuda para completar las mil grullas de papel de las que habla la leyenda. Quien las complete, recibirá un deseo. Y ése, ahora mismo, no es otro que el fin de la amenaza de catástrofe nuclear y la mejor de las suertes para todos los damnificados. Las grullas de origami (papiroflexia) se hicieron famosas a nivel mundial con la historia de la niña Sadako Sasaki, víctima de la bomba atómica de Hiroshima durante la II Guerra Mundial. Superviviente de la explosión, a los nueve años cayó enferma de leucemia. Una amiga le recordó la tradición de los origamis y se propuso completar las mil para pedir como deseo la curación de los afectados y la paz. Pero Sadako no lo consiguió y falleció. Sin embargo, había nacido un símbolo para todos. Sus compañeros de clase completaron las figuras de papel que faltaban y años después Hiroshima levantó un monumento en su recuerdo en el Parque de la Paz, epicentro de la explosión y donde aún un edificio en ruinas recuerda aquella tragedia” (fragmento escrito por Álvaro Carvajal).

 

5. Cuando tenía 11 ó 12 años y estudiaba en el Instituto de L´Aínsa, escribí a varias embajadas de países extranjeros en España, solicitando que me enviasen folletos, libros, mapas, etc… La primera que me contestó fue la Japón, enviándome un librito apaisado que se titulaba “Aquí Japón”, con ilustraciones en blanco y negro y algunas en color. Muchos años después, ya desde el colegio donde trabajo, escribimos de nuevo a muchas embajadas y volvieron a mandarnos otro libro-folleto titulado “Aquí Japón”, con imágenes en color y algo más grueso que el primero… Estos días me he acordado de esa curiosidad. Cuando tenía 11 ó 12 años seguía teniendo en mi casa muy pocos libros, por lo que esos envíos recibidos de algunas embajadas (cuando tenían formato libro) los guardaba como si lo fueran y todavía los conservo. Conservo algún lejano recuerdo de que la lectura de algunos párrafos de aquel documento me impresionaron; fundamentalmente por tener en mis manos una fuente informativa (interesada, claro, pues era de una embajada) que me desvelaba secretos de un país que, a aquellas edades y en aquellos tiempos, uno no alcanzaba a calibrar realmente a la distancia que se encontraba, pero que intuía especial y diferente…

 6. No puedo quitarme de la cabeza el gesto desolador de algunos ancianos y ancianas que vivieron los episodios nucleares de 1945 y que ahora están obligados a abandonar su tierra por un nuevo episodio nuclear; tampoco las lagrimas desesperadas de las personas que visitan las improvisadas morgues en busca de sus familiares desaparecidos; tampoco la mirada serena de algunos niños y niñas delante del aparato que les mide la magnitud de las posibles radiaciones que hayan podido quedar adheridas a su cuerpo… No puedo quitarme de la cabeza las imágenes del mar entrando en las ciudades, ocupando sus calles, derribando sus casas, arrastrando sus coches, como si fueran corchos flotando en un riachuelo… No puedo quitarme de la cabeza el fuego en la central, las humaredas, las explosiones, los derrumbes… No puedo quitarme de la cabeza la paradoja de que Japón sea un archipiélago "flotando", precisamente, en el Océano Pacífico...

En el país de la tecnología digital, todo ha quedado filmado. El fantasma de las imágenes nos perseguirá siempre.

17/03/2011 23:53 gurrion #. sin tema Hay 5 comentarios.

IDA Y VUELTA A ORIHUELA

He regresado de Orihuela (“su pueblo y el mío”). Me invitaron Mari Carmen y Paqui, desde el CEFIRE de la ciudad, a participar en las X Jornadas de Animación a la Lectura, dentro del IV Salón del Libro Infantil Ciudad de Orihuela. Era la tercera vez que viajaba a esa ciudad del interior de la provincia de Alicante, a realizar una pequeña intervención dentro de alguna actividad de fomento de la lectura, biblioteca escolar, etc. De modo que viajaba a territorio conocido y sabía que me iba a encontrar con gente también conocida y muy apreciada: Félix, Vicenta, Francisco… Un viaje mucho más plácido porque no lo hice solo, me acompañó Mercè y en su compañía quedó muy aminorado el cansancio que produce viajar nueve horas y media para llegar al destino y otras tantas para regresar al punto de partida.

 Cuando me pidieron un título para la conferencia, me encontré –como siempre me pasa- con algunas dudas. Al final, opté por una especie de solución lúdica y  “rodariana”; me explico. Gianni Rodari escribió tres finales para cada uno de los cuentos de su libro “Cuentos para jugar”. Imitando su proceder, yo iba a proponer tres principios (tres títulos) para mi intervención y que fueran las organizadoras quienes los eligieran: “El discreto encanto de la lectura”; “El desánimo de animar a leer” y “Conjuguemos el verbo leer”…

 El primero hacía referencia a la soledad, el recogimiento y la concentración del acto personal de la lectura y también, en los casos de práctica emocionada y frecuente, al posible placer experimentado por sus practicantes; ¡lo que sería ideal, vaya! El segundo título se refería a asuntos más mundanos, a la cruda realidad en la que vivimos, al esfuerzo y convicción necesarios para fomentar una práctica que tiene bastantes inercias en contra; al cúmulo de dificultades que encontramos para inocular el virus de la curiosidad, de la lectura y de la búsqueda de conocimientos nuevos entre los chicos y chicas que pueblan las aulas. La parte contratante (parafraseando a los hermanos Marx) eligió el tercer título y por eso empecé conjugando el presente de indicativo del verbo leer:

 “Yo leo libros, periódicos, revistas en papel y en formato digital.

Tú lees libros y otros materiales en clase y en la biblioteca escolar.

El o ella ¿leen alguna vez en casa?

Nosotras y nosotros leemos y escuchamos textos leídos en voz alta.

Vosotros y vosotras leéis textos en los blogs y noticias en ediciones de prensa digital.

Ellos y ellas leen y escriben mensajes con palabras imposibles en las redes sociales internáuticas”.

 Después de esa broma inicial (nada graciosa, por otra parte) que dibujaba un pequeño “croquis lector”, leí tres documentos. En primer lugar (y aprovechando que estábamos en Orihuela), un pequeño homenaje a mi admirado Miguel Hernández, leyendo un ABCdario de sus versos, que puedes ver en este enlace de este mismo blog:

http://gurrion.blogia.com/2010/012901-abcdarios-de-versos.php

 En segundo lugar expuse algunas opiniones de niños y niñas de mi clase sobre su compromiso con la lectura. En estas sesiones formativas no siempre está presente la voz de los chicos y siempre que puedo la rescato y la pongo sobre la mesa para no perder de vista dónde estamos. En tercer lugar, leí un documento escrito por mí y que ya publiqué en su día y se puede consultar en el siguiente enlace de “La cadiera de Macoca”: http://macoca.org/leer-con-las-manos-en-la-masa. El texto se titula “Leer con las manos en la masa” y tiene un subtítulo que dice: “El libro y el pan, con la mano se dan”.

 Recompuesto, tras saber que no era posible la conexión a Internet en el amplio, nuevo y aparentemente bien dotado salón de actos donde se celebraban las conferencias, fui contando a las personas asistentes la andadura de algunos años trabajando en el fomento de la lectura, de la escritura, de la autoedición, del trabajo con la información obtenida de distintas fuentes, etc. Como siempre (y esta vez, diría que fue mi salvación) llevé una muestra o colección de materiales elaborados desde el aula o desde la biblioteca escolar: álbumes de cromos, póster, ABCdarios publicados en imprenta, boletines de la biblioteca escolar, libritos desplegables, libros libres de distintos formatos y variados contenidos, libritos de recopilación de folklore oral, guías de lectura o de la biblioteca escolar, poemas ilustrados… ¡No falla!, mostrar todo ese caudal de trabajo y explicarlo con algo de detalle lleva tiempo (un tiempo del que no se suele disponer en este tipo de encuentros), pero suele ser siempre un tiempo bien acogido por quienes participan en estos foros, ya que ven ideas plasmadas, realizaciones concretas, finalizaciones naturales realizadas por unos chicos y unas chicas que son, más o menos, como los que ellos tiene en sus respectivos centros.

 Finalmente, la sesión se desarrolló sin más incidencias. Aún pudimos ver algunas presentaciones, con la colaboración de Lucía y las personas asistentes aún pudieron, mientras se iba acondicionando el escenario para el acto siguiente, remover, mirar, tomar notas o fotografiar los materiales de la exposición que había preparado en el suelo del escenario. Siempre me hace gracia ese afán y esa curiosidad que muestran algunas y algunos de los presentes por fotografiar ideas que descubren en las páginas de los libritos, utilizando para ello la cámara digital o el teléfono móvil. Me recuerdan –salvando las evidentes distancias- algunas imágenes de películas de los tiempos de la “guerra fría”, cuando espías soviéticos u occidentales fotografiaban o microfilmaban legajos, planos y documentos secretamente, con la única diferencia que aquí lo hacen a plena luz y con total consentimiento.

 Tuvimos tiempo, con Mercè, de visitar la casa natal de Miguel Hernández y sentir de nuevo esa pequeña emoción de pisar suelo “sagrado”, al menos simbólicamente. Me acordé de mi amigo Julián Olivera, lector de la poesía de Miguel y devoto admirador –como yo- de su legado poético y humano. Paseando por el interior de la casa, recorriendo las humildes estancias, acudían a la cabeza los versos y las canciones de Serrat… Para algunas generaciones de este país, la poesía de Miguel y las canciones de Joan Manuel estarán siempre unidas; de modo, que uno no recita los poemas del poeta, los tararea con las melodías que inventó el cantautor:

 “Eres la noche, esposa: la noche en el instante

mayor de su potencia lunar y femenina.

Eres la medianoche: la sombra culminante

Donde culmina el sueño, donde el amor culmina. (…)”

“Tus cartas son un vino

que me trastorna y son

el único alimento

para mi corazón. (…)”

“El mundo es como aparece

ante mis cinco sentidos,

y ante los tuyos que son

las orillas de los míos. (…)”

 Santi, trabajadora del Ayuntamiento (coorganizador del Salón y las Jornadas), me regaló una bolsa de libros que me hicieron feliz: los ejemplares de los tres poemarios a los que se les ha concedido el Premio de Poesía para niños Ciudad de Orihuela: “El secreto del oso hormiguero”, “Ciudad laberinto” y “Los versos del libro tonto”; también una preciosa edición de “Miguel Hernández. 25 poemas ilustrados”: Leo: “Aquí estoy para vivir / mientras el alma me suene, / y aquí estoy para morir, / cuando la hora me llegue…” o “.El palomar de las cartas / abre su imposible vuelo / desde las trémulas mesas / donde se apoya el recuerdo, / la gravedad de la ausencia, / el corazón, el silencio…” y otras publicaciones igualen te interesantes.

Con Félix y Vicenta disfrutamos de su generosa hospitalidad, recorrimos la ciudad y recibimos todas las explicaciones posibles; anduvimos el perímetro del precioso colegio público que lleva el nombre del poeta y que alberga en su interior un bonito huerto escolar: “Volverás a mi huerto y a mi higuera”, decía Miguel en su Elegía, después de comenzar diciendo aquello de “Yo quiero ser llorando el hortelano…” Francisco, otro maestro entusiasta que siempre acude a estas citas, también vino a saludarme con su esposa y a charlar un rato… Son gozosos estos encuentros y merecedores de viajes tan exigentes…

 Y en la cena del primer día y en la comida del segundo compartimos mantel y conversación con algunas maestras comprometidas con eso tan difuso que se engloba bajo la denominación de actividades de animación a la lectura; con Antonio R. Almodóvar, con Julián Montesinos, Antonio Rubio, Lucía, Santi, Paqui, Mari Carmen… Y en la mañana del domingo, saludos con Dolors Insa y con Juan José Lage que también participaban en las jornadas. Momentos para la conversación seria y también para la risa franca y reparadora.

 Ya en Fraga, tras un par de días de recomposición y ordenación de lo cotidiano, cuando ya la noche me deja un par de horas para la reflexión y la escritura, trato de anotar algunas vivencias convertidas ya en recuerdos, para que el olvido no se lo lleve todo…

Y aún releo lo que escribí hace casi seis años, cuando realicé mi primer viaje por esas tierras, en un post que puede leerse en el siguiente enlace de mi blog. Un blog que tenía entonces algo más de un año de vida y que camina hacia el séptimo. Con ese enlace termino, cuando a marzo le queda un suspiro y dicen que ya ha llegado la primavera (aunque por aquí no acabemos de verla ni disfrutarla):

http://gurrion.blogia.com/2005/110601-la-casa-de-miguel-hernandez-el-poeta.php#comentarios

 Mientras, “¿Quién encierra una sonrisa?

¿Quién amuralla una voz?”, sigue preguntando Miguel.

P.D.: Y mi amigo Félix me regaló un ejemplar de una publicación especial: el "Cuaderno de Miguel Hernández"; una suerte de edición facsímil del cuaderno rayado original en el que escribió sus poemas a aprincipios de los años 30.

30/03/2011 23:38 gurrion #. sin tema Hay 4 comentarios.


Plantilla basada en http://blogtemplates.noipo.org/

Blog creado con Blogia. Esta web utiliza cookies para adaptarse a tus preferencias y analítica web.
Blogia apoya a la Fundación Josep Carreras.

Contrato Coloriuris