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Se muestran los artículos pertenecientes a Febrero de 2009.

LA ESCRITURA Y LA MEMORIA

Soy de los que cree que poner por escrito lo que vamos haciendo, que reflexionar y escribir, que dejar constancia escrita de las sensaciones y vivencias es una manera de contribuir a dar forma a un corpus amplio y universal, probablemente muy significativo de lo que somos, de lo que hemos hecho, de lo que han generado nuestras interrelaciones con otras personas, etc.

Como maestro entiendo que es conveniente, con frecuencia, que el alumnado escriba con una finalidad determinada, que sepa el niño y la niña cuál es el objetivo de ese texto libre o sugerido, de esa reflexión, de esa composición imaginativa… si acabará siendo una carta para intercambio escolar o un “libro libre” de textos y poemas o un pregón para leer en algún acto o un regalo para un familiar o  una reflexión para publicar en el blog… es evidente que lo que se escribe permanece y puede ser enviado y publicado y leído con el paso del tiempo.

A medida que crecemos, en ocasiones, vamos descubriendo lagunas en el recuerdo porque nos faltan materiales que puedan estimularlo y refrescarlo con más precisión. Una fotografía puede hacer ese papel de activadora de la memoria y de propiciar una “lectura” compartida de la misma con todos los que aparecen en ella. Los textos, crónicas, reflexiones, poemas, cartas, etc. que vamos escribiendo apuntan igualmente, y con más precisión, en esa dirección.

Como lo veo así y así lo pienso, he buscado siempre la manera más eficaz de ponerlo en práctica. Para conseguirlo, estimulo todo lo que puedo la edición de revistas y boletines; la confección de libros de distintos tamaños, formatos y contenidos; la correspondencia e intercambio escolar; la creación y mantenimiento de este blog; el trabajo escolar con cuadernillos personales: que fijen noticias, reflexiones y valoraciones, trabajos de investigación, viajes y visitas… Todo tiene la misma finalidad: que cada cual guarde esos materiales que podrán ser, con el paso del tiempo, elementos autobiográficos de interés y también es una manera de poner en valor una parte de nuestro trabajo.

 

 

Cuando escribo estas líneas, el número 59 del boletín BIBLIOTELANDIA está ya dispuesto en la imprenta. La colección de esos boletines guarda con precisión una buena parte de la historia de nuestra biblioteca escolar. En sus páginas se pueden leer los principales acontecimientos, los relatos de la mayor parte de las actividades impulsadas, algunas fotografías, comentarios, reseñas de libros, opiniones, noticias culturales… Y todo eso, con el paso del tiempo, adquirirá mucho más valor porque cualquier persona podrá, hojeando esos documentos, acercarse a un equipamiento pedagógico significativo e innovador, a un esfuerzo colectivo que ya lleva 21 años vivo y podrá conocerlo, valorarlo y tomar nota de lo que allí se cuenta, para repetirlo o para evitarlo…

En este número de Bibliotelandia, por ejemplo, algunos chicos y chicas que han ejercido de cuidadores de la biblioteca en el primer trimestre del curso 2008-2009, escriben unas líneas sobre su experiencia. Creo que son opiniones que merecen nuestra atención… Estarán “doblemente” escritas: impresas y reales en el boletín de la biblioteca y en formato virtual en este blog y podrán ser leídas por muchas personas.

 

.. La experiencia de ser bibliotecaria, me ha parecido muy interesante, por 4 razones: La primera, es que me he podido sumergir durante unos meses, explorando  todos los materiales que hay dentro, que por cierto, ¡Hay unos cuantos! La segunda, es que mientras ordenaba la biblioteca, iba mirando los libros, y me sorprendía, porque algunos los habíamos comentado en clase, pero no sabia que estaban... La tercera, es que muchos días consultaba revistas que había allí, periódicos... La cuarta, es que también tenía la posibilidad de hacer algún trabajo, conectarme a Internet...

Este periodo de tiempo se me ha pasado volando. La función de un bibliotecario, es atender a la gente que viene, ordenar y limpiar la biblioteca. Desde que estoy de bibliotecaria leo mucho más, ya que yo voy viendo las novedades  del expositor, libros en la estantería... Me gusta mucho que la gente visite a la señora biblioteca, y que la gente se lleve libros a casa. (Alba Buisán)

 

.. Me ha gustado mucho la experiencia de ser bibliotecaria. Yo hago de bibliotecaria todos los lunes. Hay días que hay algún problema y lo que hacemos es avisar a nuestro tutor Mariano. Atender a la gente, ordenar las estanterías no es un trabajo muy duro, es muy sencillo. A veces niños o niñas se pasaban del plazo en que tenían que devolver los libros y los avisábamos para que los devolvieran. Me gustaría seguir siendo bibliotecaria durante todo el curso pero no puede ser.  Ha sido interesante ser bibliotecaria. Estar una hora a la semana no es nada, se puede pasar en la biblioteca  perfectamente, se pasa volando. Todos estos días en la biblioteca me han servido además para poder ver libros que nunca había visto. Mientras ordenaba, veía libros que me llamaban la atención,  los cogía y los ojeaba. Bueno ha sido una muy buena experiencia. (Marina Escandil)

 

.. Me ha parecido muy interesante ser bibliotecaria porque de esta manera he podido estar más rato en la biblioteca del Miguel Servet.  Me gustó mucho lo que teníamos que hacer; por ejemplo: ordenar toda la biblioteca, mantener la biblioteca en silencio, poner todas las tarjetas de los libros que se cogía la gente en su curso, si alguien tenía un libro hace mucho tiempo darle las tarjetas a Mariano, dejar a la gente ponerse al ordenador si tiene que hacer algo del colegio… Lo que me sorprendió fue algunas reglas que teníamos, por ejemplo: si venía alguna profesora, darle nosotros y nosotras las fichas que estaban en una carpeta.  Me ha gustado mucho ser bibliotecaria tanto tiempo. (Judit Ainoza)

 

.. Nunca había llegado a imaginar que pudiera llegar a ser bibliotecaria. Para mí ha sido una experiencia  muy bonita y os voy a explicar por qué. Pues veréis, a mí no me gustaba nada leer y desde que soy bibliotecaria no sé que me ha pasado que siempre tengo ganas de leerme un libro. Hemos tenido días buenos y días  malos, los malos ya los he olvidado solo me voy a quedar con los buenos momentos. He visto a mucha gente leer, disfrutar de su lectura, en los ordenadores buscando información, en los blogs poniendo comentarios…

Ser bibliotecaria ha sido fenomenal y creo que todos los que lo hemos sido somos más responsables. Todos los que hemos sido bibliotecarios hemos aprovechado una oportunidad maravillosa  y no me arrepiento de haberlo  hecho. (Ainoha Jodar)

 

.. A mí hacer de bibliotecario me gusta, aunque alguna vez no me acuerde de que tengo que ir a la biblioteca a ordenar libros, apuntar libros que se cogen y se devuelven, apuntar para buscar información en Internet, que son algunas de las faenas que hacemos en la biblioteca.

Aunque a veces no tengo muchas ganas de hacer de bibliotecario la mayoría de veces lo hago con mucho gusto. Hay veces que entra en la biblioteca niños problemáticos y nosotros los bibliotecarios tenemos que poner orden.

También a veces se encuentran libros dañados y tenemos que llevárselos a Mariano, nuestro profesor, para que los guarde y después repararlos. Éste, entre comillas, trabajo voluntario sirve para que la biblioteca sea un lugar agradable de estudio y lectura, por eso nos presentamos para bibliotecarios. A mí este trabajo me ha gustado realizarlo. (Julen Martínez)

 

.. A mí me gusta mucho ser bibliotecaria, sobre todo porque eres la responsable, la que manda… Ser bibliotecaria es bueno para los que no leen porque cuando estás anotando algún libro prestado, te fijas en el título y algunos te llaman la atención y te apetece leerlos. Pasa lo mismo con los libros de las estanterías; cuando estás ordenando, miras los libros y algunos te llaman mucho la atención. El trabajo consiste en anotar cuánta gente entra en la biblioteca, apuntar los libros que se lleva la gente y recoger los que devuelven, anotar a las personas que quieren hacer un trabajo utilizando los ordenadores, ordenar los libros en las estanterías… (Isabel Barrafón)

 

.. Todos estos meses que hemos sido bibliotecarios nos han servido para leer más, para conocer libros de la biblioteca que no conocíamos, para aprender más…

La biblioteca de nuestro colegio está dotada de muchos libros: unos infantiles, otros para adultos; unos nos harán reír, otros que nos harán llorar… pero en definitiva todos nos aportarán algo. Un ejemplo es que si leemos más al escribir no tendremos tantas faltas de ortografía porque ya las habremos visto y nos acordaremos.

Ya sé que les hemos de dejar sitio a la otra clase de sexto, pero no me quiero ir. (Marc Sarrau)

 

.. Me gusta mucho ser bibliotecaria. Como nuestra función es atender a la gente que viene a la biblioteca, y ordenar libros, conocemos a gente, y miramos libros sobre diferentes temas. A mí siempre me ha gustado leer, pero ahora que soy bibliotecaria, me acerco más a los libros. Y antes solo me gustaban los libros de literatura, y ahora, también me gusta ojear las enciclopedias, los diccionarios, los libros de ciencias naturales, de historia, etc. Lo que más me gusta de la biblioteca, es leer, y ver como los niños se sienten a gusto leyendo o buscando información. Lo que menos me gusta, es que la gente grite, corra o coma dentro de la biblioteca. (Ainoa Rivas)

 

07/02/2009 11:08 gurrion #. sin tema Hay 6 comentarios.

LA PRENSA EN LA VIDA Y EN EL AULA (I)

Desde que comencé a trabajar en la escuela, consideré que la prensa era un auxiliar de trabajo, una herramienta pedagógica da indudable valor. Mantengo esa idea y, siendo consecuente con ella, sigo utilizándola habitualmente en el aula. La cartelera de la clase está siempre llena de recortes, de artículos, de viñetas, de páginas enteras sacadas de los diarios para que los chicos las vean y las lean (al menos los titulares) y también, siempre, para que yo pueda hacer un comentario en voz alta del contenido de cada documento que cuelgo (luego quienes quieren, lo descuelgan para ojearlo o leerlo o llevárselo a casa para hacerlo con más calma).

 

Los periódicos no se escriben para niñas, para niños, pero son los mejores soportes para ir fijando la actualidad y traerla a la clase. Siempre me ha obsesionado la idea y la circunstancia de que la escuela viva de espaldas a lo que pasa. Con frecuencia ocurre así. En la prensa podemos encontrar documentos gráficos, de información, de opinión, de contraste que deben ayudarnos a saber interpretar otros lenguajes y a actualizar algunos conocimientos enciclopédicos… La prensa, en cuanto material escrito, nos propone también una lectura y una reflexión sosegada que facilita, como digo, su uso como herramienta pedagógica.

 

Cuando era pequeño, década de los sesenta, bajaba desde Labuerda (mi pueblo natal) hasta Escanilla (el pueblo de nacimiento de mi madre) con frecuencia. Mis tíos Rosario y Federico estaban suscritos al Heraldo de Aragón y su llegada, a través del correo, era siempre esperada y disputada: titulares de noticias generales, titulares de noticias deportivas, fotografías… Lo leíamos antes de comer, después de la comida, por la noche; pasaba de mano en mano… ¡Y eso que en aquellos tiempos, llegaba con un día de retraso! Me gustaba bucear en la montaña de periódicos atrasados guardados en la falsa. Eran tiempos en los que los bocadillos se envolvían con papel de periódico; también se envolvían con lo mismo los zapatos, el calzado, cuando se salía de viaje; después de fregar los suelos (en algunos casos, suelos de losas de piedra oscura) se colocaban hojas de periódico abiertas para poder pasar antes de que se secaran; con hojas de periódico se encendía el fuego cada mañana y, en ocasiones, se envolvían los desperdicios del pollo recién muerto y trinchado o los despojos del conejo que se iba a cocinar, antes de tirarlos al corral. ¡Muchos usos tenían los diarios, una vez leídos!

 

Decía antes que me gustaba remover el montón de periódicos atrasados, ir pasando páginas y recortar aquello que me llamaba la atención. Hoy conservo esa afición. Almaceno en casa los periódicos que vamos comprando y cuando el montón ya es grande, empiezo por el final, por los más viejos y recorto titulares con humor, mapas regionales, columnas de contraportada, viñetas humorísticas, hojas completas que hacen referencia a asuntos literarios, científicos, de naturaleza y medio ambiente…; en unos casos, irán a alguna carpeta o dossier temáticos o a los cuadernos grandes donde pego noticia no muy largas, columnas o a las cajas donde guardo fotografías o viñetas; otros, directamente a la cartera para llevar a clase; alguna noticia se convertirá en documento de trabajo del que haré copias para todos los niños y niñas del aula… A medida que paso hojas, encuentro informaciones que no vi el día que compré ese periódico y quedo sorprendido (por lo que dicen y por no haberlas leído en su día) o releo algunas que me llamaron la atención y me gustaron… Decido qué recorto y qué guardo, aún a sabiendas de que, pasado un tiempo, es posible que no encuentre la razón que me asistió en el momento de recortarlas y guardarlas… Rara vez encuentro el valor necesario para coger un montón de periódicos viejos y tirarlos al contenedor del papel sin revisarlos todos o en buena parte… Y no sólo me ha pasado eso con los que compramos diariamente Mercè o yo. Cuando vivía mi suegro, compraba la Vanguardia y las iba guardando hasta que íbamos un fin de semana a Barcelona y yo encontraba un par de horas para hacer una somera revisión, de la que siempre extraía materiales interesantes que recortaba y guardaba. Lo mismo hacía con el Heraldo de Aragón al que estaban suscritos mis padres en Labuerda. Ocupaba, cada vez que subía por allí, un buen rato en revisar algunos “heraldos” y obtener materiales de interés para mis dossieres o para el aula. Ni que decir tiene que cuando hago esas revisiones, no repaso el periódico entero, sino que miro directamente aquellas páginas en las que es más probable que pueda encontrar algo que me apetezca guardar. Es la ventaja de ser un documento organizado en secciones fijas que se localizan siempre en las mismas páginas.

 

La lista de materiales que nos pone en bandeja un periódico en la escuela es larga: dibujos, fotografías, infografías, cuadros estadísticos, mapas, titulares, cuadros informativos, anuncios, páginas completas de publicidad, columnas de opinión, viñetas humorísticas, noticias de temas muy variados, páginas especiales conmemorativas, suplementos… Durante este curso, tenemos en clase cuatro montones acumulativos con esos suplementos especiales: el “pequeño país” de los domingos; el suplemento “El viajero” y otros dedicados a espacios naturales o comunidades autónomas, suplemento mensual sobre salud o sobre naturaleza…; el Heraldo escolar semanal y el suplemento de los lunes del Heraldo, dedicado a asuntos de naturaleza ("Frontera azul"), espacios geográficos de interés, especies de flora y fauna... Los chicos saben que pueden coger uno o dos cada día y llevárselos a casa en la carpeta de ir y venir para leerlos o darlos a leer a la familia. Algunos no se los llevarán en todo el curso, pero otros lo hacen con regularidad.

 

Este curso escolar, por no irnos más atrás, hemos organizado dos pequeñas exposiciones con materiales obtenidos en los periódicos. La primera, de la que ya hablé en este blog, tenía que ver con las viñetas humorísticas que se referían a los libros y la lectura. Elaboramos unos sencillos documentos para acompañar a los chicos a visitarla y resultó interesante ver como sí entendían muchas cosas que en un principio parecían difíciles. La exposición proponía una mirada especial sobre unos materiales especiales que invitaban a reflexionar. La segunda es otra exposición de páginas del Heraldo de Aragón que recogí el pasado verano. Cada página ofrece información sobre uno de los países que estuvo presente en la Expo del agua de Zaragoza. La estamos visitando con los chicos del tercer ciclo y con ayuda de un documento que les invita a fijarse en algunas cosas y a recoger algunos datos concretos que luego nos permiten leer y comentar. Es una manera de enfrentarlos a otros soportes informativos y a tratar de desentrañar su significado, además de aprender a leerlos.

 

A lo largo del curso, en la cartelera de clase y también en la de la biblioteca escolar; voy colgando noticias relacionadas con avances científicos; con descubrimientos y viajes al espacio; con noticias relacionadas con la concesión de premios literarios; con centenarios de personajes históricos o personas que realizaron contribuciones relevantes a la humanidad; noticias actuales sobre la salud ecológica del planeta; noticias curiosas que nos hacen reír; viñetas humorísticas que nos hacen pensar… Algunas de ellas, como también he insinuado anteriormente, se convierten en fichas de lectura, reflexión, comentario y trabajo… En otros casos, algunos elementos de la prensa nos sirven para trabajar la creatividad o hacerlo con sentido del humor, pues desarrollamos algunas estrategias que propician ambas cosas: cuando inventamos noticias nuevas con fragmentos de titulares o cuando desarrollamos posteriormente alguna de ellas; cuando buscamos rimas con los titulares de las noticias o completamos un abecedario fijándonos en la inicial de cada una de ellas; cuando recortamos nombres de países del mundo, los situamos en un mapa, localizamos la capital… Tengo preparado un cuaderno para trabajar sistemáticamente la prensa en el aula: analizando una portada, inventando otra, localizando las secciones, coloreando unas viñetas que resumen los pasos en la confección de un periódico… Cada día, antes de comenzar la clase, dos niñas o dos niños encienden el ordenador y seleccionan una noticia que luego comentamos en voz alta. Posteriormente, copian al dictado un resumen breve de la misma en el “Cuaderno de noticias” que nació y existe para ese fin.

Como ven, el tema es inacabable y esto debía ser un aperitivo, así que prometo volver a hablar del asunto más adelante.

15/02/2009 10:14 gurrion #. sin tema Hay 11 comentarios.

MI MALETA VIAJERA

De un tiempo a esta parte, cuando salgo de viaje para encontrarme con un grupo de maestras y maestros, a los que se supone debo animar (a leer, a escribir, a dinamizar la biblioteca escolar…) voy acompañado de una maleta de madera, rígida,  de un suave tono amarillo, en la que hay dibujados cuatro “Transatlantic” y tiene escrita una leyenda que dice: “Grand Star Line” (repetida también cuatro veces). Tiene un asa de color marrón, de plástico duro (el único error de construcción quizá de la maleta, pues debería ser metálica) y tres cerraduras. Es ligera de peso, pero desde que me la compré, hará ya unos tres años, siempre está llena y su peso no es ninguna tontería, sobre todo si la distancia que debo recorrer con ella colgada de una mano es considerable. De momento ha viajado en coche, taxi, autobús y tren… Me resisto a llevarla en el avión y no ha habido oportunidad de subirla a un barco.

 

Dentro de la maleta llevo muestras de todo lo que quiero hablar y mostrar a mi auditorio: cuadernillos para escribir o completar: de noticias, valoraciones personales, fichas biográficas, fichas de muestras naturales, brevísimas reseñas de libros leídos,…; ejemplares de libritos que he realizado en mi clase, que hemos realizado con las compañeras de nivel, que ha realizado Mercè en la suya o con su compañera (algunos de ellos, fruto del estiramiento de actividades impulsadas desde la biblioteca escolar, otros como proyectos de trabajo para fomentar la escritura); libritos de tamaño cuartilla grapados por el lomo, libritos desplegables y plegables que pasan del DINA-3 a la octavilla; libritos apaisados, libritos en acordeón, libritos de pliegue vertical… Uno dedicado a Alberti, otro a la luna, a las brujas y sus conjuros, a los dragones, a Ana Pelegrín, a las golondrinas, a los cuentos cortos de cerdos, a las abuelas y los abuelos, a la paz, a los ABCdarios, a los poemas vegetales, a los monosílabos, a la geografía de Aragón, a los nombres de cada uno, a los animales de carga y tiro, a lo que cada cual quiere ser en la vida, al embarazo y primer año de nuestras vidas, a los juegos y trabajos de nuestros abuelos y abuelas…

 

Llevo también la colección completa de marcapáginas elaborados en el colegio y un puñado más que he ido haciendo por mi cuenta: con una frase reflexiva de Matilda o un abcdario de insultos del libro de Konrad; con hojas otoñales de distintos árboles y propuestas para escribir y buscar información, con columnas de prensa, con juegos creativos resueltos, con rompecabezas de fotos de líquenes… Llevo un pasaporte para “Un libro, un viaje”, una entrada de cine para “El cine y los libros”, pegatina y tazo de la biblioteca escolar… Llevo tres álbumes de cromos que marcan una evolución: el primero sobre las brujas, con formato cuartilla y doce espacios para otras tantas ilustraciones; tanto el álbum como los “cromos” están hechos en el colegio. El segundo se refería al mar: “Un océano de palabras en un mar de libros”: el álbum está hecho en la imprenta. Las palabras están ordenadas alfabéticamente y cada una aparece en un fragmento de un libro. El cromo es en blanco y negro. El tercero se titula “Vivir, sentir, convivir”. Son treinta ilustraciones sacadas de libros, en color, para ilustrar unos fragmentos sacados de esos libros infantiles…

 

Llevo ocho publicaciones que se repartieron en su día a todas las familias del colegio. Las cuatro primeras se refieren a la recopilación de folklore oral, se propusieron desde la biblioteca y desde allí se confeccionaron y repartieron: Una bolita de algodón, El patio de mi casa, De ayer a hoy y Así nos lo han contado… Las otras cuatro, se hicieron desde el tercer ciclo. Son actividades de búsqueda documental y están relacionadas con el eje de trabajo del colegio: “S de Servet”, “N de Nicaragua”, “A de agua y Aragón” y “C de convivencia”…

 

Llevo varios ejemplares del boletín Bibliotelandia que, desde 1989 ha editado ya 59 números y que guarda memoria de lo que hemos ido haciendo… Llevo algunos cuadernos sacados de la maleta familiar, en el que madres o padres escriben sus apreciaciones, sus sugerencias sobre el uso que han hecho y el contenido de la misma. Llevo algún dossier de prensa, recogiendo artículos que hablan de libros, lecturas y bibliotecas y que durante años fui depositando cada poco tiempo en el expositor de la sala del profesorado. Llevo algún dossier de viñetas de prensa, en las que se da un repaso especial ala actualidad, como un ejemplo de un material barato que podemos confeccionar y acercar a las familias….

 

Llevo algunas bases de trabajo que permitieron a los chicos recortar, decorar y montar dragones o vestir de manera original un dibujo de niño o niña… Llevo un par de libritos impresos que regalamos al finalizar alguna de las actividades propuestas; por ejemplo, el de leyendas del mundo ilustrado por madres y criaturas o el que se titula “Los libros no se comen, pero alimentan” que recoge un resumen de lo que se hizo en el colegio… llevo los seis cuadernillos que confeccioné en los años 2000 y 2001 para el Gobierno de Aragón y que intentaban ser materiales útiles para el fomento de la lectura. Llevo un ejemplar de “Con H de humor”, en el que tengo varios recursos de lectura y escritura. También encuentran acomodo dentro de esta particular maleta viajera los ABCdarios de pequeño tamaña: el “de los efectos fantásticos que puede producir la biblioteca escolar”; el “de lo que debería ofrecernos un buen libro”;  el de “una escuela por orden alfabético” y el que contiene la “carta a maestras y maestros que empiezan”…

Llevo algunos “libritos” confeccionados con las “conversaciones escritas” que hemos mantenido con algún autor del que hemos leído un libro: le hemos mandado nuestra opinión y nuestras preguntas y él nos ha contestado una por una. También fotocopias de artículos que deseo repartir entre los asistentes o cuadernos de escritura para hacer in situ…

 

Llevo también algunos CDs con materiales para proyectar y un pen-drive con lo mismo. Mi amiga Ana G. de Jaén “se apiadó” de mí el año pasado y cuando vio lo que trajinaba, se ofreció a escanear libritos y cuadernillos y convertir cada uno en un archivo pdf, con la finalidad de no tener que acarrear con la maleta. Hizo un gran trabajo y me hizo un buen regalo, pero me siento más seguro con la maleta a cuestas, aunque algún rato maldigo de ella porque he puesto más cosas de las que necesitaba y su peso llega a incomodarme.

 

Este curso ha ido conmigo a todos los sitios en los que he estado. Sin ir más lejos, ha compartido conmigo la última gira andaluza: Huelva, Sevilla, Alcalá de Guadaira y Córdoba. Cada día, he ido sacando, más o menos ordenadamente, su contenido para mostrarlo y pasarlo a las manos de los asistentes y cada día he recogido todo con apresuramiento y sin ningún orden. Esa circunstancia ha supuesto que, también cada día, al regreso al hotel, debía dedicar un buen rato a reordenar los materiales para el día siguiente. En todos los sitios, la maleta es mirada con curiosidad y cuando de su panza empiezan a salir “criaturas”, la curiosidad da paso a la sorpresa.

 

“Mi maleta viajera” está siempre dispuesta; descansa aquí a mi lado y guarda en su interior una muestra nutrida y nutritiva de trabajos individuales y colectivos: palabras envasadas, versos sorprendentes, ilustraciones llenas de naturalidad, algunos ejercicios de la imaginación y otros productos derivados de la fantasía… Mi maleta viajera está siempre a lo que le mande. Que hay que salir zumbando, pues me acompaña; que ahora toca descansar, pues no dice nada y espera su momento.

 

Ahora mismo, está velando armas, descansando de un largo viaje y, precisamente, eso es lo que voy a hacer yo, llegados a este punto, irme a descansar porque ya les he contado aquello que quería contar… Aunque me faltaría añadir una cosa más. A veces, la maleta guarda también hojas y libretillas con mis desvaríos. Éste es reciente:

 

El día 20 de febrero, cuando regresaba desde Madrid, cogí la prensa que ofrecían en el AVE. En el ejemplar de La Vanguardia, encontré que aparecían los nombres de todos los santos del día y me puse a hacer rimas:

 

.. Santa Jacinta, ¡joder qué pinta!

.. San Tiranión, ¡toma un bombón!

.. San Nemesio; este nombre no tiene precio.

.. San Eleuterio, ¡acláranos el misterio!

.. San Nilo, vete por donde has venido.

.. San Peleo, como no tengo libros, no leo.

.. Santa Amada, sé buena y súbete la falda.

.. San Sadot, ¿es nombre de señora o de señor?

.. San León: santo con melena y depredador.

.. San Zenobio, haz un milagro y encuéntrame novio.

 

 

 

24/02/2009 00:13 gurrion #. sin tema Hay 11 comentarios.


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