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Valhondo, de Rafael Cabanillas

“Valhondo”.

Rafael Cabanillas Saldaña. Editorial Cuarto Centenario. Toledo, 2022

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Acabo de leer la novela “Valhondo” de Rafael Cabanillas. Había leído hace ya un par de años “Quercus”, que me deslumbró y de la que hice una amplia reseña en mi blog: https://gurrion.blogia.com/2022/090501-libro-quercus-en-la-raya-del-infinito-.php pero, por las razones que fuera no me ocupé de los otros dos libros de la trilogía; “Enjambre” y “Valhondo”. Ha pasado un tiempo y ahora he visto el momento de retomar la rica y sorprende prosa de Cabanillas. Dieciséis capítulos y un epílogo para las 243 páginas del libro.

La primera sorpresa muy agradable de este libro (para mí) es la dedicatoria de agradecimiento que el autor le hace a Antonio Basanta Reyes, amigo y receptor habitual, desde hace años, de la revista El Gurrión. Me alegró mucho descubrirla.

Llegué a Valhondo el 1 de septiembre del año 1982. Era miércoles y yo, desde ese día, desde ese preciso momento, era el maestro de su escuela”. Con estas dos sencillas frases comienza este libro.

Tiene como protagonista a un joven de veinte años, que llega al pueblo de Valhondo, descubre las carencias con las que va a apechugar y recibe la información de que ningún maestro o maestra destinado a esos pagos repite curso... Una noticia poco tranquilizadora nada más tomar posesión de la escuela. La escuela que, en realidad, será lugar de reuniones, salón de cine, espacio público multiusos porque no hay otro en condiciones en la localidad. El recién llegado, ante el enorme desafío: escuela rural con veinticinco chavales desde 4 años hasta 14, en tiempos de la EGB, empieza a manejar estrategias diferentes a las que estaban acostumbrados, buscando caminos de aprendizaje nuevos e inspirado en los planteamientos pedagógicos de la escuela Yasnaia Polania, de León Tolstoi...

Me he visto reflejado -solo o en compañía- en muchas iniciativas pedagógicas que va emprendiendo el nuevo maestro: impresión de materiales con la gelatina, construcción de una pequeña biblioteca partiendo de cero, huerto escolar; salidas al medio para observar y recoger muestras, clasificarlas y estudiarlas; museo escolar recogiendo muestras en la naturaleza; cuaderno para los “viernes con poesía”, etc. Y la participación en la vida social del pueblo, que reúne problemáticas especiales, no muy distintas a las que ya figuraban en “Quercus”: enormes propiedades privadas de dueños o dueñas que actúan con una tiranía feudal contra los habitantes del lugar que ven mermado el territorio de caza, de aprovisionamiento de leña y frutos de árboles silvestres, de parcelas para cultivar, etc.  El pueblo está situado en una geografía muy particular y está habitado por familias cuyos ingresos dependen de jornales en actividades colectivas, pero con contrataciones breves y aleatorias por parte de los capataces ocasionales. El furtiveo es una actividad que practican con riesgos evidentes por la poca permisividad de los guardas: caza, recogida de frutos, leña, etc. Y el maestro, de nombre Rafael, como el autor (que también lo es) se va implicando, incluso a su pesar, en diversas problemáticas que surgen como resultado de los conflictos de intereses o de la simple convivencia y relaciones personales de las gentes del lugar. El alcalde cuenta con él para tratar de que algunos problemas cotidianos no se desborden y encuentren solución.

En la escuela, consigue atraer a algunos padres y madres para que le echen una mano en algunos proyectos. También va integrando estrategias de trabajo en las que las chicas-alumnas mayores interactúen con el alumnado mediano o pequeño y eso permita aprendizajes nuevos y mejor atención a todos y todas. Los primeros días, hasta que consigue organizarse un poco, deja constancia de su desánimo con alguna frase que quiero compartir: “¡Escuela unitaria! Las escuelas por donde obligatoriamente deberían pasar todos los maestros del mundo. -Y los catedráticos, don Rafael, y los catedráticos-.” Un pensamiento que compartimos muchas veces en nuestras tertulias cuando estábamos en activo o en casa, con mi compañera maestra.

Dice Rafael: “Mi buen manejo en la <fotocopiadora> manual a base de gelatina de pescado me había permitido elaborar bastante material para mis chavales”, para en la página siguiente, explicar incluso el proceso de fabricación de la sorprendente “fotocopiadora”.

Cada día que pasa tengo más claro lo que habría que hacer: dedicarme a las enseñanzas instrumentales y que la escuela les sirva para su vida práctica. Despertarles el gusto, la curiosidad por aprender. Que la lectura no sea una obligación, sino un placer...” Y más adelante, confiesa: “Aprendí más de mis alumnas de 8º: Esther, Evelia, Rosana y Ascensión, que de todos mis profesores en la Universidad”.

El puerto de Navalcaballo marca la raya entre un mundo y otro. Al cruzarlo se desciende a Valhondo en una sucesión interminable de curvas... Uno de los lugares estrella de Valhondo es, sin ninguna duda, la tienda de la señora Milagros (“ese bazar de Estambul”) que acabará financiando la construcción de unos lavabos para que chicos y chicas no tengan que ir a hacer sus necesidades a campo abierto (resolviendo el abandono ministerial). Dentro de la misma, está situada la única cabina telefónica del pueblo, de modo que hablar desde allí es desvelar los posibles secretos personales de sus usuarios... Allí también se cuecen opiniones y acciones que repercuten en la marcha y evolución de la población. Prudencio es el alcalde que desempeña diversos oficios, desde banquero a peluquero; el tío Abilio; Primitivo y Ezequiel, dos hermanos que luchan para dignificar una familia especial y un trabajo de cabreros; Heraclio, el de los pinos; Ulpiano, el forestal ... Matías Malinvierno (convertido, por méritos propios en Malinfierno), un tocacojones que empeora su comportamiento con los vecinos desde que ha sido nombrado guarda del único espacio libre que quedaba para aprovechamiento de la vecindad, una vez que ha sido alquilado como coto. Damián el Alicates, Jeremías, el bar de la Encarna, Amparo (la novia del maestro que, aunque aparece poco por allí, es agasajada y celebrada por toda la población); Avelino Querencia y su hijo que se ocupan del cine; la Nunci y la Juani; Leoncio, alias “Pecho Lobo” ... Los conflictos con los propietarios y los guardas de las hirientes y desmesuradas haciendas que rodean el pueblo y que limitan los recursos de sus habitantes. Fincas valladas que impiden el paso de los animales desde allí al resto del monte de aprovechamiento comunal, hasta que deja de serlo; fincas para cazar, alimentadas con dinero abundante, guardas severos y dueños sin entrañas, como el enigmático y despreciable JS (James Stewart o lo que sea), dueño de Las Hiruelas o la no menos despreciable Doña Inés Aznares, dueña de la Garganta de los Nogales... Una sucesión de historias de vida y conflictos que culminan con un capítulo titulado “La noche que estalló la tormenta era miércoles” y que no voy a desvelar.

Para mí ha sido (esa parte escolar o pedagógica) un recuerdo de mis años. No en vano, animé muchas de esas acciones (y he encontrado a faltar la edición de un boletín o revista periódica, para dejar constancia de la vida en la escuela); 1982 también fue un principio en otro lugar, después de una inolvidable experiencia anterior y yo también fui, como Rafael (el protagonista), de acceso directo, ja, ja.

Un libro que sería una excelente lectura motivacional para quienes estudian Magisterio, por los aportes pedagógicos que encierra y las ventanas creativas que se abren con su lectura.

Mis montañas. Toda una vida al filo de lo imposible

Mis montañas. Toda una vida al filo de lo imposible

Sebastián Álvaro. Anaya Touring. Primera edición. Octubre de 2024 – 240 páginas

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He leído con mucha curiosidad este libro de Sebastián Álvaro, el artífice de innumerables documentales, bajo el título general de “Al filo de lo imposible”, que tanta repercusión tuvieron entre los seguidores de las aventuras en las cadenas montañosas más exigentes del plantea. También debo decir que he terminado exhausto, de tanto subir y bajar montañas; he pasado frío, me he asomado a los abismos, he sentido el vértigo de las paredes verticales; me he alegrado de las conquistas y entristecido con las avalanchas mortales que se han llevado la vida de algunos (muchos) escaladores, alpinistas, montañeros o como se les quiera denominar... Es difícil ponerse en la piel curtida por el viento, el frío o el sol de quienes desafían a esos gigantes que esconden grietas profundas, glaciares milenarios, desprendimientos inesperados, paredes resbaladizas y que son azotados por vientos brutales, que sufren descensos térmicos rápidos y tremendos que llevan a quienes aceptan el desafío al límite. El autor señala, una y otra vez, la necesidad de entender la montaña, de ir con una preparación adecuada, de crear equipos consistentes y solidarios...

Álvaro no se limita a describir, ayudado de sus diarios, algunas expediciones de las muchas en las que participó, sino que también se extiende en consideraciones sobre hazañas de alpinistas legendarios que abrieron vías de escalada imposibles, que demostraron una ética y una nobleza que hoy parece que ha desaparecido (en una actividad que responde a negocio y a intereses comerciales) y que son una referencia constante para quienes se acercan a ese mundo exigente y peligroso de conquistar montañas. Horace Bénedict de Saussure, Albert Mummery, Luis Amadeo de Saboya duque de los Abruzos, Walter Bonatti, George Mallory, Andrew Irvine, Hermann Buhl, Kurt Diemberger, Reinhold Messner, Jerzy Kukuczka, M.Herzog, Wanda Rutkiewicz, Henri Russell, Pedro Pidal y Gregorio Perez “El Cainejo”... son algunos de los nombres que se citan profusamente en algunas de las ascensiones que narra Sebastián, sin olvidar la gesta de Ernest  Shackleton, a la que le dedica varias páginas como ejemplo de capacidad de supervivencia y de una aventura al límite (obligado por las circunstancias) que nadie ha repetido, aunque no tuviera que ver con el mundo de la escalada.

Para dar consistencia y emociones a sus relatos, elige el autor unas cuantas ascensiones y aventuras que, como ya he dicho, colocan al lector al filo de las emociones contenidas. Son 15 capítulos y una larga introducción. Los capítulos tienen títulos que podrían disimular, con sus sesgos poéticos, los dramas inherentes a la aventura montañera: “La pasión romántica”; “El lugar donde has sido feliz”; “Bájame una estrella”; “El velo de la novia”; “En el aire leve”; “Las montañas de la luna” ... De hecho, leídos así no parece que se refieran a esfuerzos y dramas de altísima montaña; parecen títulos de narraciones amables o de cuentos inventados... Luego, cuando vas leyendo, vas escalando con los protagonistas: el Mont Blanc en los Alpes, el Hidden Peak, el Chogolisa o el terrible K-2, en el Karakórum; el Everest en el Himalaya; el Cerro Ladrillero en la Patagonia chilena o el Cerro Torre en los Andes; el Monte Uweinat en el Gran Mar de Arena (entre Egipto, Libia y Sudán); el pico Margarita en la cordillera del Ruwenzori; varios picos en la Antártida y otros en el Archipiélago de Georgias del Sur... Y Sebastián Álvaro recuerda su relación con tres espacios geográficos peninsulares, de los que guarda recuerdos especiales y a los que dedica tres capítulos del libro: Peñalara en la Sierra de Guadarrama; el Naranjo de Bulnes en Picos de Europa y Monte Perdido en los Pirineos.

El último capítulo del libro se titula “El jardín de las ausencias”. Vuelve el autor a los Alpes, con la ascensión a “La Aguja Verde” y hace un recorrido de homenaje por el cementerio de Chamonix, en el que se encuentran enterrados algunos alpinistas y algunos amigos del autor que dejaron su vida escalando en esas montañas. Aquí no es posible ningún “spoiler”. El libro hay que leerlo, disfrutarlo y “sufrirlo” para que deje huella profunda en el lector, como me ha pasado a mí. Así que ya no doy más pistas. Merece la pena dedicar unas horas a su lectura.

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Curiosamente, coincidiendo con los días en los que lo he estado leyendo, se ha inaugurado en Huesca capital una exposición titulada: “Espíritu de equipo, una generación irrepetible”, comisariada por Lorenzo Ortas y Peri Azar sobre la historia del himalayismo oscense, que también tuvo logros de altura y catástrofes humanas inolvidables.

https://www.eldiariodehuesca.com/deportes/mejores-anos-nuestra-vida-montanera-en-emocionante-exposicion-espiritu-equipo-generacion-irrepetible_29082_102.html

Antes de que acabe 2024

Algunos breves y curiosos acontecimientos y recuerdos personales, de los años terminados en cuatro (I)

En 1954, hace setenta años, nací sin querer en Labuerda. Hijo mayor de Mariano y María Teresa, mis padres, de los que guardo siempre un enorme y cariñoso recuerdo y a los que tengo siempre presentes. Jean Giono publicó en la revista Vogue su relato: “El hombre que plantaba árboles”, que tanto me ha gustado. Mi padre también plantó árboles a lo largo de su vida.

En 1964, hace sesenta años, vi por televisión (o eso creo), en Lafortunada, el partido final de la segunda Eurocopa de fútbol, en el que España ganó a Rusia 2 a 1, con goles de Pereda y Marcelino. Asistía diariamente a la escuela de Labuerda por último año. A mitad del curso 64-65 me bajé a la de Escanilla y desde allí hice el examen de ingreso para el bachillerato, en Aínsa, y el de beca, en Barbastro.

En 1974, hace cincuenta años, finalicé mis estudios de magisterio en Huesca y tres meses después comencé a trabajar en un aula de 5º de EGB, con 33 alumnas y alumnos en el Colegio Público de Boltaña, donde ya funcionaba la Escuela-Hogar. Con el Boscos CF ganamos la Liga de Tercera Regional en la ciudad de Huesca. El Atlético de Madrid perdió su primera final de Copa de Europa.

En 1984, hace cuarenta años, hacía un año que me había casado con Mercè y faltaba un año para que naciera nuestra hija Ana, de la que, Mercè, ya estaba embarazada. Publiqué mi primer libro: “Labuerda. Un pueblo del Sobrarbe”. España perdió la final de la Eurocopa contra Francia.

En 1994, hace treinta años. Daniel cumplía 4 años. Organizamos con Fernando Rabal, desde Fraga (pero la comida en Huesca con la complicidad de Manolo Callizo) el Segundo Encuentro de Maestras y Maestros del 74 y regalamos, de recuerdo, un cántaro (canté) de cerámica Margalló de Fraga. Creamos en el colegio un Boletín de la Naturaleza y el Medio Ambiente, denominado “AGUAS LIMPIAS”, del que publicamos veinte números en su primera época...Fui coordinador, empujador, montador, grapador, repartidor y divulgador del mismo, con algunas inestimables ayudas.

En 2004, hace veinte años. Por tercer año consecutivo, instalamos estand de El Gurrión en la FLA de Monzón, junto con el MRP Aula Libre. Mis padres celebraron sus Bodas de Oro, aunque les tocaba hacerlo en 2003. Celebramos el Primer Cuadrangular “El Gurrión” de fútbol-sala entre los equipos de La Fueva, Laspuña, El Pueyo de Araguás y Labuerda; quedando este último campeón.

En 2014, hace diez años. Tras un segundo infarto y una prostatitis con sepsis incluida, me jubilé después de cuarenta años de docencia. Las fiestas de jubilación están frescas en mi memoria y me resultan inolvidables; especialmente la que organizaron en el pabellón del colegio con Mercè, Ana y Daniel a la cabeza y presencia -sobre todo- de alumnos y alumnas de diversas edades. El Atlético de Madrid perdió su segunda final de la Copa de Europa. Publiqué el nº 2 de Los Cuadernos de Macoca, recogiendo nueve columnas publicadas en la revista Cuadernos de Pedagogía.

En 2024, ahora mismo. Celebraciones del cincuenta aniversario de finalización de los estudios de Magisterio. Mercè y yo hemos cumplido 41 años de matrimonio. Se cumplen cuarenta y cuatro años del nacimiento de la revista El Gurrión y termina el año con la publicación el número 177 y sin imprenta para el futuro... Este año he publicado el número 12 de Cuadernos de Macoca, el número 7 de las Macocadas y el número 9 de los Desplegables. Ya ha hecho un año desde que pusieron mi nombre a la Biblioteca Escolar del Colegio Público Miguel Servet de Fraga. Llevo 10 años felizmente jubilado. Y termino el año con nuevos problemas de salud que espero superar...

La naturaleza desatada. Inundaciones en Valencia

Es imposible estos días no pensar en el final del camino... ¡Tantas personas a las que una mala jugada del destino, con la ayuda inestimable de una gestión humana inadecuada, les arrebató la vida! Se pasa rápidamente al otro lado del espejo; bastan unos minutos de zozobra para que se silencien los latidos, se borren los recuerdos, se escape el aliento de la vida... Viendo imágenes y escuchando testimonios, se humedecen los ojos y el corazón late apesadumbrado. Aunque no conozcas a nadie, compartes el dolor y la angustia que sienten los familiares de quienes no aparecen o de quienes sí lo hacen, sin vida y el enorme desastre material que se ha generado en esos pueblos (muchos de ellas de nombre desconocido, hasta ahora). Estamos inmersos en un drama humano, en una catástrofe de la que todavía no conocemos todos los detalles; una catástrofe cercana. Ésta la ha provocado un fenómeno atmosférico de extrema violencia: una lluvia torrencial que ha desbordado barrancos, ríos, ramblas..., con una fuerza casi inimaginable. Dejo a un lado la irresponsabilidad continuada y manifiesta de quienes autorizaron, promovieron y construyeron donde no debían. Lo seres humanos somos tenazmente imbéciles y desafiamos todas las señales, todos los avisos, toda la historia...

Casualmente, en estas fechas, millones de personas han visitado los cementerios para recordar a sus familiares y amigos difuntos. Hay coincidencias que añaden un punto más de dolor. Y, como no todo es apocalíptico, las columnas de personas voluntarias dispuestas a caminar horas y a trabajar ayudando con su presencia y su esfuerzo en tareas de acompañamiento y limpieza, muestra la cara más amable y solidaria de la naturaleza humana. Como también la ayuda material y económica enviada desde diferentes puntos del país para paliar, en parte, tanta destrucción, tanta soledad en la desgracia.

No puedo pasar por alto en esta reflexión, algo que siento y he expresado en otras ocasiones. La naturaleza se basta y se sobra para borrarnos del mapa cuando se desencadena con todo su imparable vigor: incendios, inundaciones, nevadas, volcanes, terremotos, desbordamientos, tsunamis, etc. resultan casi imparables. No hace falta que los amantes de las guerras y la destrucción; de la fabricación y comercio de armas..., colaboren en esa tarea. Por eso es tan inconcebible el genocidio de Gaza o la brutalidad de los ataques contra el Líbano o la guerra ruso-ucraniana o las múltiples guerras en territorio africano... (La lista es suficientemente amplia y con todo ello se van escribiendo páginas y páginas en la Historia Universal de la Infamia). Por eso la pena es aún más grande, al ver cómo el sentimiento de dolor y desolación se va diluyendo a medida que nos alejamos del foco principal del desastre.

Si lees esto, no te olvides de Valencia y echa una mano de la manera que te sea posible.

La composición de Antonio Skármeta

Hace ya un tiempo (lo dejamos sin cuantificar, je, je), Mercè Lloret y el que suscribe, realizamos, por encargo, un trabajo amplio sobre 25 libros de Literatura Infantil y Juvenil. Después de leerlos, contestábamos a un cuestionario igual para todos. Finalmente, después de publicado dicho trabajo, cambios en la web que los albergaba, los llevó a su desaparición. ¡Lamentable! Lógicamente, yo guardaba copia de todo y pudimos rehacerlo y convertirlo en un documento de 75 páginas que tuvo su pequeño recorrido. Hoy (16 de octubre de 2024), la muerte de Antonio Skármeta me lo ha recordado y, valga como ejemplo, lo que escribimos de uno de sus libros: "La composición". Así recordamos el autor de "El cartero de Neruda", entre otras obras de éxito.

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1.- ¿Quieres saber quién soy?

 La composición

2.- ¿Sabes quién es mi creador?

 Antonio Skármeta

 3.- ¿Quieres ver mi carnet de identidad?

 Título: La composición

Autor: Antonio Skármeta

Ilustrador: Alfonso Ruano

Editorial: Ediciones Ekaré y Editorial S.M.

Lugar de edición: Madrid

Edición: 2000

Páginas: 36

ISBN: 84 – 348 – 6848 – 2

 4.- Si me abres, ¿qué te cuento?

 Pedro es un niño al que le gusta el fútbol y recibe, como regalo de cumpleaños, una pelota de plástico, aunque a él le hubiera gustado que fuera de cuero blanco con parches negros… Un día, mientras está jugando con sus amigos, ve con sorpresa que nadie acude a abrazarle por el gol que acaba de marcar, hasta que observa que todas las miradas se dirigen hacia el almacén en el que ha sido detenido el padre de su amigo Daniel. Desconcertado por esa circunstancia, acude hasta la parada del autobús en la que descenderá su padre, de regreso del trabajo. A él le cuenta la detención del padre de su amigo y a él –a su padre- le hace algunas preguntas que le inquietan sobre la “dictadura”, sobre la radio que escuchan cada día sus padres, sobre el tiempo que durará la detención, etc.

Al día siguiente, Pedro es invitado en clase, a escribir una redacción. Quien les invita es un militar que se ha presentado en su clase y les dice que viene de parte del Gobierno para invitar a todos los niños y niñas de esa escuela a escribir una composición, asegurando que la mejor de todas será convenientemente premiada. El título de la misma: “Lo que hace mi familia por las noches”… Pedro y su amigo Juan hablan en voz baja sobre algunas palabras que oyen en casa, aclaran algunos asuntos familiares y Pedro resuelve la situación y escribe una composición que no comprometa a sus padres…

 5.- Cada libro guarda un Tesoro… ¡Descúbrelo!

 5.1 TU OPINIÓN

 .. Mientras leías este libro, te habrás dado cuenta que el castellano utilizado tiene algunas particularidades en palabras y expresiones. ¿Has tenido alguna dificultad para entenderlas?

 .. ¿Has tenido que preguntar a algún adulto información para ayudarte a comprender el tema desarrollado en el libro?

 .. ¿Qué te ha parecido la estrategia de Pedro para resolver la encrucijada en la que se había visto inmerso? Por un lado tenía que escribir una composición sobre hábitos familiares y por otro, no debía levantar sospechas entre quienes promovían aquel extraño ejercicio…

 .. En una época –la que estamos viviendo- con claro predominio de la televisión, te preguntarás por el poder de comunicación, de información que tenía la radio en algunos momentos de la historia reciente, (“Y le hizo un gesto con los dedos para que callara porque quería oír la radio”, página 4).

 .. ¿Qué crees que aportan las ilustraciones a este libro?

 5.2 TU DIÁLOGO CON EL LIBRO

 .. Antes de nada, tienes que buscar la manera de aclarar el significado de la palabra “dictadura”, porque conociendo algo de su significado tendrás alguna clave más para entender bien la historia desarrollada en el libro.

 .. Pedro es un niño pequeño que sueña, entre otras cosas, con jugar al fútbol, con marcar goles importantes, como tantos otros niños… De golpe, se ve inmerso en una historia negra de adultos. Pueden ser un buen asunto para la reflexión individual o colectiva esos dos planos paralelos de la narración: los juegos infantiles y, de repente, la preocupación, el peligro, el miedo… del mundo de los adultos.

 .. ¿Crees que las ilusiones y preocupaciones de Pedro, de Daniel, de Juan son muy diferentes de las que tienes tú, a tus 10, 11, 12 años?

 .. ¿Qué te ha parecido la estrategia de utilizar a los niños y a la escuela, por parte de los militares, para obtener información y utilizarla en contra de quienes la han proporcionado?

 .. ¿Cómo ves el contraste entre los rostros infantiles de las niñas y niños de la escuela y el rostro y el porte del militar? ¿Qué te parece el trabajo del ilustrador?

 .. Leemos en la página 30: “(…) volvió el jeep y se llevaron preso al profesor Manuel Pedraza, el cura no quiso decir misa el domingo, en el muro de la escuela apareció escrita la palabra RESISTENCIA”. Puedes regresar a esa página, para reflexionar sobre el significado de esos actos.

 .. ¿Podrías imaginar una situación en la que te vieras obligado a guardar secreto sobre algunas de las actividades que ves hacer a tus padres en casa, porque la situación política del país en el que vives te obligara a ello? Podrías verbalizar qué harías en esas circunstancias…

 .. Si te has fijado, el autor del libro, no da en ningún momento el nombre del país en el que transcurre esta historia. ¿Crees que puede ser una decisión plenamente consciente (y por tanto podemos hablar sobre las razones de ese silencio) o que, simplemente, se le ha olvidado decirlo?

 5.3 PUEDES HACER

 .. Buscar información sobre la importancia de la radio, como medio de información, en los tiempos en los que no había televisión. Quizás, preguntando a tus abuelos, es posible que aún puedan hablarte de cuando ellos la escuchaban colectivamente; cuando en ocasiones, se escuchaba “en familia”. No debes olvidar que “durante mucho, muchísimo tiempo, vivimos sin televisión”.

 .. Diferenciar claramente, con ayuda de los medios que necesites, los conceptos de dictadura y democracia.

 .. En España vivimos, desde hace algo más de treinta años, en un sistema democrático que sustituyó a una larga dictadura, instaurada tras la finalización de la Guerra Civil (1939 – 1939). Averigua algo de esos periodos de tiempo.

 .. Con ayuda de tu profesor o profesora, de tu padre o de tu madre, podrías localizar y colorear en un mapamundi los países que viven actualmente bajo una dictadura, por un lado, y aquellos en los que se realizan elecciones democráticas periódicamente.

 .. Atendiendo a las ediciones digitales o impresas (lo que te/os resulte más cómodo o más accesible) de algunos periódicos, recortad noticias que hagan referencia a dictaduras actuales, repartidas por el mundo. Puedes/podéis hacer un seguimiento de un trimestre o de todo un curso…

 .. Con otra finalidad, evidentemente, podrías plantearte hacer algún diario, con motivo de un viaje o de unas vacaciones, en el que vayas anotando las cosas que ves, las cosas que pasan, las cosas que hacéis… estando con la familia.

Hoy hace veinte años...

De casi todo hace ya mucho tiempo...

Hoy es lunes, un lunes de septiembre. Ya hace una semana que niñas y niños corretean por los patios de los colegios a la hora del recreo. Yo ya casi he olvidado el ruido de los gritos, las canciones y las carreras, después de 10 años de jubilación. He dicho “casi”, porque uno no olvida nunca lo que fue y lo que vivió, aunque con el tiempo se vaya difuminando. Un día como hoy, de hace 20 años escribí el primer texto (post) en un blog de nueva creación, al que le puse el nombre de “gurrión” y que quedó colgado en el servidor (o como se llame): “Blogia”. A continuación, podéis leer ese primer texto mencionado:

 Me hago a la mar

 Hoy comienzo una nueva aventura. No sé si podré atender este blog con la frecuencia debida, pero aquí hay un espacio nuevo para decir, para pensar en voz alta, para opinar y para comunicarnos. Si me he zambullido en este océano és debido al empujón constante de Víctor J. que andaba detrás de mí animándome a crearme un blog (cuando yo no sabía ni que existía ese término, ni para qué servía... Si al menos fuera un "blogavante" me lo podría comer, pero no es nada de eso).

Hace poco fue 11 de septiembre y me acordé de Salvador y de Pablo y de todo su pueblo. Allende murió en la Moneda acosado por los militares chilenos sublevados contra el orden constitucional (también aquí ocurrió lo mismo en el 36); murió defendiendo la libertad, la democracia y la dignidad. Neruda murió unos días después; murió acosado también, y seguramente con una tristeza infinita al ver lo que estaban haciendo con su país. El 11 de septiembre de 1973 fue un día triste para mí. A miles de kilómetros de distancia supe que siempre estaría al lado de gentes como Salvador y como Pablo. (16 de septiembre de 2004)

 https://gurrion.blogia.com/2004/091602-me-hago-a-la-mar.php

 

 Hasta mi jubilación en agosto de 2014, el citado blog tuvo una actividad bastante notable, a veces, frenética. Una vez jubilado, empecé a vaguear un poco y fui subiendo textos con mayor distanciamiento de tiempo. También es verdad que, desde 2010 contaba con otro espacio virtual que me tenía ocupado: “La Cadiera de Macoca”, en la que iba introduciendo artículos ordenados por secciones y que estuvo vigente hasta hace aproximadamente un año. Momento en que fue hackeada, destruida o como quieras llamarle. Perdí todo lo que había metido, más de 200 artículos, fotografías, enlaces, documentos en pdf, etc. Una pequeña tragedia que los responsables técnicos no supieron ni arreglar ni explicar. Por otras vías y gracias a algunos amigos, he podido recuperar la mayoría de los textos, pero el sitio web ya no funciona como tal.

Volviendo al blog “gurrión”, decir que actualmente contiene 599 artículos y, ya que los he contado, voy a dejar constancia aquí, año a año, de los mismos:

2004 (22) – 2005 (58) – 2006 (63) – 2007 (61) – 2008 (58) – 2009 (51) – 2010 (44) – 2011 (36) – 2012 (30) – 2013 (31) – 2014 (33) – 2015 (23) – 2016 (13) – 2017 (12) – 2018 (13) – 2019 (8) – 2020 (13) – 2021 (6) – 2022 (6) – 2023 (9) y 2024 (con éste, 9)

Con el blog pretendía publicar textos referentes a la actividad escolar y a la vida que crecía fuera de las aulas. Quería que los chicos leyeran y pudieran comentar esos textos. Más adelante, publiqué textos colectivos que nacían en clase o textos elegidos, de entre los que escribían los niños y niñas para que la lectura posterior les permitiera ver de qué modo se expresaban sus compañeros y compañeras y pudieran escribir ellos mismos valoraciones de las lecturas... Además, cualquier persona de cualquier parte que accediera al blog podía también leer y comentar. Al principio era complicado porque solo teníamos un ordenador en el aula. Algunos podían hacerlo desde sus casas, porque allí disponían de equipo informático. Más adelante, las posibilidades fueron mejorando con la llegada de los tablets y desde el aula, cada uno con el suyo, podíamos acceder a los textos publicados, leerlos y comentarlos... A día de hoy, en el blog siguen todos los textos y todos los comentarios y son perfectamente accesibles haciendo un clic en la siguiente dirección: https://gurrion.blogia.com/

Desde 2013, vengo publicando cada año un “Cuaderno de Macoca”. Alguno de los publicados se ha nutrido de textos seleccionados de los ya escritos en el blog y vienen acompañados de algunos de los comentarios que realizaron niños y niñas o personas adultas que leyeron y escribieron sus opiniones sobre los temas tratados...

En 2010 hice una selección de texto y de comentarios y formé una publicación digital con el título de “Diario de un maestro”. Son casi 500 páginas, en formato A-4, si uno quiere hacerse una copia en papel. En el siguiente enlace se puede consultar el documento completo: https://docer.ar/doc/en088c

Y aquí lo dejo. Solo quería compartir esta efeméride: 20 años de blog e invitarte a curiosear en él.

En recuerdo de Julián Pascual

El pasado 28 de agosto recibí un enlace con una noticia de prensa y un breve texto de mi amiga Rosa Piquín Cancio. La noticia que me daba no era precisamente para compartir una alegría, sino para rumiar una profunda tristeza...

https://www.lne.es/gijon/2024/08/28/muere-61-anos-julian-pascual-107460373.html

“Llevaba con un cáncer desde hace 5 o 6 años y solo dejó de trabajar este curso, cuando hizo metástasis de columna. No te imaginas cómo se despidió de mí hace 15 días… Un MAESTRO excepcional, personal y profesionalmente. Nos quisimos y admiramos mucho; es una pena enorme”. (Rosa Piquín)

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.. La noticia, por absolutamente inesperada, al desconocer el estado en que se encontraba últimamente Julián, me produjo un impacto emocional considerable. Yo no tuve una relación importante con Julián, pero la suficiente para descubrir a una persona entregada a su profesión, respetuosa, amable, con coincidencias personales y conversación franca y abierta; con quien compartí unas horas de clase con su alumnado (con él presente) de 4º de Magisterio, en la Facultad de Educación de Oviedo (dos grupos diferentes) y algunos intercambios de materiales y de mails.

Después de mi exposición, ante uno y otro grupo, les planteé una pregunta para responder por escrito. Yo me comprometía a llevarme las respuestas, hacer una selección y montar un desplegable que les reenviaría para que pudieran tomarlo como un documento de conocimiento y reflexión. Estoy hablando de mediados de octubre de 2015. Una pregunta tenía que ver con las razones que cada uno había barajado a la hora de elegir la carrera de Magisterio. De entre todas las anotadas, elegí 100 razones y les devolví el documento para que lo fotocopiaran y lo repartieran y, si sus tutores lo consideraban de interés, lo leyeran y lo debatieran en el aula. El título era muy claro: “100 razones para ser maestra o maestro”. El documento puede leerse completo en este enlace de este mismo blog:

https://gurrion.blogia.com/2015/102901-100-razones-para-ser-maestro-o-maestra.php

Con el otro grupo, la pregunta tenía que ver con “Razones por las que es conveniente fomentar la lectura”. Aquí elegí sesenta respuestas. Hice lo mismo que lo que cuento de la pregunta anterior y envié ambos documentos listos para ser fotocopiados... Y aquí puede consultarse el contenido completo de este desplegable:

https://gurrion.blogia.com/2015/102801-sesenta-razones-por-las-que-es-conveniente-fomentar-la-lectura.php

Cuando finalicé esa pequeña faena, le mandé a Rosa -como intermediaria- los dos desplegables para que se los hiciera llegar a Julián y a los pocos días, recibí un correo electrónico del profesor:

Hola, Mariano:

¡Gracias! Hoy me ha entregado Rosa los desplegables que elaboraste con las aportaciones de mis alumnos de Magisterio. Han quedado estupendos. Los fotocopiaré y entregaré a cada alumno los dos ejemplares. Además del propio contenido y de la exquisita presentación, el propio instrumento y la metodología seguida (y el trabajo personal realizado por ti) serán objeto de comentario en la clase. 

 Además, Rosa, también me ha dejado una caja con ejemplos de materiales tuyos que les haré llegar a mis alumnos en las sesiones en grupos pequeños que tengo con ellos a partir de la próxima semana. Han pasado unas semanas, pero tengo que decirte que tu charla constituyó para ellos un referente muy significativo y también para mí. De vez en cuando hacemos alguna alusión a cosas que nos comentaste. 

 Agradezco nuevamente tu visita y a ese regalo que nos llegó vía Rosa, se ha unido el regalo de los libros desplegables que nos has hecho llegar. Ha sido un placer y un lujo haberte conocido y que hayas participado en la formación de los chicos. El aire fresco que has traído sigue ahí. Un abrazo

 Julián Pascual Díez (Área de Didáctica de la Lengua y la Literatura - 12 de noviembre de 2015)

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Y al día siguiente, le respondí yo:

 Estimado Julián:

 Tu carta electrónica me ha hecho muy feliz; entre otras cosas, porque no la esperaba en ese tono tan elogioso. Me alegra mucho leer lo que has escrito y saber, por tanto, que no estuvo mal la idea de Rosa de que pudiera tener un encuentro –breve por las circunstancias- con los aspirantes a maestras y maestros. También me gusta leer que tomaréis en cuenta esos dos sencillos documentos para comentarlos y que se los vas a regalar a tus alumnos y alumnas.

Pasé cuatro días estupendos en tierras asturianas y si algunas cosas lamento, una sería no haber podido estar más tiempo contigo, charlando y confrontando nuestras visiones de la formación inicial de los futuros maestros y maestras o la disposición con la que acuden los aspirantes a la Facultad en estos momentos, entre otras muchas cosas... En todo caso, gracias por permitir que acudiera a tu clase y por escribirme esta carta.

Que vaya todo bien, Julián. Quedo a tu disposición por si en algún momento quisieras o te apeteciera contactar conmigo. Con lo bien que habla Rosa de ti y por la amistad que me une con Rosa, pues ya puedo considerarte casi un amigo, je, je. Un abrazo considerable.

Mariano Coronas Cabrero (Maestro de Primaria - 13 de noviembre de 2015)

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Con un poco de retraso, por viajes y estancias fuera de dónde tenía los documentos que me permitieran ensamblar unas líneas con cierta lógica, por fin he podido dar forma a este texto. Un texto que quiere ser un recordatorio de cómo el azar nos conecta con personas valiosas y de cómo el azar también las hace desaparecer, dejándonos un rictus de tristeza ante lo inevitable y la sensación de que ya nunca más podremos tener una conversación, intercambiar una carta o una fotografía ni escuchar su voz o echarnos unas risas quitando hierro a los aconteceres de la vida. Acabo de mirar detenidamente las fotos que nos hizo nuestra amiga común, Rosa Piquín, aquella mañana otoñal en el aula. En esta modesta herramienta de comunicación, queda escrito su nombre: Julián Pascual Díez, que la tierra te sea leve.

Eurocopa de 1964.

La segunda en jugarse, la primera que ganamos. Recuerdos

Queda muy cercano el triunfo de la selección española de fútbol en la Eurocopa de Alemania-2024. Cuarto título del combinado nacional, después de los conseguidos en 1964, 2008 y 2012. Y se me ha ocurrido escribir sobre aquella primera, la de 1964, en blanco y negro.

Había escuchado por la radio (no en mi casa, porque no teníamos), parte del partido y el resultado de la semifinal España 2 – Hungría 1. Ese partido se celebró el 17 de junio de 1964 en el estadio Santiago Bernabeu. Marcó primero España, por medio de Jesús Pereda y empató Hungría, cerca del final, por medio de Bene. Avanzada la prórroga, Amancio Amaro estableció ya el resultado definitivo y España pasó a la final. En la otra semifinal, la URSS ganó cómodamente a Dinamarca por 3 goles a 1. España alineó un equipo que nos sabíamos de memoria: Iríbar; Rivilla, Olivella, Calleja; Zoco, Fusté; Amancio, Pereda, Marcelino, Suárez y Lapetra.  (Uno del Atlétic; dos del Atlético; tres del Barcelona; dos del Real Madrid; uno del Inter de Milán y dos del Real Zaragoza). No había cambios.

La final se programó para el día 21 de junio -domingo- en el estadio Santiago Bernabeu. En Labuerda no había ningún aparato de televisión y había inquietud por ver ese partido... En Lafortunada reinaba la empresa Iberduero con una amplia nómina de trabajadores que residían en dicho pueblo o en otros de la comarca. Algunos acudían a trabajar en bicicleta desde sus pueblos respectivos. Lafortunada contaba con dotaciones económicas, proporcionadas por la empresa, que les permitió tener instalaciones que no había en ningún otro pueblo de la comarca: consultorio médico, instalaciones deportivas, economato... y un casino. Allí estaba colocada la televisión (no sé si la única de Sobrarbe o una de las muy pocas). El caso es que, aquella inquietud que he nombrado, determinó que ese domingo, unas cuantas personas alquilaran un taxi para desplazarse hasta Lafortunada a ver el partido...Y mi tío Antonio, de casa Torrén, me invitó a acompañarlos, me metió en la expedición. Yo tenía ese día 9 años y cumplía los diez, justo un mes más tarde (el 21 de julio). El recuerdo que tengo, al margen del viaje apretados en el taxi y algo mareado por las curvas de la carretera, es la de llegar a Lafortunada, bajar del taxi, caminar hasta el casino y buscar sillas para sentarnos... Aunque el recinto (como comprobé años más tarde cuando íbamos de fiesta hasta dicho pueblo) no era muy grande, “veo” cada vez que recuerdo, una televisión pequeña alzada sobre una plataforma en la que, desde mi posición, no se podía apreciar la imagen con excesiva claridad... Pero para eso estaban los de delante, para transmitir pasión y gritos, ja, ja. El caso es que empezamos ganando, con un gol -de nuevo- de Chus Pereda y un empate rápido de Khusainov. Minuto 8 y empate a uno. En dos minutos, dos goles. Luego hubo que esperar hasta cerca del final para asistir al cabezazo imposible de Marcelino que logró batir a Yashin (la Araña Negra), que no era cualquier portero... La alineación de España fue la misma de la semifinal y, como no había cambios, pues esos 11 nombrados fueron los héroes de aquella gesta, de aquella primera Eurocopa que tardó 44 años en revalidarse. Ferrán Olivella recogió la copa, como Capitán, y José Villalonga era el entrenador.

No tengo ningún recuerdo concreto del viaje de vuelta que debimos hacerlo contentos y eufóricos por una victoria que, con el tiempo, supe que había tenido también un aprovechamiento político, por parte del franquismo. En el equipo de la URSS, además de los nombrados, jugaban futbolistas de clase mundial: Chislenko, Ivanov, Sherternev... Aquel España-Rusia fue luego repetido en nuestros partidos infantiles, en eras, campitos y plaza...

 Un añadido posterior...

Dos años más tarde, se jugó el 8º Campeonato Mundial de Fútbol en Inglaterra. Estábamos en 1966 y la televisión ya había llegado a Labuerda, instalada en el Bar Lafalla o Casa Carrera. Las gaseosas “La Casera” habían sacado un álbum de cromos que los zagales íbamos completando con entusiasmo. Yo lo tengo lleno y guardado como un tesoro. Voy mirando los cromos y veo que, tanto en Hungría como en Rusia seguían jugando muchos de los futbolistas que participaron en la Eurocopa del 64. Por Hungría, veo a: Bene, Albert, Meszoli, Tichy, Rakosi, Varga, entre otros y por parte de Rusia, continuaban: Yashin, Chislenko, Ivanov, Khusainov, Sherternev, Voronin... Precisamente, en Cuartos de Final se enfrentaron Rusia y Hungría, con triunfo de los primeros por 2 a 1. En semifinales, Alemania le ganó a Rusia (2-1) y en partido para el tercer y cuarto puesto, Rusia perdió con Portugal, por 2 a 1 también, quedando clasificada en 4º lugar en aquel mundial. España, por su parte perdió en la fase de grupos con Argentina y con Alemania (los dos partidos por 2-1) y ganó a Suiza por 2-1. No pasó a Cuartos de final. Veo, en los cromos, caras conocidas de la Eurocopa del 64: Iríbar, Olivella, Zoco, Amancio, Marcelino, Lapetra... Los álbumes de cromos eran entonces libros en color y materiales de valor informativo.

Y una nota final: En el número 64 de El Gurrión (agosto de 1996), páginas 12-14, escribí un artículo titulado: “Recuerdos en blanco y negro: fútbol y televisión”, en la sección: “Lo que queda en la memoria”. Ese verano se disputó el X Campeonato de Europa de selecciones nacionales de fútbol, en Inglaterra. Llegaron a la final, Alemania y la República Checa. Los 90 minutos reglamentarios terminaros con empate a uno y en la prórroga marcó Alemania, por mediación de Oliver Bierhoff y se acabó el partido, porque se jugó con la regla del “Gol de oro”, que ya nunca más volvió a utilizarse. Mi artículo parte de la idea de que había sido un campeonato mediocre y aproveché para reivindicar la Eurocopa de 1964 y el Mundial de 1966.

Mariano Coronas Cabrero