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DE LA BIBLIOTECA ESCOLAR A ESTAR DEBAJO DE UN ALMENDRO

 A veces tengo motivos para escribir pero no tengo tiempo, ¡qué cosas! El miércoles y el jueves pasado (27 y 28 de septiembre) estuve en Pamplona, impartiendo dos ponencias en un curso titulado: “Biblioteca escolar. Propuestas para su dinamización”. Allí se reunieron unas treinta personas que recibieron un aluvión de propuestas y un buen número de materiales impresos y electrónicos para hacerse una composición de lugar amplia sobre las posibilidades y el funcionamiento de la biblioteca escolar y para poder iniciar algunos cambios metodológicos o poner en funcionamiento algunas actividades. Al final del primer día y, sobre todo del segundo, los asistentes mostraron su agradecimiento y su admiración por el trabajo presentado (que no es trabajo de una persona ni de un año; es fruto de un grupo de gente que a lo largo de 18 años puso en pie y ha mantenido activa una biblioteca escolar).

Pude estar con Mª Antonio del Burgo, culpable de que en Navarra se haya hecho un trabajo importante en torno a la biblioteca escolar y culpable de que el número 1 de la serie verde de BLITZ esté dedicado a esa biblioteca escolar y que sea yo el agradecido autor del mismo. Con Mª Antonia nos une una larga amistad y pudimos compartir buenos ratos de charla en la Plaza del Castillo, en el Departamento de Educación o callejeando. 

El viaje de vuelta fue muy “literario”, como corresponde a todo viaje en tren. Tomé un Estrella, procedente de Irún, a las 0:57 horas del viernes (día 29 de septiembre): camarote individual con litera, traqueteo permanente, inclinaciones hacia un lado o hacia otro, frío, calor, imposible dormir... El disc-man no para (Amaral, Sabina, temas variados en los que sale la luna...), pero el tren sí que lo hace y buenos ratos. Llegada a Lleida a las seis y cuarto de la mañana. Traslado a Fraga y subida al colegio para comenzar un día de trabajo. 

Al final de la mañana vienen a saludarme Alfredo Larraz, compañero de fatigas bibliotecarias y reconocido experto en asuntos de Educación Física (cuyas jornadas provinciales se están celebrando en Fraga). Me llevo una gran alegría y le agradezco el detalle de venir de propio a saludarme. Otro tanto hace José Luis Capilla con otro compañero maestro. Con José Luis nos habíamos carteado electrónicamente y por correo postal, pero no nos conocíamos en carne mortal. También le he agradecido que viniera a saludarme. Más tarde, tras la finalización de la jornada laboral y después de comer me acerco al restaurante donde se hospedan y vuelvo a charlar con los tres. También lo hago con mi amiga Geles Domínguez y con Merche Ibarz, a quien hace tiempo no veía. Después del duro viaje a Pamplona, ha sido una buena recompensa esta serie de encuentros y reencuentros. 

Para terminar el día, viajamos con Mercè hasta Figols de Tremp. Llegamos antes de la siete de la tarde del mismo viernes. Tenemos la casa en obras y carecemos de luz (sólo un foco), inutilizada “por obra de las obras”. El panorama es como volver a la infancia: silencio absoluto, velas para desplazamientos interiores, sin televisión, cenar con hora y pronto a la cama que al día siguiente esperan un buen montón de almendreras con una cosecha más que mediana... En la cama, antes de dormirme, pienso en el viernes 29 de septiembre que acabo de vivir: he comenzado el día en Pamplona; lo he continuado en Fraga trabajando en la escuela y lo he terminado en Figols, un pequeño núcleo rural del pre-Pirineo de Lleida, sin luz y con amenaza de lluvia. Y el día 30 se convierte efectivamente en una esforzada jornada rural, en la que vareamos unas cuantas almendreras y luego limpiamos las almendras de hojas y cascos. Hacemos fuego para asar la carne y comemos en la era, al aire y al sol de ese día de otoño que comienza lloviendo, que luego da paso a un sol radiante y que termina con un viento inquietante, que así de raro es este comienzo de estación.

Y así ponemos punto y final al mes de septiembre de 2006. Estas líneas las escribo ya iniciado el mes de octubre y en vísperas de un parón laboral importante: las fiestas del pilar de Fraga regalarán cinco días seguidos de fiesta a quienes vivimos y trabajamos por estos lares.

7 comentarios

Guillem -

Esto de tener una biblioteca en el colegio no sé de quién fu idea, pero está muy bien para poder coger información o leer un rato. Yo suelo coger muchos libros.Lástima que algunos no se puedan llevar a casa, como los atlas para poder hacer trabajos y algunos de historia; ¡con lo bonita que es la historia! Para mí la historia es muy importante porque me gustaría saber quienes eran mis antiguos familiares. ¡Vete a saber, igual vengo de un rey o de un héroe. A ver si lo descubro un día con los libros ya que traen tanta información e historias bonitas y no tan bonitas. ¡Ah!, quería recomendar dos libros: ``Tras las huellas del inglés´´y ``El maleficio´´.

Anónimo -

Hola, es mi primera experiencia de blog (estoy en clase)
Te leere con calma.

Besos Luisa

luna blanca -

Me parece muy bien tener una biblioteca en la escuela para poder encontrar información sobre algún poeta si no nos va el ordenador,leer libros de historia...Algunas veces la gente va a pasear y se lleva un libro para leer sentado/a en un vanco,algunas veces leemos dentro del armario,tal vez debajo de la cama o...Yo nunca he leído debajo de un almendro pero como aún soy muy joven seguro que lo pruebo y no solo una vez si no que más.
¡Un saludo y un abrazo para mi profesor mariano!

María Antonia -

Querido Mariano:
Cada vez me asombro más de las posibilidades que tiene Internet. Es increible que, desde mi casa, pueda estar "conectada" contigo, "descargar" mi agradecimiento por tu visita y "volcar" en tí mis sentimientos de amistad.
Prometo volver a entrar en tu blog.

Mariano -

Hola, José Luis:

Confío en que estas herramientas electrónicas (de las que nos hemos dotado) nos permitan estar siempre conectados, pero no debemos desestimar otras vías de contacto más humanas, más cercanas, como son los encuentros personales. El podernos conocer fue un hito importante. Agradezco tu generosidad.

Hola Inde:

Tenía noticia de que la Universidad Complutense iba a "volcar" sus fondos editoriales en el Google por la prensa. Es buena tu apreciación de la polisemia de "volcar" (como pasaba con descargar). En mis tiempos volcaban los carros, los remolques, el carretillo; volcaba un camión y un tractor... Pero sobre todo, en aragonés, cuando jugábamos a fuerza, uno de los contendientes "bulcaba" al otro y en el fútbol, había defensas que "bulcaban" al delantero con un empujón o una zancadilla... "Bulcábamos" un cubo o pozal o caldereta en un bidón, en un saco, en el carretillo, en el remolque... Y algunos bebían hasta que el alcohol los "bulcaba"... Otro ejercicio de polisemia tradicional, actualizado con esa nueva acepción de "volcar los fondos", "volcar los archivos", etc. ¡Qué cosas!

inde -

Enlazando este post y el anterior: ¿has visto que ahora las bibliotecas se "vuelcan"? Busca "biblioteca universidad complutense" en Google y verás lo que te sale...

José Luis Capilla -

Fue bonito poder conocerte personalmente y resultó muy curioso acercarnos a vuestra escuela.

Primero preguntamos por "la escuela donde trabaja Mariano Coronas". Nos dijeron el nombre de la escuela y nos marcaron la ruta. Incluso nos avisaron de una traidora cuesta que nos agotaría.

Después de perdernos varias veces llegamos a la empinada cuesta y entramos a la escuela. Allí observamos los dibujos, noticias, y, sobre todo, las vitrinas que protegían huevos de aves, nidos, un zorro disecado, fósiles, e incluso pudimos ver, si no me falla la memoria, las agallas de roble nombradas en este blog hace unos meses.

Después subimos a la planta donde una maestra nos indicó que estaba la clase de Mariano. Állí vimos su nombre en una puerta. Una vez sonó el timbre y se abrió la puerta imaginé que ese espacio no era totalmente desconocido. Imaginé allí a los niños temerosos cada mañana por si olvidaban la contraseña poética y no les era permitido el paso, las coplas, los abecedarios de palabras bonitas, algunas historias del querido, y lejano ahora, Pirineo,...

Incluso intenté poner nombre a algunas caras, y conforme salíais, pensé quién sería Guillem, Alex, el duo de escritoras Elena y Kamile...

Un Abrazo para toda esa clase que tantas ideas me regala.