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VIEJOS PAPELES (VII)

Las faenas que uno empieza debe terminarlas con dignidad. Lo aprendí de pequeño y procuro aplicármelo. Dejé este trabajo de prospección y buceo en asuntos pasados a punto de finalización y hoy lo retomo para rematarlo. Fueron dos años, dos cursos escolares con el mismo grupo de alumnado: 5º y 6º de EGB (1982-83 y 1983-84).

 Eran tiempos netamente diferentes. Como no había ni “carrera docente”, ni aluvión de proyectos, ni grupos de trabajo incentivados, ni necesidad imperiosa de puntos para oposiciones y puestos de trabajo… nos lanzábamos a la aventura a pecho descubierto. Individualmente o en pequeños grupo, cuando alguien sugería una línea de trabajo que gustaba, nos volcábamos para desarrollarla sin esperar absolutamente nada a cambio. Ese perfil del trabajo, basado en la innovación y la ilusión desmedida, hoy no está de moda y sólo algunos veteranos conservamos ese espíritu vocacional de un trabajo que se ha complicado notablemente; en ocasiones por una atomización irracional de responsabilidades y faenas que, es posible, nos conduzca  o nos está conduciendo ya, a algún punto no deseado (dicho así para no ser apocalíptico).

 

Bueno, voy a lo que iba… Tengo en mis manos el número 6 de LA FIGA. Revista fechada en junio de 1984 y con un dibujo de una fragatina en la portada: un dibujo claro y bonito de Antonia P. La “Presentación y Despedida de la revista” incluye un breve texto de ánimos vacacionales y luego están las firmas de todos y todas: 35 personas; una clase con mucho calor humano, ja, ja.

Las tres páginas siguientes están dedicadas al “huerto escolar”. El relato inicial es un texto de Julio L. que comienza asÍ: “Un día, Mariano el maestro, nos comentó la posibilidad de tener un trozo de tierra para trabajar un pequeño huerto. Pasaron algunos días y poco antes de Semana Santa, el Ayuntamiento nos dio el permiso para utilizar un trozo de tierra que había comprado a su anterior propietario…” En realidad el trozo de tierra estaba cerca del colegio, pero fuera del patio. Con el paso de los años conseguí que se destinara una zona del patio a huerto escolar y allí trabajamos con modestia y con ayuda de algunos padres que venían a labrarlo y de algunos compañer@s que echaban una mano, pero ya en este blog se recoge también la “unidecisión”, pedagógicamente insostenible, de acabar con él para convertirlo en un “parque temático de columpios” (una metamorfosis muy medioambiental y muy pedagógica, sin duda). Bueno, pasamos de tema.

 

Una página del periódico está destinada a comentar una actividad que hacíamos en la que trabajábamos poemas de autores conocidos. Dividíamos un folio en cuatro partes. En una copiaban el poema, en otra lo comentaban; en un tercer cuadro lo dibujaban y en el cuarto escribían unos rasgos biográficos del autor. Íbamos guardando las hojas y al final de curso, preparábamos una portada bonita y grapábamos todas las hojas de modo que cada cual disponía de un libro personal de poesía y de poetas, realizado por él mismo. Una actividad que aún es posible realizar, 25 años después, sin duda. Total que la página citada está compuesta por los textos valorativos de la actividad: cuatro textos firmados pro Amaya, Alberto, Julio y Óscar: Dice Óscar, entre otras cosas: “La poesía no me gusta mucho. Cuesta algo de entender. Sé que es bonita pero no la sé apreciar. Hacerlas ya me gusta más, porque me entretengo…” Alberto comenta: “Lo primero que hago para componer una poesía es hacerme un borrador. Luego ordeno y corrijo los versos hasta que suenan bien…”, Amaya dice que “… hay poesías que reflejan costumbres y cosas de otras época o de otros países; en realidad, la poesía abarca todos los temas imaginables” y Julio puntualiza: “… En la poesía uno expresa su opinión ante algo, por lo que la libertad de expresión es en este caso muy importante”.  Y ya que hablamos de poemas, este es el que escribió Dolores M.: “La vida es muy bella; / para unos corta / y para otros eterna. / En ella jugamos. / En ella aprendemos. / En ella brincamos… / No hay cosa más alegre que el vivir. / No hay cosa más triste que el morir. / En fin… / ¡Qué se le va a hacer, / si la vida es así”. Y Antonia P. nos trae unos versos divertidos, tomados del recuerdo oral familiar: “Una noche de verano llovía. / En las corrientes de un río seco / tres pájaros muertos revoloteaban. / Arranqué a correr en cueros, / con las manos metidas en los bolsillos. / Llegué a mi casa, cerré la luz / y apagué la puerta. / Me quité la ropa / la acosté en la cama / y yo me colgué de la percha”. Unos versos para arrancar una sonrisa y también para servir de base para posibles actividades de reescritura, tomándolos como punto de arranque.

 

La siguiente página se titula: “Refranes. Sabiduría popular”: una colección de 30 refranes “primaverales”, en castellano o en catalán, aportados por el alumnado: “En mars, tal com me trobo me´n vaig”. “Marzo pardo, señal de buen año”. “Cuan lo mars marseja, lo abril cantaleja”. “Para marzo quemó la vieja el sayo”. “Abril y mayo, llaves de todo el año”. “Mayo hortelano, mucha paja y poco grano”. “Pel juny, la falç al puny”…

 

En la sección “Noticias de la clase” encontramos algunas curiosidades. Ahora los son más debido al paso del tiempo y porque al leerlas uno evoca otros momentos emocionantes de una escuela más sorprendente y participativa:

.. “El Muy Ilustre Ayuntamiento nos ha enviado tres libros de lectura por participar en el concurso de slóganes para una campaña de limpieza que pretenden realizar”. Éstos son algunos de los que mandamos: “La papelera es un banco, ¡abre tu cuenta corriente” (Alberto) o “¿Quieres limpieza?, pues ¡empieza, empieza!” (Toni)…

.. “En clase hemos construido terrarios en los que hemos colocado diferentes animalillos. Cada grupo, en un doble folio, tenemos que hacer un trabajo de observación. Tenemos salamanquesa, mosca, saltamontes, lagartija…”

.. “Dos representantes de clase, elegidos por votación, fueron a visitar al Ministro de Educación y Ciencia al Centro de Recursos de Ballobar el pasado 25 de mayo (1984). Cuando llegó el ministro, se reunió con los maestros del centro y seguidamente atendió a los representantes que habían acudido. Los de nuestra clase le entregaron una carta de los niños de 3º y le preguntaron por el colegio nuevo, a lo que él les contestó que seguramente en el año 1986 ya estaría hecho. Por la tarde, los dos representantes contaron en la clase su aventura”.

.. “Ya son dos las veces que nos han hecho daño en el huerto. La primera nos arrancaron todas las plantas y en la segunda han pisado y destrozado tres matas de lechuga y ha arrancado dos matas de maíz. Todo lo demás se ha salvado del ataque”.

.. “Hemos recibido del hogar del jubilado tres libros por nuestra participación en un pequeño concurso con un mural con textos y dibujos”.

 .. “Tenemos cuatro vidrieras pequeñas pegadas en los critales de las ventanas; las hemos hecho imitando las de las catedrales góticas, con cartulina negra y papeles de colores transparentes”.

 

Libros antiguos” es el título de la siguiente página, en la que se relata la actividad de traer a clase libros y materiales escolares de la escuela que vivieron los padres o los abuelos de chicos y chicas. De cada objeto aportado se rellenaba una ficha identificativa con el año de edición o de uso, quién lo utilizó, precio, propietario… Después de un tiempo, hicimos una puesta en común sobre todo lo expuesto y ahí se recogieron también algunas de las conclusiones o de las aportaciones. El libro más antiguo era una “geometría” de 1.904. La ilustraciones estaban dibujadas en blanco y negro. Algunos libros estaban escritos para niñas y otros para niños y había varios con letra manuscrita… ¡Sorprendentes cuestiones para estos escolares de finales del siglo XX!

 

Tres páginas están dedicadas a narrar las peripecias de una “Salida a la ermita de San salvador”: “El día 29 de mayo salimos a las nueve de la mañana en un autocar. Desde Fraga cogimos la carretera de Torrente y, al cabo de unos cuatro kilómetros nos introdujimos por un camino sin asfaltar… Desde lo alto observamos el valle del río. Como el Cinca en esta zona se encuentra en su parte baja, observamos los meandros y también un trozo del río Segre…” Salidas para tomar conciencia del medio geográfico, paisajístico, histórico en el que vivimos, realizadas con mas entusiasmo que precauciones (aunque siempre se han tomado las razonables, claro) con el fin de observar y estudiar las cosas “in situ” y, olvidarnos de vez en cuando de los tediosos libros de texto. Una salida que nos permitía hacer algunas observaciones sobre flora y fauna, sobre la acción del hombre y sobre la geología (abundantes fragmentos de sílex, yeso y roca caliza). El relato termina así: “Estando en lo alto, pasaron tres aviones a toda velocidad y uno de ellos pudimos observarlo bien porque pasó cerca”. ¡Qué más se puede pedir!

 

Y siguiendo con las salidas, las tres páginas siguientes cuentan el viaje de fin de curso a Barcelona, realizado el día 13 de junio: “49 chicos y chicas y dos maestros acompañantes”. La visita se centró en el Parque Zoológico (en aquellos años, pocos, muy pocos lo habían visitado). Se cuenta cuánto llamaron la atención la actuación de la orca Ulises y la visión de Copito de Nieve (seguramente las dos “estrellas” que ha tenido el zoo de Barcelona a lo largo de su historia). También se visitó el castillo de Montjuich y el Pueblo Español y por último, nos acercamos al aeropuerto para ver cómo despegaban y aterrizaban los aviones (otra novedad para casi todos).

 

La penúltima página recoge una selección de “Noticias” aportadas, leídas y comentadas en clase: “El Presidente de la DGA, Santiago Marraco ha visitado Fraga para hablar del bilingüismo; ha visitado también  a la familia Arellano, los ceramistas” (12.1.84). “Saha Saha, la madre de Chu Lin, el oso panda que nació en Madrid, murió ayer de una gastritis. A la osa muerta la van a disecar” (19.10.83). “En la discoteca de Madrid, Alcalá-20, se ha producido un incendio con 81 muertos, la mayoría asfixiados por el humo” (17.12.83). “En la fábrica de camisas se han producido problemas laborales ya que se ha hecho un plan para ir reduciendo la plantilla. Esto afectará a muchas mujeres” (24.4.84) … La última página (la página 20) está dedicada al cómic, como siempre. El personaje protagonista, Rigo, se va de vacaciones y uno puede ir leyendo sus peripecias: “cantando bajo la lluvia, se encuentra con una rubia” o “¡Qué espeluznante, visita a un elefante!”…

 

Seguiré desvelando materiales de otro tiempo, pero aquí finaliza esta serie titulada “Viejos papeles”. Aunque revisaré otras publicaciones, buscaremos una nueva titulación de los post para no hacer la serie demasiado larga. No sé cuantos de los alumnos y alumnas que tuve esos dos años guardan todavía algunos de los ejemplares de estos trabajos. Hasta es posible que hayan desaparecido todos los ejemplares y sólo queden los míos. He pasado unos buenos ratos leyendo y recordando y viendo que muchas de las actividades que hacía 25 años atrás, hoy todavía podrían ser muy novedosas…

 

 

6 comentarios

Mariano -

Hola, Anny:

En realidad, desde que yo terminé magisterio hasta la actualidad o hasta hace unos pocos años, las cosas han cambiado notablemente (y observo, con tu acertado comentario que los cambios no han respetado fronteras). “Ser maestra o maestro” en los años setenta era involucrarse directamente en una escuela que era necesario cambiar, desde la acción directa con el alumnado, con el resto de compañeros o compañeras que estaban en la misma sintonía y abriendo los centros a la participación de la familias… Actualmente, hay muchos maestros y maestras que ya ocupan una serie de puestos administrativos que los han alejado de la acción directa con el alumnado (las liberaciones sindicales, los puestos en los Centros del Profesorado y Recursos y otras asesorías…)… Esa no era la tarea para la “que se habían preparado” y había que añadir a esto, la atomización de la enseñanza, fragmentada desde los primeros cursos, en horarios poco racionales y en multitud de áreas impartidas por distintas personas; el poco reconocimiento al tutor o tutora (a la postre, la persona sobre la que se descargan los problemas de disciplina, la imposibilidad de gobernar una clase, las quejas de las familias…) tampoco genera seguridad en las personas que se van incorporando… Y podríamos seguir con un panorama que -según como se mire- es poco halagüeño.

A pesar de todo eso, estar con los chicos y ayudarles a descubrir poco a poco algunos aspectos de la vida es una aventura impagable, en la que uno sale rejuvenecido.

Anny -

Hola Mariano
He leído con mucho gusto este último texto de tu serie de Viejos Papeles. Como lo dices «eran tiempos diferentes» en los que en la escuela uno podía mas libremente desarrollar sus nuevas ideas y eso no fue solamente el caso en España. Soy hija de enseñantes y desde la infancia las quejas de mis padres sobre los cambios en el sistema escolar se iban aumentando. Por un lado, las demasiadas normativas, los controles, las restricciones, los trámites para obtener o arreglar pequeñas cosas, etc..resultaron en la pérdida del entusiasmo hasta la falta de interés por la propia profesión de un número de sus cólegas «veteranos», que era muy lástima, pero hay que ser muy fuerte para resistir y no caerse en un estado de «bueno, yo hago solamente el mínimo y está”. Por otro lado, había (sobre todo más tarde) las quejas de que los jóven enseñantes mostraron (en general, afortunadamente había exepciones) ya desde el principio de su carrera mucho menos interés y compromiso por la escuela y su profesión. Puede ser a causa del ‘nuevo’ sistema pero también porque muchos consideran (y sobre todo los maestras y maestros – si puedo creer lo que me dice una amiga que da clases a futuros maestros) esa profesión como algo fácil y ideal, con jornadas de trabajo bastante cortas y muchas vacaciones...Yo pienso que todo profesión que tiene algo que ver con la enseñanza (a cualquier nivel, pero sobre todo con niños) necesita personas con un gran sentido de responsabilidad y como lo dices ‘un espirítu vocacional’ por el trabajo y no personas que buscan una profesión fácil y sin esfuerzos. No estoy convencida de que aquellos jóvenes que estudian para maestra/o se dan bastante cuenta de eso...
Para mi es sorprendente de que la actividad de hacer poemas de autores desconocidos tenga tantos buenos resultados. Sé que no todos los alumnos se convierten de repente en poetas pero por ejemplo la poesía de Dolores, para alguien de 11-12 años, me parece muy buena. Nosotros, a esta edad, no hicimos estas cosas en la escuela...
Por fin, después de muchísimos días grises, hoy tuvimos un día soleado y por la tarde, ya se nota que crecen los días y que la parte más sombrío del invierno ha pasado. Un abrazo.

Mariano -

Querida Ana:

Ya ves, aquí “revolviendo papeles”… Lo cierto es que, cuando lo hago, siempre me encuentro con algunos asuntos que ya había olvidado (sorpresas agradables, al fin); otros se recuerdan con bastante nitidez, aunque el documento escrito (que es la revista escolar) ayuda a precisar más y mejor. Ya sabes que le tengo mucho aprecio a guardar las cosas que he ido haciendo o impulsando, casi desde el principio de mi actividad docente; en la línea de lo que estás haciendo tú ahora en tu magnífica página “Biblioabrazo”.Gracias por estos saludos que me haces llegar al blog. Un fuerte abrazo, como siempre, amiga Ana.

Ana -

Me encanta encontrarme con estos posts tuyos llenos de experiencias con los alumnos.Es que siempre me entran ganas de ponerlas en marcha de manera inmediata, porque ya sé que siempre darán un buen resultado.No dejes de abrir estas ventanas ;)
Un abrazo enorme
Ana Nebreda

Mariano -

Querido Santi:

Bienvenido seas tú y tus sorprendentes y hermosas palabras. Acabo de llegar de Labuerda, de celebrar una fiesta pequeña, de esas que celebramos en los pueblos, en las que nos juntamos un centenar de personas y comemos, cenamos, charlamos, nos reímos, bailamos y nos alegramos de la vida y de al compañía. No sabía que para redondear la fiesta me esperaba este regalo tuyo al final del viaje.
No tengo nada que añadir a lo que has expresado. Solamente que las imágenes y las voces que nos llegan del pasado no deben servir para que nos balanceemos excesivamente sobre ellas, sino que deben servirnos como punto de partida para abrir nuevos frentes y construir sobre ellas el futuro.
Como siempre te digo cuando nos vemos, es un placer leerte. Mucha suerte, fuerza y honor, Santi.

Santiago -

Me encanta escuchar unos buenos recuerdos, es maravilloso leer cuantas cosas han podido disfrutar unas personas en su juventud. Estoy seguro que no habrán olvidado su infancia, su alegría ingenua y la apertura de sus ojos al mundo. Estas experiencias me alegran pues también las he recibido y he podido vivir con mucha emoción. Recuerdo… recuerdo la sensación del frío matinal, sin embargo, nada más recordar esto, siento la emoción de un nuevo día en la escuela, siento como el corazón se me llena de euforia y suelto una amplia sonrisa reflejando a un niño feliz...
Tengo una vida diferente ahora y extraño esos tiempos y vuelvo a ellos, y me regocijo de poderlos guardar. Pues es uno de esos recuerdos que te empujan fuera de la habitación triste y te impulsan a andar con poderosos pasos, en busca de la felicidad.