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Sensaciones y faenas (pocas) vacacionales de agosto (VIII)

Día 22. El texto matinal para Facebook está centrado en la excursión de ayer a la Francia pirenaica. Es un resumen, de lo que ya escribí ayer, con más detalle. Aunque suene  a repetido, lo pongo igualmente, para cumplir con la liturgia diaria:

Estamos tan cerca de la frontera francesa que, algunos días, nuestra excursión la sobrepasa y, en poco más de media hora, estamos ya en territorio francés. Evidentemente, no lo hacemos andando… Hoy hemos visitado, de más lejos a más cerca: Lannemezan, Sarrancolin, Arreau, Saint Lary… El sur de Francia, la Francia pirenaica es realmente bella: montañas elevadas, bosques tupidos y cuidados, ríos caudalosos, pueblos de arquitectura cuidada… Aunque este no es el lugar idóneo para contar la excursión, sí lo es para nombrar algunas cosas que nos diferencian. Francia participó en las dos guerras mundiales del siglo XX; sufrió un enorme castigo en vidas humanas y en instalaciones y pueblos y ciudades destruidos. Acabó, en las dos ocasiones, entre las potencias vencedoras; también tuvo sus guerras de descolonización: en el sudeste asiático y, sobre todo, en Argelia. El caso es que en todos los pueblos hay alguno o varios “memoriales”, dedicados a recordar los nombres de quienes perdieron su vida “en defensa de la patria”. En nuestro país, al tratarse de una guerra civil,  los vencedores impusieron su unilateral criterio de recordar a “sus caídos” y utilizaron “de tablón de anuncios”, la fachada de muchas iglesias… Otra cuestión llamativa es el nombre de algunas calles o plazas, que ya nos gustaría poder leer en muchos de nuestros pueblos y de nuestras ciudades…: “Place de la République” o “Place des droits de l´homme et du citoyen” (Plaza de los Derechos del Hombre y del Ciudadano)…”

Esta mañana, a través del citado Facebook, me he encontrado en mi muro un enlace con el blog de una amiga andaluza, Carmen Cañabate. Carmen ha recibido el último “Gurrión”, junto con un ABCdario especial y me dedica un largo y cariñoso post que me ha emocionado y me ha colocado al borde de la lágrima. En el enlace siguiente se puede acceder al documento:

http://cuentosdebrujasyotraszarandajas.blogspot.com.es/2014_08_01_archive.html

Este verano, como en realidad no ha hecho verano, (igual ha sido por eso, je, je) no hemos tenido “canción del verano”… ¡BIEEEEN!

La prensa sigue ofreciendo un ramillete de noticias que siembran el desasosiego, la incertidumbre y bajan fulminantemente la moral. ¡Joder, cómo está todo por ahí fuera! La muerte, degollado, de un periodista a manos de un miembro del Estado Islámico (otra aberración más en esa zona geográfica de Oriente Medio, en la que uno pensaba que ya no cabía más salvajismo) ha sido el penúltimo acontecimiento mediático. En Gaza se alternan fugaces treguas con brutales bombardeos y asesinatos, sin que haya nadie que ponga algo de cordura y detenga la sangría y la destrucción. En los “modélicos” EEUU, la policía vuelve a dar señales de su brutalidad, especialmente con la gente de color. Los países africanos más afectados por el ébola se ven en serias dificultades para controlar la enfermedad, si no llega más ayuda de Occidente. En Ukrania continúan los enfrentamientos entre los prorrusos y los ukranios, con muertes de por medio, con una incapacidad total para ponerse de acuerdo y dirimir sus diferencias aún a costa de vidas humanas… Todos los días, los medios de comunicación, nos regalan imágenes y titulares que encogen el ánimo y nos dejan hundidos, sobrepasados por estos estallidos de violencia ilimitada; en realidad, una muestra diminuta de lo que pasa cada día en el mundo.

 

Día 23. Y, hoy, algo más sobre la incursión en territorio francés; unas consideraciones sobre la fotografía y la descripción o la mención a una docena de fotos que acompañan al texto en Facebook:

Con las cámaras digitales disparamos fotos como si fueran ametralladoras… Al final de una excursión, de una jornada en el monte, en una ciudad, etc., el botín fotográfico es considerable… A mí me gusta fotografiar detalles. No hago ascos a las panorámicas, a los edificios, a los paisajes; pero me gusta individualizar o singularizar algunos elementos, descontextualizarlos un poco del marco en el que se encuentran. Es lo que hago cuando fotografío una chimenea, un llamador de una puerta, una oveja, una ventana, etc., etc.

Viene esta disertación a cuento porque he seleccionado una docena de fotos del viaje a Francia del que os hablaba ayer y la mayoría de las seleccionadas responden a lo que comentaba… Nada más cruzar el túnel de Bielsa-Aragnouet, encontramos un rebaño de ovejas “expandiéndose” por libre por la carretera y aledaños. Hubo que parar el coche y sortear a los animales. No faltó la oveja negra ni la señal de paso de vacas, aunque quienes pasaban eran ovejas… Una señal de paso de escolares, con un dibujo diferente de los que encontramos por aquí. En Aínsa hay una carnecería que se llama Sotillo y mira tú por donde, encontramos en Lannemezan otro establecimiento con el mismo nombre, aunque aquí en lugar de vender carne, venden zapatos (chausures)… La fachada de una librería llamó nuestra atención, por el original y sugerente nombre de la misma: “Le Vent des Mots” (El viento de las palabras). En Arreau fotografiamos la portada de una iglesia del siglo XII (La chapelle Saint-Exupère) y también una “lucana” del tejado… Las rugosidades del tronco de ese roble centenario hablan de una larga vida a la intemperie. Sobre el Renault-4 (el famoso “cuatro latas”) nada que añadir, es curioso observar su figura aparcada en una calle de Sarrancolín y los motivos florales de las calles de Lannemezan nos llamaron mucho la atención porque embellecen mucho la vía y la vida pública. Las ventanas enmarcadas en motivos de madera de una fachada y el gallo francés (le coq) en lo alto de una torre cierran esta selección de detalles franceses… Espero que os gusten estas fotos y que vayáis modificando un poco la mirada al hacer las vuestras; invitación que os hace este aficionado que tiene mucho que aprender…

Hace nueve años (en noviembre de 2005) estuve en Orihuela dando una charla sobre asuntos de bibliotecas escolares y fomento de la lectura (imagino, porque no tengo recuerdos precisos). Una de las personas asistentes –Ana María Cayuelas- me escribió en una hoja de cuaderno una dedicatoria muy amable y su dirección y teléfonos. En la misma hoja, en la parte izquierda, anoté yo unos días más tarde, los materiales que le envié por correo postal (práctica que he mantenido desde siempre porque creo que una revista, una guía de lectura, un librito, etc. siempre estará mejor en las manos de una persona que guardado en una caja o cajón). No recuerdo si Ana María me comunicó la recepción de mi regalo; imagino que sí lo haría… El caso es que, ha aparecido ante mí esa hoja de nuevo y, como ya han pasado unos años y no sé qué habrá sido de ella, le he escrito una carta contándole algunos sucedidos desde entonces. Sé que es como lanzar un mensaje dentro de una botella en una playa, esperando que al otro lado del mar haya alguien sensible que lo recoja. Esa imagen de la botella, unida a la natural incertidumbre de si recibirá mi carta, me han motivado para escribirla y esperar a ver qué pasa…

Voy recibiendo algunas colaboraciones para el número 137 de El Gurrión (el que saldrá en noviembre). Hoy me ha escrito una de las colaboradoras más fieles y veteranas, Carmen Irene, que además tiene un sentido del humor especial y que, con muchas de sus comunicaciones, me parto, je, je. Vean, o mejor dicho, lean un fragmento de la carta que acompaña su colaboración: “…Si tuviera que reencarnarme lo haría en pájaro, qué suerte. O ser política, sí mira eso no lo había pensado. Que chollo maño, te escañas y ya tienes la vida resuelta, buena pensión con siete años, te pegas la vida bla, bla, bla, echas parva a la secretaria, o al secretario, me llevo un gigolo a la cama si quiero, o me voy a  hacer el camino de Santiago, mejor el del Cid; jodo a todo bicho viviente, pagan unas comisiones por las obras que son como el derecho de pernada, ¡eso es vida! Y encima tienes seguidores y fans que se pegan  por una palabra tuya en un mitin. Los militantes mirándome embelesados con cara de gilipollas cuando yo digo “y esto es coyuntural, y la sequía es pertinaz”, y todos aplaudiendo, y yo en medio, y encima euros y más euros..., para mí la fábrica del Banco Mundial. Jo, ¿tú te figuras? ¡Joder, qué tarde llego a todo!” Sin humor estaríamos todos perdidos.

La columna de contraportada de hoy en El País la firma Julio Llamazares y se titula “Osos”. Me ha gustado. Dice que se congratula, tal como hacen las autoridades de Asturias y Castilla y León, de que se hayan contabilizado más de 50 hembras con crías en la codillera Cantábrica esta pasada primavera, pero dice que se preocuparía más de que en ese mismo territorio hubiera 50 mujeres con hijos, que no las hay ni de lejos… Lleva algo de razón Julio cuando afirma: “Tanto ocuparnos del oso y del urogallo y al final va a resultar que la verdadera especie en extinción en muchas zonas de España es el hombre”. Los que hemos nacido en Sobrarbe, también podríamos afirmar lo mismo.

Jessica Vall ganó ayer una medalla de bronce en los 200 braza del europeo de Berlín. Licenciada en Biomedicina con excelente notas, declaró hace unos meses: “La Ley Wert fue un desatino. Entendí lo que hicieron los estudiantes que negaron el saludo al Ministro, se lo merecía”. Me gusta esta chica de sonrisa cautivadora, con criterio, y que sigue estudiando un máster en Bioética, mientras, a sus 26 años, es capaz de conseguir estos éxitos deportivos de primer nivel.

 

Día 24. Como ya lo explico a continuación, no voy a presentar el mini texto para Facebook. Lo acompañan dos fotos del salón y una de las casas que veo desde el balcón, con la Peña al fondo. Dice así:

Como es domingo, fin de semana, y la estancia continuada en este rincón está tocando a su fin, hoy “no saldré de casa” para presentaros algo nuevo. Este es parte de mi lugar de recogimiento, lectura y escritura. Aquí me siento rodeado de algunos estímulos (en ocasiones, invisibles o inmateriales) que favorecen esas prácticas.

 Si miro a través de los cristales del balcón, veo la Peña Montañesa; si me asomo descaradamente, apoyado en la barandilla, tengo a mis pies la Plaza Mayor, la Losa de las reuniones, la fuente de las cuatro caras (incluida la de un sorprendente cíclope)… Si abro una vitrina, puedo tomar un libro o una cajita de fósiles o una pequeña colección de chapas de botellas o algunas cajas de cerillas viejas, álbumes de cromos, … Tengo a mi alcance libros y cuadernos de la escuela antigua, recuerdos de algunos viajes y algunos apreciados regalos…

El granero-salón ya no guarda la cosecha (o parte de ella) de trigo o de cebada; ahora guarda otros bienes materiales de características diferentes, aunque también son alimenticios, no para el cuerpo, pero sí para estimular las emociones y despertar algunos sentimientos… Con este texto, termino estas contribuciones mañaneras en mi muro que he mantenido por espacio de más de dos semanas seguidas. Ha sido un reto y una experiencia. Salud y buena lectura “feisbuseros y feisbuseras”.

Escribo un artículo para que lo publiquen en La Voz del Bajo Cinca, en la edición de principio de septiembre. Espero que no haya ningún problema. Hasta el momento, nunca lo ha habido. He colaborado frecuentemente escribiendo en sus páginas y también, mientras duró, publicando pequeños reportajes fotográficos a dos páginas sobre viajes o espacios sobrarbenses, en una sección que se llamaba “Miradas”. En este caso, tiene que ver con dos concursos en los que el Colegio Miguel Servet de Fraga ha sido seleccionado para la final de los mismos: uno a mediados de junio (en el que nos quedamos sin premio) y otro que se resolverá a finales de septiembre (en el que puede pasar lo mismo), pero estar en la final ya es muy meritorio y quiero que se enteren en Fraga.

Veo que Daniel ha publicado en su muro de Facebook la colocación en sus álbumes de la chapa número 11.000. Precisamente, una que hace pocos días le trajeron de Tahití… Yo creo que el coleccionismo es fascinante. Mi hijo también, je, je.

Como igual hojeo periódicos del día que de días atrasados, acabo de leer un artículo de Antón Castro, en el Heraldo de Aragón del pasado viernes sobre un libro de Ángel Esteban en el que habla de treinta autores, escritores que fueron alguna vez bibliotecarios; unos un tiempo largo y otros, un breve tiempo. El libro se titula: “El escritor en su paraíso. Treinta grandes autores que fueron bibliotecarios”. Lo ha editado este año Periférica. Me interesaré cuando baje a Fraga por conseguirlo.

A las siete de la tarde nos bajamos al barrio Banastón, a casa de nuestros amigos José Manuel Abad e Irene Buil. Allí nos encontramos con Fernando Sarrato y Carmen y con José Mari Salas. La velada comienza a las siete “al compás” de unas cervezas de marca “Rondadora” (la cerveza del Sobrarbe) y termina a la una de la madrugada. Charramos de lo divino y de lo humano y nos echamos unas risas “que pa qué”. Con Fernando y José Mari coincidimos en magisterio, hicimos las prácticas en el mismo centro y, años más tarde, jugábamos en el mismo equipo de fútbol: el gran Rosendo Novas, C.F. (je, je). El pasado 21 de junio coincidimos en Huesca en la jornada de reencuentro de la promoción que finalizamos los estudios en 1974. Los Abad preparan una cena copiosa, nos acogen en su envidiable finca y no cobijan con su amistad. Cuando ocurren estas cosas, uno se siente feliz y percibe la amistad como uno de los motores que nos empujan hacia delante, a las personas.

2 comentarios

Mariano -

Enigmático José Mari Salas:
Eso que has escrito casi lo podría firmar el gran Tito de Barbastro.
Estas reuniones de personas, que habitualmente no se ven, pero en las que los temas de conversación son variados y siempre invitan a participar y en las que uno se siente cómodo, relajado y feliz, indican que ha habido una relación sólida y sincera en un tiempo. No es necesario, aunque sería deseable, verse con más frecuencia para mantener esa amistad fresca y cuidada. NO sé qué opinas tú al respecto, pero yo así lo veo. Un abrazo.

José M -

Confirmo la excelente categoria de los anfitriones José Manuel e Irene. Fué una tarde muy agradable que pone de manifiesto el saber que somos.