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Marte

Se me han juntado en las manos, estos días de agosto, lascrónicas periodísticasde la llegada al planeta Marte del robotCuriosityy lasCrónicas marcianasde Ray Bradbury. Y debo reconocer que me ha resultado muy curiosa esta coincidencia. Con ambas lecturas, he querido hacer un cruce de palabras, entre la prensa diaria y la literatura: ejercicios inútiles para pasar el tiempo

"La gente se agrupaba en las galerías de piedra o se movía entre las sombras, por las colinas azules. Las lejanas estrellas y las mellizas y luminosas lunas de Marte derramaban una pálida luz de atardecer. Más allá del anfiteatro de mármol, en la oscuridad y la lejanía, se levantaban las aldeas y las quintas. El agua plateada yacía inmóvil en los charcos, y en los canales relucían de horizonte a horizonte. Era una noche de verano en el templado y apacible planeta Marte…” Así comienza una de lascrónicasque escribe Bradbury, la que se titulaNoche de verano, fechada en agosto de 1999, en este curioso libro del que voy a ir hablando. Y, precisamente, en una mañana de verano, se producía el descenso y aterrizaje en la superficie de Marte de un nuevo artefacto:El Curiosity ha marcado un triunfo histórico en Marte. El vehículo todoterreno de la NASA sobrevivió ayer al más arriesgado y difícil descenso al suelo del planeta vecino que jamás se ha realizado () La misión científica del Curiosity, que comenzará dentro de unas semanas, cuando se hayan revisado y puesto a punto todos los equipos de a bordo, pretende ayudar a determinar si Marte pudo tener en algún momento condiciones aptas para la vida…”, leo en la prensa del 7 de agosto.

Vuelvo al libro:Afuera brillaba el inmenso cielo azul de Marte, caluroso y tranquilo como las aguas cálidas y profundas de un océano. El desierto marciano se tostaba como una prehistórica vasija de barro. Un cohete pequeño yacía en la cima de una colina próxima y las huellas de unas pisadas iban desde el cohete a la casa de piedra () ¿De dónde dice que vienen? El capitán emitió una blanca sonrisa.Al fin nos entendemos, les murmuró en un aparte a sus hombres, y le dijo al señor Aaa-: -Recorrimos noventa millones de kilómetros. ¡Desde la Tierra!

El señor Aaa bostezó. –En esta época del año la distancia es sólo de setenta y cinco millones de kilómetros. Bueno, tengo que irme. Lleven esa estúpida nota a la aldea de Iopr del otro lado de la colina, y hablen con el señor Iii…”

De vuelta al diario, El País, nos encontramos con esta breve ficha técnica de lo que ha supuesto este viaje: El Curiosity, con un peso de 899 kilos en la Tierra, mide 3 metros de largo, 2,8 de ancho y 2,1 de alto. Fue lanzado desde Florida el 26 de noviembre de 2011 y ha recorrido 567 millones de kilómetros de Marte. El coste de la misión asciende a 2.000 millones de euros.

En estos increíbles viajes espaciales, hay un punto de incredulidad, unido al asombro extraordinario que suscitan en la mayoría de la población. Ante muchos de los avances de la ciencia y de la técnica, nos sentimos empequeñecidos y, en ocasiones, se producen reacciones singularesSi todavía hay gente que piensa que nunca llegó el hombre a la luna, que todo fue un montaje de los americanos del norte, ¡qué vamos a decir de las noticias que llegan de sondas y artefactos que se aproximan o llegan a la superficie de otros planetas del sistema solar! No obstante, resultan asombrosos los datos que ofrecen los medios sobre estos temas. También asombran los textos, los libros escritos por auténticos visionarios que imaginaron esos viajes (mucho antes de que se iniciaran) y se aventuraron a describir los paisajes y los habitantes de esos mundos lejanosLa literatura nos ofrece, también en estos temas, propuestas que tratan de satisfacer nuestra curiosidad o nos proporciona hipótesis curiosas que podemos contrastar con los conocimientos científicos a los que también podemos tener acceso.

Volviendo al ir y venir del libro a las noticias de prensaBradbury, en el texto tituladoEl contribuyente, fechado en marzo de 2000, escribe:Quería ir a Marte en el cohete. Bajó a la pista en las primeras horas de la mañana y a través de los alambres les dijo a gritos a los hombres uniformados que quería ir a Marte. Les dijo que pagaba impuestos, que se llamaba Pritchard y que tenía el derecho de ir a Marte () Los amenazó con los puños y les dijo que quería irse de la Tierra; todas las gentes con sentido común querían irse de la Tierra. Antes que pasarán dos años iba a estallar una gran guerra atómica, y él no quería estar en la Tierra en ese entoncesPulsamos este tema en el diario que tengo a mi lado (recuerden, del día 7 de agosto de 2012) y podemos leer:Habrá que esperar, y bastante, si no se da al asunto el impulso político necesario y la financiación imprescindible, para que un grupo de astronautas emprendan un viaje, que duraría un par de años, al planeta rojo.Según palabras del Director de la NASA:Obama ha fijado la ambiciosa meta de enviar humanos a Marte a mediados de la década de 2030 y este aterrizaje supone un paso significativo en el logro de ese objetivo.

El cohete se posó en un prado verde. Afuera en el prado, había un ciervo de hierro. Más allá, se alzaba una alta casa victoriana, silenciosa a la luz del sol, toda cubierta de volutas y molduras rococó, con ventanas de vidrios coloreadosAlrededor del cohete y en las cuatro direcciones se extendía el pueblo, verde y tranquilo bajo el cielo primaveral de Marte. Bradbury nos coloca, en el capítulo tituladoLa tercera expedición, en un supuesto inquietante. El capitán John Black, que lidera una expedición de diecisiete hombres, tras el asombro de haberse encontrado (él y todos sus hombres) con los seres queridos que ya habían fallecido, en un entorno calcado al que ellos vivieron, descubre algo tarde lo que está a punto de ocurrirles, cuando reflexiona: “… Y supongamos que esa pareja que duerme en la habitación contigua no sea mi padre y mi madre, sino dos marcianos increíblemente hábiles y capaces de mantenerme todo el tiempo en un sueño hipnótico ()

A la mañana siguiente, la banda de música tocó una marcha fúnebre. De todas las casas de la calle salieron solemnes y reducidos cortejos llevando largos cajones, y por la calle soleada, llorando, marcharon las abuelas, las madres, las hermanas, los hermanos, los tíos y los padres, y caminaron hasta el cementerio, donde había fosas nuevas recién abiertas y nuevas lápidas instaladas. Dieciséis fosas en total, y dieciséis lápidas…”

Y si regresamos de nuevo al periódico, en este caso al Heraldo de Aragón del 7 de agosto, nos sorprende saber que:Para tener a punto la estación, sus creadores buscaron ambientes análogos al de Marte donde probar el instrumento. Los investigadores del Centro de Astrobiología acudieron en otoño a los Monegros, después de que en agosto se descubrieran, bajo la superficie marciana, movimientos de agua cargada de sales como ocurre en la salineta de BujaralozAdemás, los Monegros también se parecen a Marte en su aridez extrema y la diferencia de temperaturas entre el día y la noche (aunque allí pueden alcanzar más de 100ºC)…”

Sin agotar el tema, pero siguiendo con él, copio un nuevo fragmento del libro de Bradbury, tituladoLos colonos, fechado en agosto de 2001:Los hombres de la Tierra llegaron a Marte. Llegaron porque tenían miedo o porque no lo tenían, porque eran felices o desdichados, porque se sentían como los Peregrinos, o porque no se sentían como los Peregrinos. Cada uno de ellos tenía una razón diferente. Abandonaban mujeres odiosas, trabajos odiosos o ciudades odiosas; venían para encontrar algo, dejar algo o conseguir algo; para desenterrar algo, enterrar algo o alejarse de algo. Venían con sueños ridículos, con sueños nobles o sin sueños. El dedo del gobierno señalaba desde letreros a cuatro colores en innumerables ciudades: HAY TRABAJO PARA USTED EN EL CIELO. ¡VISITE MARTE! Y los hombres se lanzaban al espacio…”

Y este final nos pone en contacto con losmarcianos y marcianasque gobiernan ahora este país, que hacen una tropelía tras otra, que están desmontando la educación, la sanidad, las pensiones; que mienten continuamente y hacen justo lo que hace poco decían que no harían bajo ningún concepto; que han desterrado la ética y la moral en sus actos; que se ríen abiertamente y aplauden decisiones que van en contra de los ciudadanos y que también han conseguido que la gente empiece a plantearse ir a Marteo a cualquier país de Europa o de otros continentes. Esa es su última gran aportación al fortalecimiento del país: convertir a miles de sus ciudadanosespecialmente aquellos que están más y mejor formados- en emigrantes, invitándoles a viajar bajo rótulos como éste: HAY TRABAJO PARA USTED EN LA TIERRA, PERO EN OTRO PAÍS DIFERENTE DEL SUYO. ¡QUÉ TENGAN SUERTE!

Y ustedes, posibles u ocasionales lectores, que pasen un buen verano o lo que queda de él. Si tienen oportunidad, lean lasCrónicas marcianasde Ray Bradbury y estén atentos a los descubrimientos delCuriosity”… No pierdan nunca la curiosidad.

2 comentarios

Mariano -

Hola, Silvia:
Pues, digas lo que digas, recorrer 6000 kilómetros en 18 días, no hace mucho tiempo hubiera sido considerado "ciencia ficción", je, je.
Haces bien en preocuparte más por la vida real; a mí también me pasa lo miso, no creas .Pero en esta ocasión se juntaron dos circunstancias y quise contarlo. Un abrazo, amiga y a seguir bien. Por aquí caminamos hacia la mejoría total...Un abrazo.

Silvia Luz -

Hola Mariano!
hace tiempo que no te leo ni escribo. Nos fuimos de vacaciones unos 18 días, recorrimos centro y noroeste del país, nada más que 6.000km, y al llegar a casa mi computadora no andaba bien así que la llevé a arreglar, esta buena gente la "arregló" pero me desinstaló todos los contactos, así que con paciencia (que mucha no tengo) estoy volviendo a encontrarlos, junto con el desquicio me cambió los programas o los actualizó, no sé, la cuestión es que tengo que aprender a usarla otra vez, estoy refeliz, como te imaginarás.
Con respecto a los "marcianos" y a Marte, me pasa algo que supongo viene con los años, antes me interesaba mucho el tema, pero ahora lo ignoro olímpicamente, lo encuentro tan lejano a mi vida que no me interesa, como todo lo fantástico, mágico, terrorífico o de ciencia ficción, ya sea en libros o películas, qué se le va a hacer! mis intereses ahora son recorrer el mundo real. Un abrazo, espero que Mercé esté bien. Felices vacaciones o lo que quede de ellas.