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Apuntes de lecturas de verano (I)

Hoy sábado, 28 de julio, he pensado en escribir algunas notas sueltas relacionadas con lecturas fragmentarias que voy haciendo a lo largo de todo el verano. Me cuesta alimentar este blog y en este tiempo vacacional, alejado de Internet y del ordenador, vagueo más en esta materia.

.. Resulta que hace tres o cuatro días terminé la lectura de la novela-cómic Persépolis, de la iraní Marjane Satrapi. Me gustó mucho y la leí con mucho interés. Recuerdo haber leído alguna reseña y escuchar alguna referencia a esa obra hace ya unos años, pero no ha sido hasta éste que me la encontré de nuevo (como consecuencia del trabajo sobre el cómic realizado este curso en la biblioteca escolar del colegio) y la adquirí para la Biblioteca de Labuerda. Justamente hoy, dicha autora ocupa la portada de la revista “S. Moda” que distribuye los sábados El País. En el interior hay una entrevista con ella que resulta curiosa… Aquí un par de preguntas y respuestas:

¿Por qué continúa editando sus libros con la pequeña editorial L´Association?

- Porque cuando nadie los quería, ellos me los publicaron. Ahora las grandes editoriales me buscan, pero si mis libros dan dinero, quiero que la gente que creyó en al principio pueda beneficiarse. En los años 70 Salvador Allende dijo que el día que la prensa cayera en manos de gente con empresas sería el fin de la democracia. Lo dijo 40 años antes que nadie y tenía razón. Yo creo en una editorial que es independiente y que no tiene que ver con traficantes de armas o mafiosos.

¿No le han dado ganas de publicar una autobiografía de su vida parisina?

- Persépolis no era realmente una autobiografía aunque me utilizaba a misma para hablar de la historia de Irán. Creo que uno escribe una autobiografía porque detesta a su padre o a su madre, no se atreve a decirlo y a través del libro les trasmite hasta qué punto los detesta. A cuando no me gusta alguien se lo digo, no escribo un libro. Es más fácil y más rápido.

 .. El artículo de Javier Marías en la revista de El País Semanal (15.07.12) está construido con una estrategia que he usado en varias ocasiones, tanto para escribir cartas al periódico, como para armar algunos post en este blog. Me hizo gracia esa coincidencia. Se trata de tomar un diario de una fecha cualquiera (o si se quiere tomar más ejemplos y más variados podemos hacer el seguimiento de un diario a lo largo de una semana, por ejemplo). A partir de ahí, anotamos titulares de noticias que nos permitan articular un discurso sobre la actualidad y el resto corre de nuestra cuenta. Podemos utilizar el sentido del humor para sacarles punta o utilizarlas como argumentos para aventurar unacabreoterapiaen condiciones. Una de las noticias que más le llama la atención es el descubrimiento de una multitudinaria red de espionaje que vendía datos de 3.000 personas al mes, tanto conocidas como desconocidas.Un obsceno comercio de datos de todo tipoy hay 150 sospechosos de haberlo practicado. (A continuación, hace una larga relación de cargos y profesiones de todo tipo involucrados en el tema). El ejercicio de Marías acaba realmente mal, porque, tras sacar titulares negativos de todas las secciones del periódico, concluye que:Es el tejido social entero el que parece dispuesto a trapichear con lo que sea y a vender al vecino. Les ruego que no envíen cartas diciéndome que hay muchos funcionarios y empleados honrados. Sin duda, sólo faltaría que todos fueran chorizos vocacionales u ocasionales. Pero 150 personas ´normales´, a las que vemos y saludamos a diario, involucrados en esa óbscena´ red descubierta, son ya demasiadas para que lo normal no sea anómalo, y encima no se perciban esas gigantescas anomalía y podredumbre. Más que una visión pesimista, puede ser una visión bastante real, dada la situación de quebranto moral en la que vivimos.

 .. Manuel Vicent inicia sus colaboraciones veraniegas en la contraportada de El País (15.07.12) con un artículo tituladoEl maestro de escuela y aquel niño. Tal como hemos terminado el pasado curso escolar y tal como ha continuado la administración, usando las tijeras de podar, con altos niveles de insensibilidad, se agradecen artículos que reflexionan sobre la escuela, los maestros y maestras y el alumnado, aunque no tengan nada que ver con lo que está pasando. Y sobre todo, que esa reflexión fortalezca la figura del maestro honesto, trabajador y próximo al niño o la niña.

Vicent habla de Albert Camus, el escritor francés de origen argelino que dedicó su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura (1957) a su maestro de escuela primaria, el señor Germain Louis:Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, no hubiera sucedido nada de estoSus esfuerzos, el corazón generoso que usted puso en ello, continuarán siempre vivos en uno de aquellos escolares que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido.

El artículo lo tengo doblado y guardado dentro de las páginas deEl primer hombre, un libro póstumo que se editó aprovechando el manuscrito incompleto que dejó Camus en el momento de su muerte. Precisamente, al final del libro se reproducen dos cartas: una de Camus a su maestro y la respuesta de éste. Suelo guardar en el interior de los libros aquellas referencias de prensa que encuentro; bien sean referidas al libro en cuestión, al tema o al autor o autora del mismo.

Y Vicent, con la maestría que le caracteriza, tras esa evocación de Camus y el señor Germain nos cuenta una historia similar:Era un día de junio. El niño se levantó temprano. Su madre le lavó la cara y el pelo con jabón en una palangana en el corral, le fregó la roña de las rodillas con un estropajo, le ayudó a vestirse con los pantalones cortos, la chaqueta, la camisa blanca y la corbata, todo nuevo estrenado para el caso. El padre se despidió de su hijo sin palabras antes de ir al campo a trabajar de jornalero. El maestro acompañó a este niño en el tren hasta la ciudad. En el vestíbulo del instituto lo dejó en medio de la ruidosa algarabía de otros niños que eran vástagos de la burguesía ciudadana. El niño se sentó por primera vez en un pupitre y esperó las preguntas del examinador. Lengua, historia, geografía, matemáticas. A la salida del examen el maestro de escuela se lo llevó a tomar un bocadillo y un refresco a un aguaducho del parque. Allí posaron juntos para una foto del pajarito con palomas a los pies. El arquitecto repasa el álbum y recuerda a sus nietos que aquel día fue el más feliz de su vida. El maestro se llamaba Don Manuel y ya hace mucho tiempo que ha muerto.

Y yo aprovecho para contar que mi maestra María Pilar Caro se ocupó durante algunos meses en la escuela de Escanilla (el pueblo de nacimiento de mi madre) de prepararme para hacer el examen de ingreso de bachiller y el examen de beca. Me alojaba en cada de mis tíos Rosario y Federico, que me trataron como si fuera un hijo más; en la misma casa donde se alojaba la maestra. El examen de ingreso lo hice en L´Aínsa y no recuerdo bien, pero es probable que me acompañara ella. recuerdo bien el examen de beca que realicé en un instituto en Barbastro. Pilar me acompañó en el coche de línea y me alojó en una alcoba de su casa, me acompañó al lugar del examen, me dio de comer y cenar y regresamos juntos a Escanilla. Recuerdo, además, que me mareé en el autobús porque iba lleno y tuvimos que bajar de pie, incluyendo el Alto del Pino, incluso vomité en la bolsa de plástico que llevaba siempre conmigo cuando viajaba. Gracias a sus cuidados me recompuse y al día siguiente pude hacer el examen y aprobarlo para que me concedieran una beca con la que estudiar el bachiller elemental que iba a comenzar el curso siguiente. Mucha gratitud guardo hacia María Pilar, una maestra como el señor Germain, como Don Manuel

..Usted ya no lee ni escribe como antes. Este es el llamativo titular de un reportaje a doble página que publicaba El País el pasado 17 de julio, firmado por Antonio Fraguas. Estamos en pleno debate de hacia dónde caminará el texto; qué soporte será el más utilizadoPero también están en juego todos los trabajos que tradicionalmente giraban en torno a la industria editorial. Es tiempo de reformulaciones y de reinvenciones. Leo:Pese a las suspicacias que los nuevos soportes puedan levantar en los autores y lectores tradicionales, las primeras investigaciones muestran que aquellas personas que leen en formato digital leen más que las que lo hacen en papel. Julieta Lionetti, responsable de noticias sobre el mercado del libro en español:No leemos solo con los ojos. Leemos con las manos, con el cuerpo todo, que adopta una u otra postura según el género y la intención. La revolución digital ha roto el antiguo lazo entre los textos (las obras) y los objetos (los libros). Esto cambia la forma en que leemos. ¿Cómo? En la lectura digital jamás nos encontramos ante la obra entera. No tenemos experiencia sensible de su totalidad. La lectura a ´saltos y brincos´ de la que hablaba Montaigne al referirse al libro códice no es equivalente a la fragmentación que nos propone la pantalla luminosa o de tinta electrónica. En el libro digital, avanzamos solo en el tiempo, nunca en el espacio exterior de la materialidad.

Complementando el amplio reportaje de A. Fraguas, podemos leer también un artículo más breve de Javier Celaya (miembro de una consultora editorial) quien afirma:Aunque todavía es pronto para determinar si los futuros hábitos de lectura serán mejores o peores que los anteriores, todo indica que vamos a leer de forma más interactiva y fragmentada, que no es lo mismo que superficial. Desde los códices, pasando por la imprenta, cada evolución en la larga historia de la escritura ha obligado a los lectores a reaprender una nueva manera de procesar y almacenar la información.

Un artículo interesante porque contiene afirmaciones que pueden hacernos reflexionar y ofrece puntos de vista que pueden modificar nuestra manera de enfocar el tema. Para quienes llevamos muchos años a vueltas con el fomento de la lectura y la escritura, las reflexiones aquí contenidas merecen ser tenidas en cuenta para armar nuevas estrategias que contemplen este nuevo escenario donde la lectura y escritura en soportes digitales será cada día más habitual en este futuro-presente en el que nos encontramos.

 Volveré con nuevas reflexiones dentro de unos días, al hilo de las noticias que vaya leyendo, recortando y guardando. Buen verano.

3 comentarios

Mariano -

NIG y Mamen:

Me alegra mucho leer vuestros comentarios. Sobre lo que dice Nati, pues solo quitar importancia. Todas las cosas suceden por algo o, mejor dicho, para que ocurran tiene que darse algunas condiciones, algunas coincidencias… Y eso es lo que ha pasado en estos últimos años en nuestro colegio. Cierto que, además, es necesario que haya gente dispuesta a hacer cosas que no se habían hecho y a mantenerlas en el tiempo con una notable implicación personal. Tú eres un buen ejemplo de todo ello. Un abrazo.

Curiosamente, Mamen, Nati es una ferviente lectora con dispositivos digitales y podríais muy bien intercambiar experiencias personales al respecto. Yo todavía no he comprado ningún dispositivo e-book o similar, pero continuamente estoy leyendo en pantalla. Soy consciente de a dónde vamos y me parece razonable y normal esta transformación que augura el futuro. Siempre fue así… Lo que hay que hacer es leer buenos libros, independientemente del soporte que utilicemos. De modo que buen verano: un tiempo ideal para cultivar los placeres que cada cual estime más acordes con su forma de ser. Un abrazo

Mamen -

¡Buen verano, Mariano!
Simpatizo con las pequeñas editoriales y no creo que el fin de una autobiografía sea como ha dicho Satrapi...
Leí el articulo de Vicent y me gustó que de vez en cuando nos recuerden que existen maestros, como has dicho tú, "honestos, trabajadores y cercanos al niño" capaces de generar en un adulto tanta gratitud ¡qué bueno es eso! Y añadiría por nuestra situación actual, que ilusionados, unidos y capaces de decirle a la Administración politizada q u e l e d e n...
Yo he empezado a leer en formato digital libros y aunque sé que debo controlarlo, disfrutarlo y es el futuro, estoy con que no te encuentras con la obra entera entre las manos y eso a mí ha sido siempre inquietante... Lo que pasa que cuando te pones a leer, es cierto que cuando llevas unas páginas, te metes en la historia y te olvidas del formato digital, la verdad.
(Ya veo que tengo ganas de charrar jaja)
Pues lo dicho, Mariano, buen verano y apuremos agosto.

NIG -

Puede que yo no percibiera el buen hacer de mis maestros o ellos no me percibieron a mi,no recuerdo a ninguno que me marcara especialmene en mi infancia o adolescencia de estudiante pero nunca es tarde para tener un maestro a quien agradecer su trascendencia en la vida de una. 10 años formando parte de la biblioteca escolar contando cuentos, leyendo libros, contando experiencias, compartiendo con los niños momentos inolvidables... he vivido experiencias que ni hubiera imaginado si "mi maestro" no hubiera tenido la genial idea de hacer participar a la madres en el colegio.
Gracias Mariano.