El pasado día 1 dio comienzo para el profesorado un nuevo curso escolar. Curiosamente se estaban produciendo simultáneamente la Vuelta a España y la Vuelta al Cole. En mi caso, después de un año de Licencia por estudios, con libertad horaria, dedicado a otras faenas, sin la obligación de acudir diariamente al colegio,... era un momento especial. Y así lo viví, como un reingreso, con una mezcla de nervios estomacales, preocupación ancestral, sorpresa ante lo nuevo, reencuentros amables y esperados, ausencias celebradas…
A la media hora de estar allí y tras los oportunos saludos, ya tenía otra vez esa sensación increíble de que no había pasado el tiempo, de que nunca me había ido de allí y de que mi cabeza se estaba reconfigurando en clave educativa y pedagógica. Recorrer los pasillos y las estancias, abrir los armarios que dejé cerrados en junio de 2009, entrar en la biblioteca, abrir la correspondencia acumulada durante el verano también ayudó lo suyo, je, je.
Al margen de las reuniones preceptivas, el viernes, día 3, tuve tiempo de revisar algunos rincones de la clase y tomar la decisión de tirar un buen volumen de cosas. Con la excusa de este parón de un año y esta vuelta a la actividad, aproveché para hacer “limpieza” seriamente y desprenderme de muchos objetos, materiales, publicaciones… que hace un tiempo que no han sido usadas y que mirando al futuro es probable que no vuelva a retomar.
En casa también han sido días de remover y revisar cajas, archivos, carpetas, carpesanos… con el fin de su reubicación en otros lugares, aligerar espacios y generar huecos en algunas estanterías o armarios para colocar lo que tendrá que venir. El caso es que el día 2 cargamos el coche hasta los topes con una veintena de cajas-archivo de materiales impresos y nos subimos a Figols de Tremp a dejarlo todo en la falsa de la casa, bien colocado y tapado con un plástico para preservarlo del polvo. Éste ha sido sólo el primer viaje, pero tenemos previsto hacer otros.
Ahí iba toda la correspondencia recibida en Aula Libre, durante más de veinte años: carpesanos llenos de cartas y comunicaciones ordenadas que aguardan una necesaria revisión o que soportarían perfectamente una curiosa investigación; varias cajas con “babelias”, ese suplemento sabatino de El País, en el que se habla de libros fundamentalmente y que uno lee por encima y guarda con la buena intención y el propósito de retomar su lectura a lo largo de la semana, pero que acaba formando parte de esa pila de papel que no cesa de crecer… Varias cajas con materiales medioambientales: por ejemplo publicaciones, bibliografía diversa y referencias del huerto escolar; o bien pequeños reportajes sacados de la revista El País semanal; recortes de prensa de temas variados; guías de lectura de distintos organismos y otros documentos relacionados con los libros y la lectura… Un amplio muestrario de periódicos escolares, desde los tiempos de la “gelatina” hasta la habitual multicopista; materiales propios, por un lado y obtenidos como intercambio con los amigos y otros colegios, por otro…
Bueno, tampoco se trata de inventariar exhaustivamente todo lo que hemos dejado en ese archivo de Figols (en el que el espacio, de momento, nos permite guardarlo todo, pero la distancia nos imposibilita poderlo consultar con frecuencia), sino dar una idea de esta tarea de remodelación de espacios y de contenidos, en la que estamos inmersos. Lo cierto es que si hubiese aplicado alguna máxima racional, de las que te van sugiriendo los amigos, como que si algunos materiales llevan diez años sin utilizarse es posible que no los necesites nunca y lo mejor es deshacerse de ellos, es probable que hubiese podido prescindir de casi todo, pero el gen del “por si acaso” se impone y uno anda siempre buscando localizaciones adecuadas donde poder colocar lo que ha ido “amasando” ( y no una fortuna precisamente) con el paso del tiempo… No en vano, a medida que se abren cajas y se ojean materiales contenidos en ellas, es fácil recordar sus orígenes, su génesis, en ocasiones, y esas sensaciones proporcionan una suerte de energía especial: hay un reconocimiento de lo hecho, una reafirmación en lo que se hizo (en general), incluso una sorpresa positiva ante lo que parece un “faenón” que en su momento se sacó adelante… Y todo eso produce una sensación de bienestar, por un lado, y de orgullo ante el trabajo por otro… Sin duda, se traduce en energía positiva. Lo dejo aquí, de momento, porque seguro que hablaré de nuevo del tema más adelante.
Y ayer, día 4 de septiembre, viajamos con Daniel hasta Monzón para participar en la VII edición de REPLEGA: Feria Nacional del Coleccionismo General y Popular. Sin duda, todo un espectáculo visual y de participación. Y lo primero que se aprecia es que es realmente popular, por la gran participación de personas en la, cada año más amplia, zona de “cambio continuo”. Asistir como observador a la llegada de gente a esta zona (cosa que ocurre a lo largo de todo el día) es un espectáculo divertido y sorprendente; lo hacen con bolsas, maletas de gran tamaño, carritos repletos de paquetes, mochilas, grandes cajoneras plásticas con bandejas, grandes botes de plástico o cristal,… en busca del lugar donde se encuentran los más madrugadores que coleccionan los mismos objetos que ellos han traído. Una vez instalados empieza la mecánica del cambio que cada pareja gestionará como bien le parezca.
En muchos casos, Replega es un lugar de reencuentro para gente que no se ve desde el año anterior para esas fechas y en otros casos para establecer nuevas relaciones; hay muchos asistentes que curiosean por entre las mesas y otros que vienen con intención de adquirir algunos objetos para sus colecciones; hay espacios expositivos de coleccionistas que acumularon un gran volumen de objetos y muchos expositores que, generalmente, venden su mercancía… Es difícil de explicar por escrito algo tan vivo y, en cambio, es facilísimo de entender si acudes un día a Monzón y te sumerges en esta original feria.
En la zona de "cambio continuo" no paran de pasar de mano en mano calendarios de bolsillo, marcapáginas, postales, placas de cava, botellas de cerveza, pins, cajas de cerillas, chapas de todo tipo de bebidas (cervezas, refrescos, aguas…), sobres de azúcar, posavasos, bolígrafos y lápices de propaganda, pegatinas, tebeos, cajetillas de tabaco, sellos, vitolas, barajas, kinder, tarjetas telefónicas, etiquetas, corchos… Y una lista interminable de los objetos más variados que uno pueda imaginar. Eso, sin contar con todo lo que puede verse en los espacios interiores de exposición que ponen a la venta sus contenidos… Todo lo que el ser humano ha ido fabricando a lo largo de la historia, es susceptible de ser coleccionado, como también lo son algunos elementos legados directamente por la naturaleza sin intervención humana: conchas de univalvos y bivalvos, rocas, minerales, fósiles, arenas, cortezas de árboles, piedras con líquenes, piedras especiales, esqueletos de animales,…
Las exposiciones invitadas por la organización eran siete en esta edición: "Soldados de papel. Recortables de la Guerra Civil (1936-1939)", de Manuel Ortega (Barcelona), "El envase de hojalata en la alimentación", de Antonio Ibáñez (Albalate), "Cajetillas de tabaco del siglo XX", de Ángel Laporta, "Décimos de lotería: bellezas de España, arquitectura popular, castillos de España y arte románico", de Leonardo del Río, "Pegatinas: 1º de Mayo. Día Internacional del Trabajo", de Chorche Paniello, "Marcofilia Aragonesa", de Salvador Alriols; y "Figuras de búhos", de Cristian Santisteve.
Aproveché para acercarme a un par de “stands” que tenían material fotográfico e impreso antiguo. Localicé algunas cosas de Sobrarbe, pero no las compré todas, claro, porque los precios eran arbitrarios y prohibitivos, en algunos casos. Compré una “Descripción del Parque Nacional del Valle de Ordesa”, escrita por Francisco Lordán Penella (finalizada de escribir en Sabiñánigo, junio de 1942, según se lee en la penúltima página del librito). El documento fue impreso en los talleres de El Noticiero de Zaragoza y tiene 62 páginas. La Diputación Provincial de Huesca costeó la edición. En la primera página, bajo el título, puede leerse la siguiente advertencia: “Aprobado por el Consejo Nacional de Educación”. Lo demás, fueron 18 postales de Labuerda, Javierre de Bielsa, Torla, Broto, Sarvisé, Jánovas, Boltaña, Aínsa, Bielsa y Bujaruelo. En cuanto al precio, es cierto que se trata de un material prescindible, pero aún así, en algunos casos piden cantidades excesivas. Lo cierto es que el las postales realizadas a partir de fotos de Zerkowitz ofrecen testimonios valiosos de los pueblos y de los paisajes de Sobrarbe. Imagino que deben estar todas en la fototeca de la DPH y, por tanto, al servicio de cualquier iniciativa cultural que se realicé en la comarca y pase por tenerlas como referencia.
Daniel se bajó con 550 chapas cambiadas y me comentaba que el primer año que fuimos a la feria, él llevaba un carpesano debajo del brazo, con las repetidas para cambiar. Este año, una maleta grande y una cajonera de plástico con bandejas, repletas de chapas. Claro que entonces debía tener una colección de unas quinientas chapas y ahora se aproxima a las nueve mil. Yo también aproveché para saludar a algunos coleccionistas de marcapáginas que pertenecimos a la Asociación y hurgar en nuestras respectivas cajas para cambiarlos. Al final, con las prisas, camino ya de Fraga, recordé que la caja de los repetidos que dejé en la mesa de cambios, no la recuperé y allí quedaron para quien los quisiera recoger y aprovechar.
Bueno, ya veis en qué movidas ando metido. Ahora mismo, en cuanto publique este texto, atenderé a una “voz exterior” que hace ya un rato me ha recordado que, aunque sea domingo, debemos retomar nuestra actividad limpiadora, expurgatoria, y reordenatoria y volveré a las cajas, las carpetas, los papeles, los estantes, los armarios… Espero sobrevivir a tanto ajetreo.
P.D. Hoy es cinco de septiembre y mi madre cumple 90 años. ¿Cuántas vivencias y recuerdos ha ido “replegando” a lo largo de su extensa vida? Dice últimamente que se le olvidan las cosas. Todo vamos perdiendo memoria a medida que crecemos o borrando algunas cosas para que quepan otras. Mi sobrina Sonia también cumple años hoy, pero no digo cuántos.
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Autor: Silvia Luz
Fecha: 07/09/2010 04:00.
Autor: Mariano
Fecha: 07/09/2010 12:51.
Autor: ANA
Fecha: 07/09/2010 18:06.
Autor: Mariano
Fecha: 08/09/2010 00:10.
Autor: Anny
Fecha: 08/09/2010 23:19.
Autor: Mariano
Fecha: 09/09/2010 10:45.
Autor: IndiceAragón.Com
Fecha: 09/09/2010 22:59.
Autor: Susana Aliaga Escario
Fecha: 13/09/2010 11:12.
Autor: Mariano
Fecha: 13/09/2010 17:08.
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