Ahora en vacaciones, me siento un rato a mirar los materiales y a reflexionar sobre lo que hemos hecho este curso pasado en una hora semanal de biblioteca con el alumnado del tercer ciclo de Primaria. La idea la habíamos esbozado y compartido con Mercé, el verano pasado y pensábamos que era una buena iniciativa para experimentarla a lo largo de un curso, acotándola a un ciclo. Es cierto que una hora a la semana no da para mucho, pero menos da una piedra. Expuse la idea a los tutores del ciclo y al equipo directivo del centro y todos dieron luz verde. De esta manera, las cuatro clases del tercer ciclo iban a pasar cada semana por la biblioteca escolar.
Para mí, asumir esa faena, constituía un reto atractivo porque había que inventarse el contenido o diseñar los caminos por los que íbamos a transitar. No hay nada que me guste más que dedicar esfuerzos y tiempos a pensar en poner en marcha algo nuevo (sea a pequeña o a gran escala); huyo de la repetición y de hacer siempre lo mismo, siempre que puedo.
Regalé a cada niño y niña de quinto y sexto un “Cuaderno de aventuras bibliotecarias”. Estaba en blanco; sólo imprimí la portada, la contraportada y una supuesta página 2, de presentación, en la que pretendía llamar la atención sobre los ejes del trabajo: autores, libros, biblioteca y lectura iban a ser las cuatro palabras clave, en principio. A lo largo del curso, el cuaderno recogería algunas de las acciones que pensaba impulsar, algunos de los trabajos desarrollados; en unos casos los chicos escribirían directamente; en otros, pegaríamos recortes, fichas, noticias, textos y poemas…
Con el paso de los años, uno descubre que tiene más ideas que tiempo para llevarlas a la práctica en las mejores condiciones; esto último, incluye también y sobre todo, tiempo de reflexión y diseño de los soportes físicos sobre los que vamos a trabajar. Por ejemplo, en este caso, me hubiera gustado contar con el tiempo y el dinero necesario para generar un “cuaderno de lectura y escritura”, en el que, página a página, hubiera sugerencias de actividades destinadas a leer, a reflexionar, a escribir con imaginación, a pegar recortes de prensa, a escribir una cita literaria… Lo tengo en la cabeza esperando tiempos mejores…
Volviendo al cuaderno de este año, a lo largo del curso, hemos pegado noticias relacionadas con autoras y autores, con premios literarios que luego hemos leído y comentado; hemos celebrado el Día de la Biblioteca y escribimos algunas coplillas alusivas a la misma; hemos reflejado algunos experimentos de crear retahílas poéticas colectivas, partiendo de las sugerencias de algunos poemas leídos o de títulos de libros; pegamos artículos de prensa y escribimos comentarios sobre los mismos; realizamos una ficha bibliográfica completa y un trabajo de ilustración de una estrofa (equivalente a una contraseña poética); pegamos una lista de opiniones y preguntas que trasladamos al autor de “7 cuentos crudos” y pegamos también las respuestas que nos envía Ricardo Gómez, autor del mencionado libro; anotamos un breve comentario sobre las distintas fiestas del libro que se van sucediendo a lo largo del curso: Día Mundial de la Poesía, Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, Día Mundial del Libro… Pegamos fichas completas de trabajo con poesías; escribimos opiniones personales sobre los cuentacuentos que vemos en la biblioteca, realizados por el Grupo de Madres… Todos los días que hemos ido a la biblioteca, he leído en voz alta un cuento, una historia, un poema, el primer capítulo de un libro, animándoles a seguir por su cuenta; las lecturas han generado interesantes debates; hemos hecho presentaciones de libros y de colecciones concretas (alguna de poesía, por ejemplo); hemos dedicado tiempo a curiosear por el expositor de las novedades y también ha habido tiempo para que cada cual leyera el libro que más le apetecía o para hacer una lectura coral o recitar poemas colectivamente… Resumiendo… Con todo lo anterior, pretendía configurar una clase semanal de lengua-literatura, desde una óptica nueva para los chicos, intentando ofrecer una visión agradable y positiva de la lectura. Los documentos que hemos manejado y que era necesario leer para desentrañar su contenido, nos han propuesto reflexiones, nos han aportado información, nos han sorprendido, nos han cautivado, nos han incitado a intervenir oralmente ante los demás, nos han hecho reír o nos han encogido el corazón… Al final, los chicos y chicas de sexto escribieron en una hoja de papel su personal valoración de estas actividades bibliotecarias. Es imposible transcribir aquí cincuenta textos largos, pero sí algunos detalles:
- “Gracias por enseñarnos lo que son los libros. Tendrías que ir a la ESO y hacernos clase”. (Esther)
- “Bueno, que sepas que han sido divertidas las horas contigo, y que el cuaderno lo guardaré para tener algún recuerdo”. (Laura M.)
- “Una de las cosas que más me ha gustado, ha sido cuando Mariano nos ha leído en alto alguna historia; también el rato libre para leer”. (Isabel)
- “A mí me ha parecido una experiencia inolvidable. Han sido preciosos los momentos que he pasado contigo, porque ha sido una experiencia nueva. Gracias, Mariano, por perder una hora semanal de tu tiempo para estar con nosotros”. (Aitor)
- “Me ha parecido bien por un lado y por otro no tan bien. Le doy las gracias a Mariano por prestarnos esta preciada hora a la semana, para descansar y reflexionar”. (Álvaro)
- “Todos los libros me han hecho sentir distintas emociones, rabia, tristeza, felicidad… Yo recomendaría que todos los niños tuvieran la oportunidad de poder hacer esta clase, porque es muy bonita y se aprende mucho de poesía y de libros”. (Cristina)
- “Mariano nos ha dado todo su apoyo y su alegría, pues yo creo que esta clase semanal ha sido muy interesante, y mientras que gozamos de la lectura, alimentamos el cerebro”. (Nerea)
- “La primera vez que entré en esta biblioteca me sentí mal, porque no sabía leer en español y la primera vez que dimos clase, me aburría porque no me enteraba de nada. Pero la tercera vez que dimos clase y que me iba enterando de algo, levantaba la mano, respondía a algunas cosas, me enteraba de las lecturas, comentaba algo… A partir de entonces, me gusta la clase de la biblioteca”. (Sylvianel)
- “He conocido libros que no sabía de qué trataban; he conocido autores que no sabía quiénes eran… También me he enterado de premios de literatura que no sabía que se celebraban. Bajar a la biblioteca me ha gustado mucho; he aprendido cosas que no sabía sobre la literatura”. (Laura P.)
- “Esta hora en la biblioteca, estos viernes, me ha gustado mucho. He conocido autores e historias. Me han gustado los trabajos con poemas. Estos ocho meses en la biblioteca he aprendido cosas que nunca antes sabía”. (Mª Pilar A.)
- “Algunos libros que hemos leído como “7 cuentos crudos” o Rosa Blanca son libros serios y duros, porque no te los puedes imaginar, y a pesar de todo, hay mucha gente en el mundo que vive o ha vivido en esas situaciones”. (Silvia)
- “Estas clases que hemos hecho cada semana han sido apasionantes. Mariano es muy divertido y casi siempre hace bromas. Por mi parte y, seguro que por parte de otros muchos, nos gustaría volver a repetir esta experiencia”. (Sergio)
Sirvan estas brevísimas opiniones y valoraciones para ver por dónde han ido nuestras preocupaciones y desvelos. Una de las ideas que mantuve y que quise transmitir es que la lectura no es divertida. La lectura es un ejercicio de interpretación y reflexión que remueve nuestro interior, en muchas ocasiones, de manera dolorosa, triste…al presentarnos una ficción o una realidad que no invitan precisamente a la sonrisa. Parece que todo lo que se anuncia para niños y niñas debe ser divertido. Personalmente estoy hasta el pirulo de la boina de soportar semejante estúpido mensaje. La vida no siempre es divertida; nada es eternamente divertido. Y digo esto -lector, lectora- después de que en las opiniones de los chicos haya salido varias veces esa desaconsejada palabra, empleada con profusión en todas las circunstancias y contextos.
……………………….
P.D.: Nací en 1954 y cumplo hoy 54 años, ¡curioso! Este cumpleaños no lo recordaré por nada agradable, sino por el dolor y preocupación viendo a mi padre pasar unos momentos muy críticos, a sus noventa años.
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Autor: Evaristo
Fecha: 21/07/2008 22:41.
Autor: Mariano
Fecha: 21/07/2008 23:02.
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Fecha: 22/07/2008 11:24.
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Fecha: 22/07/2008 14:38.
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Fecha: 22/07/2008 17:44.
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Fecha: 22/07/2008 21:24.
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Fecha: 24/07/2008 22:57.
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Fecha: 30/07/2008 11:30.
Autor: Evaristo
Fecha: 17/08/2008 18:33.
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