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CABREOTERAPIA (III) COLECTIVA

 

El pasado miércoles tuvimos en el CPR de Ejea de los Caballeros la última sesión del curso sobre lectura y escritura. Regresé de allí satisfecho del trabajo que hicimos, de los debates que se produjeron, de las observaciones hechas por las personas participantes, etc. Algunas de esas personas respondieron a mi propuesta de escribir algunos cabreos cotidianos para elaborar un nuevo capítulo de la  cabreoterapia,  colectiva. La que sigue es la tercera entrega de este serial, con 50 motivos para cabrearse; porque, según dicen varias anónimas colaboradoras y algunos anónimos colaboradores, a ellos les cabrea:

  1.      Que el que se ha comprometido a algo, luego se escaquee. 2. Tener que repetir algo varias veces porque no te prestan atención. 3. Que alguien se cuele en las filas. 4. Las hipotecas y los créditos. 5. Olvidarme las llaves dentro de casa. 6. Que la razón sea proporcional a los decibelios del grito. 7. La falta de ganas. 8. El que, por norma, se salta las normas. 9. El que, para decirte algo, te hace una introducción, un preámbulo, pinceladas preliminares (para contextualizar el tema) y nunca llega al meollo de la cuestión. 10. Los que tienen memoria selectiva. 11. Los que utilizan descaradamente el colegio para sus intereses personales o políticos, pensando además que los demás no se dan cuenta 12. Los ordenadores desobedientes y mi ignorancia tecnológica. 13. Los manuales de instrucciones de cualquier artilugio, en los que aparecen todos los modelos menos el tuyo. 14. Que cuando ya has decidido qué zapatos vas a comprar, no esté el número que pides. 15. Que cuando mandas un ejercicio de dos preguntas o más, sólo se lee y se contesta a una. 16 Aquellos ponentes de cursillos que hacen sus cursos con lo que piensan los participantes: simulando ser niños, proponiendo lluvias de ideas... 17. Que cuando voy a la peluquería se me diga: ¿Te has cortado el pelo? ¡Es obvio! ¿por qué no, una palabra halagadora? 18. Que el marido me diga: ¿Quieres que te pase la aspiradora?¿Quieres que te barra el suelo? ¡A mí no me tiene que aspirar nada! ¡Será al suelo! 19. La gente que se cree el ombligo del mundo. 20.Que se me acabe el agua caliente cuando tengo la cabeza enjabonada. 21. Que todas mis amigas se casen el mismo año y me dejen sin un duro. 22. Que no me dejen usar el tablet porque estoy en infantil. 23. El despertador. 24. Los que te juzgan por la forma de vestir. 25. La gente que no tiene sentido del humor. 26. Los que, cuando les estás hablando, sencillamente te ignoran. 27. Que preste algo y no me lo devuelvan. 28. La gente que, hables de lo que hables, sabe de todo. 29. Que te intenten vender cosas por teléfono. 30. Los que “por interés, te quiero, Andrés”, o sea, que te utilizan. 31. La gente gorrona. 32. La mala educación en general. 33. La incompetencia. 34. Quienes justifican lo injustificable. 35. Los que se creen sus propias mentiras y, además, quieres que también te las creas tú. 36. Los que quieren aparentar que se preocupan por ti y en realidad no les importas nada. 37. Los preguntones, que escasamente los acabas de conocer y ya quieren saber de tu vida. 38. Las personas negativas. 39. La hipocresía, las injusticias y el secretismo. 40. Que el día sea tan corto. 41. Que siempre que abro el frigorífico, ¡qué casualidad!, la botella de agua está vacía y me toca a mí, llenarla. 42. Que siempre me toque cambiar el rollo de papel higiénico. 43. Que cuando estoy disfrutando de las merecidas vacaciones, va el gracioso de turno y te dice: “si vuelvo a nacer, seré maestro”. “¡Ánimo, aún estás a tiempo”. 44. Que sólo por tener un mal día, te susurren: ¿estás con la regla? 45.  Que el viento y la lluvia arruinen los días de celebración. 46. Tener que levantarme de la cama en los días más fríos del invierno. 47. Tener que admitir que mi madre tiene razón en el 99% de las veces. 48. El ruido que hace una cucaracha cuando un pie la pisa sin piedad. 49. Las personas que solucionan con un “perro malo” el hecho de que su mascota se haga las necesidades en la acera. 50. Hacer cola para entregar papeles en el Servicio Provincial. 

 Y hasta aquí, esta retahíla colectiva de motivos por los que algunas personas se sienten incómodas, se cabrean. No descarto, en el futuro, escribir más capítulos de esta sugerente historia. Disfruten con ella.

8 comentarios

Anónimo -

Es un gusto que os acerquéis por el blog y dejéis vuestra firma, vuestras palabras, como testigos de vuestra intermitente presencia. Gracias Ana, Lu, Fina (ya escribimos cien razones para estar contentos; era justo poner un contrapunto, pero podemos volver a ello, claro); Marlén (qué bien que alguien de las Cinco Villas haya escrito, gracias por venir al curso y por tus palabras). Gracias a Álex y Kamile, cómplices de muchas de las cosas que hicimos en dos cursos inolvidables; gracias por seguir la estela de este blog, en el que también están vuestras huellas.
Mariano

kamile -

Ai amigos míos si os dijera yo a vosotros lo que me cabrea a mi...

1.Por ejemplo, cuando le digo algo a alguien y ese alguien no me escucha porque está pensando en sus cosas y luego me dice: -¿que?... me da una rabia.
2.Que algún profesor/a o simplemente una persona diga mi nombre mal: "Kamil" que si nose qué, que si "Kamil" nose cuantos...
3.Que mi gato no me haga caso cuando le digo algo con importancia: -bes a coger el teléfono o cierra la puerta cuando salgas de mi habitación... es lógico, es un gato, ¡pero me tiene que hacer caso! ;) jiji.
Sólo pongo tres ejemplos porque ahora mismo no se me ocurre nada pero os aseguro que hay muchísimas más cosas que me cabrean...
Mariano y compañía, yo a este blog le he cogido mucho cariño y... no se, no quiero que se me pase, así que intentaré escribir lo máximo que pueda, os lo prometo.
Besos y abrazos, hasta pronto.

Alex cabrera -

J...r Mariano tu siempre te inventas cada cosa: las contraseñas, las buenas cosas de la vida... piensas absolutamente en todo.
Estaria guay que les dijeras a la clase:
-Venga, teneis que fotografiar una nube y luego la foto la traeis a la clase y me decis que veis en ella.

A mi me cabrean muchas cosas:
1.Mi hermano cuando se pone chulito y no me deja entrar en su habitación.
2.Las personas que se chulean alli como si fueran los mejores. (Me gusta cuando lo hago yo, pero cuando lo hacen los demás) 3.Cuando participo en un concurso de dibujo, me esfuerzo un huevo y al final no salgo ni en los finalistas.
4.Cuando respondes una pregunta, la fallas, y todos se quedan alli:
-Pero que dices.
-A la que bestia.
5.Cuando estoy haciendo una cosa, viene otro y me dice, "deja que yo lo se hacer mejor", y luego yo me quedo alli mirando porque el otro se pone cabezón.

Bueno eso es todo, espero que nos veamos pronto. Adios.

Marlén -

Hola señor Mariano!!intente dejar comentario pero no me lo permitía, que orgullo formar parte de esta cabreo terapia, seguro que da para más. Muy buen curso, lleno de buenas ideas, no solo para animar a la lectura, dan para mucho más. Ahora hay que trabajar para llevarlas a cabo. Yo ya le conocía de la facultad, cuando apareció por clase como invitado del gran Victor Juan.Un placer haber podido tratar más cercanamente con...tigo, no te voy a tratar de usted.gracias. un saludo desde las Cinco Villas

Blanca -

Sin cabreos. ¡ Feliz día 24 de octubre dedicado a la Biblioteca!
Aunque todos los días tenían que ser así.

Fina -

¡¡ Pero como pueden cabrearnos tantas cosas !! ... ¿terminará algún día la lista?...¿sería tan larga si fuera de situaciones que NO nos cabrean?...:):)

CABRErO, ¿podríamos hacer una de: felizterapia, alegríaterapia...?...seguro que no sería tan larga...jajaja

Un abrazo

Lu -

Sugerente lista e infinita -diría.

Ana -

Hola Mariano:

Aunque es la primera vez que escribo un comentario en este curso, no es la primera vez que leo tu blog.

Yo también he utilizado tus consejos bibliotecarios adaptándolos a mi trabajo, donde creo que tenemos una labor muy bonita de hacer disfrutar de la lectura.

Por cierto, a mi lo que me "cabrea" es la gente que se "cabrea" por cosas que también realizan y no reconocen.

Un abrazo