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GRUPO DE LECTURA DE MADRES Y PADRES

Ayer por la tarde, los componentes del Grupo de Lectura del CEIP Miguel Servet de Fraga, tuvimos la última reunión de este curso. Nos juntamos en el “monte” (así nos referimos por aquí a las casas que el personal tiene en las huertas) de Alicia y Manel (o al revés, de Manel y Alicia, por aquello del “tanto monta, monta tanto”). Con ese encuentro cerramos el tercer año de funcionamiento de este grupo. Habitualmente, nos reunimos una tarde al mes en la biblioteca del colegio y acompañamos nuestra conversación sobre libros y lecturas, con algunos postres, café o té. Hasta ahora hemos funcionado leyendo cada cual los libros a los que tiene acceso, de un autor o autora que hemos elegido y consensuado. No leemos todas lo mismo, aunque en ocasiones nos intercambiamos lecturas comunes: un cuento, un poema, una crónica periodística, una entrevista de prensa... Fina, guarda en su tienda los libros y hasta allí acuden los componentes del grupo a cambiar los libros.
La de ayer fue una reunión especial, sobre todo para mí, por el lugar donde la hicimos, porque, como ya he dicho antes, era la última de este curso y porque el “descoordinador” (o sea, yo) no pude asistir a la anterior (el pasado 23 de mayo) por estar hospitalizado con una afección cardiaca. De hecho, mientras la mayor parte del grupo se reunía ese día en la biblioteca del colegio, yo viajaba en ambulancia, camino de Barcelona, para hacerme un cateterismo (y es que la vida y la literatura se entrelazan de mil maneras).
Bueno, a lo que iba, ayer echamos a faltar a Eva, a Montse y a Tere que, por unas razones u otras no pudieron venir. Allí nos encontramos –y escribo los nombres como me vienen, en claro “desorden” alfabético-: Alicia, Fina, José Luis, Rosa G., Yolanda, Mª Carmen, Rosa L., Mercè. Pili, Eli, Nati, Ana y un servidor. Para mí fue un más que agradable reencuentro con todas ellas. Comenzamos hablando del recientísimo fallecimiento de Jesús Moncada y Ana nos leyó uno de sus relatos, como sencillo homenaje a un autor de orígenes tan próximos (nació y vivió en Mequinenza) y que ya leímos en el primer año de funcionamiento del grupo. Tanto “Camí de sirga”, como los relatos de “El café de la granota” o “Històries de la mà esquerra”, son obras literarias muy reconocidas.
Luego se nos fue la tarde conversando de manera amable y distendida. Somos un grupo variopinto de personas, unidos por nuestra afición lectora, que hemos desarrollado unas relaciones personales entrañables. Probablemente esa posibilidad sea el aspecto más interesante de estos grupos que, a través de los libros y la lectura, generan otras complicidades, tejen redes invisibles entre sus componentes; redes que nos fortalecen anímicamente. Renovamos nuestro deseo de continuar el curso próximo y nos deseamos buenas lecturas para este verano. Nos hicimos unas cuantas fotos y yo me sentí emocionado cuando recibí, como “descoordinador” del grupo el regalo de dos libros y un marcapáginas personalizado con un acróstico con mi nombre y un dibujo de mi “careto”; un regalo inesperado que me dejó sin palabras. En el número 52 de Bibliotelandia (el boletín de la biblioteca escolar del colegio) ocupamos tres páginas de comentarios y reseñas de los libros leídos durante este curso.
Y luego, nos dimos unos abrazos, nos deseamos bonitas cosas y nos despedimos oficialmente hasta el próximo curso.

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