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libro: España en el corazón

“España en el corazón. La historia de los brigadistas americanos en la Guerra Civil Española”. Adam Hochschild.

Barcelona: Malpaso, 2018. 514 páginas


Ésta es la historia…, no solo la de aquellos jóvenes, afiliados al Partido Comunista de EEUU que sintieron en su interior que debían acudir al rescate de la República española para frenar el avance del fascismo, enrolados en el Batallón Lincoln; también aparecen los periodistas, hombres y mujeres que cubrieron desde los dos bandos la guerra y que trataron de influir con sus crónicas en la toma de algunas decisiones por parte de gobiernos extranjeros… Por ejemplo intentando convencer al Presidente Franklin Roosevelt para que levantara la prohibición de vender armas a la República, teniendo en cuenta que el bando nacional tenía abastecedores generosos (la Alemania nazi, la Italia de Mussolini y la multinacional Texaco…) en hombres, aviones, vehículos rodados, armamento, y combustible para todos ellos. Al fin y a la postre, esa ayuda fue la que determinó el final y el resultado de aquella guerra. Sin esa ayuda (especialmente la aviación), la victoria nacional no se hubiera producido. El mismo Roosevelt declaro más tarde que el embargo de armas a la república había sido “un grave error”.

Es un libro sobre la Guerra Civil, algo diferente. Como su subtítulo sugiere, se centra en la contribución y los sufrimientos de los voluntarios norteamericanos; los brigadistas que llegaron a un país lejano con deseos de contribuir a la derrota del fascismo emergente, sabedores de que en España se jugaba la partida definitiva para frenarlo porque, de lo contrario, Europa se vería cautiva a sus pies, como así ocurrió. Hombres y mujeres procedentes de diferentes estratos sociales, con distintos niveles de estudios y con las ocupaciones más variadas, lo dejaron todo y asumieron el riesgo y la incertidumbre de participar activamente en una guerra extremadamente cruel. Fruto de ello, fue que un tercio aproximadamente de los que vinieron, no regresaron nunca: muertos en combate o fusilados, tras su captura; al margen de quienes sufrieron heridas de guerra que los dejaron señalados para siempre. En las trincheras y en los frentes de guerra, sufrieron la falta de agua y comida, un armamento obsoleto que funcionaba mal, algunos mandos incompetentes, el barro, el frío, el miedo… Las páginas del libro conmocionan al lector con algunas descripciones del sufrimiento de los voluntarios en jornadas continuadas de estados de alerta y carencias básicas por falta de refuerzos que los sustituyeran, sucios, mojados…

Varios de los voluntarios escribieron diarios y se conservan también muchas cartas que transmiten, por un lado, estados de ánimo ante las condiciones durísimas del día a día y, por otro, el convencimiento de que están donde las circunstancias y su ética les condujeron y sienten que derrotarán a la bestia fascista que avanza por Europa y, por tanto, por España. También hay mucha correspondencia llegada desde los Estados Unidos en la que los familiares de algunos de los brigadistas no cesan de escribir preguntando por sus hijos o hijas, novios, etc. ya que en muchos casos, no se enteraron de que habían viajado a España hasta que los mismos estaban ya en territorio peninsular.

El libro pone de manifiesto la tibieza con la que las democracias occidentales, especialmente Francia e Inglaterra miraban lo que estaba pasando en España y su escasa intención de ayudar a la República. El hecho es que su negativa a vender armas a los republicanos, choca con la facilidad con la que las obtienen los nacionales, procedentes de Alemania e Italia. Esa circunstancia  acercó definitivamente a la República al único suministrador que aceptó venderlas: la URSS de Stalin… En el mercado internacional, la república tuvo que desembolsar grandes sumas de dinero y divisas para comprar a comerciantes sin escrúpulos que aumentaban los precios de manera escandalosa, sabedores de la precariedad y las dificultades con las que las obtenía el gobierno republicano… Y lo mismo pasó con el combustible de aviones, tanques, camiones, etc. El bando nacional encontró un suministrador generoso, en el presidente de Texaco que les vendió a crédito enormes cantidades de combustible.

Algunos de los personajes americanos protagonistas del libro son Bob Merriman, Marion Merriman, Milly Bennett, Sefton Delmer, Louis Fischer, Virginia Cowles, James Neugass, Alvah Bessie, Ernest Hemingway, Herbert Matthews, Martha Gellhorn, Lois y Charles Orr, Georges Orwell, Eileen Blair, William P. Carney, el doctor Edward Barsky, Sándor Voros, Toby Jensky, Pat Gurney, Hans Amlie … Son algunos nombres que aparecen en el libro. En unos casos, como periodistas, hicieron lo posible por inclinar el favor de gobiernos europeos y del norteamericano hacia la República; en otros, escribieron a favor del triunfo franquista y un tercer grupo, combatieron o dirigieron a sus hombres en el combate con la esperanza de derrotar al fascismo.

Algunas páginas del libro, narran episodios de hondo dramatismo, porque lax circunstancias eran dramáticas, sin duda; acorralados, desorientados, ametrallados por tierra y desde el aire, donde la Legión Cóndor, especialmente, iba probando nuevos aviones en diferentes misiones: ametrallamiento de unidades terrestres, bombardeos de población civil, destrucción de infraestructuras, apoyo directo en las ofensivas… Un estupendo campo de pruebas para lo que iba a venir en el seno de la “Europa nazi” con la que soñaban… La Guerra Civil española fue un campo de pruebas para el nuevo armamento construido en Alemania y también en Italia y que se iba a utilizar profusamente en la Segunda Guerra Mundial, que estaba a punto de empezar…

Se calcula que fueron 2.800 los voluntarios estadounidenses que combatieron en España a favor de la República. En 2016 falleció el último de ellos.

“El 28 de octubre de 1938 en Barcelona. 2,500 hombres, lo que quedaba de las Brigadas Internacionales, desfilaban por la Diagonal en su despedida oficial. A lo largo de la avenida había carteles con los nombres de las batallas en las que habían participado. Las brigadas habían llevado el peso de tantos combates que sus soldados habían sufrido tres veces más bajas mortales que el resto del ejército republicano”.

“La despedida de las Brigadas Internacionales marcó el fin de un momento histórico sin precedentes. Nunca antes, tantos hombres, de tantos países distintos, contradiciendo el deseo de sus propios gobiernos, han ido a un país extranjero a luchar, codo con codo por lo que creían”.

“Dos semanas después de la despedida de la Pasionaria a las Brigadas Internacionales, los aliados alemanes de Franco dieron una muestra de lo que le esperaba a Europa bajo el domino nazi. La noche del 9 de noviembre, en Alemania, Austria y la parte de Checoslovaquia ahora controlada por Hitler, fuerzas de asalto nazis atacaron más de 1.000 sinagogas y  7.000 negocios de propiedad judía, prendiéndoles fuego, rompiendo los escaparates con hachas y mazas, y matando a más de 90 judíos. Casas, escuelas y hospitales fueron destruidos y las tumbas de cementerios judíos, destruidas y profanadas. Entre carcajadas, los nazis lanzaron al fuego libros de rezos y rollos de la Torá. (…) Unos días más tarde, se prohibió a todos los niños judíos asistir a escuelas alemanas y unos 30.000 varones judíos fueron trasladados a Dachau, Buchenwald y otros campos de concentración”.

España en el corazón” es un libro que algunos lectores y lectoras leeremos –como tantos otros que hablan de aquella época- con la tristeza de saber desde el principio que los acontecimientos que narra acabaron mal. Se lee con la congoja de revivir una vez más algunas atrocidades despiadadas, ya leídas en otros libros. Se lee con el lamento de comprobar la ceguera política de algunos dirigentes de países vecinos que miraron para otro lado, antes de que la bestia fascista se ocupara de sus territorios. Se lee con la admiración hacia quienes, siendo fieles a sus ideales internacionalistas y solidarios, acudieron en defensa de la democracia y contra los ataques fascistas. Se lee con el agradecimiento a quienes lucharon por un mundo más justo desde las tierras de una España desangrada…

Al final de la lectura, compartes las dudas del autor sobre qué hubiera pasado si hubiera triunfado la República. Incluso un joven brigadista, como Willy Brandt llegó a afirmar que “Un resultado diferente de la Guerra Civil española ciertamente habría debilitado la posición de Hitler y Mussolini y tal vez incluso habría evitado la Segunda Guerra Mundial”. Una conjetura más, no muy descabellada, pero que nunca podrá ser respondida… El libro es difícil de resumir, pero merece que lo acunes un tiempo en tus manos.

 

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