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Sensaciones y faenas vacacionales de agosto (IV)

Día 11. Primer capicúa de agosto. Publico nuevo texto con fotos de la Peña Montañesa. Dice así: “Tarde o temprano, tenía que aparecer la Peña Montañesa. Es una de las principales referencias pétreas de gran parte de la comarca de Sobrarbe. Cuando salimos de casa, le echamos un vistazo para ver qué aspecto presenta: semicubierta de nubes, invisible, soleada, mojada, con nubes adheridas a sus cimas… Por las mañana, antes o un poco después de amanecer, como el sol –vista desde Labuerda- le sale casi por detrás, suelen producirse vistoso contraluces… Hoy es lo que quiero ofreceros: imágenes de nuestro pétreo emblema comarcal a contraluz. Sea como fuere, la Peña Montañesa es un monumento natural imponente. Allí residen algunos de nuestros mitos y también algunos de nuestros sueños, de tan elevados que los soñamos, que los tenemos. Se me ocurre dedicarle una coplilla en aragonés:

A Peña Montañesa / guarda viellos secretos / y a chen le pide que guarde /  o futuro d´istos pueblos.

Que esta semana que empieza te/os sea leve”.

Hoy hemos caminado, de nuevo en pareja, por el barranco de San Vicente. Es el más amplio de todos los que exploramos y también por el que se camina con más dificultades (sin ser éstas notables, no te vayas a creer). Hay mucha acumulación de piedras y barro en diversas zonas; y los trozos de cauce limpio, con lecho pétreo son discontinuos.

A la hora de comer, me han traído las cajas con los “gurriones”. Se trata del número 136 que dejé ya listo en la imprenta el último día de julio. Sale con 48 páginas y espero que guste a la gente que está suscrita (que lo va a recibir sin duda) y a quien lo compre en la librería. Por la tarde, he estado “enjaulando gurriones”. Ya había preparado con antelación los sobres de todas las personas suscritas y los de aquellas entidades con quienes hacemos intercambios. Todos los sobres de los nombrados está ya preparados en cajas para bajarlos mañana a correos de L´Aínsa y ya, desde allí que empiecen su vuelo hasta los distintos domicilios… Cada vez que realizo este acto y pongo en circulación toda la remesa, siento una íntima satisfacción (“uno más”, me digo) y ya comienzo a organizar el siguiente. Aquí no hay punto final, como cuando alguien escribe un libro; lo termina, lo publica y ya no tiene que volver a pensar en él –si no quiere- nunca más. Las publicaciones periódicas llevan esta especie de amable maldición: “cuando acabes un número, no te duermas; piensa y organiza ya el siguiente”… De modo que ya tengo preparada la portada del número 137 y algunos artículos recogidos… Por cierto, si lees estas líneas y te apetece, puedes colaborar también en hacer esta historia más larga e interesante. Creo que hay varias líneas de artículos en los que podrías participar… http://www.elgurrion.com

 

Día 12. Ilustrado con cuatro fotografías, el texto de hoy del Facebook, habla de “Os terreros”. Fotos de paseo matinal. Este tipo de formación geológica ha sido siempre conocida en Labuerda como “os terreros”. Los más populares estaban a espaldas de la escuela y eran lugar frecuente de juegos, a la hora del recreo (cuando se relajaba la prohibición del maestro de subir por ellos) y los ratos anteriores a las entradas y los posteriores a las salidas de la escuela. Eran populares porque eran estupendos deslizadores para nosotros, toboganes naturales, cuando no sabíamos ni que existía la palabra tobogán (que en todo caso nos hubiera dado miedo, “¡como te portes mal, vendrá un “Tobogán” y se te llevará…!)

Estas formaciones, fácilmente erosionables, conviven en las proximidades con otras que, de estructura más llana en la parte superior, conservan suelo fértil y están llenas de vegetación. En todo caso, no están exentas de cierta belleza, como puede apreciare en las fotos y como se ve mejor sobre el terreno. El sol, la luz y las sombras ofrecen espacios atractivos y llamativos contrastes. Cuando no tienes otra cosa que hacer, vayas donde vayas, siempre encuentras rincones sorprendentes…

Hemos bajado a L´Aínsa a almorzar, cargados con cajas y bolsas transportando los “gurriones enjaulados” ayer tarde. Desde hace un tiempo, no pongo el sello postal. En la oficina los pesan, los cuentan y pasan un recibo al banco y allí pagan lo que sea. A mí eso me resulta muy cómodo. He llevado 30 ejemplares nuevos a la librería y recogido los que han quedado sin vender del número anterior (6, de 30; está muy bien). Finalmente, una vuelta por el mercadillo de cada martes, a comprar fruta.

A la hora de comer, llega nuestra hija Ana que, haciendo una breve escala en Fraga, ha salido esta mañana de Barcelona y que nos cuenta detalles y anécdotas de su viaje por una parte de Andalucía (una vez que se malogró el que tenía concertado por Israel y Jordania). Por la tarde, en un alarde de efectividad y de rapidez extraordinarias, reparte la revista a todos los suscriptores y suscriptoras del lugar. Tendré que recompensarla generosamente, si duda.

He preparado los envíos de las amistades. He escrito varios mensajes en tarjetitas y he colocado, dentro de la revista, a unos el marcapáginas de la jubilación; a otros el ABCdario que me regaló la familia y a otros, el tríptico del coleccionismo (y a varios, dos o tres elementos de los citados). Ya están todos, preparados en dos bolsas para bajarlos mañana a correos. Con esta acción, queda terminada la faena del número 136; ¡y lo tranquilo que se queda uno!... Imagino que la recepción de un sobre, con la dirección manuscrita, y un tamaño superior al habitual con el que bancos, compañías de teléfonos, empresas eléctricas o del gas bombardean nuestro buzones, será una agradable sorpresa…

A las nueve de la noche, se organiza, por tercer año, la comparsa de gigantes y cabezones de Labuerda. El acompañamiento musical del desfile corre a cargo de algunos músicos locales y otros de La Ronda de Boltaña. Feliciano, el pregonero, anuncia que la cosa va a empezar y el público, armado de instrumentos para hacer ruido (esquillas, trucos, cazuelas, coberteras…), sube a la carretera para acompañar en la bajada a Montañesa, Cocullón, Mosén Bruno, la Casera, Feliciano y a Don Félix (nuevo en la comparsa), encabezados siempre por EL GURRIÓN articulado. La comitiva llega a la Plaza y allí se leen bandos municipales y otras bromas y, este año sorprendentemente, se entregan unos diplomas a los familiares de los músicos que, junto a Don Félix (el maestro director de la orquesta), crearon la orquesta local “Perlas Blancas”. Yo creo que esos detalles deberían cuidarse más y tener un carácter diferente, con mayor participación de la gente, desde el principio de gestarse la idea. Por cierto, la portada del número doble 39-40 de El Gurrión (agosto de 1990) se dedicó a la orquesta y en el interior se encartó un suplemento especial de 16 páginas recogiendo parte de su historia y fotografías de sus actuaciones.

Día 13. Para empezar el día, el texto que he publicado hoy en Facebook: “Los fósiles son restos de seres vivos que, durante largos periodos de tiempo (cifrados en millones de años), una vez muertos y cubiertos de diferentes sedimentos, fueron mineralizándose, de acuerdo con la naturaleza del sedimento que los enterró. Vulgarmente identificamos la fosilización con la petrificación (aunque no debiéramos confundirnos al pronunciar la frase hecha, tan popular de “¡chico, me quedé de piedra!” y hacer una variante humorística del estilo: “¡chico, me fosilicé!”, je, je.) En Sobrarbe hay notables yacimientos y una riqueza fosilífera considerable. Si alguien está interesado en saber más sobre este tema y ver ejemplares sorprendentes, debe acudir al Museo de Fósiles de Lamata y concertar una visita con su creador y experto: Jesús Cardiel. También te puedes comprar el libro “Guía de campo de los fósiles de Sobrarbe. Invertebrados y plantas”, del citado Cardiel.

Lo que presento en las fotos son pistas fósiles, realizadas por animales sobre terrenos blandos. El rastro que dejaron se rellenó con otro material y esa impronta es la que nos ha llegado hasta hoy. Es lo que tiene, caminar por barrancos, en lugar de hacerlo por carretera asfaltada o por pistas ya muy pisadas, que siempre puedes encontrar elementos interesantes que animan a saber más”.

Por cierto, hablando de fósiles, hoy mi “andada” ha llegado hasta el lugar donde dejé hace un par de días una de las piedras con huellas fósiles (que fotografié y está puesta acompañando el texto de Facebook) y que pesaba lo suyo. Hoy me he ido con una pequeña mochila y así la he podido bajar “cómodamente” a la espalda. Como la noche anterior cayeron unos chaparrones más que respetables, el agua del barranco bajaba hoy muy turbia y había bastante barro acumulado.

Y hablando de la muerte del cura Pajares, infectado de ébola, qué podemos decir. Si parece que quienes se infectan, como él lo estaba, mueren irremisiblemente, ¿a qué vino semejante despliegue nunca visto antes para traerlo con un avión y vaciar un hospital para tratar de curarlo? ¿Ese es el trato que recibe cualquier español que tiene problemas serios de salud en el extranjero? Esperemos que sí. Yo tengo la impresión de que, una vez más, se ha cometido un acto de flagrante desmesura, por parte de unos políticos que ya hace tiempo perdieron la razón y la vergüenza. No podemos esperar nada bueno de esta cuadrilla de desgobernantes que han dado múltiples muestras de su incompetencia, de su capacidad de tergiversar la realidad, de mentir descaradamente y de protegerse entre ellos como si pertenecieran a un clan, lleno de privilegios. Respecto del difunto sacerdote, creo que no merecía este final mediático. Su aureola de héroe por trabajar en una zona caliente del planeta hubiera sido más reconocida y admirada si el final –al que estaba destinado por el contagio, según aseguran los expertos- le hubiera sobrevenido en el lugar donde entregó energías y dedicación a las personas que lo necesitaban. No merecía ese final mediático y tampoco merecía morir, claro está.

Por la tarde, bajamos a L´Aínsa a ver una exposición de cuadros de Sergio Martínez, descendiente de “gurriona”, quien ya expuso el pasado agosto en Labuerda. De profesión, médico, Sergio ha desarrollado una afición que nos era desconocida hasta el pasado año, en la que aporta mucha originalidad. Pinta a partir de fotografías que hace él mismo o cualquiera de sus amigos. En la exposición vimos algunos cuadros, realmente bonitos: la serie de alimentos (huevos fritos, chiretas, alubias, etc.); la serie sobre las navatas, muy potente o un cuadro interpretando un baile de jotas con doce bailadores y bailadoras alineados… Y, por supuesto, el cuadro en el que se ven dos abuelas: la madre de Mercè y la mía, haciendo postres, a partir de una foto que les hice el año pasado y que publiqué en Facebook. Felicidades a este “gurrión” que, por unos días, triunfa en L´Aínsa.

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