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CCV (Ciudadanía con la Conciencia Violentada)

 Podría ser el nombre de un grupo de facebook o un grupo ciudadano que ha decidido realizar protestas en la calle cierto día de la semana o el embrión de un nuevo partido… Creo que hay una parte de la ciudadanía, de la sociedad civil que se halla en esa situación, de un tiempo a esta parte. Situación motivada por un encadenamiento (parece que interminable o infinito) de noticias negativas, de decisiones crueles y contra natura, de intervenciones públicas excedidas, de declaraciones retrógradas, de comportamientos inexplicables…

Asistimos a un desfile de acontecimientos noticiosos que turban el ánimo, que nos dejan sin aliento, que nos golpean el estómago, que nos dejan un amargo sabor de boca y que, muchas veces, nos sumen en la desesperanza.

 1. Algunos ciudadanos no entendemos la condena tremenda al juez Garzón; a un juez que se ha enfrentado a casos y a tramas que han puesto en jaque nuestra salud democrática y que, de manera tremenda y escandalosa se le aplica un castigo inmenso, para una persona reconocida internacionalmente, por enfrentarse a la trama gürteliana y que también se le sienta en el banquillo por intentar aclarar los crímenes del franquismo. Un ciudadano de a pie “no contaminado” difícilmente puede entender que se juzgue antes (y se condene de manera contundente) al juez que a los presuntos delincuentes a quienes perseguía…

 2.- Estamos en tiempo de consagración de la mentira. Ésta se ha hecho tan habitual que se miente sin tapujos, a la vista de todos y, además, se televisa; y el “presunto mentiroso” ni parpadea cuando los medios de comunicación confrontan lo que dijo con lo que dice. Se afirma categóricamente que subir los impuestos es una medida contraproducente con la generación de empleo; a los pocos meses, se suben los impuestos, ¡y encima se saca pecho! Se dice que de ninguna manera se va a abaratar el despido a los trabajadores y a los pocos meses, una reforma laboral se carga conquistas que necesitaron cien años para lograrse y consolidarse. Se miente desde altas instancias de la política, lo que legitima todas las mentiras que los “modestos ciudadanos” quieran proferir…

 3.- Conocemos a diario tramas destapadas sobre políticos, empresarios, etc. que se han enriquecido contraviniendo las normas legales y malversando dineros públicos… Y hablamos de millones de euros… La acción de la policía y la justicia debería ir encaminada, en primer y fundamental lugar, a recuperar el dinero; a que quienes son acusados y se demuestra que hicieron lo que se les imputa devuelvan toda la pasta. Menos cárcel de lujo (que cuesta dinero al contribuyente) y que devuelvan lo que robaron. Las leyes deberían facilitar la expropiación de todos los bienes y también estar por encima de las tramas inventadas para hacer desaparecer los dineros ajenos, cayendo en manos de testaferros, familiares, etc.

 4.- A los ciudadanos de a pie que sobrevivimos con sueldos razonables o bajos; en todo caso, con lo que se nos paga con una nómina. Que utilizamos el dinero conseguido con nuestro trabajo para pagar la vivienda y las necesidades básicas que el vivir diario lleva consigo; que pagamos los gastos de la educación de nuestros hijos, una vez que han abandonado la escuela pública (por terminar allí sus estudios), que poseemos un coche para desplazarnos… no podemos entender que se nos abofetee moralmente cada vez que nos enteramos que un sinvergüenza ha escondido en un paraíso fiscal millones robados al erario público. ¿Por qué los estados no se ponen de acuerdo para eliminar ese tipo de espacios opacos a la justicia y la investigación, refugio de dineros robados por dictadores, traficantes de todo pelaje, políticos corruptos, empresarios sin escrúpulos y raleas parecidas?

 5.- Uno de los escándalos que más duele es la inversión de dineros públicos en obras de infraestructuras innecesarias que, encima, están mal proyectadas o peor ejecutadas y que, en cualquier caso no son utilizadas. El caso del exceso de aeropuertos, muchos de los cuales es posible que no lleguen a utilizarse nunca es sangrante. Los niveles de estupidez han llegado al cenit. “¡Cómo no vamos a tener un aeropuerto en mi pueblo si lo tiene en el de al lado…!” Con razonamientos de ese calibre, “pues nosotros más o también”, se han enterrado millones y millones, de dineros públicos. Primero fueron las modestas marquesinas de autobuses (incluso en los pueblos en los que ya no pasaban ni paraban). Subimos el nivel y nos fuimos a los pabellones polideportivos; hubo un considerable número de piscinas climatizadas; llegaron los palacios de congresos y finalmente los aeropuertos… ¡Qué escalada!

 6.- Lo de los bancos es difícil de digerir. Cuando piensas en la secuencia de los hechos o la escuchas contar de nuevo, te deja sin palabras. Animaron con enorme alegría al personal a formalizar hipotecas para comprar piso, casa, coche y demás accesorios, quitándoles cualquier preocupación a las personas… Les ofrecieron el paraíso financiero y cuando todo se fue al garete no se sintieron responsables de nada. Toda la culpa era de los usuarios de los productos bancarios (hace tiempo que estas entidades ofrecen “productos”)… Y al poco tiempo, supimos y sabemos que el Gobierno inyectó millones y millones a cajas y bancos para sanearlos y conocimos que los sueldos de quienes estaban en la cúspide del poder bancario, responsables en un gran número de casos de haber arruinado al banco y a sus clientes, tenían unos sueldos millonarios y recibían unas indemnizaciones escandalosas (por haberse cargado la entidad)… Bueno, uno escuchaba eso y no sabía qué arma comprarse para ir a por ellos (perdonen esta evidente exageración). Y alguna expresidenta de una Caja arruinada aún anda litigando con la justicia porque quiere cobrar lo que ella se aprobó como sueldo y como jubilación “por un trabajo tan bien hecho”. ¡Increíble, intolerable, inaudito!

 7.- Cada vez que un obispo a autoridad religiosa similar se sienta delante de un micrófono y se pone a opinar de todo lo inimaginable, se siente una enorme vergüenza. Quienes seríamos incapaces de condenar nada que desconociéramos; ellos, con una supuesta “autoridad” que nadie sabe de dónde la sacan, pontifican sobre la tierra y el cielo. ¿Qué coño saben del matrimonio si nunca se han casado? ¿Qué saben de relaciones sexuales si se supone que no han catado hembra porque hicieron voto de castidad? Denuncian el adoctrinamiento de la Educación para la Ciudadanía quienes no han hecho otra cosa que adoctrinar desde todos los lugares posibles y en todas las épocas. Que hablen a sus fieles desde los púlpitos, pero al resto “que no nos salven”, que no nos importan sus opiniones. Y luego se aprovechan de la vaca-estado ordeñándola con ansias. Reciben, incomprensiblemente millones de euros para financiar su “obras y milagros”, tiene potestades impensables en asuntos educativos: nombran sus profesores de religión, aunque los paga el estado y se apuntan a todas las “concertaciones” posibles, que garantizan dinero para pagar sueldos, mientras piensan, regodeándose: “Tú pagas y yo organizo y gobierno como me da la gana”. ¿Qué niveles de  ética y moralidad gastan? Y eso que estamos en un país –dice-, aconfesional, ¿qué querrá decir eso?

8.- ¿Es necesario reprimir manifestaciones reivindicativas con esa brutalidad que hemos visto estos días pasados en Valencia? Tras un primer día de cargas desaforadas, tildando a los estudiantes de “enemigos”, entre otras lindezas, surgen las protestas por todos lados y los mandos no se disculpan, sino que ofrecen vagas explicaciones… Pero ya no vuelve a producirse ese nivel de represión, señal evidente de que se extralimitaron de largo el primer día, aunque no quieran reconocerlo directamente. Hace unos años, quienes salían  a la calle eran los que ahora gobiernan con los obispos y los curas, casi cada sábado montaban una manifa-fiestuki (¡que ya tuvo narices la cosa!) Nunca salieron los antidisturbios a disolverlos, ni a darle porrazos en la cabeza o en el culo a monseñor… El objetivo es únicamente, sembrar el miedo, porque las personas que tienen miedo se encuentran paralizadas y desactivadas para la reivindicación.

 9.- Los desmanes urbanísticos españoles constituyen hoy día uno de los museos del horror, al aire libre, que más hectáreas ocupa en Europa. Entendamos por desmanes las construcciones ilegales en tantos lugares de nuestras costas y de espacios naturales protegidos del interior; las famosas y desiertas plataformas logísticas y toda la cantidad de urbanizaciones que han quedado a mitad o solo se han iniciado o solamente se ha urbanizado el suelo (y allí, rodeadas de la nada vemos calles, aceras, papeleras, farolas, pasos de peatones… que jalonan rectángulos grandes donde crecen hierbas, zarzas y donde cagan los perros que llevan a pasear sus amos). ¡Menuda herencia, consumida por el paso del tiempo, convertida ya en chatarra oxidada…! Sólo el sol y el viento; la niebla, a veces, acompañan a estos “desiertos urbanísticos” que quedarán ahí como testigos de un tiempo de vergüenza, donde se especuló con todo lo especulable y que al final dejó un rastro de pobreza instalado en la vida y los horizontes de miles de personas…

 Y, como no quiero que esto sea un decálogo, ahí lo dejo. Otro día, retomaremos –tal vez- este tema y seguiremos hablando de otros rincones de suciedad. Todo lo anterior, creo, genera una sensación de impotencia y una agresión evidente a nuestra conciencia. Son los antiejemplos, las conductas reprobables, la muestra de que muchos tipos fueron operados de escrúpulos antes de nacer y su vida no tiene otro fin que enriquecerse sin trabajar, estafando, robando, corrompiéndose… Sin miedo a infringir las leyes necesarias, a saltar las barreras que acotan algunas prácticas delictivas o deshonestas, a sobornar a quien sea necesario con el único fin del enriquecimiento ilegítimo, que les permite acceder a una vida que por la vía de la legalidad y el trabajo nunca podrían alcanzar… Desde luego, no tiene ninguna intención de seguir los preceptos que algunos aprendimos de nuestros padres: ser trabajadores, ser honrados y vivir con honestidad… ¡Cabrones!

6 comentarios

Mariano -

Los nuevos tiempos, Bibliolibre, tienen un aire de derribo, de aplastamiento de lo racional, de usurpación de derechos, de machacar a los de siempre. Lo que no puedo soportar es ese aire de suficiencia, de creerse llenos de razón para hacer todo lo que hacen… Y encima lo justifican diciendo que lo que están haciendo dará sus frutos en el futuro… ¡Pero cómo vamos a creer que eso será verdad con las mentiras que nos cuentan y con los sacrificios que deben hacer las personas normales! ¿Hacia qué futuro nos encaminamos? ¡A la mierda! Espero que pases este puente (que por aquí no tenemos) con sosiego, que vivas un tiempo placentero y amable y que, si te acuerdas, nos regales una foto leyendo El Gurrión en algún enclave asturiano. Un abrazo

Bibliolibre -

Como verás, Mariano, necesito que llegue el puente de San José porque ya no sé si voy o vengo.
Me llegó el Gurrión y me lo llevo a Asturias para leerlo tranquilamente en una playa vacía y solitaria.
Un abrazo, compañero ... y a resistir hasta que cambien los tiempos si no morimos antes en el intento.
... Y el nuevo ministro ni mú.

Mariano -

Querida Bibliolibre:

Me quedo con esa esperanzadora frase final: “Lo que no dura eternamente acaba en algún momento, así que a resistir…”
Yo también espero que este desastre ético y moral, tan lejos de la regeneración tantas veces prometida, vaya reduciéndose y sean los comportamientos, actitudes y ejemplos de personas sensatas y comprometidas con los valores, las que ganen terreno en la sociedad. Un abrazo

(Te he cambiado el comentario de post, como habrás podido ver...)

Bibliolibre -

Nos apuntamos al club de conciencia violentada. Hemos leído con atención lo que escribes y lo compartimos hasta la última letra.
Por esa conciencia violentada hacemos en el instituto la exposición de biblioteca negra; se dan en este momento todas las circunstancias que se dieron para que surgiera el género. El problema es que lo que estamos viviendo es igual de negro o peor, pero es real.
Lo que no dura eternamente acaba en algún momento, así que a resistir mientras escribimos otra trama con lo que podamos.
Un abrazo, compañero

Mariano -

Buenos días, Pepe:

Desde luego no estamos viviendo los mejores momentos de nuestra historia personal: ese tiempo en el que asistimos con conocimiento pleno a lo que ocurre a nuestro alrededor. Creo que una de las cosas que más nos dañan es esa violentación contínua de los principios éticos y morales que deben inspirar la vida: la justicia que percibimos injusta, los políticos corruptos, los fundamentalismos religiosos (católicos, en nuestro caso)… Toda esa gentuza que no consiente que los demás sean diferentes… No nos quedará más remedio que resistir y ser ejemplos de honestidad y principios en nuestro trabajo y en nuestra intervención social. Un abrazo

pepe ávalos -

Desde luego es desalentador. Y la rabia se ahoga en la impotencia, porque este sistema que llaman democracia y no lo es se lo traga todo. Por eso es más necesario que nunca seguir resistiendo.
Un abrazo y mucho ánimo