Adquirí un compromiso con los chavales de sexto del curso que terminó el pasado mes de junio. Me regalaron, el último día de clase, el ejemplar comentado en el post anterior: “El sueño del celta” de Mario Vargas Llosa. Yo les pedí que me lo dedicaran para que el libro aumentara así de valor y les prometí que cuando lo leyera, les escribiría una cartita a cada uno y a cada una. Y en eso estoy ahora mismo. En cada carta, los voy remitiendo al blog para que lean lo que he escrito sobre el libro, una vez terminada la lectura...
Estos días en Barcelona, además de leer el periódico (que compro cada día como formando parte de un ritual, que comenzó precisamente aquí, cuando viví en esta ciudad a finales de los setenta), he estado leyendo la novela de Ignacio Martínez de Pisón. “El día de mañana”, publicada por Seix Barral, con 382 páginas. Como ya la he terminado, puedo y quiero anotar algunas impresiones de la misma.
Me ha gustado mucho. Después del desasosiego vivido con muchos pasajes del libro anterior, éste es mucho más llevadero. El protagonista de la misma es Justo Gil, un joven emigrante que llega a Barcelona con su madre muy enferma a principios de la década de los sesenta del pasado siglo. La singularidad de la novela y, muy probablemente, el gran acierto de la misma, es la forma, la estrategia que el autor ha desarrollado para mostrarnos al protagonista.
Éste solo toma la voz indirectamente a lo largo del relato; quienes hablan son una docena de personas que tuvieron alguna relación con Justo en ese tiempo: “En casa los tuvimos cerca de un mes. Lo primero era ayudarle a encontrar trabajo...”, dice Martín Tello. “Era ver unas faldas y volverse loco...”, dice Pascual Ortega. “Había de todo en aquel piso: jaulas para pájaros, armaduras de imitación, grandes rollos de tela, fuentes para jardines...”, dice Pere Riera. “Se puede decir que Justo y yo fuimos socios. Eso fue en 1964...”, dice Carme Román. “Con Justo y su madre coincidíamos en el autobús. O, mejor dicho, coincidíamos en la parada...”, dice María Antonia Mir. “La primera vez que le vi, pensé que era el típico jovencito de la zona alta...”, dice Elvira Solé. “Algunas tardes, cuando bajábamos andando por Muntaner, mi abuelo me señalaba el lugar en el que había estado Bocaccio...”, dice Toni Coll. “¿Cómo no íbamos a ser franquistas si fue Franco el que nos sacó de la calle y nos dio cama, comida, educación, trabajo...?”, dice Mateo Moreno. “Cruzábamos la frontera con pasaportes falsos... El camarada que me esperaba en Hostafrancs me llevó a un local que tenía un altillo con un colchón, un par de sillas y un pequeño aseo...”, dice Eliseu Ruiz. “A veces ni nosotros mismos entendíamos lo que decíamos..., pero sí sabíamos que era urgente transformar la sociedad...”, dice Marc Jordana. “Lo mejor del verano eran las excursiones al río Iregua. Íbamos casi todos los chavales del pueblo y cogíamos cangrejos, que eran cangrejos de los de verdad, no como los de ahora...”, dice Hilario Lazcano. “Mi abuelo y mi padre se llamaban Eugenio León, yo me llamo Noel León. Me habría gustado tener un apellido más corriente, como Fernández o Rodríguez, y que mis padres no hubieran tenido tan fácil lo de convertirme en un palíndromo...”, dice Noel León. “La ultraderecha catalana la conocía desde dentro...”, dice Manel Pérez.
Con los testimonios de todas esas personas, con orígenes, formación, ideas y actividades distintas vamos conociendo quién era y a qué se fue dedicando el protagonista. Y de paso que nos van retratando a Justo Gil, vamos descubriendo el mosaico de la sociedad española de esas dos décadas del siglo pasado: le inmigración interior; los barrios que iban creciendo en las ciudades; las dificultades de los que llegaban; la vida cotidiana de una ciudad de acogida; las creencias y supersticiones; la religiosidad de la que estaban impregnadas algunas personas; la resistencia exterior e interior al régimen; la efervescencia política en la universidad; los movimientos sociales tendentes a acabar con el régimen; el oscuro poder de la policía y la oscuridad de la comisarías; la oposición a la democratización del país; las organizaciones y los movimientos ultras; la Brigada Social... Y la gente que llegaba con la idea de cambiar de vida. Todos o casi todos habían dejado atrás lugares y recuerdos y venían animados por la posibilidad de iniciar una vida realmente diferente de la que había llevado hasta el momento... No todos lo conseguían y siempre con esfuerzos importantes.
Me parece una novela que habla muy acertadamente de los años de la transición (y algunos años anteriores). Para quien no la vivió, leer este libro le aportará claves fundamentales para entenderla; esas claves que no reseñarán los historiadores, pero que son más fácilmente inteligibles para el gran público. Recomiendo, sin ninguna duda, su lectura.
Ofrezco, seguidamente, un enlace con una entrevista con Ignacio Martínez de Pisón, hablando precisamente de “El día de mañana”: Entrevista con Ignacio Martínez de Pisón.
..................................................
Curiosidades. En ocasiones, la lectura de un libro te regala algunas cosas curiosas, que no esperabas encontrar. Suelen ser fragmentos sorprendentes por alguna razón determinada (y no lo serán para todos los lectores y lectoras, claro). En este libro, en lo que podríamos llamar el capítulo 5 (que comienza en la página 306), el autor dedica varias páginas al tema de los palíndromos, poniendo la información en boca del “niño-palíndromo”, Noel León. Dos de las mejores amigas de su madre se llaman Ana Susana y Ada Bada. Habían constituido una Asociación sobre esos temas y hacían congresos anuales en localidades palíndromas: Polop, Ibi, Sos del Rey Católico... El padre de Noel recibió en una ocasión el premio al Palíndromo del año, con uno formulado de esta manera: “Adán no cede con Eva, y Yavé no cede con nada”. Otros palíndromos aparecidos en ese capítulo son: “Yo social y laico soy”; “Salta Lenin el Atlas”; “Son robos, no solo son sobornos”, “Oígole ese elogio”...
Aunque el capítulo está perfectamente incardinado en la narración, no deja de llamar la atención (al menos a mí me ha ocurrido y lo he celebrado) el contenido del mismo y los guiños que también hace a las combinaciones numéricas: los capicúas...
...............................................................
Escribo estas líneas el día de mi cumpleaños y, como esto de estar en facebook siempre es sorprendente, me he encontrado a lo largo del día con un montón de felicitaciones de los amigos y las amigas “feisbuseras”. Tantas que me he sentido algo agobiado por no poder comentar cada una, pero muy contento de su recuerdo y de las palabras que me dicen, que me dedican. De modo que voy a agradecerles aquí a quienes me han felicitado a través de esta herramienta; agradecerles su gesto, su recuerdo y sus palabras, nombrándolos a todos y todas. Gracias y un abrazo para:
Estela Martos, Julio Labrador, Serafín Beneded, Maribel G. Martínez, Alfonso Albá, Sara Coronas, Dolors Insa, David Coronas, Amparo Vázquez, Rosabel Sampietro, Pilar Torres, Mery Gros, Nuria Freixa, Ainoa Jodar, Osvaldo Berenguer, Tere Villagrasa, Alba Mora, Irene Abad, Mª Carmen Cabrera, Ester Baules, Fernando Biau, Mercedes Coronas, Milagros Griñán, María Sierra, Adriana Ger, Paulo Dos Santos, Raquel Moreno, Rosa Serdio, Francisco Suárez, Carlos González, Marina Escandil, Emilia Saulyte, Anny Anselin, Darolin E. Solís, Fiama Arroyo, Camila Quiñones, Rosa Ramos, José Joaquín Berdún, Javier Arroyo, Yanina Matto, Juan José García, Fina Escandil, Raquel Calero, Chema Fumanal, Olga Rodríguez, Sara Vieco, Alejandro Cabrera, Lili Pudziuvelyte, Marta Agorreta, Elisa Sanz, Alba Buisán, Mercè Ballabriga, Lúa Ye Ye, Casco Histórico de Fraga, Sobrarbenses, David Porqueras, Ylenia Modinos, Rosario Jiménez, Lecturas de ida y vuelta, Raúl Corral, Josan Labat, Marina Barrafón, Sergio Porqueras, Mariano Coronas (Argentina), Cris Ramos, SilviaLuz, Luisa M. Serrano, Gloria Sampietro, Javier Satorres, Nuria Vila, Nati Ibarz, César Sánchez, Ana Coronas, Isabel Barriel, Montse Estruch, Ramón Acín, Celia López, Esther Requena, Patricia Buil, Luz Danelia Talavera, Lores Terrón, Marianto Garrido, Amaia Zaratiegui, Jorge Basols, Toni Vieramar, Raúl Remón, Inés Peralta, Leticia Izquierdo, Cris Mar, AdoradaMartha Mireya, Víctor Bagué, Gregorio Salamó, Víctor Español, Mª Carmen Nicolás, Joaquín Betato, Lucía Oliván, Maribel Giral, Bilioteca para todos, Mónica Pampinella, Azlor Rodrigo, Luis Campillo, Mary Carmen Díaz, Roberto Potter, Pablo Buil, Ana Barrafón, Ainoa Rivas, Elena Isabal y Nidia Graciela Tannure
Escribo desde Barcelona, donde estamos pasando esta tercera semana de julio, no desde la montaña de Sobrarbe, como algunos y algunas imaginabais, je, je.
...............................
P.D. final: La etapa reina del Tour de Francia, con la subida al Galibier no pudo coronar, un año más, a Alberto Contador. Este año core en el Saxo Bank (SB) las mismas siglas que la editorial que ha publicado el libro que comento al inicio de estas páginas Seix Barral (SB). Curiosidades y coincidencias, una vez más...
Comentarios » Ir a formulario
Autor: Silvialuz
Fecha: 23/07/2011 04:40.
Autor: Anny
Fecha: 29/07/2011 11:28.
Autor: Mariano
Fecha: 01/08/2011 12:06.
Autor: Santiago
Fecha: 15/08/2011 22:57.
Autor: Bibliolibre
Fecha: 19/08/2011 09:31.
Autor: Mariano
Fecha: 21/08/2011 15:24.
Autor: Mariano
Fecha: 21/08/2011 15:30.
Autor: vyk
Fecha: 10/10/2011 04:02.
Plantilla basada en http://blogtemplates.noipo.org/
Blog creado con Blogia. Esta web utiliza cookies para adaptarse a tus preferencias y analítica web.
Blogia apoya a la Fundación Josep Carreras.