LO QUE EMPIEZA EN EL CORAZÓN O LA CABEZA Y TERMINA EN LA PUNTA DE LOS DEDOS...
La verdad es que no sé si el título es afortunado (desde luego va en contra de la opinión de algunos de que sea breve), pero me explicaré. No tiene nada que ver con enfermedad alguna, salvo que escribir y contar lo que uno vive, siente y percibe pueda considerarse enfermedad, generalmente incurable. Uno percibe, siente y vive y quiere transmitirlo y esa es la justificación de todo lo que escribo, así de sencillo y, por supuesto, nada transcendente.
1.- Estoy disfrutando tremendamente, sentado a diario en “La cadiera de Macoca” (http://macoca.org), mientras voy colocando en sus insondables tripas artículos, documentos, fotografías y otros materiales que voy extrayendo de cajas, disquetes, álbumes, boletines y revistas… De vez en cuando, recuerdo un episodio escolar que me parece curioso (del que no acierto a saber en qué año ocurrió o tuvo lugar) y que me cuesta encontrarlo. Lo leo, lo miro y calibro si de allí podrá salir un artículo para colocar en esa “cadiera”, tanto tiempo anhelada.
También vienen a mi mente otros acontecimientos, directamente relacionados con el corazón (no te pienses que voy a ir por lo de la “prensa del corazón” o el “mundo rosa de la tele”, je, je). Me refiero a lo significativo, a lo emotivo y emocionante (si es que son diferentes), a aquello que nos deja huella imperecedera y que se sumerge en el depósito de lo aparentemente “no recordado”, pero que emerge de nuevo en el momento más inesperado y nos permite una nueva lectura, una revisión de aquella vivencia que sólo pasó a un segundo plano, pero que sigue siendo significativa.
Trato, por tanto, de ir llenando los cajones de la “alacena” que hay frente a mi “cadiera”, con todo aquello que fue pensado y realizado y que puede ser revisado y aprovechado de nuevo. Es por eso que, entre otras cosas, voy añadiendo cajones nuevos, cuando descubro que determinadas experiencias, actividades o propuestas estarían mejor agrupadas de otra manera. Aún así, las hay que podrían estar en dos o tres “cajones” a la vez y no descarto irlas moviendo de sitio, para marear amablemente a los curiosos y curiosas que acepten mi invitación y me acompañen en la “cadiera”, al calor de un fogaril de ideas, conversación y futuro.
Debo decir también, pensando en voz alta, que mantener un blog (o dos), una página de facebook y una web (más otros extras que no comento) cuesta esfuerzo, pero intentaré seguir con todo ello, a pesar de que vendrán tiempos en que el gran problema puede ser, precisamente, el tiempo.
2.- Estos días de finales de mayo he dejado liquidado un nuevo ejemplar de la revista El Gurrión, el número 119. La próxima semana, estará impreso y podré enviarlo a las personas que están suscritas y a una larga lista de amigos y amigas que, en general, suelen recibirlo con sorpresa e interés. Comprobar que en cada número de la revista hay una nómina de unas treinta personas que, de un modo u otro, colaboran en hacerlo posible, me llena de satisfacción. Seguro que podría hacerse mejor y tener un perfil diferente, pero creo que es una revista digna que cumple unas determinadas expectativas y lo hace con la máxima fidelidad y puntualidad. Creo que en estos tiempos, con una crisis de compromiso, con gente aferrada al beneficio económico exclusivamente, con un concepto mercenario de las prestaciones, mantener este tipo de iniciativas: aunando esfuerzos, sin cobrar nada a cambio y con un compromiso serio que se renueva número a número; es decir, trimestre a trimestre, tiene algo de mérito.
Bueno, pues tras estas pequeñas reflexiones, os dejo con la presentación de este próximo número de El Gurrión, el 119, que en pocos días, unos podrán tener en sus manos (si son suscriptores o suscriptoras del mismo) y otros y otras podrán leer a través de Internet, en la web correspondiente.
PRESENTACIÓN- Nº 119
BUIDOS, BUITRES, BUICUATRO…
Hubo un “buitre” famoso en la década de los ochenta que se paseaba cada domingo por el área del equipo contrario y picoteaba las redes con insistencia. No tenía gran envergadura, la “piel” algo moteada, con pecas y el “plumaje” de la cabeza tirando a rubio. Los más allegados lo llamaban Emilio y su apelativo dio nombre a toda una generación: “La Quinta del Buitre”.
Hay otro “buitre” que ha estado al borde de la extinción, pero que con enormes cuidados y protección absoluta va, nunca mejor dicho, remontando el vuelo. Se trata del quebrantahuesos, “quebranta”, para los incondicionales; un ave espectacular que pone colorido a los cielos pirenaicos, mientras planea prospectando el terreno. Se alimenta del tuétano de los huesos y de los huesos mismos y junto con otros buitres (más abundantes y no tan bellos, como el leonado o el negro) se ocupa de la limpieza del monte, de hacer desaparecer los cadáveres. No es un enterrador, pero participa de las labores que invisibilizan la muerte.
Luego, en este repaso por la fauna, hay unos tipos bien arreglados, con vestimenta y plumaje cuidado y de marca, que inspiran respeto en muchas personas, precisamente porque visten y calzan de marca y la ingenuidad lleva a pensar que alguien así no puede hacerte daño. Los podemos encontrar en distintos estamentos productivos (aunque tal vez sea mejor decir, improductivos) del entramado social. Su deporte favorito es el alpinismo, en su versión de “escalada en solitario”, aunque también practican el “euring” (deporte de riesgo que consiste en amasar millones de ellos sirviéndose de las artimañas que hagan falta). De jóvenes fueron operados de escrúpulos y, por tanto carecen de ellos. Como resultado de esta sutil arquitectura personal, nos encontramos a traficantes de influencias, de contratos, de concesiones, de eventos, de facturas falsas, de exportaciones e importaciones, de maderas preciosas, de recursos energéticos, de favores políticos, de mujeres engañadas, de trabajadores indefensos, de inmigrantes, de construcciones ilegales, de alianzas perversas, de complots destructivos, de burbujas inmobiliarias, de acciones bancarias, de intereses y dividendos, de valores de bolsa, de fiestas de lujo, de “ya te lo dije”, de “yo no sabía”, de ”quién podía imaginarse esto”… ¿Les suena, no? Pues eso, unos detestables buitres que carroñean con todo lo habido y por haber; gentuza que vive de la sangre de los demás, que no muestran signos de tener conciencia, que multiplican su patrimonio por diez en dos o tres años y que “creen” que creamos que eso le pasa a cualquier trabajador… Indecentes que nos hacen más difícil la vida, pero que acabarán pudriéndose entre el desprecio y el olvido. En realidad, estas referencias no tienen como objeto recordarlos, sino mantenernos alerta y estar prevenidos cuando nos sobrevuelen, porque estamos en la “era de los buitres”, un tiempo peligroso, sin duda.
Y como la primera referencia era futbolística y se situaba en Madrid, pongamos el punto final, para equilibrar, situándonos en Barcelona y felicitando a su equipo de fútbol por haber ganado la Liga con tantos puntos. Por lo demás, salud y buena lectura. Nos vemos en agosto.
Y nada más, por hoy, ya terminó la Liga, esta noche se juega la final de la de Campeones y ya tenemos lista de seleccionados para ir al mundial de Sudáfrica. A mí, personalmente, me parece la mejor lista posible. Confío en la serenidad y buen juicio del seleccionador Vicente; ojalá tenga premio y regrese con la copa.
A quienes nos gusta escribir, todo lo que empieza por el corazón o la cabeza, sale por la punta de los dedos… Unas veces, a través del lápiz o del bolígrafo y otras, con pequeños golpes en las teclas del ordenador. El caso es que, de una u otra manera, acaba convertido en textos o poemas, en pequeñas crónicas del transcurso de la vida que ofrecemos a quienes quieran leer y confrontar sus propias experiencias. Salud.
6 comentarios
Mariano -
¡Cómo me divierto leyendo tus observaciones! Tengo un problema serio cuando leo, veo, oigo una palabra... Suelo jugar mentalmente con ella y cuando escribo, a duras penas me contengo para "destrozarla", colocar una que me sugiere su lectura a continuación o cualquier cosa similar. Es natural que, en un principio pensaras en la posibilidad de su existencia, porque parecía una serie que prometía, je, je.
Tienes razón con el nombre de la inmobiliaria holandesa: hay nombres que no engañan y si caes en sus redes, atente a las consecuencias.
Hablando de El Gurrión, acabo de cerrar las cajas para enviarlo mañana hacia Sobrarbe y que lo distribuyan desde la oficina de correos de Aínsa. Este es siempre el punto final de un número; el momento en el que dejo de pensar en él y comienzo a pensar seriamente en el número siguiente.
Un abrazo
Anny -
Un poco tarde pero se dice que nunca es tarde..Se nota que te estás disfrutando llenando La cadiera de Macoca con textos interesantes y muy diversos. Cada vez que abro tu sito web hay una nueva cosa y lo abro con frecuencia. Ya soy un aficionado. Tu presentación en el último "El Gurrión" sobre los buitres es muy original. En estos tiempos con actividad creciente de rapaces, uno tiene que comunicar su disgusto de una manera y tu lo haces muy bien con la herramienta de las palabras que aquí también terminan en la punta de los dedos. Tengo que admitir que solamente cuando releí el texto notaba el juego de palabras en el título con los dos, tres y cuatro. Pensaba, qué bien de poder encontrar palabras que caben en esta serie de tres. Yo de verdad creía que buidos y buicuatro eran palabras existentes en español....pero después de buscar en el dicconario me di cuenta que no...
Hace un tiempo visitamos una amiga Holandesa y de paseo por la pequeña ciudad donde vive, notábamos con frecuencia carteles de casa en venta. No lo vas a creer, pero el nombre de la agencia inmobiliaria era El Buitre (en néerlandés: De Gier).
Al menos aquí la gente sabe a que esperarse...
Un abrazo
Anny
Mariano -
carmenca -
Un saludo amigo, me encanta leer tu genialidad.
Mariano -
Pues es verdad lo que dices. Para bien o para mal, la comparación con los animales ha sido y es bastante frecuente. Las fábulas, por ejemplo, se ocupan de comportamientos humanos y lo hacen tomando animales caracterizados de esas virtudes o defectos que nos definen. También es cierto que las comparaciones pueden ser en tono positivo: tener vista de lince, correr como un galgo, ser sigiloso como un gato o fiel como un perro, tener la fuerza de un león o la elegancia de un cisne Menos mal que, además de aquellas atribuciones peyorativas, están también las que resaltan capacidades o comportamientos animales, en un plano, como decía, positivo. Debe ser así porque, desde el principio de los tiempos los animales y los seres humanos (o inhumanos, tantas veces) nos hemos visto obligados a compartir un mismo territorio y a medir nuestras fuerzas y de esa inevitable relación (en la que casi siempre han salido perdiendo los animales) se ha nutrido también el idioma, las leyendas y los cuentos.
Un saludo con tintes otoñales, desde esta primavera revoltosa que tenemos hasta ahora.
Silvialuz -